C A P I T U L O 4 3
Inmediatamente, todos los presentes dirigieron sus miradas hacia él, quedando perplejos; pero nadie superaría a Seokjin.
Seguía boquiabierto, sin expresar palabra alguna ni mover sus ojos de lugar.
—¿Esto es real?— murmuró Jimin desde atrás.
—Lo es— afirmé desde mi lugar.
Namjoon comenzó a acercarse a nosotros. Estando frente a frente con su hermano, me dedicó una guiñada de amistad, gesto que respondí con una sonrisa y un asentimiento, para así caminar hacia donde se encontraban los demás, dejándolos solos.
Me acerqué a Jungkook, y tomé sus manos para que me abrazara por detrás, posteriormente le dí la espalda y me envolvió entre sus brazos.
—¿Acaso lo sabías?— susurró cerca de mi zona auditiva.
Observé su rostro, girando el mío y le dediqué una sonrisa, para luego besar su mejilla.
—Sí— afirmé e hice una pequeña pausa para girar mi vista hacia los hermanos nuevamente— él me salvó.
Después de dedicarse unas palabras que no pude escuchar con claridad, formaron un abrazo afectuoso y las lágrimas fueron abundantes, por parte del hermano mayor.
Sentí una alegría enorme por ellos; un sentimiento nunca vivido antes. Solía sentirme feliz por algo, pero nunca había sentido felicidad por personas a mi alrededor, así que considero esto un avance en mi persona.
Te lo debo, Namjoon.
Seokjin estaba dándonos la espalda durante el abrazo, por lo que se podía apreciar la figura de Namjoon de frente, el cual, luego de unos segundos con sus ojos cerrados, finalmente los abrió, y posó su mirada sobre mí.
—Gracias— articulé sin sentir mi voz.
Negó levemente con aquella sonrisa que nunca olvidaría, la más hermosa que había visto.
Si Ling o Jungkook me escuchan querrán matarme.
—Gracias a tí— articuló de vuelta, haciendo mi sonrisa más amplia.
Un asentimiento de mi parte dió por concluida nuestra conversación en mudo.
Lo próximo que sentí fue un beso tierno en la mejilla, haciéndome girar un poco el rostro, encontrándome con aquel chico que quería tanto.
—Te quiero— pronunció.
—Sabes que yo a tí más, Kookie— recordé, sin perder aquel tono tierno.
—Eso dices tú, bonita— negó con la sonrisa burlona que lo caracterizaba, opté por ignorarlo divertida.
—¡Hey, fantasma!— llamó burlonamente Jimin a su hyung, interrumpiendo cualquier muestra de afecto en aquel momento, pero conociéndolo, no le importaba— ¿puedes decirnos cómo te regeneraste?— indagó con un tono divertido que nos causó gracia a todos, hasta él mismo se vio obligado a soltar una risa al escucharse.
Namjoon comenzó a caminar hacia nosotros, junto a Jin, quién se veía más tranquilo que hace minutos, pero no dudo que continúa en shock.
Nos sentamos todos en las bancas, quedando frente a frente. Me senté junto a Jungkook, y a su lado se encontraba Taehyung con Ling; mientras que del otro lado, Namjoon, Jin y Jimin habían ocupados la banca.
—Cuéntanos todo, Namjoon— imploró su hermano, con aquel tono de voz todavía afligido por el impacto de hace momentos antes, claramente todos querían una explicación.
Namjoon giró su mirada hacia mí, con una leve sonrisa; indiqué, por medio de un asentimiento, que podía comenzar a contarles todo lo ocurrido, sin problemas.
Dió un respiro hondo para liberar la verdad.
• 나의 인도하는 빛 •
—Impactante— opinó Jimin, luego de haber escuchado todo.
Estaban anonadados, aún no podían creer que lo que ocurría era real.
—Hyung— lo llamó el menor, ganándose su atención de manera inmediata— ¿va a irse del país?— indagó con aquel tono afligido que hizo que mi corazón se quebrara levemente.
Fue como cuando un niño pequeño le pregunta a su papá que si abandonará su vivienda y familia, inocentemente y sin ser consciente de lo que en realidad podía estar pasando; sin conocer el porqué querría hacerlo. Entonces, el padre asiente y el corazón de su hijo se quiebra en pedazos, por tener la obligación de vivir alejado de sus padres.
Ese dolor fue el que me transmitió el menor con su cuestión, recordándome esas tristes situaciones.
—Sí, Jungkook— afirmó, creo que sentía el mismo sentimiento que yo en ese momento; era triste desilucionarlo.
El castaño no verbalizó una palabra más, tan solo se levantó de su asiento, y caminó hasta quedar frente a él. El mayor decidió levantarse de la misma forma, esperando la acción del menor. De repente, unió sus cuerpos en un abrazo, el cual inmediatamente fue correspondido por él.
—No se vaya— pidió.
—No quería hacerlo, Jungkook. Pero será lo mejor para mí, necesito un respiro luego de tanta aflicción— explicó dolido por su reacción.
—Pero no lo comprendo— se quejó, deshaciendo el abrazo y viéndolo directamente a los ojos— el problema era con su hermano, y ya está resuelto, ¿por qué quiere irse de todas formas?— interrogó con frustración perceptible en su rostro.
Ahora mismo, sé que Namjoon se encuentra bastante triste, no quería causar eso en su hermanito menor de cariño, pero lo ayudaría a recuperarse.
—Jungkook, por favor entiéndeme— le suplicó— este tiempo fuera me ayudará a sentirme bien conmigo mismo nuevamente— declaró— ¿Recuerdas quién te ayudó cuando estabas a punto de caer?— preguntó.
—Usted— respondió sin rodeo alguno.
—Exactamente, ¿recuerdas toda mi autoestima? Todo se fue a la basura, Jungkookie, todo— aseguró dolido— por eso te pido, por favor, que me entiendas y no continúes machacándome, no lo haría por el mal de ninguno de ustedes, los amo, son mi familia.
El menor no pudo pronunciar nada más, las palabras de su hermano mayor de lealtad lo habían debilitado emocionalmente.
Era primera vez que lo veía llorar.
Inmediatamente, lo envolvió entre sus brazos, proporcionándole aquel cálido abrazo que tanto necesitaba en aquel momento; correspondido por el menor.
Este gesto de amor emocionó mucho a los presentes, pues más de una lágrima había sido liberada luego de presenciar la escena.
Ellos realmente amaban a Namjoon.
Al separarse de aquella muestra de afecto, el mayor le dedicó dos palabras al castaño, que según mi consideración, son importantes para vivir una vida feliz.
—Love Yourself.
Asintió limpiando su nariz, para dedicarle una sonrisa pequeña.
Otros brazos rodearon el cuerpo del menor, haciéndolo girarse lentamente, encontrándose con Taehyung. Sonrió ante su muestra de afecto, y eso fue suficiente para crear entre todos un abrazo grupal.
—¡Te queremos Namjoon!— alzó la voz Jimin, sacándonos una sonrisa, aliviando así el triste momento.
—Yo también. Los amo— rectificó.
—Cuídese mucho, hyung— imploró el menor.
—Consíguete una novia— sugirió Taehyung, con un tono de burla que lo hizo reír.
—Disfruta del calor australiano— habló Jimin nuevamente.
—No pierdas el contacto— amenazó Lingsoo divertida.
—Sé feliz— pidió su hermano; siendo este el primer comentario sin presentar una pizca de burla. Inmediatamente nuestro aura bromista desapareció.
—Gracias, a todos— agradeció de corazón.
—Yo no dije nada porque te deseo lo mejor del universo, pero sí, quiero darte las gracias por todo. Principalmente por haberme salvado la vida en más de una ocasión, hacerme ver el mundo de una manera diferente, y sobre todo gracias por haberme devuelto las ganas de vivir— le agradecí de la misma forma.
—Sólo quería demostrarte el arte de vivir, Nicole— contestó, esbozando una sonrisa reconfortante.
—Cuídate, Nam— supliqué.
—Por supuesto— dijo para abrazarme cariñosamente— mañana, 10:00am en el aeropuerto ¿vale?— indicó en un susurro.
—Está bien— afirmé— ¿qué harás ahora?
—Necesito recuperar el tiempo perdido con mi hermano, ¿me lo permiten?— cuestionó asegurándose de que no ocurriera ningún problema por eso.
—En lo absoluto— negué— adelante.
Esto fue lo último que hablé antes de deshacer la muestra de afecto.
Habíamos pasado dos horas en aquel lugar, era hora de regresar a nuestras viviendas, si lo deseábamos, pero Namjoon quería pasar tiempo con su hermano y era entendible, por lo que optamos por retirarnos.
—¡¡Adiós!!— alcé la voz despidiéndome a lo lejos, pues íbamos en caminos diferentes.
—Adiós hermosa— se despidió mi amiga.
—See you tomorrow— gritó Namjoon de la misma manera y asentí para regresar mi vista al frente.
—¿Qué te dijo?— preguntó el chico a mi lado.
—Eres un chismoso, Jungkook— lo regañé divertida.
—¿Ah sí?— dijo ofendido— Vale.
—¿Estás molesto?— pregunté burlona.
—No— negó— sólo te las estoy contando todas— explicó— recuerda que tú y yo tenemos cuentas pendientes en casa— declaró pícaramente.
—Haces la vida mucho más interesante, daddy— comenté con un tono inocente, pero una mirada que no pude evitar que fuera pervertida.
—¡Anda! En serio quieres quedarte una semana sin caminar, pequeña— exclamó levemente sorprendido— tranquila, aún recuerdo cuando me dijiste que no era capaz de hacerlo.
—Qué rencoroso, Jungkook— opiné.
—Gracias— agradeció, y sonreí negando para continuar caminando hasta casa.
Cuidado con lo que me espera en casa.
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