C A P I T U L O 2 6
Regalito para mi Unnie hermosa CristinaLobainaYoli se quedó intriga dirá y pos, este es pa tí, linda😘😘
Un intenso dolor de cabeza me hizo despertar. Abrí los ojos lentamente, sintiéndolos pesados. Observé todo a mi alrededor, estaba en un lugar totalmente desconocido, parecía ser una habitación vieja. Impactada, intenté moverme, pero me percaté de que mis manos estaban atadas detrás de mi espalda.
¿Me han secuestrado?
Quería gritar, pero mi dolor de cabeza no me lo permitía, sabía que dolería más si lo intentaba.
¿Quién será? Los recuerdos viajaban fugazmente por mi mente, obteniendo una visualización de una conversación con Yoongi en un callejón.
Él me había secuestrado.
Esto no tiene sentido, se supone que éramos amigos, estoy realmente decepcionada.
Sentí cómo giraban el picaporte de la puerta, y observé rápidamente para ver de quién se trataba.
—¿Estás despierta?— preguntó Yoongi al entrar.
—¡Tú me secuestraste!— exclamé furiosa.
—¿Te sorprende? ¿Por qué?— cuestionó relajado.
—Se supone que éramos amigos, había depositado mi confianza en tí y Hoseok, ls conté sobre mis problemas ¿Te parece poco?— expliqué sintiéndome repugnante.
—Hablando de él, creo que querrá saludarte— comentó, ignorando todo lo que le dije, y por la puerta se podía apreciar la imagen de Hoseok, con un cubrebocas negro.
—¿Tú también?— interrogué incrédula.
—¿Qué creías? ¿Que ganaría dinero él sólo? De eso nada— respondió burlón, sin darme pizca de gracia.
—¿De qué rayos están hablando?— indagué perdida.
—Pequeña, alguien nos ofrecería dinero si te entregábamos— explicó.
—¡¿Quién?!— interrogué harta de su intriga.
Ellos no dijeron una palabra, simplemente abrieron la puerta...
No podía creer lo que estaba viendo.
Mi peor pesadilla en persona.
¿Cómo era posible?
Debo de estar soñando, eso espero.
—¿Me extrañaste, Nicole?— cuestionó cínicamente, acercándose a mí.
—¿Qué estás haciendo aquí?— interrogué sin creerme lo que mi campo de visión captaba.
—Nada, vine a visitar a mi dulce y hermosa novia a Corea— respondió sarcásticamente.
—No vuelvas a llamarme así en tu maldita vida— negué furiosa.
—Oh, ¿acaso terminamos alguna vez? Eso es una lástima— su sarcasmo me estaba molestando demasiado— pensé que tú, como buena novia que eras, me esperarías cuando saliera de mi condena en prisión, es lo menos que podías hacer, luego de causar que entrara en aquella pocilga— reprochó.
—Si no hubieras sido una mierda conmigo no hubieras ido a prisión— contraataqué.
Él se acercó a mí, con la intención de tocarme, yo lo evité como pude, pero logró poner sus asquerosas manos en mi rostro.
—Tu rostro es muy bonito ¿sabes?— me halagó, aún sarcásticamente, para posteriormente golpearme— si no quieres que te la rompa, mejor cuida esa pequeña boca conmigo— amenazó.
—Te odio— expresé viéndolo directamente a esos horribles ojos que tanto deseaba ver sufrir como yo lo hice.
—Y yo te amo— contraatacó falsamente, parecía divertirse con mi enojo.
—Hey, esto no estaba en los planes— intervino Yoongi— dijiste que no la lastimarías.
—Nunca les dije qué planeaba hacer con esta niña, ustedes solo aceptaron la oferta, me la entregaban y les pagaba— explicó.
—¿No lo harás?— cuestionó Hoseok seriamente.
—¿Acaso crees que me importaba tanto ella como para pagarles?— interrogó burlón.
—Eres un hijo de puta— verbalizó enojado, acercándose a él, pero se detuvo en el momento que sacó el arma.
—Un paso más y te mueres— advirtió.
Sentí escalofríos al visualizar por primera vez en mi vida una pistola tan cerca de mí, y en tan peligrosas manos.
—Ah, otro detalle, si se les ocurre llamar a la policía también se mueren— esta vez habló con ambos— avísenle al otro chino que está allá afuera— dijo y se retiró.
—¿Chino? ¿Quién más está ahí?— cuestioné confundida.
—Jin— respondió débilmente Hoseok.
Ahora entendía todo.
Él no pasaba tiempo con sus amigos, ayudaba a estos traicioneros con el secuestro.
Ya nada me sorprende ¿quién sigue?
—Tengo que salir de aquí— susurré.
—¡Oigan! ¡Vamos, no tengo todo el día!— llamó aquel hombre odioso a los traicioneros presentes en mi habitación, los cuales rápidamente salieron de esta, dejando la puerta entre abierta.
Intenté liberar mis manos de aquella cuerda, pero me resultaba imposible, por lo que me rendí, y ahí fue que me puse a pensar.
¿Qué es lo peor que puede pasar?
¿Morir? Pero si yo no le temo a la muerte.
¿Qué quiere? ¿Violarme? No me asusta.
¿Me regresará a mi horrible vida?
En serio, ¿qué es lo peor que puede pasar?
Actualmente, no le temo a absolutamente nada.
—Nicole— susurró Seokjin acercándose a mí.
—¡Aléjate!— grité antes de que pudiera hacerme algo, no confío nada en estas personas, rápidamente puso su mano sobre mi boca, haciéndome callar.
—Ridícula, pretendo ayudarte— me regañó.
—Mentiroso— susurré molesta— ¿entonces qué haces aquí? Tú ayudaste a que me secuestraran.
—No— negó— me amenazaron, Nicole, esa es la verdad— explicó.
—¿Amenazarte?— interrogué incrédula— no te creo una palabra— negué.
—Saldremos de aquí, te lo prometo— afirmó.
—¿Cómo lo sabes?— pregunté irónica.
—Nos ayudarán— responde con intriga.
—¡Chino! ¡Vamos!— lo llamaron desde abajo y rápidamente salió, pero en la puerta gesticuló un "tranquila" antes de irse.
¿Ayudarnos? ¿Debería creerle?
Intenté deshacerme de aquel nudo que apretaba mis muñecas, aunque me resultara imposible.
Quería salir de allí, ser feliz de una vez en mi vida, pero este hijo de puta tuvo que regresar a mi vida a fastidiarla.
¿Por qué no muere de una maldita vez?
Me preguntaba cómo había llegado aquí, quién le había dicho, cómo encontró a estos traicioneros, y sobre todo, qué quería hacer conmigo exactamente.
Le preguntaría cada duda que tenía.
—¿Te sientes cómoda, muñeca?— cuestionó sarcásticamente acercándose a mí.
—¿Cómo sabías que estaba aquí?— indagué ignorando su pregunta.
—Tus padres— respondió restándole importancia.
Esos malditos.
—Son una mierda, ¡son una mierda!— exclamé furiosa.
—Eran una mierda, ya te hice el favor, querida— corrigió, dejándome helada.
—¿Los asesinaste?— interrogué incrédula.
—Creí haber escuchado que lo único que les deseabas era la muerte— comentó burlón.
Me llamarán "insensible" pero no sentí una pizca de dolor o aflicción cuando me informó lo que hizo, para mí ellos murieron desde el primer día en que me lastimaron.
—¿Qué quieres de mí, maldito?— pregunté aturdida.
—Quiero que acompañes a tus padres, en el infierno— informó, esta vez sin una pizca de sarcasmo o falsedad en sus palabras, pues me odia como yo a él.
—Pensé que querías hacerme sufrir de una peor manera— comenté despreocupada y su mirada se tornó confundida— al menos si acabas con mi vida, acabo con esta vida de mierda, donde tú tienes la culpa de gran parte de mis traumas. Si te deshaces finalmente de mí, no volveré a verte nunca más— expliqué.
Al escuchar mis pensamientos noté cómo comenzaba a frustrarse, él quería verme sufrir, pero yo no le daría el gusto.
—¿Quieres morir?— preguntó con odio en su mirada, asentí con una leve sonrisa, provocando que me odiara más.
—Sí, sería un favor.
—Vale. En cuanto regrese cumpliré tu petición, y me haré un favor a mí también de paso— avisó, fulminándome con todo su ser.
Se levantó del suelo, donde estaba arrodillado explicándome las cosas que le preguntaba, y salió de la habitación, se retiró del lugar cerrando la puerta principal con tanta fuerza que pudo haberla roto.
—Idiota— susurré.
Honestamente, no quería morirme, me estaba sintiendo feliz a fin, tenía como objetivo comenzar a vivir una nueva vida, con personas distintas, mejores que las que conocí anteriormente, con excepción de Lingsoo. Pero si me iba a molestar mi vida completa, prefería morirme.
Observando todo a mi alrededor, noté cómo Seokjin había dejado su celular sobre una mesa pequña de aquel lugar antes de salir.
¿Se le habrá quedado?
No le dí importancia, sólo sé que el mío no estaba localizable. Si tenía que adivinar diría que lo hicieron trizas, pues era muy fácil activar el location e intentar llamar a la policía.
Una persona normal estaría desesperada, llorando, gritando e intentando salir; en cambio yo, espero tranquilamente cómo un príncipe encantado viene a rescatarme.
Nótese el sarcasmo.
La verdad era que no tenía miedo, y sabía lo que ocurriría.
Si tan solo pudiera pedir una cosa, sería despedirme completamente de las personas que verdaderamente quiero.
El sonido de una motocicleta desorientó mis pensamientos, debían de haber llegado ya.
No hice ni un mínimo intento por moverme, ni gritar, ni nada.
No sentí el sonido de la puerta principal abrirse, pero sí el de una persona subiendo las escaleras velozmente, lo cual me confundió.
—¿Nicole? ¿Estás ahí?— esa voz, no podía creérmelo, estaba anonadada.
—¿Jungkook, eres tú?— pregunté, antes de pensar que estaba volviéndome loca.
—¡Ay, Nicole, que alivio, estás bien!— exclamó detrás de la puerta cerrada.
Sentí alivio al escuchar nuevamente su voz, pero ¿cómo había llegado hasta aquí?
—Escucha Nicole, necesito que abras la puerta— pidió.
—Lo haría, pero mis manos están atadas a mi espalda— expliqué— pero ¿cómo entraste?
—La puerta principal estaba abierta, creo que ese idiota se olvidó de cerrarla— contestó.
Un momento....
—¡Jungkook!— lo llamé— intenta patear la puerta— pedí.
—¿Estás loca? No podré derribar esa puerta.
—Estas puertas son muy viejas, capaz sí lo logres, sólo inténtalo.
Cuando David lanzó la puerta con tanta fuerza debió romper o aflojar el cerrojo, provocando que esta quedara abierta. Creo que puede derribarla.
El castaño intentaba romper aquella barrera entre su persona y yo, obligándola a caer por las malas.
Luego de más de diez intentos, logró su objetivo, y no derribó la puerta, pero sí aflojó el cerrojo, estaba muy viejo ya.
Al verme, rápidamente me desató y examinó.
—¿Te encuentras bien?— fue lo primero que interrogó.
—Lo estoy— afirmé— ¿pero cómo...?
—¿Que cómo te encontré?— terminó mi pregunta inconclusa, asentí— bueno, Jin hyung activó el location de su celular luego de enviarnos un mensaje sin que se dieran cuenta— explicó.
Entonces, Jin es bueno.
—No me esperaba eso de Jin, pensé que apoyaba también el secuestro.
—¿De qué hablas? ¿Hay alguien más incluído?— preguntó confundido.
—Yoongi y Hoseok fueron los que me secuestraron como tal— le conté.
Su mirada expresaba sorpresa y decepción, claramente ni yo lo hubiese creído.
—No me lo creo— negó decepcionado.
—Sí, eso fue lo que pasó— aseguré.
—Bueno, pero al menos estás bien, ¿ese idiota te lastimó?
—Me golpeó, Jungkook— confesé.
—Se enterará de quién soy yo— amenazó.
—No, Kookie, déjalo así, tranquilo— pedí.
—¿Me acabas de llamar "Kookie"?— preguntó sonriente.
—Perdón, se me escapó— me disculpé.
—No, no, de hecho me gusta— admitió.
—Vale, entonces Kookie— comenté y se acercó a besarme.
—Me alegra mucho que estés bien, estaba preocupado— confesó.
—Tranquilo, estoy bien— mencioné con una sonrisa diminuta.
—Ay basta de amor, por favor, dan asco, en serio— se escuchó aquella voz que detestaba con el alma y rápidamente posamos nuestros ojos en la puerta.
—¡Maldito!— lo maldijo levantándose del suelo y acercándose amenazante a su cuerpo.
—¿En serio? ¿Y eso por qué? ¿Quién eres tú, niño?— interrogó fingiendo simpatía.
—Jeon Jungkook, y tú ni te presentes, que te conozco— respondió defensivamente.
—Ah, tú eres el tal Jungkook— fingió felicidad, pero su sonrisa se borró al instante— ¿y yo quien soy entonces?
—Eres el mal nacido que lastimó física y sentimentalmente a esta chica— explicó y finalmente me señaló— ella no es cualquiera, es mí chica— aclaró.
No importo el contexto del horrible momento que estábamos pasando, quizás a punto de morir; cuando hizo énfasis en esas dos palabras finales refiriéndose a mí una sonrisa no pudo evitar aparecer en mi rostro.
Dijo que era su chica.
Andaaaaa hasta yo me emocioné, hombre, qué lindo :')
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