—Ling...— la llamé y la aparté de los demás un momento.

—¿Qué pasa, amor?— cuestionó cariñosamente.

—Es que no sé jugar— respondí apenada y bajé la mirada, ella tomó mi barbilla en su mano e hizo que volviera mi vista a ella.

—Tranquila, yo tampoco sé tanto, sólo nos divertiremos un rato, ¿vale?— me tranquilizó y sonreí.

—¿Haremos el ridículo?

—Jungkook puede enseñarte— propuso.

—¡No!— exclamé sobresaltada y ella me observó confundida— mejor vayamos ya, nos están esperando— comenté, evitando que me preguntara o dijera algo más.

• 나의 인도하는 빛 •

—¡Idiota! ¡Esa era mía!— exclamó Jimin a Namjoon molesto, y este sonrió burlón.

Habíamos empezado hace un rato, y ya quiero sentarme y no hacer nada, me siento ridícula.

Hace un rato, noté como Jungkook y Ling se secreteaban cosas, que yo no podía saber, pues cuando me acercaba, guardaban silencio. No sé qué traman.

No sé en qué momento, ese chico con cabellos castaños había llegado hacia a mí, lo miré confundida.

—¿Qué pasa?— pregunté, ya que él no dijo una palabra.

—Te enseñaré, y no niegues mi ayuda ¿vale?— ordenó.

—¿Acaso...?—me interrumpí a mí misma para voltear a ver a Ling, quien me lanzó un beso divertida, ella se lo dijo a Jungkook, sabía que estaba tramando algo.

Maldita perra habladora.

—Vale, toma— me extendió la pelota y la acepté, él se posicionó detrás de mí— esto es sencillo ¿sí?— habló muy cerca de mi oído, lo que causó que mi piel erizara automáticamente— la picas, esquivas a los demás, y calculando rápidamente en tu mente un ángulo correcto..— se interrumpió a sí mismo, para colocar sus manos sobre las mías, acto que sentí que me sonrojó, yo aún agarraba la pelota— levantas— levantó sus manos junto a las mías, elevando más la pelota, lista para lanzarla— lanzas y anotas— y así lo hizo; se le da bien esto— es fácil ¿ves?— volvió a hablar demasiado cerca, tanto que si giraba mi rostro hacia el suyo, nuestros labios rozarían. Obviamente, está cerca de mí inocentemente, eso se percibe— anda, hazlo tú ahora.

Se alejó un poco de mí, para dejarme anotar sola; afortunadamente, no hice el ridículo.

Sonrió al ver que había anotado.

—Muy bien, aprendes rápido— comentó y sonreí.

—Gracias, Jungkook— agradecí tímida.

• 나의 인도하는 빛 •

El partido fue entretenido, los chicos son un encanto; Seokjin es muy gracioso y Namjoon es muy amable. Hoseok y Yoongi, son mejores amigos, comparten la misma personalidad, pero no son desagradables. En cuanto a Jimin, él es todo un Romeo, hay que admitirlo.

Es solo que no ha encontrado aún a Julieta.

Taehyung, es un chico algo difícil de entender, parece que vive en un mundo distinto, lo único que entiendo a la perfección es que le gusta Soo.

Y Jungkook, él es un amor de persona, se ve que es muy inocente y pasivo, se pone un poco tímido cuando le hablo, pero siento que eso es porque le cuesta interactuar.

Quedamos el sábado, para vernos nuevamente, nos invitaron a un bar, al cual, claramente iríamos.

Palabras de Park Lingsoo.

En este momento, nos encontramos, ambas dos en nuestra habitación dónde dormiríamos después de un largo día.

—Menudo día— comentó Ling luego de soltar un largo suspiro y acomodarse bien en la cama.

—Seguro que sí— afirmé— los chicos son agradables ¿no?— cuestioné.

—¡Sí!— exclamó emocionada— ¿viste que guapo está Jungkook?— preguntó pícaramente.

—Supongo— respondí, restándole importancia y su mirada me fulminó.

—No te hagas, sí lo está— aseguró autoritaria.

—Vale— expresé rendida, con un ruedo de ojos para regresar mi vista hacia ella— oye, ¿no percibiste algo en...?

—¿En...?— dijo, buscando que terminara mi frase.

—¿Yoongi y Hoseok?— concluyo.

—Oh, la verdad es que no. Solo creo que son mejores amigos y personas asociales, es todo— opina.

—No sé, Soo, no me transmiten buena energía— dudé.

—Nikki, creo que deberías ser más cercana con ellos, así los conoces, y obtienes una opinión más segura sobre ellos— propuso.

—¿Debería?— cuestioné y asintió— bueno, entonces, lo intentaré.

—Sí, deberías— sugirió para dirigirse hacia mí— ¿qué piensas de Kim Taehyung?— me preguntó, con una sonrisa estúpida pintada en su rostro.

—¿Él? Es lindo— respondí, restándole importancia.

—¿Sólo eso? Es que...

—Le gustas, Lingsoo, le gustas— contesté antes de empezar con los rodeos.

—No hablas en serio— negó sorprendida y reí incrédula.

—Por favor, Park, te lo dejó más que claro cuando se paralizó al verte, no me jodas que no me diste cuenta— la regañé.

—Pensé que la única paralizada había sido yo, y que mi mente había hecho lento el momento— se defendió tiernamente.

—Pues, olvida a tu mente, vive la realidad; sí le gustas, bonita— aseguré y sonreí.

—Pensé que le gustabas tú— mencionó y posé mi mirada confundida sobre ella.

—¿Yo? ¡Por favor!— exclamé incrédula.

—Pero, te guiñó un ojo— se quejó tiernamente, haciéndome sonreír.

—Eres una tonta— ofendí cariñosamente.

—Tú también, pero yo no me quejo— se defendió de la misma forma— ven aquí, acércate— pidió y me acerqué, me recibió con los brazos abiertos, para luego rodear mi cuerpo en un cálido abrazo— hoy dormirás abrazada por mí— expresó.

—Pero ¿No te molesta?— cuestioné.

—Para nada, Kiki— negó— evitarás tener pesadillas, y si de todas formas las tienes, pues, que sepas que aquí estaré siempre contigo— aseguró, haciéndome sonreír y abrazarla con fuerza.

Es un buen comienzo para cambiar mi vida.