C A P I T U L O 4 2
—La intriga me está matando, Nicole— se quejó Jungkook, mientras caminaba con nuestras manos entrelazadas por la calle.
—Tranquilo— pedí, agregando una rodada de ojos con una sonrisa pequeña— lo descubrirás tan pronto como llegues, cariño.
—Confío en que no es nada malo— comentó.
No verbalicé una palabra más, no estaba segura de qué estaba planeado exactamente Namjoon, por lo que no puedo dar detalles.
—¿Por qué no dices nada?— cuestionó perdiendo la calma.
—Te quiero— dije repentinamente, para intentar distraerlo.
Respiró hondo, aliviado, para luego sonreír complacido e intensificar un poco nuestro agarre.
—Yo te quiero más, lindura— respondió con una voz tierna.
—Lo sé, tontito— apodé cariñosamente.
—Oye, ¿ya llegamos?— preguntó agudizando su voz, modificándola como una voz de niño pequeño.
—No, cosita, aún no— negué sin perder la ternura en mis palabras.
Asintió con un puchero para continuar caminando en silencio nada incómodo, más bien relajante.
6:04pm
Justo a tiempo, en el lugar indicado.
A lo lejos, notamos la presencia de Jimin, había sido el primero en llegar; al vernos esbozó una sonrisa emocionada y se acercó a saludar.
—¡Pequeño~!— exclamó antes de rodear con sus bien definidos brazos al castaño, formando un abrazo.
—Te extrañé, Jimin hyung— confesó.
—No vuelvas a desaparecer de esa manera, ni siquiera lees los mensajes, ni respondes las llamadas, y cuando fui a verificar que estabas en casa no respondías, ¿qué quería que pensara?— cuestionó serio, luego de haber deshecho aquella muestra de afecto. No se notaba enojado, sino preocupado.
—Lo siento, hyung— respondió apenado, bajando la mirada al suelo.
Jimin quedó unos segundos en silencio, posteriormente dió un respiro hondo para continuar con su hablar.
—Tranquilo, sólo estaba preocupado— le confirmó, sobando su hombro izquierdo, transmitiéndole cariño y seguridad; ante este gesto, el menor alza la mirada hacia los ojos de su amigo y sonríe.
—¿No estás enfadado?— preguntó confundido.
El mayor sólo niega y le regala una sonrisa, dándole a entender que todo estaba bien entre ellos. Luego dirigió su mirada hacia mí, sonriendo de una manera más amplia y procedió a acercarse para repetir la muestra de afecto aplicada anteriormente.
—¿Cómo estás, fiera?— preguntó cariñosamente.
—Mucho mejor, Jiminie— contesté alegremente, y nos separamos lentamente.
—Tú también, jovencita— habló, señalándome con su dedo índice— no vuelvas a darnos un susto así, estábamos preocupados.
—Tranquilo, para eso estamos aquí, para asegurar que todo está bien con todos nosotros— le expliqué, y el castaño se acercó a nosotros, acariciando mi cintura sin llegar a ser irrespetuoso.
—¿Viniste solo?— preguntó.
—Con mi sombra~.— canturreó divertido.
—Ya, ya entendí.
Repentinamente, el mayor posó su vista detrás de nosotros.
—Miren, ahí viene el TaeLing— avisó y los señaló, haciéndonos voltear la mirada hacia su dirección. Y no venían solos, se podía divisar la figura de Seokjin, unos pasos detrás de ellos.
—¡Me alegra que lo hayan conseguido!— exclamé en un tono alto, haciendo que me escucharan desde su distancia, inmediatamente una sonrisa se formó en sus labios.
—¡Nos costó, pero aquí estamos!— exclamó mi amiga, de la misma forma, contagiándome aquella sonrisa.
Esperé a que estuvieran todos cerca, para saludar como era debido.
Primeramente saludé a Taehyung, el cual se acercó dispuesto a formar un abrazo conmigo; acto que me sorprendió, pues es una persona fría y nunca lo había hecho antes con mi persona.
—¿Estás bien, Taehyung?— pregunté burlonamente, deshaciendo lentamente el abrazo.
—Lo estoy— afirmó— ¿Por qué?— preguntó curioso, sin aquel tono que solia usar al hablarme; este era más agradable al oído.
—¿Tú? ¿Abrazándome? ¿Y hablándome en un tono normal?— cuestionó totalmente anonadada.
—Te abracé porque quise, Nicole— respondió sin más— y ¿a qué te refieres con "tono normal"?
—Normalmente, usas un tono asesino cuando me hablas— expliqué graciosamente, haciéndolo sonreír.
—Siento que hayamos tenido diferencias, deberíamos empezar de cero— sugirió.
—Está bien, de cero entonces— afirmé con una sonrisa.
