Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 36: Atrapados

Carmela no se había quedado tranquila luego de ver que su hija estaba en otro lugar. Mandó drones del Edén para corroborar, ya que al ser guardiana tenía acceso a estos, y no encontraron a nadie en aquella vivienda, solo la señal de los brazaletes de los chicos y los drones esperando en una base de carga.

—En dónde está esa irrespetuosa chica —renegó caminando de un lado a otro.

—Quiere relajarse —comentó Paul—, no entiendo por qué siempre quieres saber en dónde está.

—¿Me estás diciendo controladora acaso?

Paul frunció el ceño apenas.

—Si te sientes aludida por mi comentario, entonces probablemente lo eres.

—¡Silencio...! —lo amenazó con el dedo índice.

Nunca tuvo que increparle nada o llamarle la atención. Era el colmo todo lo que esos chicos le habían hecho cambiar a su Adán.

—Me disculpo —dijo él—, pero ella ya es una Eva, hay que dejarla ser.

—Una Eva sin un Adán. Eso no es... —Hizo una pausa y respiró hondo—. ¿Tú sabes en dónde está?

—Por supuesto que no. —No sabía en dónde exactamente en ese momento, pero sí en dónde estaría. Cosas muy diferentes. Así que, curiosamente, no se sintió mal por no decirle.

—Llamaré a sus amigas.

—Es casi media noche. —Le sonrió con amabilidad—. Descansa. Ella está bien, es tu hija, la has educado tú.

Carmela suspiró. Tampoco era tan cierto. Los drones niñeros cuidaron de ella, y la escuela la educó. Claro que la había consentido hasta más no poder. Eso le hizo recordar uno de los últimos pedidos de la chica.

—Voy a buscarle un Adán. Probablemente eso la va a contentar. —Ella todavía no tomaba en cuenta lo mucho que le afectaba a Andrea haberla visto con otro hombre.

Se dirigió a su oficina y Paul la siguió.

La mujer se sentó frente a su enorme escritorio-computadora, la información apareció, y él, sorprendido, pudo ver que podía ver los perfiles de los chicos. No sus rostros por completo, pero sí parte de este.

No solo eso, al ser guardiana, podía ir a verlos al Edén, verlos desde detrás de los ventanales. Sabía que ella había "escogido", por así decir, a Christopher para Andrea, solo por el hecho de ser un caso especial, por que estando entre las guardianas, se enteró de que "sacarían" al niño para criarlo y prepararlo para una Eva.

En ese entonces nunca se le ocurrió cuestionar nada. Estaba esperando a su primer bebé, quien luego resultó ser un niño.

Recordaba a la mujer renegando porque llevaba a un niño en el vientre y no una niña. Había maldecido en susurro cuando la máquina se lo dijo mientras la monitoreaba.

—Es un niño inservible —había soltado, para luego juntar las cejas y taparse la boca, ahogando una especie de quejido—. Le pertenece al Edén. Eso es todo —agregó rápidamente luego de dar un hondo respiro.


Carmela lo sacó de sus recuerdos al ampliar el perfil de un chico.

—Creo que iré a verlo... Posiblemente le guste a Andrea y se ponga feliz.

Paul parpadeó un par de veces.

—Pero ¿no es decisión de las máquinas?

Ella suspiró.

—Mi ingenuo Paul. Estás con una Eva de privilegios. Merezco lo mejor, y mi hija también.

Él pensó un poco más.

—¿También llegaste a verme antes de ser compatible conmigo?

—Haces muchas preguntas. —Se puso de pie y se le acercó—. Pero supongo que da igual, si lo sabes o no. —Paseó sus manos por sus hombros y le dio un suave y corto masaje—. Tuviste la fortuna de que me gustaste apenas te vi.

—¿Antes de conocerme el día de...?

—Claro que sí. Yo era guardiana recién, un poco antes de postular, eso ya lo sabes.

—...Pero las máquinas decretaron nuestra compatibilidad, ¿no?

—Por supuesto —terminó mintiendo ella—. Somos compatibles, me gustaste desde un inicio. ¿Por qué sería de otra forma?

Paul sonrió apenas y asintió.

—Sí. Claro. Me disculpo por preguntar tanto.

Carmela se empinó y lo besó. No tenía en cuenta que él iba a ser compatible con Mariel, eso no le importó cuando lo vio, consideraba que el hecho de que le hubiera gustado era la señal más clara de que era para ella. ¿Las máquinas qué sabían? Nada.

Sin perder tiempo, llevó a su Adán a la cama para hacerle el amor y olvidarse un rato de la hija malagradecida que tenía. Él era suyo y de nadie más. No permitiría que pusieran eso en duda, ni que otra mujer siquiera pensara en tomarlo prestado.


Ya de madrugada, despertó a causa del calor que le ocasionaba tener el cuerpo del hombre desnudo enredado al suyo. Suspiró y le acarició el cabello. Lo observó por un par de minutos, su cabello oscuro, las cejas, la barba apenas crecida y bien cuidada. Cuando era joven, le parecía que los hombres eran de otro planeta, por las cosas distintas que tenían, y eso le había hecho querer probarlos a todos. Era una Eva y no le veía lo malo a sus deseos.

Alzó la vista y notó la muy baja y pequeña luz parpadeando. Era un aviso del Edén. Salió de la cama sin evitar despertar a su compañero, ya que la había tenido aferrada a su cuerpo. Paul la vio ponerse su bata de seda e ir hacia su oficina.

La mujer resopló. El sistema le indicaba señal de actividad en el antiguo Edén, fuera de horarios, no tuvo dudas en que eran ellos. Mandó a los drones y a las guardianas enseguida.

—Voy al Edén —le avisó regresando para ir a su enorme closet y vestirse—. Encontré a nuestra hija.

—Oh... —Él se estaba poniendo una bata también para ir a su habitación.

Carmela se dio un baño seco de prisa, terminó de ponerse el traje de guardiana, y se despidió del hombre.

Paul, al verla irse, luego de un rato, quiso investigar un poco más, así que, en vez de ir a su habitación a seguir durmiendo, como lo hubiera hecho antes en otras circunstancias, se inmiscuyó en la oficina de la mujer.


***

Los muchachos eran perseguidos por drones dorados del Edén. Tomas se dio cuenta de que uno de esos aparatos se desvió, quizá había encontrado a Christopher. El chico quiso ir tras este, pero otro dron aprovechó y le lanzó unos brazaletes magnéticos que se agarraron de sus muñecas y tiraron de él hacia atrás.

El dron lo arrastró mientras él luchaba, pero cayó.

—¡Tomas! —Andrea fue hacia él, pero otro dron de puso frente a ella.

—Por favor, por su seguridad, manténgase atrás —le advirtió.

Mauro también quiso ayudar, pero Karen lo detuvo de la mano y tiró para seguir huyendo. Sin embargo, otros drones los interceptaron y, sin perder tiempo, apresaron al chico con los brazaletes.

—¡¿Qué hacen?! —reclamó Karen.

—Por su seguridad, manténgase lejos —repitió el dron mientras el otro arrastraba a Mauro, quien ejercía fuerza con los pies contra el suelo, negándose a ser llevado.

—¡Dejen a mi Adán, es una orden!

—Lo sentimos —habló una mujer.

La chica giró de prisa y encontró a las dos guardianas acercándose.

—Déjennos —pidió.

Pero las mujeres siguieron de largo. Los drones tenían a los dos chicos contra una esquina, ambos con los brazaletes reteniendo sus manos una contra la otra.

—¿Han escapado porque estos chicos las han coaccionado de alguna forma? —preguntó la otra guardiana.

—¡¿Nos han qué?! ¡No! —renegó Andrea.

El otro dron que se había desviado no tardó en aparecer con Stacy también apresada. La hizo caminar y la pusieron con los chicos.

—¿Qué es esto? —reclamó—. ¿Solo porque no soy una Eva me ponen estas cosas? —Trató de mover las manos, pero los brazaletes estaban prácticamente unidos el uno al otro, juntando sus muñecas.

—Silencio. Eres una mujer del exterior.

