122
Yoongi estaba absorto, sentado sobre la cama del dormitorio, mirando la fotografía de Seokjin. Su novio salió del baño y se sentó a su lado. Durante unos minutos no hubo palabras entre ellos, solo un largo silencio.
—Hace dos años, el día del cumpleaños de Jin, Tae se las ingenió para colarse dentro de su piso. Jin y yo habíamos salido a tomar algo, no pretendíamos hacer gran cosa, solo comer Ramen y ver la televisión— recordó con una sonrisa sobre su rostro —Cuando entramos en su casa nos encontramos con la cocina y el salón cubiertos de tomate. Mi hermano quiso sorprendernos cocinando espaguetis a la boloñesa y la lió.
—Bueno, sorprender os sorprendió— Jimin se rió.
—Antes de salir ese día, Jin había estado ordenando sus álbumes de fotos. Dejó muchas fotografías sobre la mesa y el tomate las arruinó todas— le miró —Tae se puso a llorar como un crío. Sabía que la había cagado a lo grande pero Jin, lejos de enfadarse con él, probó la salsa boloñesa y dijo "Taehyung, está muy rico".
—¿Y estaba rico?— preguntó genuinamente.
—Qué iba a estar rico— Yoongi soltó una carcajada —La salsa estaba salada y avinagrada, sabía a mil demonios— Jimin no pudo contener la risa —Pero Jin reaccionó como si nunca hubiese probado algo más delicioso y gracias a eso, mi hermano volvió a sonreír.
—Me habría gustado conocerlo mucho más— dijo el menor con sinceridad —Seokjin hyung era una gran persona.
—Lo era— Yoongi bajó la mirada hacia la foto que sostenía en sus manos —A raíz de eso Jin plastificó todas sus fotografías. Debería darle las gracias a Tae. Si esta foto sigue intacta, es gracias a él.
Jimin observó cómo su novio se levantaba de la cama y metía la fotografía dentro del marco. Cada vez que Yoongi veía esa imagen le entraba una gran nostalgia. El rubio aguardó en silencio hasta que el mayor se puso las botas. Luego tomó la katana y se la ató al cinturón.
Jimin sabía que hacían lo correcto, ir a rescatar a esa gente era lo correcto. No obstante, en el fondo de su corazón deseaba que no fueran; deseaba que Yoongi y Namjoon se quedasen en el búnker, deseaba que se olvidasen de la aldea.
«Eres un egoísta, Jimin. Esa gente necesita ayuda» sus propios pensamientos le hicieron sentir remordimientos.
Yoongi le alzó el rostro, elevando su barbilla para a continuación depositar un suave beso sobre sus labios. Jungkook entró en el dormitorio un poco agitado. El maknae aguardó en silencio hasta que ambos se separaron.
—Siento no poder acompañarte— Jungkook abrazó a Yoongi con fuerza —Me encantaría ir contigo.
—Es mejor que te quedes aquí. Déjame esto a mí.
—Más te vale volver, hyung, los tres días que pasamos sin ti fueron un infierno— lo soltó y le apretó el hombro —Como te mueras, te mato.
Yoongi sonrió. Eso mismo le había dicho a Jungkook en el supermercado del pueblo.
—Cuida de los demás hasta que vuelva.
Jungkook asintió. De verdad lamentaba no poder acompañar a su amigo.
—Dile a Namjoon hyung que estaré esperando su vuelta.
—¿Por qué no se lo dices tú?— se sorprendió Jimin.
—Jihyo está en el pasillo— puso los ojos en blanco —Ya sabes cómo es papá.
El rubio lo sabía muy bien. Cuando su padre quería algo de Jungkook siempre enviaba a Park Jihyo. La muchacha estaba a cargo de informarle de todos los pasos que daba el maknae. No parecía mala persona pero tampoco podían fiarse de las apariencias. Por eso Jungkook tenía el doble de cuidado cuando estaba con ella.
—Tengo que irme ya. No puedo hacerle esperar más.
Yoongi sacó un papel del bolsillo y lo alzó delante del maknae. El menor leyó la nota, miró a Jimin, volvió a leer lo escrito y asintió con la cabeza.
—Gracias por pasarte. Luego nos vemos.
—Hasta luego, hyung— Jungkook salió de la habitación antes de lo que le hubiera gustado.
Yoongi y Jimin se miraron a los ojos; el mayor le cogió de la mano.
—Es la hora.
—¿De verdad no me lo vas a presentar?— Namjoon miró a su amiga de reojo.
—Solo hemos tenido una cita— Eunha estaba sentada sobre la cama del pelirrojo —Te lo presentaré más adelante.
—¿Qué edad tiene? ¿Le has preguntado si está casado? ¿Qué hay de los antecedentes penales? ¿Tiene hijos? ¿Y qué me dices de...?
