Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

C A P I T U L O 3 4

Procedió a unir nuestros labios creando un beso apasionado y un ambiente más cálido.

¿Estaría bien dejarse llevar?

Perdida en la sensación comencé a acariciar su pecho, hombros y cuello, donde detuve mis manos.

Las suyas apretaban mi cintura cada vez que mordía sus labios, o introducía mi lengua en su cavidad bucal.

Dando pasos en reversa llegamos nuevamente a la habitación, donde me acorraló.

—¿Segura de lo que quieres hacer?— preguntó antes de hacer nada.

—¿Por qué no? ¿Acaso vas a lastimarme o algo así?— respondí a su cuestión con dos.

—No— negó seguro.

—Entonces, sólo cállate— ordené, y volví a besarlo con la intención de que no verbalizara una palabra más.

Hizo caso a mi orden, correspondiendo aquella acción.

Desde que me dijo esas palabras se tensó un poco, creo que en la cocina se dejó llevar por el momento.

No hay problema, puedo tomar las riendas.

Caminé hasta la cama, donde me acosté lentamente, dándole paso a que se acomodara sobre mí.

—Relájate— susurré entre el beso, haciéndolo sonreír.

Mi petición no fue suficiente, así que lo acariciaría, besaría y provocaría hasta que cediera.

—¿Qué puedo hacer para que dejes a un lado la tensión?— interrogué observándolo.

—No sé— negó.

—No sabes. Vale, yo sí— asentí, confundiéndolo.

—¿Qué cosa?

—Sólo cállate y sigue besándome— ordené.

Normalmente, me habría avergonzado de hacer algo así, pero los deseos se apoderaron de mí, dejando de lado la vergüenza.

Con mi pierna entre las suyas rocé su miembro, haciéndolo soltar un pequeño jadeo.

Al percatarme que le gustaba continué mi acción.

—Nicole, no habrá marcha atrás si continúas con esto— advirtió.

—No quiero marcha atrás, Jungkook— le respondí.

—¿Estás segura de esto?— repitió la interrogante de hace unos minutos.

—¡Que sí!— contesté un poco fastidiada, odio que me haga esperar.

—Amo hacerte esperar— comentó pícaramente.

Cabrón.

Continuó su sección de besos como los que me dió en la cocina, los que ansiaba sentir de nuevo. La vergüenza en mí era escasa, podía confiar en que me ayudaría a que todo saliera bien.

Bajó sus caricias a mi cuello, haciéndome soltar suspiros con nada más sentir su respiración tan cerca. Y cuando pensaba que iba a continuar volvió a detenerse.

—¿Te importa que toque aquí?— cuestionó acercando su tacto a mis pechos.

—En lo absoluto, por favor, no te detengas más— imploré.

Apretó levemente mi seno izquierdo sobre mi camisa, sentí cómo suspiró contra mi cuello al hacerlo.

—Sigue..— pedí en un jadeo cuando sentí un apretón más fuerte en la zona.

Dió unos toques más en ambos senos, mientras continuaba comiéndose mi cuello.

Aburrido de sólo tocar quiso explorar otra parte, me dí cuenta cuando deslizó sus manos hacia mis caderas, las cuales levanté un poco, rozando exactamente su miembro con el mío.

—Nicole~— suspiró en respuesta.

—¿Te gustó?— cuestioné aparentando inocencia.

—Déjame a mí también, hermosa— pidió.

—Como quieras, precioso— asentí deseosa.

—Además..—comenzó a decir, regresando a mis labios, donde susurró— te enseñaré todo.

¿Esos son gritos internos? Definitivamente.

Apreté mis labios intentando no sonreír por su frase, al final terminé haciéndolo, él también.

Regresó su tacto a mi cuerpo, apretando mi cintura como hizo en la cocina; mis manos seguían concentradas en sus zonas fáciles.

Un suave roce entre mi pierna y su mano me hizo exaltarme, y no del impacto.

—Tranquila, pequeña— comentó burlón por mi reacción, y apretando un poco la zona.

Lo quería a él y sólo a él.

Era la primera vez que tenía un roce tan íntimo con una persona, y me alegraba que fuera con él.

—¿Quieres?— interrogó acercando su mano a mi zona baja.

—¡Jungkook! ¡No preguntes más!— me quejé desesperada lo cual lo hizo reír.

—Vale, vale, como digas— contestó, pero aún no llegó a tocar— quiero que sepas que puedes confiar en mí de ahora en adelante, Nicole— declaró seriamente— prometo no lastimarte, ni dejar que nadie te lastime.

Él es un amor..

—Lo sé, Kookie— aseguré con una sonrisa sincera, feliz por tener la oportunidad de una relación que funcionaría realmente, con el chico que quería— te quiero.

—Yo más— respondió, para luego besar mis labios, transmitiendo todos sus sentimientos.

Pero aquel tierno roce se tornó pícaro cuando finalmente posicionó su tacto sobre la tela de mis leggins.

—¡Ah!— un gemido salió de mis labios, moría por sentirlo.

Mientras manoseaba aquella zona reaccioné tirando de sus cabellos castaños, intensificando el momento.

—Quítalos— pedí en un suspiro, refiriéndome a mis prendas, él me observó pervertido.

—Como desees, aunque ya iba a hacerlo sin que lo dijeras— aseguró haciéndome reír.

Con movimientos cómodos y ágiles me encontraba semidesnuda sobre mi cama. Si retiraba mis bragas y sostén me tendría completamente desnuda ante sus ojos.

Observaba cada detalle de mi piel, cada parte de mi anatomía; de vez en cuando apretaba sus labios cuando enfocaba sus ojos en mis lastimadas, haciéndome sentir un poco tensa.

—Esto no ocurrirá más— negó refiriéndose a mis lesiones— no lo permitiré, tu piel es realmente hermosa; tú eres hermosa.

—Gracias— susurré avergonzada.

Su mirada se desvió hacia mis pechos, y negó con un gesto físico para seguir con su trabajo.

Que nunca haya tenido relaciones antes no quiere decir que estaría acostada sin hacer nada cual muñeca inflable, así que dirigí mis manos hacia su cinturón y lo quité ágilmente.

Su mirada se tornó lujuriosa sobre mí, respondí sonriendo inocentemente y encogiéndome de hombros cual niña pequeña.

—No eres nada inocente— negó con una sonrisa socarrona.

No verbalicé una palabra más, esperé a que continuara con su acto para hacer lo mismo.

No me lo permitió.

—No, no. Ya lo hago yo— negó y apartó los pantalones de su cuerpo.

—Como quieras.

Quería quitarle la camisa, pero descarté aquella idea, me avergonzaba un poco.

Regresó su mano a mi entrepierna y su boca comenzó una guerra con la mía, en un impulso unió nuestros cuerpos en lo que parecía ser una embestida falsa.

¿Qué fue aquello que sentí?

¿Realmente era tan perfecto así?

Mierda— susurré al sentir su miembro ya erecto contra el mío.

—Ah, se sintió bien hacer eso— expresó en un jadeo.

Por alguna razón se negó sutilmente a quitar mi sostén, luego le preguntaría, no arruinaría el momento.

Sentí cómo lentamente deslizaba mis bragas, apartándolas completamente de mi cuerpo.

Mi rostro está ardiéndome y él lo notó.

—No sientas vergüenza, yo también lo haré ¿vale?— explicó y comenzó a bajar su bóxers, haciendo que mi corazón impactara fuertemente contra mi pecho.

Mis ojos se dirigieron rápidamente hacia su miembro.

Soy pervertida 7u7.

Y definitivamente, era mejor que en mis expectativas.

—¿Te lo comerás con la mirada?— cuestionó con aquella sonrisa pícara.

Inmediatamente regresé mi vista a sus ojos, los cuales me observaban intensamente.

Mis piernas estaban semiabiertas esperando aquel impacto, pero me concentré tanto tiempo en su ojos que..

—¡Ah!

Él continuó con su trabajo, introduciendo su miembro en mí de una estocada, no se movió por unos segundos, esperando que me acostumbrara al tamaño.

—¿Te dolió?— preguntó preocupado.

La verdad es que sí.

—Tranquilo, sólo sigue— opté por responder.

Asintió y lentamente comenzó aquel vaivén, mi rostro hizo gestos de dolor físico por lo que optó por besarme, transformando poco a poco aquel dolor en placer.

Era un beso apasionado, deseoso, de esos que me encantan.

—¿Quieres cambiar de posición?— cuestionó.

—Tal vez luego, ahora no pares— ordené.

—Veo que ya no te duele— comentó pícaramente.

Complació mi petición, hasta aumentó la velocidad de las embestidas, lo cual me estaba enloqueciendo.

—¡Ah.. Jungkook!— exclamé al sentir aquel placer recorrer mi cuerpo.

Él soltaba suspiros, y mordía su labio inferior al ver mis expresiones deseosas, implorando por más.

Mordí mi labio inferior al sentir aquella carga en mi vientre, él lo notó.

—¿Sientes que te vienes por mí, preciosa?

Y esa interrogante tan sensual fue suficiente para que mi fluidos se liberaran mediante un orgasmo.

Él en cambio, retiró su miembro del mío, viniéndose fuera, con ayuda de su mano.

Intentando regular nuestras respiraciones, continuábamos observándonos, hasta que unió por última vez nuestros labios en un beso amoroso.

—Realmente te quiero, Jungkook— aseguré.

—Yo más a tí, Nicole— respondió tiernamente.

Y esas fueron nuestras últimas palabras antes de caer en otro sueño nuevamente.

¿Es normal sentir más cosas por él después de esto?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro