Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

02

Aunque se habían alejado mucho de aquel maldito lugar, todavía se escuchaban gritos por las calles de la ciudad. Jungkook se asomó a la avenida para ver si había peligro. Las sirenas de los coches de policía retumbaban en sus oídos.

La pacífica ciudad de Daegu parecía sumergida en el caos. Había gente corriendo por todas partes, lo que les indicó a los hermanos Park que aquello no era un hecho aislado. Algo terrible estaba sucediendo en esa ciudad y necesitaban salir de allí lo antes posible.

-¿Hacia dónde tenemos que ir ahora?- preguntó Jungkook.

-Según el mapa hay que ir todo recto hasta llegar a una tienda de música.

El maknae echó un vistazo. En esa calle no había ni rastro de esos seres. Veía a gente corriendo de un lado para otro y algunos coches circulando a demasiada velocidad, pero no parecía haber más peligro que el de ser atropellado por alguno de esos conductores kamikaze.

-¡Ahora hyung!

Los chicos cruzaron de acera con la máxima rapidez que pudieron. Las personas que pasaban cerca de ellos tenían expresiones de puro terror en sus rostros. Algunos llevaban la ropa desgarrada y manchada de sangre.

Siguieron en línea recta y pasaron por varios semáforos en rojo, hasta que tuvieron que detenerse en uno por culpa de la cantidad de vehículos que circulaban en ese instante.

Al lado de Jimin se paró una niña de aproximadamente ocho años de edad y su madre. La chica vestía un vestido rosa y sujetaba un conejito de peluche en la mano. Su melena corta y negra estaba despeinada.

La niña giró la cabeza lentamente hacia Jimin. Su mirada era fría y extraña. El joven de Busan sintió un escalofrío por todo su cuerpo.

-¡Vamos!- dijo Jungkook.

Jimin echó a correr detrás de su hermano. Quería alejarse de aquella niña. Por una parte parecía ridículo temerle a una chiquilla, pero esa niña le había dado muy mal rollo. Ambos siguieron en línea recta hasta llegar a una tienda de música. En el letrero verde ponía Good Vibe en inglés.

-¡Esa es!- exclamó el mayor.

-¿Y ahora?

Jimin volvió a mirar el mapa del móvil.

-Ahora hay que ir por...- alzó la vista y se quedó mudo. Justo por el callejón que tenían que pasar caminaban cinco de esos seres de manera desordenada. Ambos chicos se quedaron en absoluto silencio.

-¿Qué hacemos?- susurró Jungkook.

Jimin no sabía por qué su hermano estaba susurrando. Quizás fue el miedo el que le impidió hablar más alto. El miedo o la prudencia.

La noche estaba cayendo y se encontraban en una ciudad completamente desconocida. La expresión del menor estremeció a Jimin. ¿Qué deberían hacer?

Habrían tomado un taxi hasta la estación si hubieran dado con uno pero en todo el trayecto que habían hecho a pie, no vieron ni a un solo taxista. Y los autobuses también parecían haber desaparecido de las calles. Definitivamente algo iba muy mal.

El mayor miró a su alrededor. La tienda de música estaba cerrada y en ese lugar no había más negocios. El chico suspiró. No podía permitir que a Jungkook le sucediese algo malo, su seguridad era su máxima prioridad.

-Ven conmigo- le susurró.

Jimin soltó la mochila y se la dio a Jungkook. El menor siguió a su hermano hasta la puerta de un edificio. El joven de cabello rubio empezó a llamar a todos los timbres del bloque mientras el maknae observaba a los cinco podridos que todavía no se habían percatado de su presencia.

Si alguien les abría la puerta, podrían esconderse en el portal y en el mejor de los casos hasta pasar allí la noche. Al día siguiente se habrían calmado las cosas y podrían volver con más calma a Busan. La policía seguro que ya estaba intentando controlar la situación.

-¡Hyung, rápido!

Jimin presionó los botones con más ansiedad. Aunque esos monstruos estaban a una distancia aceptable, era muy complicado luchar contra el miedo que sentía. Tenía el vello de la nuca erizado.

«Por favor»

Al ver que no había ninguna reacción, Jimin desistió. Sigilosamente se acercó al edificio de al lado y con creciente disgusto volvió a presionar todos los botones.

«¡Queréis abrir la puta puerta!»

Al cabo de unos segundos sonó una voz a través del portero electrónico.

-¿Quién es?

El corazón de Jimin dio un vuelco y Jungkook se acercó a su hermano apretándole el brazo con la mano. Ambos sabían que esa era su oportunidad. No podían desperdiciarla.

«No la cagues ahora»

-¡Hola! Mira, estoy aquí con mi hermano pequeño y hay un montón de seres terroríficos intentando matarnos. ¿Podrías abrirnos? Solo queremos resguardarnos en el portal. Por favor.

No hubo respuesta. ¿Qué había hecho mal? ¿Acaso había hablado demasiado rápido?

De acuerdo, estaba nervioso y quizás habló de forma torpe pero había sido bastante claro. ¿Qué no había entendido ese imbécil? ¿Es que no sabía lo que estaba sucediendo? Tal vez debió omitir lo de seres terroríficos porque muy cuerdo no sonaba.

-Señor, sé que suena extraño pero de verdad, hay gente muriendo.

No hubo respuesta. Otra vez. La paciencia de Jimin se estaba agotando y el joven empezaba a exasperarse. ¿Es que en esa maldita ciudad no existía gente amable?

-Señor, por favor. Al menos deje entrar a mi hermano pequeño- dijo con tono de desesperación.

-¡Ni hablar! O entramos juntos o nada- se disgustó el maknae.

-Jungkook, intento salvarte la vida.

-¡Me da igual!

-¿Cómo te va a dar igual? ¡No seas estúpido!

-¡Que me da igual!

El menor estaba a punto de gritarle a su hermano. Se tuvo que contener muchísimo para no hacerlo. Mientras los dos estaban discutiendo, alguien abrió la puerta.

-¡Rápido!

Un hombre alto, delgado y con el cabello castaño estaba junto a la puerta.

A pesar de su sorpresa inicial, ninguno de los chicos dudó ni un segundo en hacer lo que les decía aquel extraño. Cuando el hombre cerró la puerta detrás de ellos, por primera vez en horas, Jimin y Jungkook se sintieron aliviados.

-Muchas gracias.

Ambos chicos le hicieron una reverencia. Aquel hombre probablemente les había salvado la vida, lo mínimo que podían hacer era mostrar agradecimiento y respeto.

-Está bien. Subamos a mi piso.

La voz de ese extraño sonaba amable. Tenía un tono dulce y suave. Transmitía confianza.

Ambos hermanos se miraron aliviados a los ojos, compartieron una sonrisa y luego le siguieron.

Su apartamento se encontraba en la cuarta planta y el ascensor estaba fuera de servicio.

Los hermanos Park subieron por las escaleras con tranquilidad. Jimin notaba las piernas pesadas y algo de dolor en el codo, probablemente se había hecho daño cuando Jungkook le salvó la vida de ese ser repugnante.

Cuando pisaron la entrada del piso, ambos chicos se sintieron a salvo.

¿Quién será el extraño que les ha ayudado en una situación tan difícil?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro