C A P I T U L O 3 8
Nos mantuvimos charlando animadamente por unas horas, posteriormente jugamos cartas, donde el poder femenino derrotó a mi suegro y novio.
Por cierto, unos amores los dos, verdaderamente amables y agradables al igual que su hijo.
Se nos había hecho algo tarde, y es que tampoco llegamos muy temprano que digamos. De todas maneras, nos invitaron a pasar la noche, Jungkook se negó amablemente, pero la insistencia de su madre terminó venciendo la suya.
11:37pm
Definitivamente, habíamos perdido la noción del tiempo.
Subimos a la habitación de Jungkook, donde descansaríamos; o al menos ese era el plan.
—¿Esta es tu habitación?— pregunté asombrada.
Muy buen gusto que tiene, aparte muy organizado que estaba.
—Sí, pero no te fijes en los detalles, ha pasado tanto tiempo que no he remodelado nada— explicó.
—Pero si está alucinante— opiné confundida— ¿a tí no te gusta?
Respondió con una sonrisa leve, como si hubiera memorizado algún recuerdo pasado. Luego comenzó a caminar hasta la cama, sentándose en el borde.
—Está decorado de esta forma desde que tengo catorce— me contó.
Observé cada detalle, percatándome del número de pósters que cubrían sus paredes. Fotos de bandas de rock/metal, tales como: Slipknot, Dead By April, Linkin Park, Black Veil Brides, y Motionless In White podían apreciarse.
—Tenías buen gusto en ese entonces, Jungkook— opiné con sinceridad— no sabía que te gustaba el rock.
—Me gustaba— afirmó con una expresión neutra— también escuchaba más música.
—¿Cómo cuáles?— pregunté curiosa.
—No mencionaré intérpretes— negó, acercándose a mí para acariciar mi cintura cariñosamente— pero te diré que no eran agradables las letras.
Aquella explicación me hizo perderme por un momento, y las dudas se adueñaron mi mente. Ante mi expresión confusa me dedicó una sonrisa leve, para continuar explicando.
—Escuchaba música perturbadora, con letras de suicidio y desamor.
No dije una palabra, estaba sorprendida.
Imaginarse a Jungkook así no era algo muy agradable; a ese chico tan alegre, sufriendo problemas emocionales, ¿qué habrá pasado?
—¿Puedo saber por qué lo hacías?— indagué tímida, pero tenía demasiada curiosidad.
—Antes de hacerlo, quiero aclararte que he cambiado mucho, así que no quiero que te perturbes con mi "yo" del pasado— pidió.
¿Perturbarme?
—Vale.
Se alejó de mi cintura, pero me hizo acercarme más a los pósters tomando mi mano. Quitó la cinta adhesiva que sostenía uno de ellos –el de Motionless, para ser más específica– dejando ver algo que realmente no me esperaba.
Él observó mi rostro, viendo mi expresión de confusión y aflicción total, y regresó su mirada hacia aquellas paredes.
Estaban agrietadas, y tenían muchas notas escritas en lápiz rojo.
"Muérete"
"El amor es una perra"
"Quiero morir"
"No me extrañes cuando no esté"
"Te odio"
"No me valoraste"
"¿Eres tan superior?"
Y más reclamaciones se podían observar en dicha zona.
—Las paredes están cubiertas por estas cosas, estas notas viejas y por más grietas.
Yo no decía una palabra, me sentía muy afligida por ver esas cosas.
—Nicole— me llamó y lo observé— tu silencio me aterra— habló.
—Sólo estoy procesando esto, me cuesta mucho— confesé.
—¿Por qué te cuesta?
—No imaginé que sufrías depresión en el pasado, Jungkook— negué.
—¿Qué creías? ¿Que eras la única persona que había tenido un pasado de mierda? Porque estás equivocada, Nicole. Yo también la pasé fatal— confesó adolorido.
Inmediatamente lo rodeé con mis brazos, formando así un abrazo; sabía que lo necesitaba.
—Realmente la pasé mal— continuó.
—Ya, tranquilo— pedí cuando sentí cómo se quebraba su voz, apreté el abrazo transmitiéndole seguridad y confianza para que se desahogara conmigo si era eso lo que quería.
—Lo siento— se disculpó— no debí haberte hablado así.
—Te entiendo, Jungkook, mantente calmado, puedes contarme lo que sea— le avisé mientras me alejaba lentamente de él, deshaciendo el abrazo; cuando nuestras miradas conectaron, le dediqué una sonrisa.
—Gracias— pronunció en un tono apenas audible.
—Venga, ahora cuéntamelo. Sé que necesitas desahogarte— afirmé.
—Sentémonos— indicó caminando conmigo hacia la cama.
Me senté dejando a Jungkook relajar su cuerpo sobre la cama, posicionó su cabeza sobre mis piernas, dejándome acariciar sus cabellos castaños, para relajarlo.
—Todo empezó en el colegio, donde me veían como un perdedor— comenzó a contarme— pero yo no me sentía tanto así, realmente, era un chico con autoestima. En mi clase, estudiaba una chica.
Ya sé por dónde va esto.
—Muy linda y aplicada. Una estudiante diferente, nada ordinaria ni común. No sé juntaba con las demás chicas, y eso fue lo primero que me llamó la atención, pues parecía muy tímida y misteriosa.
Mientras hablaba estaba concentrada en su cabello, aunque escuchaba lo que me decía.
—Me acerqué a ella, bueno, lo intenté, porque mis problemas de timidez me lo impedían; en realidad, no lo hice— negó finalmente, sacándome una sonrisa leve al igual que él— deseaba hacerlo. Era una diosa ante mis ojos, no podía evitar verla y sentir cómo los nervios se apoderaban de mi cuerpo, me gustaba mucho, y ni siquiera habíamos intercambiado palabras; y ese fue mi error.
Poco a poco, su emoción por hablar iba decayendo.
—Al ser alumna nueva en una escuela nueva, prefiere no socializar, y eso la vuelve el blanco de los matones. Unos chicos la molestaban cuando sus calificaciones eran altas, o cuando optaba por hablar en clase, respondiendo las preguntas del profesor.
—Entonces, ¿la cualificaron como la nueva nerd de la clase?— cuestioné atentamente.
—Exacto— afirmó— eso me estaba comenzando a molestar, por lo que intervine un día. Le habían hecho tirar sus libros al suelo, causa de un tropezón a propósito. Todos reían, les causaba gracia la situación, cuando debía de causarles vergüenza ser tan inmaduros— hablaba transmitiéndome todo el odio que sentía en esos momentos— me acerqué al chico que provocó aquello, y lo derribé de un solo golpe.
—¿Eras problemático?— interrogué curiosa.
—¿No escuchas que era un nerd?— repitió.
—Entonces, ¿de dónde sacaste el valor para golpearlo?
—¿Valor? Nunca me asustaron esos idiotas, pero prefería no meterme en problemas con ellos, porque eran pandilleros, y yo solo era uno. Pero la rabia que sentí en aquellos momentos me cegó, haciéndome romper su labio de un golpe— explicó.
—¿Después?
—Pues, quería asesinarlo con mis propias manos, por lo que nos metimos en una pelea, que no cesó hasta que nos detuvo el director— continuó posando sus ojos en algún punto fijo de la habitación.
—¿Dónde aprendiste a defenderte, Jungkook?— cuestioné curiosa.
—Soy cinta negra en karate— contestó, regresando su mirada hacia mí por un momento, asentí levemente.
—Entonces ¿el loser practicaba karate y era además bueno en el arte?
—Sí, era bueno— afirmó— pero siempre me negaba a llevar mis habilidades a la vida real, ¿sabes? No quería lastimar a nadie, por lo que me cerraba, evitando peleas.
—¿Qué ocurrió con la chica?
—Al final, me agradeció por todo. Le dije que no tenía nada que agradecer, que no me gustaba el abuso. Desde aquella pequeña conversación nos volvimos un poco más cercanos, y comencé a conocerla como persona, percatándome de lo buena chica que era, tal y como imaginaba— hizo una pausa, para sonreír dolido— pero no todo podía ser tan perfecto. Tiempo después comenzó a integrarse, perdonando al chico que la molestaba al principio, hecho que me molestó demasiado, pero no era nadie para intervenir; poco a poco se alejaba de mí, aunque tampoco éramos mejores amigos, ni nada por el estilo. Luego de muchos días distanciados, su actitud comenzó a cambiar conmigo repentinamente, volviéndose más cariñosa; como si tuviera una segunda intención.
—Seguro estaba enamorada de tí— opiné.
Al escucharme, dejó salir una risa amarga.
—Claro— respondió sarcástico— No, no lo estaba— negó con un tono rabioso— quería enamorarme, era su plan; o más bien, el plan de sus nuevas amigas. Sabían que yo era el nerd que le había pegado una golpiza a uno de los más populares en el colegio, teniendo en cuenta que no le temía a ninguno de ellos, planeaban debilitarme emocionalmente. Usaron a aquella chica, o más bien, ella se ofreció a ayudarlas para que mi estabilidad emocional se fuera a la mierda.
Mis caricias se detuvieron poco a poco, prestando más atención en lo que me decía.
—El mismo día en que la verdad se reveló, sentí cómo mi corazón se quebró, ¿sabes todo lo que sentía por aquella chica? Me dolió demasiado escucharla decir que todo era una maldita mentira— prosiguió con su explicación— no permitiría que me vieran llorar, sólo sacarían provecho de eso. Mejor me escapaba de la escuela, pero para mí desgraciada suerte, me estaban esperando los matones, principalmente el anteriormente lastimado; me golpearon entre todos y no pude defenderme, no tenía razón para hacerlo, además, estaba demasiado débil.
—Lo siento mucho, Kookie— sentí pena cuando terminó de contarme su mala experiencia, por lo que me disculpé por eso.
—Tranquila— pidió y volvió su mirada hacia mí, sonriéndome y alzando su mano para acariciar mi mejilla— fue hace mucho tiempo, admito que me costó volver a sonreír, pero adivina quién me ayudó.
—Fue Namjoon— afirmé segura, con una sonrisa.
—Ese mismo, le debo tantas cosas que me siento mal al no haberle dicho lo mucho que lo quería antes de verme en la obligación de decirle adiós— habló tristemente.
—Anda, no pienses en eso, Kookie— lo animé, revolviendo su cabello de manera cariñosa— me tienes a mí ¿verdad?
—Te tengo, Nicole— afirmó sonriente— y espero nunca, nunca perderte— dijo mientras entrelazaba nuestras manos, la dirigió hacia sus labios dejando un pequeño beso— te quiero mucho.
—También te quiero, Jungkookie— contesté— y tranquilo, conmigo no volverás a vivir una experiencia así, prometo hacerte feliz, como mismo tú me prometiste a mí.
—Seremos felices, Nicole— aseguró.
—Lo seremos, Kookie.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro