Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

C A P I T U L O 2 9

Setenta y dos horas han transcurrido desde que abandoné el hospital, después de la trágica noticia de la enfermera.

Quería pensar que es un sueño, desearía que así fuera, pero no.

Estaba viviendo la dura realidad.

Me siento culpable de todo, de absolutamente todo lo que está pasando.

¿Y es que no me doy cuenta el daño que les hago a los demás?

Desde que llegué Seokjin cortó relaciones con Namjoon.

Lingsoo y yo comenzamos a discutir, por primera vez la lastimé físicamente, y le dije palabras que la destruyeron interiormente.

Jungkook estaba dispuesto a entregarme su mejor versión, luchó arduamente para entrar en mi corazón, y cuando pensó que lo había logrado, lo destruí.

Si no hubiera sido tan estúpida, nada de esto hubiera pasado.

Ni Namjoon hubiera muerto.

La peor noticia que me habían dado en toda mi vida.

La verdad es que es muy difícil entrar en mi corazón, pero aquel hombre fue tan maravilloso y especial, que rápidamente logró llevarse un pedazo de mi alma con él, donde sea que la vida se lo haya llevado.

Tres días sin saber de nadie, ni siquiera de Lingsoo.

Ella debe seguir en su ingreso hospitalario, pues su herida no sanaría en un día. Quería verla, saber sobre su estado, pero mi consciencia me lo impedía.

Daño a las personas que amo, lo mejor para ellos es que me aleje.

Flashback:

No aguantaba ni un solo minuto más en el hospital, así que decidí marcharme inmediatamente.

No hago más que lastimar a mis seres queridos.

Voces gritaban mi nombre, pidiendo que regresara; pero ignoraría a cualquier persona en ese momento.

Mi paso fue tan rápido que aunque hubieran querido alcanzarme dudo que lo hubiesen logrado.

Estaba tan mal, que no me importaba nada más.

El claxon de un auto fue lo que me hizo reaccionar, haciéndome voltear a ver a mi lado. Cerré los ojos con fuerza esperando el impacto, pero aquello no pasó, el vehículo se había detenido.

—¿Estás bien?— cuestionó el chófer asustado, saliendo del auto para examinarme.

—Sí— afirmé fríamente— pero estaría mejor si me hubieses atropellado— comenté para seguir mi camino.

Él no habló más, sólo regresó al auto, no sin antes observarme con lástima.

¿Y cómo no? Le había pedido indirectamente que terminara con mi vida.

Llegué a mi vivienda, pero quise haber acabado en una tumba.

Y la verdad es que no hay que padecer de alguna enfermedad para morir lentamente.

Yo no sé cómo se encuentra mi salud exactamente, pero siento que en cualquier momento mi corazón puede detenerse.

Y ojalá que así sea.

Fin Del Flashback.

Respecto a mi celular, no lo encontré el día del secuestro, por lo que no estoy disponible por ninguna parte, porque por más que toquen mi puerta, y llamen mi nombre.

No doy una sola señal de vida.

La casa era un caos, muchos cristales rotos reposaban en el suelo, cualquiera podría herirse si se descuidaba; yo me hería siempre.

Para cubrir todas aquellas horribles marcas que desfiguraban mi piel tendría que tatuarme, porque dudo mucho que las heridas sanen en totalidad.

Tenía un moretón en mi ojo izquierdo, consecuencia de una pelea callejera. Sin importarme lo peligrosas que eran las pandilleras, choqué levemente mi hombro con una de ellas y comenzaron a golpearme.

Aunque parezca increíble, no he consumido ningún alimento desde el día del hospital, sólo agua y para deshacerme de aquel sabor amargo en mi garganta.

Despertar y llorar se había vuelto mi rutina diaria, mis lágrimas eran abundantes y sentía cada vez más cómo me deshidrataba.

Extrañamente, las pesadillas desaparecieron, pero mi consciencia culpándome por todo lo que ha ocurrido no me dejaba dormir bien.

Mi piel comenzó a perder su color natural, volviéndose más clara. Revisé mis ojos, los cuales presentaban un leve color amarillento; los médicos lo consideran síntomas de anemia.

No salía de la habitación, no me movía, a menos que necesitara alguna cosa.

A este paso, mi vida se consumiría sola.

"¡Nicole, Nicole!"

Esos llamados volvieron, no quería abrir, no quería que me vieran, ni tampoco quería verlos a ellos.

Sólo quería morir, ¿era tan difícil?

No quería suicidarme, prefería sufrir lentamente, porque considero que agarrar un cuchillo y cortarme las venas peligrosamente sería un acto cobarde y una escapatoria demasiado fácil.

O tal vez no.

Mi consciencia me lo imploraba, quizás podría ser lo mejor, pero ¿me atrevía a hacer algo como eso?

No considero que estoy loca, pero siento que esto será algo imposible de superar, y no puedo perdonármelo ¿Para qué vivir con la culpa?

Una constante guerra entre mi corazón y la consciencia.

En el momento que los llamados desaparecieron decidí salir de la casa.

No me arreglé, no me importaba lo que pensaran los demás, pero sí intercambié mi camisa cubierta de sangre por una sudadera que disimulara las marcas.

¿Dónde iba? Bastante obvia era la respuesta: A mi lugar favorito.

Primeramente, observé que ningún conocido estuviera cerca, y despejada la zona comencé a caminar.

나의 인도하는 빛

Sentada en el banco de aquel lugar abandonado que tanto me gustaba, comencé a pensar sobre qué era lo mejor para mí.

Harta de pelear con mi consciencia, y de intentar huir de la realidad, tomé una decisión firme.

No quería llorar más.

No quería sentir más.

No quería culparme más.

No quería lastimar más.

No quería dañarme más.

No quería vivir más.

Me suicidaría.

Levanté mi trasero del banco y comencé a caminar hasta un lugar donde pondría punto final a mi vida de una vez.

나의 인도하는 빛

Encontrándome parada en aquel puente alto, asomé mi cabeza comprobando la altura a la que me sometería. Sentí un leve mareo, rápidamente dí dos pasos hacia atrás y me senté un momento en el suelo.

En el fondo no me atrevía.

Me repetía una y otra vez que no me dolería, al final ya estaría muerta antes de llegar al piso.

Me lo pensé dos, tres, cuatro y cinco veces antes de hacerlo, estaba aterrada.

Respiré profundo, y me levanté, ya preparada para acabar con esto de una vez por todas.

Dí pasos hasta encontrarme en el punto donde caería, una lágrima no pudo evitar salir; ya con mi cuerpo dispuesto a caer, cerré mis ojos.

Pero...

—¡Ni se te ocurra!— exclamó aquella voz exaltado, inmediatamente dí un paso atrás por el susto, no imaginé que hubiera alguien ahí.

Volteé mi mirada hacia la dirección de aquel chico, quedando totalmente impactada por lo que estaba viendo.

Era la persona que más necesitaba en estos momentos.

La cual pensé que no volvería a ver nunca.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro