Despertó algo desorientado, su cabeza daba vueltas. Al estar mejor se sentó con calma mirando hacia la ventana, estaba lloviendo, otro día gris... Evan odiaba los días grises.

El curso de inducción fue algo aburrido, sin embargo ocurrió algo inesperado, nadie le dirigió la palabra, lo cuál agradecía rotundamente, aunque claro, muchas de las miradas cayeron en él incomodandolo bastante.

Ahora era tiempo de empacar todo lo necesario, lo más pesado sin duda era la maleta de libretas nuevas, como dije anteriormente, por sus amnesias temporales debía anotar todo lo que debía saber, de lo contrario no podría mantenerse lejos de casa.

– Evan, ¿no crees que necesites ayuda? Esas maletas se ven pesadas.

– Déjalo que cargue lo que quiera, ya lo veré cuando tenga problemas de espalda.

Dijo ese viejo desgraciado... En fin, al menos tenía la maleta de ruedas, lo cuál era de gran ayuda, lo más pesado iría allí mientras que lo demás en otras dos mochilas.
Todavía faltaba comprar algunas cosas, por lo que más tarde irían de compras... Y sí, el albino tenía que pagar lo suyo, ¿de dónde sacaba dinero? Era un secreto que se guardaría de momento.

A la hora de la comida la mujer se levantó de la mesa para recibir una llamada, al parecer la tía había salido bien de su operación, ¿quién era esa tía? La mejor tía que pudo haber tenido Evan, le enseñó tanto a cocinar como a lavar su ropa, hubiese preferido ella le adoptase, en fin.
Evitaba a toda costa cruzar mirada con el viejo, no quería admitir que fuese miedo, pero así era, el viejo le había dejado muy en claro que lo odiaba, ¿por qué? Por chingaquedito (traducido sería por mamón :)

Al terminar ordenaron todo, cofcofEVANORDENÓTODOcofcof, para después ir al supermercado, no había parado de llover, de alguna forma parecía que el cielo adivinaba el estado de humor de Evan, eso o sólo quería joderlo más.
Llegaron y el menor se puso la capucha del suéter, el viejo y la mujer iban adelante como siempre con una sombrilla, al entrar el albino sólo se limitó a seguirlos mientras veía de lejos lo que necesitaba, al tener a la vista todo lo necesario fue rápido por un carrito para recoger lo necesario, no quería perder de vista a los viejos, eran capaces de dejarlo allí.

Se quedó un momento observando a un chico de suéter negro con rayas amarillas y una mochila verde militar, comúnmente lo hubiese ignorado pero había algo en él que le parecía familiar, al darse la vuelta no vió a los viejos, rayos, ahora era tiempo de ir a buscarlos, sin embargo cuando iba a dar un paso aquel chico le tomó del brazo con fuerza, Evan sintió un escalofrío y volteó a verlo asustado, el chico le miraba sin poder creerlo, ¿¡pero quién demonios es este tipo!? Por más que Evan trató de soltarse el chico no lo soltaba.

– ¿En serio eres tú? Te estuve buscando por mucho tiempo, y aquí estás.

Evan estaba muy confundido, no lo recordaba para nada, sin embargo su voz era similar a la que escuchaba en sus sueños, al no ser liberado le pellizcó y se alejó lo más posible, al ver a los viejos corrió hacia ellos, pero el chico no dejaba de seguirlo.

– ¿¡Dónde carajo estabas!? ¿¡Te metiste en problemas de nuevo!?

Dijo el viejo mirandole tanto a él como al otro chico

– Lo siento joven, este niño puede ser engañoso, ¿le hizo algo?

– No señor, tengo unas preguntas, ¿este niño es su hijo?

– Claro que no, lo tuvimos que-

– Lo adoptamos, nos pareció interesante tener un niño albino, ¿no cariño?

Dijo la mujer interrumpiendo al viejo antes de que dijera que fué para que el gobierno les diera dinero para "mantenerlo".

– ... Entiendo

– ¿Por qué la pregunta? ¿Acaso vez que no lo cuidamos bien? -toma a Evan con cierta fuerza- Míralo, está sano, es delgado pero come bien.

Evan hubiese querido negar pero sabía las consecuencias de ello.

– No no, no es nada como eso, sólo era curiosidad, lo confundí con alguien que conozco, lamento la molestia.

Dijo el chico para retirarse, el viejo soltó a Evan cuando el chico se fue, el menor sostenía su brazo con cierto dolor, bajó un poco su manga y en efecto, estaba rojo.

– No puedes andar por allí diciendo el porqué lo adoptamos.

– Cállate mujer, para eso te tengo

El albino sólo miraba por dónde el chico se había ido, ¿habría dejado ir su oportunidad de que le salvaran de esos viejos?

– Y tú mocoso, te he dicho Miles de veces que no te metas en líos, no creo que quieras que nos descubran, ¿verdad?

Solo negó con la cabeza, ocultaba sus dedos, los cuales movía por nervios.

– Más te vale, ahora larguemonos de aquí antes de que ese larguirucho vuelva.

Caminaron hacia las cajas para pagar, al llegar el turno del menor miraba la pantalla con el precio que iba aumentando, no tenía mucho, por lo que rogaba que le alcanzara, sin embargo no fue así.

– Serían 45.80 dólares.

Dijo la chica mirándolo esperando a que le diera el dinero, Evan no sabía cómo darle a entender que no tenía ese dinero, sentía la mirada fija de los viejos esperándolo, sólo quitó algunas cosas que creeían que después podría conseguir, llegando a su límite de 40 dólares.

– Bien, aquí tiene su compra, gracias por venir.

Tomó las bolsas y fue con los viejos escuchando un "de nada" sarcástico de la chica, ya estaba acostumbrado a eso, aunque les hiciera una seña con ese significado no la entendían de todas formas.

Al llegar al auto soltó un suspiro pesado, tal vez se sentía mejor al no estar entre tanta gente, pero estaban los viejos, así que no del todo.
Al subirse el viejo encendió el auto y salió del estacionamiento para ir a casa, al menos había parado de llover.

Ojalá al ya no verlos se sienta libre por lo menos una vez.

El chico estaba seguro de que el albino era su hermano, era obvio que no le recordase después de tanto años, y sin duda ese hombre le lo mantenía con el miedo constante, tenía que sacar a su hermanito de ese mundo, aunque no lo recordara debía cumplir esa promesa... Tal vez unos conocidos podrían ayudar...

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Les tengo dos opciones:

1) Que aparezcan ya los Creepypastas contando la perspectiva de Joel

2) Seguimos con Evan

Contesten o los funo

No se crean xd