—Vale, vale, se conocen después— intervino Ling, apartando a Taehyung de mí— ahora yo quiero un abrazo— pidió esbozando aquella hermosa sonrisa, obviamente quise complacer su petición.
—Ay, Soo-ie, en serio te quiero mucho, mujer— le recordé una vez más.
—Yo más— respondió, acercando su cuerpo más al mío en aquel abrazo— ¿sientes eso?
—¿El qué?— pregunté sin saber a qué se refería.
—Los latidos de tu corazón— comenzó a decir— son los que me mantienen con vida, en el momento en que se detengan, mi vida automáticamente llega a su fin— concluyó.
Sonreí aunque no pudiera verme, y la estreché más entre mis brazos. Esa frase me la dijo por primera vez cuando teníamos doce años de edad; nunca lo olvido.
—¿Por qué recordar esta frase ahora mismo?— cuestioné perdida.
—Nunca sabemos cuándo podemos irnos de aquí, por lo que quiero hacerte saber, cada día de mi vida, el gran amor que te tengo, Nicole— explicó.
—¿Sabes que conozco ese gran amor que sientes por mí?— pregunté y asintió— yo siento el doble.
—Sé que me amas, pero dudo que más de lo que yo lo hago— dudó.
—Hey, hey, hey, por favor— intervino el castaño que tengo como novio, harto de nuestras muestras de cariño; ambas nos separamos del abrazo para observarlo.
—¿Qué, Jeon?— interrogué seriamente.
—Nada, que estoy celoso— dijo sin más.
—Dramático— opinamos al unísono.
—¡Oigan!— se quejó, causándonos risa su reacción— Park, vete con tu novio, quiero estar con la mía— ordenó señalando a Taehyung, quien conversaba animadamente con Jimin.
—No quiero, Jeon— negó— ella es mía— aseguró posesiva.
—Era— rectificó acercándose a mí, posicionándose detrás, tocando mi trasero suavemente, acto que me sorprendió— ella es mía ahora.
—Te salvas que te quiero, maldito— avisó con sus ojos entrecerrados en muestra de amenaza— me iré con mi novio— verbalizó para dejarnos solos e ir donde Taehyung.
Me volteé quedando frente a él, acariciando su mejilla derecha.
—Posesivo.
—Tú habrías hecho lo mismo, bonita— se defendió divertido.
—¿Que comes que adivinas?— indagué de la misma forma, él sonrió y acercó sus labios a los míos, pero antes de unirlos...
—Nicole— me llamó Seokjin, interrumpiéndonos.
—Oh, Jin, ¿cómo estás?— pregunté algo apenada.
—Bien— respondió rápidamente, pero dudo que estuviera siendo sincero— ¿qué estamos haciendo aquí?
—Ah...— quedé paralizada, sin saber qué saber o decir— pues..
¿Dónde carajos está Namjoon? ¿No era este su plan?
—¿Estamos aquí por nada? Para retirarme ahora mismo— avisó.
—¡No! No puedes marcharte— negué exaltada.
—Todo esto es demasiado extraño— agregó Jungkook.
—¡Tú cállate! Mejor vete con los chicos, déjame a solas con Jin— ordené.
—Está bien— susurró rendido, caminando hacia donde le pedí.
Observé inmediatamente al mayor, quién esperaba una respuesta de mi parte.
—Jin, ¿puedo preguntarte algo?
—Claro— habló seriamente.
—¿Extrañas mucho a tu hermano?— fue lo que se me ocurrió preguntar.
—Demasiado, Nicole— afirmó— daría lo que sea, lo que sea, por poder decirle todo lo que siempre quería; dejarle claro que nunca lo odié, sólo lo hice por salvar su vida, y finalmente, fue en vano, lo arruiné todo— su voz comenzaba a quebrarse, indicando que pronto rompería en llanto.
—Nada de esto es tu culpa, Jin— negué rápidamente— en serio, fuiste el mejor hermano, y la mejor persona para él— le aclaré.
—¿Cómo sabes eso?— preguntó con dificultad al hablar, ya le corrían lágrimas por el rostro, las cuales me acerqué a secar.
—Porque Namjoon me lo contó todo. No te culpes más, fuiste un hermano magnífico, Jin— aseguré una vez más.
—Y lo sigue siendo..— esa voz detrás de nosotros era justamente la que quería escuchar en estos momentos; inmediatamente una gran sonrisa apareció en mi rostro.
Seokjin quedó paralizado por un momento, asegurándose internamente que su mente funcionaba correctamente, y no alucinaba.
Lentamente volteó hacia su dirección, encontrándose con la persona que más ansiaba ver en estos momentos; podría jurar que su rostro palideció en ese instante. En cambio, Namjoon esbozaba una amplia sonrisa al haber escuchado con su propia audición la confesión de su hermano.
—Te extrañé mucho, Jin— verbalizó, rompiendo aquel silencio.
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