—Joonie, ¿en serio?— Hoseok le cortó inmediatamente —Déjala respirar.
—Ese chico me gusta mucho— la muchacha se levantó y se acercó a Namjoon —Confía en mí.
—Confío en ti, Eunha— le acarició la cabeza —Pero como te haga algo te juro que lo cuelgo de los huevos.
—No será necesario— sonrió risueña —Es un buen chico, de verdad que lo es.
Hoseok observó cómo Namjoon se ponía las botas. El mayor sabía perfectamente por qué su mejor amigo era tan sobreprotector con Eunha. No se trataba solo de lo que habían vivido durante el trayecto a Busan; la muerte de su hermano tenía mucho que ver en el comportamiento del menor.
—Es mejor que os vayáis ya— Namjoon cogió el bate de softbol —Tenéis que trabajar.
—No importa si llegamos tarde. Te acompañaremos y nos despediremos también de Yoongi oppa.
—No, debéis ser puntuales. No podemos darle motivos a Monsieur merde para que nos eche de aquí. Ya habéis oído a Taehyung, el padre de Jimin y Jungkook es un déspota.
Hoseok torció la boca. Todavía seguía impactado por lo que les había contado Taehyung sobre el Señor Park. El pelirrojo venía de una familia unida, que se mostraba cariño y respeto a diario, por eso la actitud de ese hombre le resultaba incomprensible.
—En unas horas estaré de vuelta— Namjoon abrazó a su amiga —No hagáis ninguna tontería.
—¿Cómo qué?— Hoseok se unió al abrazo —¿Una boda exprés entre Eunha y su chico?
—¡No es mi chico!
—¡No es su chico!
Hoseok soltó una carcajada. La muchacha se había sonrojado y Namjoon le miraba con ganas de estrangularlo.
—Os adoro, lo sabéis, ¿no?— afirmó el pelirrojo.
—Lo sabemos— contestó la chica emocionada.
Namjoon se separó de sus amigos y salió al pasillo. Allí se volvieron a despedir con abrazos y palabras de ánimo. Hoseok, que había disimulado su angustia durante toda la mañana, ya no pudo retener el miedo.
—¡Joonie!— el joven sintió una enorme presión en el pecho al ver cómo su mejor amigo se alejaba de ellos —¡Quiero aprender a nadar!
Namjoon se giró y le miró muy sorprendido. Desde que le conocía, Hoseok jamás había expresado el deseo de aprender a nadar.
—¡Quiero que me enseñes tú!— alzó los brazos —¡Quiero que me enseñes mañana mismo!
—¿Seguro?— sonrió —No podrás dejarlo al primer intento, eh.
—¡No lo haré!— negó con la cabeza enérgicamente —¡Aprenderé a nadar!
—No seré un profesor blando— advirtió el menor —No esperes que te tenga lástima.
—¡No necesito un profesor blando, solo necesito aprender a no ahogarme!
Namjoon se rió.
—¡No puedes faltar a tu palabra!— le exigió —¡Joonie! ¡Debes cumplir con tu palabra!
—Lo haré— Namjoon alzó la mano, despidiéndose de ambos.
Hoseok y Eunha se quedaron parados, esperando a que desapareciera por el pasillo. La muchacha alzó la mirada y se sorprendió al ver lágrimas en los ojos del pelirrojo.
—No puedes faltar a tu palabra, Joonie... Debes cumplir con tu palabra— Hoseok tenía un mal presentimiento.
Yoongi y Jimin encontraron a Namjoon charlando con Taehyung cerca del ascensor que los llevaría a la superficie. Las clases del menor no empezaban hasta dentro de una hora, igual que las del rubio, por lo que disponían de suficiente tiempo para despedirse de ambos.
—Hyung— Taehyung se acercó a Yoongi en cuanto lo vio —¿No tenías algo que decirme?
—¿Algo? No que yo recuerde— mintió descaradamente.
—Dijiste que habías encontrado una solución a mi problema— le sonrió dulcemente —Y dijiste que me la darías hoy.
—Es verdad— asintió pensativo —Te lo diré cuando vuelva.
—¿Me vas a hacer esperar todo el día?— se indignó el menor.
—¿No deberías estar preocupado por mí?— le pellizcó en el brazo —¡A ver si dejas de pensar con la polla!
Namjoon observó incrédulo cómo discutían, hasta que Jimin llamó su atención abrazándolo de repente.
—Ten mucho cuidado, hyung. Sé que la gente de la aldea es importante para ti pero no olvides que nosotros también lo somos y que te necesitamos con nosotros.
—Jamás lo olvidaría— el mayor se sintió conmovido —Vosotros también sois importantes para mí.
Jimin se apartó y le sonrió; Namjoon contempló su sonrisa en silencio.
