C A P I T U L O 1 7
Decidí acercarme, silenciosamente, al lugar donde descansaba tranquilamente.
Honestamente, se veía muy tierno.
Sonreí levemente, su ternura era tan grande que me estaba muriendo por acariciar sus cabellos castaños, pero por otro lado, no me atrevía, pues no tenemos esa confianza.
—Se te nota muy cansado— susurré aún sabiendo que no me escuchaba.
—¿Qué comes que adivinas?— cuestionó aún con sus ojos cerrados.
Al escuchar su voz me sobresalté, no me lo esperaba, lo creía dormido profundamente.
—¿Cuánto tiempo estuviste aquí?— le pregunté, sentándome a su lado.
—Toda la noche, vigilando tu salud, junto a Ling; ahora fue que opté por dormir— me explicó, restregando su ojo derecho con su mano correspondiente.
—Lo siento, Jungkook— me disculpé apenada.
—Tranquila, lo habría hecho cualquier persona— negó.
—Muchas gracias— agradecí tímida y una sonrisa apareció en su rostro— ¿Dónde está Ling?— pregunté.
—No la ví salir, Nicole— negó— la verdad es que no sé.
—Bueno, la llamaría, pero dejó su celular aquí— comenté.
—Vale— dijo mientras se estiraba, para sentarse correctamente en el sofá, quedando a mi lado— ¿Cómo te sientes?
—Mejor que ayer, ya no tengo náuseas ni mareos, gracias— contesté agradecida.
Asintió, con su sonrisa aún plasmada en su bello rostro. Alzó su mano a la altura de mi frente, sin llegar a tocar, pues me aparté rápidamente sin saber que quería hacer.
—Nicole— me llamó riéndose— que no voy a hacer nada malo, sólo iba a comprobar tu temperatura— aclaró.
—Oh, vale— expresé apenada y volví a acercarme.
Tocó mi frente suavemente, provocándome escalofríos, para luego acariciar mi cabello de manera gentil.
—Estás bien— afirmó y alejó su mano de mi cabello— dime, ¿tienes hambre?
—Un poco— asentí, con un puchero en mis labios.
—Ven, iremos a un café— me indicó mientras se levantaba de su sitio.
—¿Quieres..salir conmigo?— cuestioné algo desconcertada.
—Sí, ¿por qué no?— asintió— cámbiate y vamos— pidió.
—Dame unos minutos— le indiqué, posteriormente subí las escaleras para cambiarme.
• 나의 인도하는 빛 •
—Estoy lista— avisé bajando las escaleras rápidamente.
—Casi me quedo dormido— bromeó exageradamente.
—Eres un exagerado, Jungkook— respondí divertida, haciéndolo sonreír.
—Te ves muy linda— me halagó tiernamente.
—Basta, me sonrojo— pedí divertida.
—Oh, ahora no dejaré de piropearte— me avisó graciosamente.
—Ay, sólo vámonos— me quejé empujándolo levemente hacia la puerta principal.
—Vale, vamos.
• 나의 인도하는 빛 •
—¿Podría hacerme el favor de ponerme bibimbap?— pidió educadamente al señor que atendía, este asintió y conseguimos una mesa para sentarnos.
—No conocía esta cafetería— comenté observando todo a mi alrededor.
—Eso es porque Soo no te ha traído, obviamente— contestó.
—¿Qué es eso que ordenaste?— cuestioné confundida.
—Arroz con vegetales, aquí se le denomina "bibimbap"— me explicó.
—Vale— asentí, regresando mi curiosa vista al lugar.
A pesar de que no observaba a Jungkook, sentía su mirada pesada e intensa sobre mí, así que decidí verlo, en cuanto lo hice rápidamente cambió su visión hacia otro lado, acto que me pareció divertido.
Nuestro chico es un poco tímido.
Regresé mi mirada al menú, fijándome en la variedad de alimentos escritos en aquel plástico, entre ellos encontré el plato que ordenó el castaño.
—Nicole..— me llamó, haciéndome observarlo para que continuara— ¿tú quieres mucho a Ling?— preguntó.
Su cuestión me pareció graciosa, pues era obvio que quería preguntarme alguna otra cosa, pero optó por aquella interrogante.
—Más que a nadie en esta vida— afirmé claramente— ¿Y tú?
—Claro, es como mi hermanita, nos criaron juntos, prácticamente.
Percibí mucha sinceridad en sus palabras. Pero la duda que verdaderamente rondaba por mi mente era la siguiente:
¿Te gusta Lingsoo?
Sonreí ante el cariño que sentía hacia mi mejor amiga, amistoso o amoroso, eso no lo sé, pero confío en que es real.
—Eres un poco callada, Nicole— opinó divertido.
—No, sólo pensaba— me justifiqué rápidamente.
—Está bien— respondió sonriente.
Su sonrisa era tan brillante y sincera, que me daban ganas de observarlo para siempre.
Estaba tan perdida en esa hermosa curva que no había escuchado las veces que me había llamado, es como si estuviera usando tapones auditivos.
—¿Tierra a Nicole?— bromeó.
—Sí, Jungkook ¿qué pasó?— cuestioné desorientada.
—Observabas mis labios, ¿acaso tengo algo fuera de lo normal en ellos?— cuestionó.
¿Fui tan obvia?
—No, Jungkook, no tienes nada— negué.
—¿Entonces te parecen lindos?— bromeó.
—¡No! Ni siquiera sé porqué lo hice— negué avergonzada, su rostro se tornó entristecido.
—¿Entonces te parecen feos?— cuestionó tiernamente.
—¡No, Jungkook!— volví a negar— y por favor no pongas esa cara ¿Sí?— pedí.
—¿Cuál?— preguntó confundido.
—Así, tan tierno, haces que mi corazón de piedra se ablande— expliqué, agregando aegyo.
—Eres tierna, Nicole— opinó sonriente.
—¡No lo soy!— negué intentando no mostrar ternura alguna, pero me fue imposible, él me lo contagió.
—Aww, sí que lo eres— afirmó tiernamente.
En ese instante llegaron los platos, el señor nos observaba sonriente.
—Gracias— agradecimos para empezar a disfrutar de aquellos alimentos, él se retiró.
—¿Puedes hacerlo bien con los palillos?— cuestionó.
—¿Acaso me crees tonta, Jungkook?— le pregunté fingiendo insulto— claro que sé hacerlo, no seré mejor amiga de Park Lingsoo— afirmé.
—Está bien— fue lo último que agregó para comenzar a alimentarnos.
• 나의 인도하는 빛 •
—Bien, gracias por traerme a comer, Jungkook— agradecí al salir de aquel Café, me dí la vuelta pero..
—Espera— me detuvo, al ver que continué mi andar hasta mi casa, volví a voltearme a verlo.
—¿Sí?
—Es..es..eh..no sé, pues— tartamudeaba nervioso, causándome algo de gracia internamente— ¿no es algo temprano todavía? ¿Quieres volver a casa?— cuestionó un poco más tranquilo.
—¿Era eso?— interrogué, asintió— ¿Qué propones?
—Quizás hayan algunos lugares que quieras visitar— comentó.
—¿Adónde llevaría a una turista como yo, jóven?— pregunté formalmente.
—Bueno, a una turista cualquiera, le habría guiado hasta el Río Han y luego me habría retirado, pero tu caso es especial, por lo que optaría por admirarlo contigo— expresó.
En serio, es maravilloso como amigo, debe ser más que un amor como novio.
—Acepto— afirmé sonriente— ¿iremos al Río?
—Bueno, en realidad era metáfora, quisiera llevarte a otros lugares antes— sugirió.
—Confío en que los lugares donde me lleves serán geniales— comenté.
—No te emociones, que no será un tour por Seúl, jovencita— aclaró divertido— eso le corresponde a su amiga Ling, pero garantizo que le sacaré unas risas— expresó.
—Confío.
• 나의 인도하는 빛 •
—¡Esa era mía!— exclamé al verlo adelantarse en comerse la galleta.
—No tenía tu nombre escrito— contraatacó restándole importancia.
Mis ojos entrecerrados, reflejaban todo el supuesto odio que estaba sintiendo, posteriormente me giré cruzándome de brazos dramáticamente como niña pequeña.
—Ten— me extendió otra divertido, pero no volteé.
—No la quiero— negué mintiendo, era obvio que quería aceptarla, pero debo hacerme la orgullosa un rato.
—Anda, sé que la quieres— canturreó.
—Dije que no— negué nuevamente.
—Vale, ni insistiré más— respondió a mis espaldas— entonces me la comeré— avisó.
—¡Ni se te ocurra!— exclamé volteándome hacia él, con una sonrisa divertida.
—A ver— dijo levantándose del césped— alcánzala si puedes— alzó su brazo evitándolo.
—Eso no vale— negué imitando su acción, y aunque me pusiera en la punta de mis pies, era imposible, a él le causaba gracia, pero yo estaba frustrándome.
—Maldito, quédate con ella— ordené rendida.
—No, no, ten— negó y volvió a extendérmela.
—Puedes comértela— propuse falsamente.
—Bien, hagamos algo— sugirió y se posicionó frente a mí— una mitad para tí y otra para mí.
—¿Cómo? ¿La romperás?— cuestioné.
—No, tú lo harás— explicó, desconcertándome.
—¿Cómo?
—Pondré la galleta en tu boca, pero no puedes morderla ¿Vale? Sólo sostenerla levemente— indicó.
—Entiendo— mentí, la verdad no entendía nada.
Dejé mis labios entreabiertos y colocó el dulce entre ellos, como él me pidió, sostuve suavemente la galleta, evitando que cayera.
Acercó lentamente su rostro al mío, al punto de que nuestras narices rozaran.
Nunca habíamos tenido tanta cercanía física.
Mis ojos se abrieron, pareciendo par de platos. Observé sus labios, los cuales abría lentamente, y cada vez más cerca. Con sus dientes, ya sobre el dulce, hizo presión causando que se dividiera a la mitad.
Él masticaba lentamente, pero sin alejar su rostro del mío, en un movimiento fugaz observé sus ojos, su mirada era fija sobre mis labios.
¿Por qué mi corazón late descontroladamente?
¿Qué debería de hacer ahora?
Sonrió al ingerir completamente el dulce, pero seguía en su posición y yo en la mía.
—¿Ves? Así era más fácil— afirmó, para alejar su rostro un poco, y verme a los ojos.
Quedé callada unos segundos, hasta que reaccioné lo que acababa de pasar.
—Sí, lo era— contesté con una risa nerviosa.
—Creo que ya deberíamos regresar, Ling se pondrá nerviosa si no te encuentra en casa.
—Sí, deberíamos regresar— asentí en acuerdo con él.
Me siento extraña, no sentía atracción física, sentía algo más. Mi corazón sólo late descontrolado cuando existe una segunda intención, no sé cuál, pero estoy convencida de que no me gusta este sentimiento.
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