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C A P I T U L O 2 5

—Nicole— escuché cómo me llamaba suavemente el castaño— anda, despierta, es muy tarde ya para seguir durmiendo— se quejó tiernamente, haciéndome sonreír.

Me volteé a verlo y le aventé un beso imaginario, en el supuesto momento que llegó a sus labios me sacó la lengua de manera burlona.

—¡Jungkook!— me quejé divertida.

—Eres muy linda cuando te enojas— opinó burlón.

—Cállate— ordené.

—Vayamos abajo ¿vale?— sugirió.

—No quiero caminar— negué con un puchero en mis labios.

—Hecho— fue lo último que verbalizó para después tomarme entre sus brazos y cargarme, acto que me sorprendió.

—¡Jungkook, bájame!— ordené.

—No— negó.

—Te dije que me bajaras— insistí, pero él se negaba y continuaba caminando.

—Mira, ya estamos aquí— avisó al llegar al living.

—Oh, no me había dado cuenta— comenté sarcásticamente para luego sonreír.

—¿Tienes hambre?— preguntó divertido.

—Puede ser que sí— afirmé— aquí hay de eso que me gusta que no recuerdo el nombre— avisé.

—¿Te refieres al ramen?— cuestionó.

—Eso, eso— asentí— Agarra si quieres también— propuse convenientemente.

—Muy inteligente— opinó divertido— vale, regreso enseguida— avisó y se dirigió a la cocina.

Sonreí levemente, y subí un momento al cuarto nuevamente a por mi celular.

Volví al sofá y revisé mis redes.

Encontré fotos de Jin con amistades suyas al parecer; no dejo de pensar en qué pasó entre él y Namjoon.

También visualicé una publicación que me llamó la atención, pues consistía en varias fotos de Lingsoo y Taehyung, donde demostraban al mundo todo el amor que se tienen.

Feliz por ellos.

Pensé en comentar algo, pero descarté aquella idea inmediatamente.

—¿Qué estás viendo?— interrogó curioso.

—Eres un poco chismoso, Jungkook— le ofendí cariñosamente.

—Gracias, ya lo sabía— agradeció sarcásticamente y se sentó a mi lado.

—¿El ramen?— interrogué al no verlo cerca.

—Está en la cocina, ve a buscarlo— ordenó.

—Ni de coña— negué— tú acabas de salir de allí, debiste traerlo.

—Bueno, entonces no comas— verbalizó restándole importancia.

Lo observé fulminante unos segundos, y me crucé de brazos, esperando a que siguiera mis órdenes, pero ¿lo hizo? Negativo.

—¿Jugamos piedra, papel o tijera para ver quién busca el ramen?— propuso y acepté.

Él sacó papel y yo contraataqué con la tijera.

Gané.

—Mierda— negó sonriendo, y salió del living.

—¡Yo siempre gano, bonito!— alcé la voz para que me escuchara desde su posición, posteriormente escuché su risa proveniente de la cocina, haciéndome sonreír.

En cuestión de segundos regresó con el alimento.

—Está caliente, sóplalo— advirtió y asentí levemente.

—Gracias, perdedor— agradecí burlona, y me asesinó con la mirada.

—Te odio, Nicole— mintió fingiendo molestia.

—No es cierto, tú me amas— negué divertida.

—No es cierto— negó fingiendo, acción que me hizo reír— no te rías, me frustra más que te lo tomes a broma—aparentó seriedad, pero sé que moría por reírse.

—Mientras tú me lanzas piedras, yo te regalo flores— respondí sabiamente.

—No puedo fingir— negó estallando en risas, la cual me contagió.

—Pésimo actor, Jeon— actué como directora de cine, haciéndolo sonreír.

—Aliméntate, anda— pidió regulando su respiración luego de haber reído tanto.

—Tú también, estás muy delgado— lo molesté divertida.

—Me ofendes— respondió insultado.

—¿Acaso te crees que estás buenote o qué,  Jeon?— lo provoqué.

—No me has visto por dentro aún, Nicole, así que no lo sabes— se defendió.

—Vale, ya veremos quién tiene la razón, Jungkook— avisé para empezar a degustar del alimento.

.

—Bueno, ya me voy— avisó caminando hasta la puerta principal, donde giró sobre sus talones, regresando su vista hacia mí.

—Gracias por todo, Jungkook— agradecí por milésima vez.

—Deja de agradecérmelo— pidió sonriente.

—Es que estoy en deuda— expliqué.

—Tonterías— renegó— ¿qué harás ahora?

—No lo sé, creo que saldré un rato a caminar, no soporto estar aquí tanto tiempo encerrada— le conté.

—¿Dónde irás?— cuestionó.

—Jungkook, te acabo de decir que no sé— repetí.

—Vale, bueno, cuídate entonces— pidió.

—Lo haré— afirmé sonriente.

Abrió la puerta principal y bajó un escalón, donde quedó paralizado, de espaldas a mí; me acerqué un poco para examinarlo, era extraño verlo quieto tan repentinamente.

—¿Jungkook?— lo llamé— ¿Estás bien?

Él no dijo nada, sin embargo tampoco me ignoró, pues en un movimiento fugaz volteó hacia mí, y me acercó a su cuerpo, sosteniendo mi cintura firmemente.

Volvió a besarme.

Gustosamente correspondí, acariciando su cabello como me gustaba hacerlo. No era una unión de labios cualquiera, sentía que éramos los únicos seres en el mundo, pues sólo me importaba disfrutar de ese rato con él, olvidándome por un momento de todo a mi alrededor.

Disfruté cada maldito segundo de ese roce tan suave de sus labios con los míos, no sé si fue mi imaginación, pero por un momento me sentí completamente querida.

Ese fue su aporte.

Antes de alejarse hicimos contacto visual, y volví a perderme en aquellos ojos oscuros, con esa mirada tan expresiva.

Me sentía tan bien que deseaba que ese momento durara para siempre.

Él me hacía olvidarme de mis problemas, desde que lo conocí me sentía así, pero ahora me di cuenta.

Aceptaré su ayuda, quizás él pueda ayudarme a seguir adelante y borrar los recuerdos de mi pasado.

—Adiós, Nicole— se despidió entrelazando mi mano con la suya, para luego volver a soltarla lentamente.

¿Podría hacer eso más seguido?

Adiós, Jungkook— me despedí y comenzó a caminar hacia su vivienda, pero quise detenerlo una vez más— ¡Oye!— lo llamé nuevamente y volteó a verme, cuando sus ojos se encontraron con los míos, me sentí avergonzada con respecto a mi cuestión, pero tenía que intentarlo— ¿cuándo nos volveremos a ver?— pregunté apenada.

Una sonrisa apareció en su rostro al escucharme, no se acercó a decírmelo, lo cual se me hacía extraño, no solía alzar su tono de voz, o al menos nunca lo había hecho en mi presencia.

—Escríbeme— contestó, o más bien articuló, porque no escuché su voz con claridad, asentí levemente y siguió su andar.

Cerré la puerta, e inmediatamente una sonrisa estúpida apareció en mi rostro, no podía evitarlo, me sentía muy feliz.

Tenía que contarle a alguien, en esos momentos habría hecho lo que sea por reconciliarme con Ling y contarle todo, de seguro estuviera igual de feliz que yo. Decidí en escribirle a Namjoon.

Yo:
Nam! ¿Cómo estás? :D

Namjoon:
Hola, Nicole. La verdad es que un poco preocupado.

Yo:
¿Por qué? ¿Ocurrió algo?

Namjoon:
Desde ayer no he visto a Jin, y en las horas antes que pasé con él en casa se le notaba preocupado, no le pregunté nada, pero él no me engaña.

Yo:
Nam, de seguro salió con sus amigos.

Namjoon:
No, también lo pensé, pero los llamé y me contestaron que llevan más de un día sin verlo, y que él no pasa mucho tiempo con ellos ya.

Yo:
Eso es bastante extraño.

Namjoon:
Tranquila, no quiero agobiarte. Bueno ¿qué ocurre que estás tan feliz?

Yo:
¿Tanto se nota?

Namjoon:
No sé, pero yo lo noté ;)

Yo:
Vale, te contaré..Me disculpé con Jungkook, y nos reconciliamos.

Namjoon:
¡Pero que bien por tí! Me alegro mucho, Nicole. Si estás interesada podrías venir aquí a contarme con más detalles, digo, por mensajes no entenderé tanto como en persona ¿me explico?

Yo:
Sabes que yo adoro visitarte, es mejor que estar encerrada entre cuatro paredes. Voy para allá.

Namjoon:
Aquí te espero, pequeña :)

Me emocioné hablando con mi mejor amigo, tanto que rápidamente cambié mi outfit por otro más presentable, y me arreglé para visitarlo.

Coloqué mi celular en la mochila pequeña de siempre, y las llaves; posteriormente cerré la puerta.

Llevo un rato caminando, pero cuando llevas deseos no te cansas. Iba totalmente distraída en mis pensamientos, aún sin creerme todo lo que acababa de pasar. En cuanto escuché..

—¡Nicole!— me llamó alguien detrás de mí, cuando volteé me percaté de que era Yoongi que venía acercándose cada vez más.

—Oh, hola— lo saludé— ¿cómo estás?

—Necesito urgentemente tu ayuda— pidió y me llevó a un callejón cerca de nuestra ubicación, muy desolada y aterradora, dicho sea de paso.

—Eh, Yoongi, quisiera ayudarte, pero quedé con Namjoon para visitarlo— expliqué evitando entrar en el callejón.

—Es urgente, y sólo tú puedes ayudarme, Nicole— insistió agarrando con fuerza mi muñeca, evitando que escapara.

¿Él está bien?

Entrando en dicho lugar decidí preguntarle.

—Yoongi, ¿te encuentras bien? ¿Qué es tan urgente?— cuestioné confundida y sinceramente algo atemorizada.

—Necesito...— comenzó a decir a medida que se acercaba a mi oído para susurrarlo, esto me da mucho miedo— ... necesito dinero— susurró.

—¿Dinero?— pregunté aturdida— no tengo nada de dinero— expliqué.

—Lo sé, pero si te entrego a alguien lo conseguiré— verbalizó.

No podía sentirme más confundida y preocupada en ese momento.

¿A qué te refieres?

No verbalizó una palabra más, sólo posó su vista sobre mi hombro, como si hubiera alguien detrás de mí, rápidamente me volteé pero aquel impacto de una botella rompiéndose en mi cabeza lo evitó.

Todo se volvió oscuro luego de eso..




¿Qué pasó? ¿Quién era el otro chico? ¿Dinero? Están perdidas ¿verdad?

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