—Por cierto, Hoseok hyung me ha dicho que te gusta la tarta de manzana. Hoy la van a servir para los "V". Cuando vuelvas te espera un trozo para ti solo.
Namjoon sonrió. Definitivamente le había tomado mucho cariño a ese joven.
—Podemos compartir la tarta— le acarició la cabeza —¿Qué te parece?
En ese momento salieron dos chicos del interior del ascensor. Los dos medían casi lo mismo, vestían de uniforme pero no parecían tener la misma edad.
—Me llamo Choi Youngjae— dijo el de pelo castaño en un tono alegre y cordial —Monsieur nos ha pedido que os acompañemos a la aldea.
—Yo soy Kim Namjoon y él es Min Yoongi— señaló a su compañero —¿Cuándo nos vamos?
—Encantado— les hizo una pequeña reverencia —Por mí nos podemos ir ya.
El otro chico, que parecía algo más mayor que Youngjae, no se pronunció en ningún momento. Solo los observó con cara de aburrimiento mientras se despedían.
—En unas horas estaremos de vuelta y os contaremos cómo fue todo— Namjoon intentó tranquilizar a sus amigos.
—No os preocupéis demasiado— añadió Yoongi —Vamos a estar bien.
—Salvad a esa gente y volved como héroes— Taehyung se obligó a sonreír.
—Os estaremos esperando— prometió el rubio.
Aunque estaban muy nerviosos, los menores intentaron mostrarse serenos. Namjoon le dio un abrazo a Taehyung mientras Jimin besaba a su novio en la boca.
—Y yo que creía que esto no podía ir a peor— escupió el de pelo negro asqueado —¿En serio tengo que arriesgar mi vida por unos putos maricas?
—Jaebum hyung, no digas eso— Youngjae le miró atónito —Es el hijo de Monsieur.
—Como si es el hijo del papa— se encogió de hombros —Me la suda.
—A mí también me la suda tu opinión de mierda— soltó Taehyung irritado.
—¿Qué has dicho?— Jaebum se encaró al menor —Repítelo.
—Ha dicho que a nadie le importas una puta mierda— Yoongi lo empujó un poco —No te acerques a mi hermano o este marica te va a hacer una cara nueva.
Jimin sabía que su novio seguía rabioso por culpa de su padre. Si Jaebum daba un paso en falso, lo usaría como saco de boxeo, de eso estaba seguro.
—¿Crees que puedes vencerme?— le miró de arriba a abajo —¿Tú?
—Estoy deseando comprobarlo— Yoongi apretó el puño.
—Jaebum hyung, por favor— Youngjae se metió entre ambos —No causes más problemas.
El tipo miró a su compañero asqueado; luego posó la mirada otra vez sobre Yoongi.
—Tienes suerte de que este payaso te esté defendiendo pero no creas que voy a arriesgar mi vida por un afeminado como tú— Jaebum se dio la vuelta —Voy a la aldea porque no tengo otra opción pero ahí afuera estáis solos— desapareció por el ascensor.
—Menudo gilipollas— Namjoon movió la cabeza, asombrado por tanta estupidez.
—Lo siento— Youngjae les miró avergonzado —Su personalidad es un poco difícil.
—¿Un poco? Te has quedado bastante corto— opinó Jimin.
—De todas formas no te disculpes por lo que ha dicho esa sabandija— dijo Taehyung —No es el primer homófobo que se cruza por nuestro camino.
—Ni será el último— añadió Yoongi, todavía algo cabreado.
Youngjae agradeció la comprensión del grupo. Los chicos se dieron un último abrazo mientras el joven de cabello castaño llamaba al ascensor.
—Yoongi, ten cuidado con ese tipo— le susurró Jimin al oído —No te fíes de él.
—No te preocupes— le acarició la mejilla —Estaremos bien.
Jimin y Taehyung observaron con sentimientos encontrados cómo se alejaban de ellos. Los menores esperaron en el pasillo hasta que las puertas se cerraron. Cuando Yoongi y Namjoon desaparecieron de su vista, Taehyung cogió la mano del rubio y la apretó; ambos estaban asustados.
Como es natural, el viaje a la aldea tiene a los chicos muy preocupados. Entre el mal presentimiento de Hoseok y la compañía de Jaebum, parece que no será un trayecto agradable. ¿Podrán Yoongi y Namjoon confiar en sus acompañantes? ¿Cuál ha sido vuestra primera impresión de Youngjae y Jaebum?
En el próximo capítulo veremos cómo siguen las cosas en el búnker. Feliz semana. ❤️
✰✰✰
Espero que hayáis podido disfrutar de BTS en los GRAMMY. A mí me ha tocado trasnochar pero ha merecido mucho la pena. 💜💜💜
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