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Capítulo XIX (Especial Kalani)

Flashback

—¡Demonios! ¡No puedo creerlo!— dijo Kalani, cuando Ethan les relataba a sus compañeros las impúdicas acciones de Jack.

En realidad el testimonio del oficial estaba respaldado por los videos de seguridad, así que lo dicho por el hawaiano formaba parte de una expresión, más que de una negativa. Además su propio jefe ya había confirmado que él no había autorizado el traslado de los reos a ninguna correccional, sumando una falta más al irregular accionar de su colega.

En el interior de su mente, Kalani formulaba hipótesis que intentaran justificar a su amigo- aunque una más improbable que la otra- salvando la de un posible "episodio demencial".

La teoría de "coacción" por parte de algún secuaz de los reos que quisiera su liberación y que hubiera extorsionado a Jack, había dejado de ser viable cuando le informaron que aquel había salido del Estado junto a los malvivientes en una actitud bastante "afable". Pero un ataque de locura era probable, pues Jack tenía antecedentes.

Kalani tenía fresco en la memoria el día en que el oficial había intentado aniquilar al esposo de su prima Lucinda, cuando se había enterado que este le era infiel, y la viveza del recuerdo se debía a que él había sido responsable de darle las desagradables noticias a su compañero, que detonaron su comportamiento.

Jamás lo había visto tan alienado como esa vez, aunque su actitud le había parecido comprensible considerando el afecto que él guardaba por la chica. Lo que nunca se había imaginado el isleño era que su congénere intentaría volarle "al adúltero" la tapa de los sesos; caso contrario lo hubiera detenido y también le hubiera ahorrado meses de padecimiento en la habitación del pánico por "intento de homicidio". Pues aunque Jack se había frenado a tiempo, eso no lo eximia del cargo.

La culpa lo carcomía todavía. Él le debía mucho al hombre que tantas veces lo había ayudado e incluso había llegado a encubrirlo en una ocasión en la que lo había pescado in fraganti intentando falsificar el periodo de la VISA de su hermana para que no expirara y la deportaran a Hawai antes de su cumpleaños.

Si bien la situación actual era muy distinta a la de aquella ocasión, la actitud de Jack era similar: enajenada, insensata. Su proceder iba en contra de cualquier explicación lógica: él había sido la persona más interesada en atrapar al trío de malvivientes como para luego buscar su liberación. Así que, en efecto, la cabeza nuevamente se le había volado.

Por desgracia su amigo era un hombre de carácter fuerte y de mente frágil. Pero no era un mal tipo.

—¿Alguna idea de la zona de Virginia donde puedan estar?— preguntó el Comisario, dirigiéndose especialmente a Kalani, por obvias razones.

El oficial no sabía el sitio puntual donde su amigo podría estar refugiándose, pero sí podía anticipar el delito que acometería tarde o temprano, si se había unido a la "causa del trío de orates".

De los sucesivos interrogatorios del hacker se desprendía la absurda teoría de que los supuestos "profetas del advenimiento" eran secuestrados por el propio Departamento de Defensa de los Estados Unidos, así que por descarte ese era el sitio que intentarían perpetrar los prófugos.

Pero informarle a su jefe el lugar donde podría capturarlos no alteraría el resultado. El Pentágono estaba tan bien vigilado que no necesitarían de la fuerza de N.Y para proteger el edificio. La misión de infiltración difícilmente tendría éxito. Además su confesión implicaría delatar al hombre con el que había compartido años de servicio, con quien tenía vivencias compartidas, y a quien le debía demasiados favores. Significaría en simples palabras traicionar a su amigo.

Sin embargo, Kalani no pudo evitar cuestionarse sus deberes como oficial, y más porque en el fondo sabía que por más demencia que tuviese Jack, ahora era un convicto —no procesado— pero acusado al fin y al cabo.

La moral, la culpa, la lealtad, batallaban arduamente en su interior de su mente.

—No tengo la menor idea, Señor—respondió finalmente en voz alta, y para sí mismo dijo:

"Ahora las cuentas están saldadas."

Fin del flashback.

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