La guardiana principal se acercó a los chicos quienes la miraban con expresiones entre impotencia, enojo, y miedo. Vio a la chica de cabello púrpura. Obviamente no era un Adán.

—¿En dónde está el tercero? —cuestionó.

Ellos no podían verle el rostro. El casco de apariencia refinada, pero de material muy fuerte de la mujer, tenía su visor polarizado. Las guardianas siempre fueron mujeres muy poco "sentimentales" desde que la organización fue creada antes de que ellos siquiera existieran. Daban la idea de ser un dron más, incapaz de sentir empatía.

—No sé de qué habla —dijo Tomas.


Christopher le dio a DOTy un pequeño objeto que este guardó en su compartimento y se puso adelante de Aria, respirando agitado, al ver a los drones acercarse. Habían tratado de escapar, pero era cuestión de minutos para que los encontraran, además no iba a dejar a sus amigos.

Los drones chispearon y abrazó a la chica, cubriéndola y dándole la espalda a los drones, cerrando los ojos con fuerza para aguantar el ataque. Sin embargo, no pasó nada.

—Suelta a la Eva —exigió uno de ellos.

Aria se aferró a él, así que los drones lanzaron los brazaletes magnéticos a sus tobillos y lo arrastraron de inmediato haciéndolo quejarse por la brusquedad.

—¡Christopher! —Aria corrió detrás de él.

DOTy le lanzó tal descarga eléctrica al dron, que cayó deshabilitado. Aria ayudó a Chris, que todavía estaba sorprendido, a ponerse de pie más rápido y siguieron corriendo, regresando a la edificación en donde sus amigos probablemente estaban en problemas.

El chico vio al dron atacar al otro, pero este esquivó y también le disparó, haciendo que brillara en colores y chispeara.

—¡No, DOTy! ¡Huye y esconde el drive!

El dron se recuperó de la descarga y se elevó de prisa desapareciendo y camuflándose con el cielo para ya no ser visto.

Aria notó más drones en la distancia y tiró de Chris para seguir. Entraron al antiguo Edén y fueron hasta el salón principal, la gran entrada, en donde escucharon los reclamos de Andrea.

Christopher detuvo a Aria antes de que saliera y quedaron mirando hacia el lugar. Vio hacia atrás con nerviosismo por si los drones estaban cerca, y regresó su vista a lo que sucedía.

—¡Nosotras vinimos porque quisimos! —reclamaba la chica de cabello rizado.

Andrea era retenida del brazo por la otra guardiana y los chicos estaban en la esquina, siendo vigilados por dos drones.

—Y usted —la guardiana se dirigió a Mauro—. ¿Por qué no dio aviso de lo que su Eva iba a hacer?

Mauro estaba sorprendido de que le preguntaran algo.

—Mi lugar es en donde esté mi Eva —respondió él sin dudar—, y lo que ella diga o quiera, yo la secundaré.

Esa era una respuesta efectiva, al parecer de las guardianas, así que la mujer tocó un sensor en su traje en la zona del antebrazo y los brazaletes del chico se soltaron.

—Vayan al floter, los llevaremos de regreso al Heaven.

Los drones se alejaron de Tomas y Stacy y esperaron a que avanzaran para seguirlos.

—Stacy... —Aria susurró preocupada.

La guardiana volteó a mirar en su dirección y Christopher hizo que la chica retrocediera para ocultarse detrás del muro.

—Avancen sin mí —le dijo la mujer a la otra guardiana—. Falta el tercero.

—Sí. —Se llevó a los drones y a los chicos hacia uno de los floters que esperaban afuera de la gran entrada.

La guardiana volvió a mirar hacia dónde estaba Christopher. Él respiró hondo reteniendo a Aria contra su cuerpo. No sabía qué hacer. Se habían llevado a los otros, pero no quería que castigaran a Aria por estar ahí también.

DOTy se había ido con el drive con la información sobre la ubicación del "Edén prometido" como lo llamó el holograma de su papá.

—Sé que están ahí —dijo la guardiana, sorprendiéndolo, pero mantuvo silencio—. No voy a lastimarlos.

Chris apretó los labios.

—¿Cómo no lastimaron a los demás con sus brazaletes? —respondió con enojo desde donde estaba.

La guardiana se sacó el caso, sonriendo levemente a causa de la reacción del chico.

—Recuerdo haber visto a tus padres en una foto muy antigua de mi familia...

Christopher abrió mucho los ojos, sintiendo que el aire le faltaba. Aria sintió que sus brazos aflojaban su agarre alrededor de su cuerpo, así que pudo apartarse un poco y volver a asomarse. La guardiana miraba directamente hacia ellos.

Al verla, le sonrió de forma amable, y ella volvió a esconderse.

—No deberías arrastrar a tu Eva en esto —comentó la mujer, haciendo que él volviera a abrazar a Aria—. Sé que buscas respuestas, pero no las vas a encontrar. Ni siquiera yo sé qué pasó. Deberías aceptar lo que es y ya.

—Nunca.

—Escuché historias de tus padres que pasaron de boca en boca en mi familia, supongo. Es lo que te puedo ofrecer si vienes.

Aria volvió a apartarse y tomó su mano.

—¿No quieres saber lo que tiene que contar?

Christopher tenía las oscuras cejas completamente rectas, pero terminaron aflojándose ante la dulce mirada de su chica.

Dio un hondo respiro, cerrando los ojos, llevando el rostro hacia atrás, y terminó asintiendo.

Aria se asomó y terminó saliendo con él de la mano.

—Christopher no me ha lastimado —aclaró por si la guardiana pensaba alejarlo de ella—. Yo vine por mi cuenta, yo quise ayudarlo.

La mujer sostenía su casco contra su cintura con un brazo. Un dron blanco estaba a su lado.

—Llámame Carla. Me llamo, creo, como alguien que conoció a tus padres, aunque ella no haya sido parte de mi familia. Mi antigua familiar se llamaba Helen y ella también los conoció. De hecho, hicieron a los primeros hombres con su ayuda. —Sonrió amable mirando de arriba abajo al chico—. Te pareces bastante a tu padre. Tu madre fue una guardiana también.

—¿Lo fue? —preguntó él con sorpresa.

Era por eso que recordaba cuando su papá le enseñó a usar los trajes.

—Una mujer fuerte, con carácter. Algo celosa, además —agregó con cierta diversión—. Al menos eso decían. —Chris no pudo evitar sonreír—. Vamos. Hay que regresar al Heaven o también me meteré en problemas.


***

Paul había logrado ingresar al archivo en donde había encontrado esa información sobre los hombres aislados. Revisó los nombres, y se sorprendió. Uno de ellos era aquel amigo al que dejó de ver en el Edén, antes de ser compatible con Carmela.

¿Su amigo había estado ahí todos esos años? Era demasiado.

Entristeció y suspiró. Era una lástima. Resopló y siguió revisando los perfiles de los demás, incluso de los que ya no, los que "encontrarían a su Eva en su siguiente existencia", que era lo que les hacían creer.

¿Por qué Carmela había pedido el acceso a esa área?

Quizá había estado interesada en saber en dónde había estado su hijo....

De todas formas, lo agradecía, así al menos había podido avisar que el amigo de Tomas ya había pasado a su otra existencia.

Por curiosidad o para matar el tiempo, ya que el sueño se le había ido y el sol estaba cerca de salir, siguió revisando el historial de aquel lugar, el "limbo" en donde aislaban a los hombres que no les iban a ser funcionales, ya fuese el motivo que fuese.

Buscó y se asombró, pero de una muy mala forma, por la cantidad de generaciones que habían padecido aquel castigo. Abrió mucho los ojos y le falló la respiración. ¿Cómo era posible?

En verdad no quería creerlo, pero esa era la realidad de los hombres. Nacer hombre era como una condena, ya que no eran libres. La mejor suerte era quedar compatible con una Eva.

¿Era una cosa de nunca acabar?

Asqueado, cerró todo, se puso de pie con lamirada todavía en aquella pantalla, como si le mostrara muchas atrocidades,tragó saliva con dificultad y se alejó.


***

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro