C A P I T U L O 3 1
Después de este día extremadamente intenso e increíble decidí volver a casa y acostarme a dormir, todo esto me había dejado exhausta.
Me lastimé.
Lloré.
Pensé.
Estaba a punto de suicidarme.
Me salvaron; me salvó.
Y finalmente, la persona que creí que nunca volvería a ver en mi vida resultó sobrevivir ante aquel disparo; sólo que en silencio, para así marcharse y ser feliz, con una nueva vida.
Y lo entiendo perfectamente, merece felicidad.
Antes de regresar quise revisar dónde estaba quedándose mi amigo, así que me llevó a la vivienda de Félix.
Flashback:
—Es aquí— me informó estando frente a la puerta principal.
—Es una casa humilde— opiné.
—Félix también lo es— afirmó e hizo sonar el timbre.
Esperamos menos de veinte segundos para que la puerta fuera abierta, dejando ver la imagen de un hombre bastante apuesto; delgado, mucho más bajo que Namjoon en cuanto a estatura, y cabellos largos rubios.
—Nam, regresaste— saludó alegremente.
—Sí, estoy de vuelta— afirmó de la misma manera— ella es la chica de la que te hablé en una ocasión, Nicole, ¿recuerdas?— cuestionó y me hizo acercarme un poco a aquel hombre.
Me observó detalladamente, y luego sonrió.
—Claro que me acuerdo, hablas de ella cada vez que puedes, Joonie— aseguró.
—Hola, soy Nicole— saludé algo tímida.
—Soy Félix, es un placer— saludó cálidamente.
—Un placer— respondí sonriente y volteé a ver a Namjoon— me tengo que ir— avisé.
—Nick' sabes que te acompañaría si no fuera por la situación— recordó.
—Tranquilo, no te preocupes— negué— nos volveremos a ver ¿verdad?
—Sí, hermosa, lo prometo— aseguró.
—Te quiero— confesé con un abrazo afectuoso.
—Yo más aún— contraatacó cariñosamente, correspondiendo a mi muestra.
Fin del Flashback.
Me siento muy feliz de que esté aún sobre la Tierra, es algo increíble; aunque de que nos separaremos muy pronto.
Planea irse en una semana y media.
No podía llamarlo, enviarle mensajes, ni nada; o al menos no frente a los chicos.
Caminando de regreso a mi solitaria vivienda, observé todo a mi alrededor, memorizándome aquel camino para llegar a él, aunque no tendría porqué hacerlo.
Llegando divisé a lo lejos a una persona sentada en los escalones de mi casa, con su cabeza agachada descansando sobre sus brazos, los cuales abrazaban sus piernas en el suelo.
No tenía que hacerlo levantar la mirada para percatarme de que este chico era nada más y nada menos que..
—Jungkook ¿qué haces aquí?— cuestioné cerca de él.
Inmediatamente alzó su mirada, viéndome directamente a los ojos y asombrándose por alguna razón. Quedó unos segundos en shock, como si hubieran pausado el tiempo un instante.
—¿Estás vivo?— bromeé intentando hacerlo reaccionar.
Inmediatamente se levantó y me abrazó fuertemente, y ahí fue cuando yo quedé en shock. Su muestra de afecto transmitía más que solo cariño; percibí preocupación, aflicción, nostalgia, y sobre todo..
Amor.
—Estás bien— afirmó en un susurro, el cual me hizo esbozar una sonrisa y corresponder.
—Sí, Jungkook, estoy bien— respondí.
—Por favor, no vuelvas a darnos un susto así, Nicole— imploró— estaba a punto de buscarte hasta en las afueras de Seúl.
—No, tranquilo— negué— le prometí a un amigo que no volvería a lastimarme, ni a preocupar a mis seres queridos— expliqué, dejándolo confundido, pues enseguida se separó para observarme.
—¿A quién?— cuestionó.
—Namjoon— respondí con una sonrisa, la cual no demostraba una pizca de tristeza.
No tenía porqué sentirme mal, él estaba bien.
—Ah, hyung— recordó entristecido, llevando su mirada hacia el suelo.
—Hey— lo llamé, y con mi mano hice girar un poco su mandíbula suavemente, haciendo que me viera a los ojos, luego sonreí— él está feliz, ¿vale? Te ama, los ama, nos ama a todos— aseguré.
—¿Es feliz?— interrogó curioso.
—Donde sea que vaya, será más feliz, y nosotros podremos tener la dicha de su felicidad, la que siempre quiso— expliqué.
—Comprendo— expresó— pero duele, Nicole.
—Y entiendo perfectamente que duela, pero algún día todos dejaremos este mundo atrás— expresé, utilizando las mismas palabras que Namjoon.
—Sí— respondió, volviendo a desviar su mirada hacia el suelo.
—Basta— pedí sonriente, no me gustaba verlo así, por lo que intentaría hacerlo sonreír a toda costa— mírame— ordené— dame un besito— señalé mi mejilla, para que rozara esa zona con sus labios.
Finalmente me regaló una sonrisa pequeña, que fue suficiente para sentirme mejor, se acercó a mi mejilla para besarla, pero en un movimiento fugaz giré mi rostro, y su beso cayó sobre mis labios.
Suave, como me gustaba, demostrando a través de esta muestra lo mucho que lo extrañaba y necesitaba a mi lado cuando estaba peor.
Separándonos lentamente, conecté mis ojos con los suyos, aquellas perfectas obras de Dios que llevaba tiempo sin apreciar.
Lo extrañaba demasiado.
—¿En serio ibas a besarme la mejilla?— le pregunté burlonamente, haciéndole soltar una risa más fuerte.
—Quería besarte los labios, pero como me pediste la mejilla, opté por obedecerte— explicó graciosamente.
—Hagamos como que te creo— asentí nada convencida, con mis ojos entrecerrados, de manera dramática— entremos— propuse.
• 나의 인도하는 빛 •
—¡Eso no vale!— se quejó tiernamente.
—Sí vale, porque las reglas las pongo yo en el juego— contesté divertida.
—Las reglas ya están hechas, Nicole— volvió a quejarse, haciéndome reír— eres una tramposa.
—¿Acabas de llamarme "tramposa"?— le pregunté fingiendo insulto.
—Lo eres— continuó molestándome, pero no me dejaría, no por Jungkook.
Una sonrisita pícara, acompañada de una mirada pervertida, aparecieron en mi rostro, dejándome al pobre Jungkook desorientado. Me acerqué lentamente a sus labios.
—¿Aún crees que soy una chica tramposa, Jungkookie?— cuestioné sobre estos, aplicando un tono sensual que lo estremecería.
Al parecer, mi truco no funcionó.
—Sí, sigo pensándolo— afirmó firmemente, sin intención de besarme.
O se estaba resistiendo a la perfección.
—¿Seguro?— interrogué nuevamente.
—Sí— aseguró.
—No puedo contigo, Jungkook, eres demasiado complicado— me quejé luego de alejarme de él, haciéndolo sonreír.
—¿Para qué quieres que sea fácil?— cuestionó acercándose nuevamente a mí.
—No juego más— avisé un poquito frustrada y me levanté del suelo.
Nunca me habían rechazado un beso, eso me dolió en el orgullo.
Me crucé de brazos dramáticamente, dándole la espalda al castaño. Posteriormente sentí unos brazos rodear mi cuerpo, y un tierno beso en mi cuello.
Aunque amé internamente la muestra afectiva, tenía que hacerme la difícil.
—Anda, ya, ya estoy aquí, no te enojes conmigo ¿sí?— pidió tiernamente.
¿Por qué es tan difícil?
—No me interesa— mentí— puedes soltarme ya.
—No— negó y acarició mis brazos.
—Suéltame, Jeon— ordené.
—No lo haré— negó— tendrás que darme un beso a cambio.
—¿Es un chantaje?— cuestioné.
—Tómatelo como quieras, hermosa— respondió, restándole importancia.
Giré un poco mi rostro, y él acercó el suyo esperando el beso. Este movimiento hizo que aflojara su agarre, y antes de que pudiera reaccionar me solté y corrí hasta mi habitación.
—¡Tramposa!— se quejó desde el living, haciéndome reír.
—Lo soy ¿Y qué harás?— reté.
—No sé, quizás subir a tu habitación y demostrarte a quién le perteneces— dijo aparentando inocencia, y poniéndome nerviosa ya de paso.
—Eres muy gracioso— me burlé, aunque por dentro moría de nervios.
De pronto sentí como la puerta se abrió y regresé mi vista hacia la su dirección, ni siquiera me dió tiempo a respirar, en un abrir y cerrar de ojos estaba acorralada contra la pared de mi habitación.
Puro shock.
No demoró ni un segundo en fundir mis labios con los suyos, en un beso deseoso, pero que no carecía de sentimientos, correspondí acariciando su cuello, y luego su cabello, él en cambio, no tocaba una sola parte de mi cuerpo, diría que era por alguna cuestión de timidez o respeto.
—Te quiero— confirmó, luego de separar nuestros labios.
—También te quiero, Jungkookie, y mucho— confesé de la misma manera.
—¿Aceptarías ser mi novia?— interrogó dudoso de mi respuesta, pero yo no lo pensé dos veces.
—Claro que sí, Jungkook— afirmé, para luego volver a unir nuestros labios, en un beso tierno, que transmitía sentimientos de felicidad y alivio interno.
Luego me envolvió en sus brazos, y me levantó un poquito en el aire.
—Finalmente te lo dije, temía mucho que tu respuesta fuera negativa— confesó inseguro.
—No, Kookie, yo te quiero mucho, que te quede claro, y a todo el mundo— expresé con toda la sinceridad del mundo, y la felicidad también.
Sé que no voy a equivocarme esta vez, seré feliz, junto al hombre que me hace feliz.
Hasta yo estoy feliz x ellos :')
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