Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

C A P I T U L O 3 0

—¿Estoy soñando?— me pregunté a mi misma.

—No lo estás— negó, con una sonrisa en su rostro.

—Yo..creo que ya me volví loca— opiné— esto es imposible— negué confundida— tú estás–

—¿Muerto?— interrumpió mis palabras, completando mi idea; asentí levemente y se acercó un poco hacia mí.

No me moví, quedé estática en mi lugar. Sólo observaba sus movimientos detalladamente, y cómo se acercaba cada vez más.

Definitivamente estoy sufriendo problemas psicológicos, esto es imposible.

Quedando justo al frente de mí, hicimos contacto visual y noté mucha vida en sus ojos, a pesar de las supuestas cincunstancias.

—Dame tu mano derecha— pidió, y obedecí.

Apretó un poco nuestras manos entrelazadas, dándome confianza y demostrándome que lo que estaba viviendo en ese instante era real.

—¿Ahora sí?— cuestionó.

Inmediatamente mis ojos se llenaron de lágrimas, para posteriormente llorar con intensidad, era algo increíble.

Estaba vivo.

Al ver mi estado, me acercó a su cuerpo, regalándome un tierno abrazo, el cual correspondí inmediatamente.

—Tranquila, estoy bien— comentó.

—¿Cómo es esto posible?— interrogué.

—Hablé con la enfermera, Nicole— me explicó, y se separó para verme a los ojos.

—¿Para que te diéramos por muerto?— pregunté confundida, y él asintió— ¿Por qué lo harías, Namjoon?

Él no respondió, hizo una señal de silencio, colocando su dedo índice sobre sus labios, y volvió a abrazarme como si me estuviera precipitando.

Sin más, comencé a llorar nuevamente.

No podía evitarlo; aquel dolor.

Estaba convencida de que no volvería a verlo.

—Alejémonos de este lugar, en serio, tenemos mucho de que hablar— avisó.

—Creí que nunca volvería a escuchar esa frase tuya— comenté afligida.

—Ya, ya tranquila— pidió amable y cariñosamente— tenemos que ir a un lugar donde no nos encuentren, te lo explicaré todo— contó y asentí contra su pecho.

나의 인도하는 빛

—¿Entonces te irás?— interrogué frustrada por milésima vez, con la esperanza de que descartará aquella elección.

—Sí, Nicole— respondió pacientemente.

—Nam, por favor, no me dejes— imploré llorando, agarrando su mano, entrelazándola con la mía.

—Yo no te quiero dejar, Nicole— explicó, poniéndose sentimental— eres la pequeña de mis ojos, ¿vale? Pero entiende que necesito un respiro, un tiempo; o quizás necesite una eternidad— manifestó.

—No....— pedí nuevamente.

—Pero si estaba muerto para todos, Nicole— contestó burlón— imagina que sigo muerto.

—¡Kim Namjoon, no juegues así!— exclamé desesperada, odiaba que hablara sobre esas cosas, a pesar de que "había pasado ya".

—Ya, ya no me regañes— siguió bromeando.

—No sabes cuánto extrañaré tu sonrisa, bromas, consejos, y ayuda— confesé.

—Anda, ven acá— pidió y se acercó a abrazarme.

Si nos hubieras pagado por todos los cariños de hoy, saludaríamos a la reina de cerca.

Y es que Namjoon quiere dejar Corea para irse a vivir a Australia. Tenía un amigo proveniente de dicho país, llamado Félix, él lo ayudaría con todo, de hecho, vivirían juntos. Al dominar bien el inglés le sería fácil encajar rápidamente.

Aunque él encajaría perfectamente donde sea.

¿El Porqué? Aparentemente, comenzó a sufrir de depresión hace un tiempo, por su hermano principalmente, y otros problemas personales que prefirió omitir.

No quería acabar lastimando su persona. Se oponía a seguir mi ejemplo.

Además, siempre ha querido viajar a otro país, pues dice que:

Algún día dejaremos este mundo atrás, por lo que debemos vivir una vida que recordaremos.

Nunca mejor dicho.

Así que si eso lo hace feliz, lo dejaré ir. Aunque me duela en lo más profundo de mi alma, él es una persona encantadora que no todos tienen la suerte de conocer en persona.

Una de las cosas que no olvidaré cuando sea viejita es la gran amistad y el gran cariño que le tenía a este maravilloso hombre.

Kim Namjoon.

Nunca olvidaré su nombre, no lo haría.

Verdaderamente considero que Dios existe, regresar a Namjoon a mi vida es un milagro que no dejaré de agradecer.

Las circunstancias dan igual, él estaba aquí.

Se marcharía, sí, pero tendría la dicha de saber lo feliz que está en otro lugar.

Sólo quiero su felicidad.

—Nam, sólo quiero pedirte algo— dije.

—Lo que sea.

—Reencuéntrate con los chicos, por favor— pedí.

Su leve sonrisa desapareció, su expresión se tornó entristecida.

—No, Nicole, ya hablamos sobre esto— reiteró.

—Por favor, si yo sufrí, te juro que ellos están mucho peor que yo— expliqué.

—Nicole, tú me entendiste, no creo que lo habrían tomado a bien.

—Sí lo habrían hecho— afirmé claramente.

—No, no, lo siento, sólo me iré y nos vemos si algún día vas— se negó, cerrándose completamente, no me quedó más que comprenderlo.

—Está bien— afirmé rendida, y decidí cambiar el tema— ¿dónde estás viviendo, con el chico Félix?

—Sí, vive bastante lejos de lo que conoces, bonita— explicó.

—Entiendo, ¿cómo vuelves ahora a su vivienda?— interrogué.

Dejó salir de su bolsillo un cubrebocas negro, de lo que usaban una buena parte de la población coreana.

—Ok— volví a afirmar— ¿este será nuestro último encuentro?— cuestioné afligida.

—No, quería que así fuera, pero no— negó— nos volveremos a ver, en el aeropuerto. Te enviaré un mensaje privado para que vayas, pero promete que nadie irá contigo, Nicole— pidió.

—Así será, Namjoon— asentí.

—Ahora sólo finge que sigo muerto, sé que puedes hacerlo— bromeó.

—¿Quieres que vuelva a encerrarme, lastimarme, culparme y aislarme?— cuestioné dolida, recordando todo aquello.

Su aura bromista desapareció, tornándose preocupado.

—Déjame ver tus brazos— ordenó, y aunque me negué me forzó a hacerlo, su mirada era cada vez más triste— y tu ojo, ¿también te lastimaste?— cuestionó desconfiado.

—No, Namjoon— negué— ya te dije que fue una pelea— expliqué, diciendo la verdad.

—Confío en tí, Nicole ¿Antes de irme puedo pedirte un favor?— preguntó.

—Lo que sea.

Vive, y no intentes morir— más que una petición, me sirvió como consejo para seguir viviendo.

—¿Que viva? Pero si estoy viva— cuestioné confundida.

—No lo estás— negó— vivir intentando morir, no es vivir; repito que sólo tienes una vida, ámate y verás como todo, incluyendo tu preciosa piel, vuelve a recuperar su color— expresó sabiamente.

Tenía razón, no estaba viviendo.

Namjoon..— lo llamé.

—¿Sí?

Gracias— expresé de corazón.

—Te quiero mucho, y por eso te aconsejo, y nunca dejaré de hacerlo, donde sea que esté, no dejaré de protegerte— avisó.

—Habría dado todo por conocerte antes. También te quiero mucho— confesé más que dolida, estaba a punto de dejarme.

Debía expresar todos mis sentimientos antes de su partida.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro