Desde que abrí la puerta principal, ha habido un silencio espantoso, pero creo que ya debería estar acostumbrada.

Caminando hacia la habitación encontré otra nota escrita en un pequeño papel.

"Kiki, me quedo en casa de Taehyung, te amo"

Esto verdaderamente no debería sorprenderme, pues ha pasado reiteradas veces.

Desde que comencé a estar sola en casa, mis inseguridades reaparecieron, tenía tantas dudas, pero con el consejo válido de Yoongi ya no quedan más.

Soy una carga, siempre lo fui.

Ella nunca me quiso, sólo sintió lástima.

Le bastaba con que apareciera alguien nuevo para dejarme sola.

Me trajo a que me sintiera peor.

Sólo eso ronda por mi mente, y son pensamientos que me hacen sentir como mierda, al menos allá vivía con la ilusión de que tenía una amiga de la cual apoyarme.

Aquí me siento totalmente sola.

¿Qué sentido tiene la vida si estoy sola?

¿Debería? No ¿Debería? No! ¿Debería? No!!

Sí, debería hacerlo...

Sin dudarlo más me acerqué a la najava de Ling y lo agarré, para comenzar a lastimar mi piel de manera descontrolada y frustrada.

"No le importas a nadie, estúpida"

Sin duda, he vuelto a caer en depresión.

• 나의 인도하는 빛 •

—¡Nicole!— desperté al sentir la voz de Lingsoo, llamándome desde el living.

Observé las lesiones de mi piel, y agarré rápidamente un sweeter, ocultándolas.

No me preocupé por arreglarme, importándome un carajo quién estuviera abajo en el living con ella.

Sólo quiero desaparecer.

Mi semblante era serio, y mi rostro se veía espantoso, pero mis ojeras me valieron madres en ese momento, sólo bajé las escaleras encontrándome con ella.

Se veía muy feliz.

—¡Amiga!— exclamó y se abalanzó sobre mí para abrazarme— estoy tan contenta.

¿Cómo estás, Ling? ¿Bien? Me alegra saberlo, ¿yo? Tranquila, no estoy nada mal, amiga.

—Taehyung es el mejor chico que he conocido en la vida— comentó emocionada.

Como si me importara.

—Me alegra que estés bien— expresé ocultando todos mis sentimientos negativos.

—Sí, lo estoy— afirmó sonriente— bueno ¿quieres comer algo?

—No— negué fríamente.

—Está bien..— asintió poco convencida y se dirigió a la cocina.

Ni siquiera me preguntó cómo estaba.

Regresé a la habitación y agarré mi celular con mi cartera, para colocarlos en una mochila, dispuesta a salir de aquel lugar y desahogarme.

—Vuelvo en un rato— avisé bajando las escaleras y abriendo la puerta, sin darle oportunidad alguna para decir o hacer algo.

El sweeter que traía puesto tenía una capucha, la cual usé para cubrir parte de mi rostro, aunque el clima era fresco.

La calle desolada, a estas horas, no era la mejor opción, pues habían personas.

Decidí caminar hasta lo más alejado posible de la ciudad. Mis piernas dolían por tanto esfuerzo que no suelo hacer, pero finalmente encontré un lugar, lo cuál parecía ser un parque abandonado.

A una persona normal le habría aterrado entrar, pero no fue mi caso.

Me adentré en él, sentándome en el césped y dejando mi espalda descansar tras un árbol.

De mi mochila saqué una caja de cigarrillos y de la cartera el mechero para prenderlos.

Exhalé aquel humo lentamente, disfrutándolo, mientras mis ojos se cerraban.

Estaba muerta del cansancio.

No soy una persona que puede dormir sola, o al menos no en las noches. Las pesadillas se apoderan de mi mente y algo catastrófico podría sucederme si llego a escuchar a mi consciencia.

La cual siempre estuvo en mi contra.

Siempre que dormía y despertaba con el susto de una pesadilla, observaba a mi alrededor, y procesaba internamente que todo se trataba de un mal sueño. A mi lado estuvo siempre Ling, la cual abrazaba para sentirme más segura, sin intención de despertarla.

Habían veces que ella no dormía, vigilando mi estado, posteriormente me despertaba exaltada y ella me sonreía acariciando mi cabello, diciendo que todo iba a estar bien.

Qué siempre estaría de mi lado.

Considero que estas reflexiones son necesarias. Llorar está bien, hablar consigo mismo también, incluso hasta gritar, liberando así nuestra rabia interior, evitando que explote dentro.

Alejarse del mundo, está bien.

Me parece que vendré más a menudo a este lugar; es realmente tranquilo y solitario.

Con el dúo YoonSeok me siento cómoda, pero la verdad es que me acerco a ellos nada más para obtener cigarros. Pero de vez en cuando ellos me llamaban, y hablaba de mi vida personal con ellos, sin darles demasiados detalles, o eso creo.

Encendí mi celular, dándome cuenta que llevaba dos horas llenas de pensamientos, reflexiones y mucho humo, pero no me importaba, estaría allí el tiempo necesario hasta sentirme un poco mejor. Aparte, aquel parque abandonado, me hacía relajarme y disfrutar de mi soledad emocional.

Opté por escuchar algo de música, ansiaba ver parte de Seúl de noche, como el paisaje del Río Han, y las luces que iluminan las calles, todo me parecía hermoso aquí.

• 나의 인도하는 빛 •

Mi tiempo voló cual ave libre, escuchando Heavy Metal, aquel género que expulsaba toda la cólera en mi interior, evitando pensar en todo lo que está pasando.

Anocheciendo comencé a caminar, mi rumbo era desconocido, no sabía dónde iba exactamente, la música era mi única compañía, y eso estaba bien para mí.

Tenía más de cincuenta llamadas perdidas, lo cual no me importó nada. Sencillamente decidí no contestar.

No quiero sentirme una carga nuevamente.

Finalmente, luego de tanto caminar, llegué a mi destino, no pude llegar al Río, porque honestamente no recuerdo la ruta.

Giré el picaporte de la puerta principal y entré completamente, cerrando la puerta detrás de mí. Asomé mi mirada sobre el living, sin entrar por completo y no había nadie, tampoco en la cocina. Terminé revisando en el cuarto, donde no se encontraba nadie.

Debería estar acostumbrada.

Luego de ducharme, cambié mis prendas de vestir, intercambiando aquel sweeter con otro, no me olvidaba de las marcas.

Bajé las escaleras, encontrándome esta vez con Lingsoo, tenía una mirada preocupada y a la vez fulminante, como si estuviera al punto de decirme hasta de qué voy a morir, por no haberle dicho que vendría tarde.

¿Me preocupa? No.

—Nicole ¿dónde estabas?— preguntó seriamente.

—¿Así me recibes?— contraataqué.

—Lo siento, pero no puedo evitar sentirme molesta en este momento— explicó— ¡Te fuiste sin decir nada!— exclamó frustrada.

—Sí te lo dije— respondí tranquilamente y en un tono más suave— no es mi culpa que pensamos en alguna persona no me hayas prestado atención.

—Pero tu teléfono..te llamé, Namjoon también lo hizo, Jimin y Jungkook— me reprochó— estábamos preocupados ¿por qué no contestabas?— volvió a cuestionar.

—¡Qué sorpresa! ¡Estaban preocupados por mí!— exclamé sarcásticamente acercándome cada vez más.

—Tu aliento no es..— pausó sus palabras al reaccionar completamente— ¿Estabas fumando, Nicole?— interrogó molesta.

Mierda, lo olvidé.

—¡Contesta!— gritó frustrada sacudiendo mis hombros y haciendo presión sobre ellos.

—¡Suéltame!— ordené estallando por la furia, la cual me cegó por un momento, justamente cuando agarré sus manos y logré dejarla en el suelo con un empujón.

Reaccioné luego de verla lastimada, por mi causa se había golpeado una costilla, llevó su mano rápidamente a dicha zona y jadeó del dolor.

Quedé estática, no sabía qué hacer, me aterraba acercarme y empeorar las cosas, por lo que decidí subir nuevamente a la habitación.

Volví a agarrar mi mochila con mi celular dentro y bajar nuevamente.

—¿Dónde vas?— cuestionó preocupada aún con su mano sobre la zona lastimada.

—Lejos de aquí— contesté agarrando una llave— sólo lastimo a las personas a mi alrededor, ya me dí cuenta— agregué.

—No, Nicole, no lo haces— negó— esto fue un accidente, tranquila— dijo comprensiva.

—Pero un "perdón" no quita el dolor, Lingsoo, y eso lo sabes— respondí— sé a dónde ir, sólo te pido que no me esperes.

—No te irás— negó.

—Sí lo haré— afirmé claramente.

Ella no dijo una palabra más, así que seguí mi camino hasta la puerta, normalmente en estos casos ella sólo se calla cuando las lágrimas desean salir.

Lágrimas de impotencia.

Abrí y salí rápidamente de aquella casa.

Odio verla llorar.

Me dolía, pero no quería estar ni un solo minuto más allí, prefiero que la cuide Taehyung, de seguro él lo haría mejor que yo.

Sabía dónde ir, estaba convencida de hacerlo, no dejo de pensar en lo mucho que podría arrepentirme en el futuro, pero en este momento es lo que más quiero, lo que verdaderamente necesito.

Toqué la puerta estando ya frente a la casa, vine una vez y me aprendí la trayectoria. Esta se abrió, dejándome ver a la persona que tanto necesitaba en este momento, para relajar mi cuerpo en totalidad.

—¡Dios, Nicole!— exclamó y me abrazó, se veía preocupado— ¿dónde estabas? Estábamos realmente preocupados por tí, no vuelvas a irte de esa manera, mujer, por favor— pidió.

Ignoré sus palabras, decidí deshacer aquel abrazo, para observarlo y así crear contacto visual.

No lo hagas.

Mi corazón me imploraba que no tomara era decisión, mientras más profunda se tornaba su mirada, más fuerte latía contra mi pecho.

Así que no lo pensé dos veces, en un movimiento fugaz envolví mis brazos en su cuello acercándolo a mi rostro.

Lo besé...

Primer beso.... 😪😪