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Después de hacer un breve balance sobre las cosas que habían perdido en el pantano, el grupo se dispuso a continuar con el viaje. Llegar a la base militar había sido su objetivo desde el principio pero ahora la necesidad era incluso mayor. La condición de Jimin seguía siendo incierta y la preocupación por cómo actuaría el virus en su organismo tenía a todos en gran tensión. 

Como solo disponían de un vehículo, el trayecto resultó más incómodo de lo esperado. Namjoon se encargó de conducir el coche, así Yoongi podía cuidar de su pareja.

El rubio estaba sentado sobre el regazo de su novio, mirando cabizbajo por la ventanilla. Jimin seguía sintiéndose muy débil, tanto que era incapaz de permanecer en pie por sí mismo. A eso había que sumarle su cambio de ánimo; el chico no conseguía disimular la angustia que le causaba su estado.

Si era inmune, ¿por qué su cuerpo no se recuperaba? ¿Habría dejado el virus algún efecto secundario en él? ¿No volvería a poder caminar por su cuenta? ¿Tendría que necesitar la ayuda de otros el resto de su vida? ¿O ese estado era pasajero y al final se convertiría en un infectado? Esa clase de pensamientos lo torturaban sin cesar.

Yoongi podía intuir lo que se le estaba pasando por la mente. La realidad que rodeaba a Jimin también le aterrorizaba a él. El mayor no quería perderlo dos veces. No quería ni imaginar cómo sería despedirse de él por segunda vez.

A pesar del miedo no dejó de acariciarle la espalda mientras le susurraba palabras de ánimo al oído. Necesitaba hacerle sentir protegido, deseaba transmitirle su amor y calmar su angustia.

Jungkook, que estaba sentado justo detrás del asiento del copiloto con Mellie sobre sus piernas, no lograba quitarles la vista de encima. El maknae pudo escuchar lo que Yoongi le decía a su hermano; esas palabras le provocaron un fuerte nudo en la garganta.

La fragilidad que mostraba el cuerpo de Jimin le tenía muy intranquilo. Jungkook creyó que no tardaría en mejorar pero la realidad se mostraba diferente y esa realidad le sobrepasaba.

Taehyung, que se encontraba a su lado, apretujado entre el maknae y Hoseok, le tomó de la mano para darle apoyo. Los sentimientos del castaño eran similares a los de Jungkook, aunque él estaba convencido de que Seokjin lo protegía y que por lo tanto, Jimin se recuperaría.

Taehyung desvió la vista hacia Eunha, la joven seguía con la cabeza apoyada sobre el hombro de Hoseok, intentando controlar el mareo que le producían los movimientos bruscos del automóvil. El pelirrojo continuaba relatándole historias de su infancia, vivencias divertidas que la chica escuchó con gran atención. Esa pequeña distracción ayudaba a mitigar las náuseas.

A pesar del poco espacio, de la incomodidad y la angustia que se respiraba dentro del vehículo, el trayecto resultó tranquilo. Durante una hora no hubo ningún incidente, no hasta que el coche decidió dejar de funcionar de repente.

Namjoon salió del vehículo para comprobar cómo estaba el motor. Por desgracia regresó con malas noticias.

—Hasta aquí hemos llegado.

—¿Estás seguro?— preguntó Yoongi —¿No hay nada que puedas hacer?

—Este trasto no da para más— aseguró —Me temo que tendremos que seguir a pie.

Esa idea provocó algunos murmullos de malestar entre los jóvenes. Dos de ellos estaban heridos, Jimin no podía caminar y no sabían cuánto les faltaba hasta la base militar. A pesar de la preocupación inicial, no les quedó de otra que aceptar la situación tal y como se les había presentado.

Yoongi se bajó del coche, dejando a Jimin acomodado sobre el asiento, para sacar las mochilas y las armas del maletero y repartirlas entre el grupo. Cada uno se hizo cargo de una mochila, todos menos él, que iba a llevar a su novio a caballito.

—¿Puedo preguntarte algo?— dijo Namjoon de la nada.

Yoongi se apartó un poco de los demás, buscando algo de privacidad.

—¿De qué se trata?

—Hyung— le miró a los ojos con gran templanza —¿Me permites llevar a Jimin?

Yoongi no pudo ocultar su sorpresa, la pregunta le había cogido desprevenido.

—Hay algo de lo que me gustaría hablar con él— añadió al notar cierta incomodidad en su mirada —No tardaré demasiado.

—Si él quiere, por mí no hay problema— contestó a pesar de tener sentimientos encontrados al respecto. Yoongi no quería separarse de su novio ni un segundo, pero tampoco podía acapararlo todo para él.

Namjoon le entregó la mochila y se acercó a la puerta del copiloto. Jimin alzó la vista cuando lo vio asomar hacia adentro.

—¿Te parece bien si te llevo yo?— preguntó mirándole a los ojos.

Jimin parpadeó dos veces, estaba convencido de que lo cargaría Yoongi. Jungkook tenía la pierna herida y Taehyung sería su apoyo durante el camino.

—Sí, claro— contestó dudoso, aunque la idea no le pareció mala. Si se turnaban entre los dos, entonces no se haría tan pesado para Yoongi.

El joven de cabello negro observó cómo Namjoon cargaba a Jimin a su espalda. El chico lo trató con sumo cuidado y lo sujetó bien para que no pudiese precipitarse hacia el suelo. Cuando se encontró con la mirada de Jimin, Yoongi se forzó a sonreír. El rubio le sonrió risueño, a pesar del visible cansancio en su rostro.

—Por tu cara parece que te estén robando al novio— Taehyung se paró al lado de su hermano.

Yoongi no le contestó, ni siquiera se quedó a hablar con él. Pasó al lado de Jungkook, alejándose inmediatamente de ambos.

—¿Qué le pasa?— preguntó el maknae un poco desconcertado.

—Celos— Taehyung señaló hacia Namjoon y Jimin.

—¿Por qué está cargando a mi hermano?

—Ni idea— se encogió de hombros —Solo sé que no le ha sentado bien.

—Es lógico que quiera llevarlo él— se cruzó de brazos —Aunque no tiene sentido que esté celoso, Namjoon hyung solo es un amigo.

—Tú eres el menos indicado en este planeta para hablar de celos— le señaló con el dedo —¡¿Ya no te acuerdas de la que me montaste con Hobi hyung?!

—Bueno, eso... Aquello...— Jungkook se sonrojó. Si pudiera borrar ese episodio de su vida lo haría sin dudarlo. Estaba convencido de que Taehyung se lo recordaría por toda la eternidad.

—Vamos, anda— le tocó el trasero —No te vaya a dar un paro cardíaco— se burló.

El grupo retomó el viaje a los pocos minutos. Yoongi iba en cabeza, por delante de Namjoon y Jimin. Hoseok, Eunha y Mellie los seguían de cerca. Taehyung y Jungkook cerraban la fila.

El rubio tenía la mejilla apoyada sobre el hombro de Namjoon; su mirada melancólica se perdía entre los árboles.

—Jimin— la voz de Namjoon lo sacó de su pequeño trance —Quería disculparme contigo.

—¿Disculparte?— alzó la cabeza —¿Por qué?

—Por lo que sucedió en la despensa. Mi reacción fue desmedida.

—Fue extraña— admitió recordando aquel momento —Parecías muy triste... ¿Por qué me miraste así?

Namjoon continuó caminando sin decir nada. Jimin aguardó con calma, esperando una respuesta.

—Me recuerdas mucho a mi hermano menor— dijo de repente.

—¿Tienes un hermano menor?— se sorprendió.

—Tenía— hizo una pausa —Murió hace siete años.

—Lo siento mucho— Jimin sintió un dolor punzante en el pecho. La voz de su amigo estaba cargada de pena. El rubio no podía ni imaginar lo difícil que debía ser perder a un hermano.

—Gracias— el joven alzó la vista hacia el cielo, luego volvió a fijarla sobre el camino —Ahora tendría tu edad, ¿sabes? Siempre fue un chico muy alegre, amable y servicial. No sé por qué, pero tu forma de ser, tu manera de sonreír me recuerda mucho a él.

—Ahora comprendo por qué me miraste así...

—No fue solo por eso... Pronunciaste las mismas palabras que mi hermano me dijo el día de su muerte...

—Lo siento, hyung, yo no pretendía...

—Tranquilo. ¿Cómo ibas a saberlo? Solo fue una coincidencia.

Jimin se sintió mal por él. Intentó recordar las palabras que había dicho en la despensa pero no le venían a la mente y tampoco quería volver a preguntar; hablar sobre su muerte le debía resultar difícil.

—Aunque me sigue pareciendo curioso que no me dieras una patada— soltó Namjoon en un tono más ligero, intentando deshacer la tensión que había creado entre ellos.

—Salvaste a Yoongi— murmuró —Además, tu mirada me impresionó. Sabía que no me harías daño.

—Entiendo.

Otro silencio se prolongó entre ellos, uno más largo que terminó rompiendo el menor.

—Hyung, ¿te puedo preguntar algo?

—Por supuesto.

—¿Crees en la vida después de la muerte?

—No creía en esas cosas hasta que murió mi hermano. Ahora necesito creer que hay algo más.

—¿Cómo se llama tu hermano? Si el virus me mata lo buscaré y le diré que le echas de menos.

Namjoon estuvo a punto de detenerse pero se obligó a seguir caminando. No quería llamar la atención de los demás.

—No vas a morir, Jimin. Si has llegado hasta aquí es por algo.

—Ojalá sea verdad pero... Mi cuerpo no se recupera. Sigo igual de débil, hyung. Es como si... Como si algo me drenase la energía...

Namjoon notó el miedo en su voz. Jimin tenía muchas razones para vivir y una de ellas caminaba por delante de ellos, matando a cada infectado que se les cruzaba por el sendero.

—En la base militar tiene que haber médicos. Ellos sabrán qué hacer pero necesitas ser positivo, necesitas creer que todo irá bien— le animó —No solo por ti mismo, sino también por los que te quieren.

Jimin miró al frente, encontrándose con la espalda de Yoongi. Namjoon tenía razón, no podía venirse abajo en un momento como ese. Debía ser fuerte, tenía que serlo.

—Gracias, hyung— susurró —Quiero recuperarme. Solo quiero estar bien...

—Lo estarás— afirmó con contundencia.

El rubio esbozó un leve sonrisa. Desconocía el sentimiento de tener un hermano mayor pero si hubiera tenido uno, le habría gustado que fuese como Namjoon.

—Hyung— Jimin se sentía tan a gusto hablando con él que decidió hacerle otra pregunta —¿Crees que los muertos se pueden comunicar con los vivos?

—¿Por qué preguntas eso?

—Verás... Vi a mí mejor amiga en un sueño. Ella me dio a entender que Yoongi no había muerto— explicó de forma pausada —¿Crees que estoy loco?

—No— Namjoon negó con la cabeza —Yo también creo que es posible.

—¿De verdad?— Jimin lo dijo tan fuerte que Yoongi se dio la vuelta por un instante —¿De verdad?— repitió más bajito.

—Mi padre me contó que mi madre se despidió de él a través de un sueño. Por eso supuse que a mí también me sucedería y que vería a mi hermano... Pero nunca sucedió.

—¿Por qué?— frunció el ceño —Si tu padre pudo ver a tu madre, ¿por qué no pudiste ver a tu hermano?

—Creo que mi hermano no quiso despedirse de mí. O quizá no pudo... Puede que algunas personas estén capacitadas para hablar con los muertos y otras no.

—¿Y qué determina que puedas hacerlo?

—No lo sé, Jimin, solo es una hipótesis, pero está claro que tú sí puedes.

El rubio lo meditó en silencio, la teoría de su amigo le parecía muy intrigante. Un grito lo sacó de sus pensamientos. Algunos infectados habían salido de detrás de los árboles, abriéndose paso hacia el sendero por el que caminaban.

—¡Agruparos!— vociferó Yoongi —¡Y proteged a los heridos!

Taehyung se vio obligado a soltar a Jungkook para matar a uno de un navajazo.

—Déjame en el suelo, hyung— pidió Jimin.

—¡No!

—¡Tienes que ayudarles!— insistió — ¡Bájame, estaré bien!

Namjoon dudó. Cada vez eran más los infectados que aparecían y Taehyung y Jungkook estaban teniendo problemas para mantenerlos a raya.

—¡Namjoon hyung!— gritó —¡Bájame o te muerdo la oreja!

El joven lo dejó en el suelo a regañadientes.

—¡No dejaré que ningún infectado te alcance!— le aseguró.

Jimin vio cómo Namjoon le reventaba la cabeza a una infectada con el bate de softbol y luego le daba indicaciones a los demás. Taehyung, Jungkook y Hoseok hicieron una especie de círculo alrededor del rubio. De esa forma lo protegían y también se cuidaban los unos a los otros.

Yoongi y Namjoon estaban más apartados de los demás, eliminando con ferocidad a todo aquel que se les ponía por delante.

Eunha era la única que no había logrado llegar hasta el círculo. La joven intentó esquivar a todos los infectados con los que se cruzaba, apartándose del sendero y profundizando en el bosque. El terror hizo que la muchacha se acurrucase con Mellie detrás de un árbol.

Estaba aterrada, tanto era el miedo que padecía que no oyó las voces de sus amigos llamándola.

—Todo saldrá bien, Mellie, todo irá bien— repitió como un mantra.

Un infectado varón de metro ochenta se plantó delante de ella. Eunha levantó la cabeza lentamente. El desconocido tenía el cuello rajado en profundidad, le faltaba un brazo y de su abdomen colgaban los intestinos.

Si no hubiera tenido tanto miedo, Eunha habría vomitado.

Mellie saltó de los brazos de la muchacha y se puso a ladrar como una fiera. La perrita llamó tanto la atención del infectado que se desentendió de Eunha para darle caza a la Shiba Inu.

—¡Mellie! ¡No!— chilló asustada —¡Ven aquí! ¡Mellie!

La perrita hizo caso omiso y siguió ladrándole y esquivando los intentos de aquel ser por pillarla. Eunha, aterrorizada por lo que le pudiera pasar a Mellie, tomó el cuchillo que llevaba colgando del cinturón y se echó encima del infectado.

Le apuñaló en la espalda con saña, logrando con ello que el individuo se apartase de la perrita y volviese a fijar su atención en ella. La joven retrocedió asustada dejando caer el cuchillo por culpa de la impresión. El hombre era demasiado alto y por mucho que quisiera, se veía incapaz de alcanzarle en la cabeza.

La chica dio varios pasos hacia atrás, buscando una rama en el suelo. Cuando encontró una, se apresuró a cogerla. Eunha consiguió esquivar el ataque del infectado a duras penas, luego le pegó con toda la fuerza que pudo en la cabeza. Parte de su piel se desprendió con el impacto, pero no fue suficiente para detenerlo.

—¡Mierda!— la joven le observó asustada. Era demasiado alto y pegarle con la rama en el cráneo no resultaba —¿Qué hago?

Al fijarse en sus heridas tuvo una idea; Eunha le golpeó con la rama en el cuello una y otra vez, logrando que la herida se hiciera más grande. La sangre se disparó con cada golpe, manchándole la cara y la ropa. La chica no se dejó intimidar y siguió arreándole con contundencia.

La cabeza del hombre se desprendió y cayó al suelo. Eunha tiró la rama ensangrentada y corrió hacia Mellie.

—Perdóname. Lo siento— abrazó a la perrita con todas sus fuerzas, al borde del llanto —No quería ponerte en peligro. Lo siento.

Namjoon apareció en ese preciso instante.

—¡Eunha!— el joven se sorprendió mucho al ver a un hombre tan alto decapitado y tirado sobre el terreno —¡Eunha!— la abrazó inmediatamente —¿Estás bien?

—Sí— dijo aliviada —Estamos bien.

Namjoon bajó la vista y vio cómo la perrita le miraba a los ojos.

—Me has dado un susto de muerte. ¿Por qué no contestabas? Te he llamado mil veces.

—No te oí. No oí nada.

Namjoon suspiró. Había pasado un mal rato buscándola. Fue gracias a los ladridos de Mellie que pudo localizarla.

—Tampoco me has necesitado, ¿no?— aseguró mirando hacia el cadáver —¡Bien hecho!

Eunha sonrió un poco. No era la primera vez que mataba a un infectado, durante el viaje a Busan se vio en la necesidad de matar a más de uno. A pesar de haberlo hecho con anterioridad le resultaba difícil quitarle la vida a otras personas, aunque estas ya estuviesen muertas. Lo hacía por supervivencia pero en realidad lo detestaba.

—Vámonos— Namjoon la soltó y apretó el bate —No sueltes a Mellie.

—No lo haré. La protegeré.

En ese momento escucharon un grito desgarrador; ambos supieron inmediatamente de quién se trataba. 

A pesar del miedo, Eunha ha logrado salir de una situación de vida o muerte. Sinceramente, ¿creíais que sería su fin?  

Según Namjoon y Jimin, los muertos se pueden comunicar con los vivos, pero si es así, ¿cómo funciona? ¿Por qué Yongsun habló con Jimin y el pequeño Kim no lo hizo con Namjoon? ¿Realmente hay algo después de la muerte o solo son imaginaciones suyas? 👀  

El viaje está siendo bastante vertiginoso. ¿A quién pertenece ese grito? Y sobre todo... ¿Esa persona estará bien?  

Quiero darle las gracias a mi preciosa Rmobsession por haberse tomado la molestia de crear un nuevo diseño para Evanescente. 😍 Las personas como yo, que no sabemos manejar un programa de edición ni aunque nuestra vida dependiese de ello, no seríamos nada sin personas como tú. En serio, haces un trabajo extraordinario dándoles color a tantas historias. Nunca me cansaré de decirlo; Daya, eres arte. Te deseo toda la suerte del mundo con tu nuevo proyecto de Book Covers, tus historias y todo lo que te propongas. Gracias por ser tan maravillosa. 😘
I purple you.  💜

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