El mensaje era Jungkook.

—Dice Jungkook que vayamos a aquella mesa— expresó y señaló la VIP.

—Vamos entonces— asentí.

Caminado y atravesando todo la muchedumbre alcanzamos a verlos, creo que nos demoramos un poquito empujando personas.

Llegamos y Ling alzó su brazo buscando a Jungkook, yo ya lo había visto, pero ella recuerdo que está casi ciega, le indiqué.

—Míralos aquí— enseñé.

Caminamos hacia ellos, y sus miradas se tornaban cada vez más intensas sobre nosotras.

Incómodo.

Ling-ie y yo nos sentamos una al lado de la otra, junto a Namjoon y Jimin, frente a nosotras estaban Jungkook y Taehyung respectivamente, más Hoseok y Yoongi; Seokjin se sentó en otra mesa con otros chicos que parecen ser sus amigos.

—Se ven bien, chicas— halagó Namjoon.

—Gracias, tú también— respondimos.

—Pues, me las comería a las dos juntas si pudiera— agregó Jimin pícaramente, dirigiendo su mirada a mis senos.

—Oh, Jimin, eres divertido— respondió Ling con una risita incómoda.

—Controla tus hormonas, Park— lo regañó Taehyung seriamente.

Jungkook me observaba serio, recorría su mirada por todo mi anatomía y luego de vuelta a mis ojos, creo que está molesto porque lo desobedecimos. Me parece que Taehyung comparte el sentimiento, pues, observa de la misma manera a Lingsoo.

—Lingsoo, ven acá— ordenó su amigo sin dejar de verme.

Ella se acercó y le susurró unas palabras que nadie puso escuchar, ella también lo hizo, por su expresión parecía quejarse, pero finalmente terminó asintiendo, y regresó a su lugar conmigo.

—Les propongo un brindis— propuso Namjoon.

Ni me había fijado en las bebidas.

—Dándole la bienvenida a estas dos hermosas damas— concluyó y alzamos las copas para beber del líquido en ellos.

Sentí ese líquido frío sobre parte de mi cuerpo y me estremecí, cuando reaccioné me dí cuenta de que Ling había derramado accidentalmente su bebida alcohólica sobre mí; me observó apenada y arrepentida.

—¡Madres! Lo siento, amiga— se disculpó.

—Tranquila, fue un accidente— negué— pero necesito saber dónde está el baño.

—¿Ves aquella puerta de allá?— me señaló Namjoon, asentí— allí es.

—Regreso enseguida— aseguré.

Caminé, atravesando nuevamente la muchedumbre, y llegué hasta el cuarto de baño.

Viéndome en el espejo, me dí cuenta de que no estaba tan manchado mi outfit, pero enjuagué con agua tibia los restos de alcohol en mi piel desnuda.

—Creo que te había advertido que no vinieras con esa ropa.

Esa voz, la conocía y se sentía molesta.

Me volteé lentamente, y mis ojos se encontraron con los de... Jungkook.

Era primera vez que lo veía serio, y debí admitir que sentí algo de incomodidad.

—¿Jungkook? ¿Qué haces aquí?— cuestioné nerviosa.

—Vengo a ayudarte— explicó acercándose cada vez más a mí— pero debes quitarte el top— ordenó.

¡¿Qué?!

—No, no lo haré— negué rápidamente— ¿lo que quieres es verme desnuda acaso?

—No— negó firmemente y comenzó a quitarse el sweeter que traía, sentí como el calor se agrupó en mis mejillas— ten— me la extendió y la tomé— póntela, así no tienes que usar tu ropa húmeda y..— se acercó a mí oído— así dejan de observar tus pechos un poco— concluyó y retrocedió unos pasos— te espero afuera— avisó y salió del cuarto.

Dios, esto es incómodo.

La prenda era muy bonita, la verdad, el color negro, sencillamente, combina con todo, procedí a ponérmela, y acomodé una parte dentro de mis shorts, pareciendo un conjunto completo; sentí un gran alivio al ponérmelo.

Nadie me dijo que dentro del Bar hacía frío.

Saliendo del cuarto de baño, me encontré nuevamente con el castaño, el cual me observó detalladamente.

—Vamos— ordenó aún serio y asentí.

Llegamos nuevamente a nuestra mesa, dónde charlaban animadamente los chicos, al vernos callaron.

—¿Qué?— interrogó Jungkook.

—Eso te pregunto a tí, amigo— contraatacó Jimin.

—Nada, la ayudé un poco— explicó y nos sentamos.

La música era bailable, por lo que más de uno de los hombres del lugar nos invitaron a bailar.

—Señorita ¿me concede esta pieza?— le preguntó coquetamente un jóven a Ling.

—Perdón amigo, ella es mía— intervino Jungkook de manera seria, haciendo que el joven se retirara.

La mirada de Ling se tornó tierna sobre el castaño, y admito que la mía era confundida.

—Eres muy tierno, Kookie— halagó tiernamente.

Creo que ellos se gustan en secreto.

—A mí sí me concedes la pieza ¿verdad Ling-ie?— cuestionó de la misma manera.

—Claro, Jungkookie— asintió y fueron a bailar.

Observé la reacción de Taehyung inmediatamente, estaba serio o pensativo, no sabría decir con certeza. Iba a hablarle, pero Jimin no perdió la oportunidad para sacarme a bailar.

—¿Bailamos, hermosa?— preguntó.

—Sí, ¿por qué no?— asentí y nos levantamos de nuestros asientos.

No sabía que escuchaban reggaeton en Corea.

Porque una canción de Dasoul se reprodujo en el lugar. Pero me sentía algo apenada.

—Jimin..yo..no soy tan buena— le expliqué.

—Tranquila, yo sí, yo te enseñaré— contestó.

Se posicionó detrás de mí, y apegó su cuerpo al mío, con su mano izquierda sujetando mi cadera, acto que me impresionó un poco.

—Sígueme— susurró en mi oído.

Empezó a moverse lentamente al ritmo de la canción, lo imité como pude.

—Relájate— pidió— los pasos saldrán por sí solos— explicó y asentí.

Respiré profundo y me moví más relajada, sus palabras me calmaron.

Observé, no tan lejos de mí, a mi amiga bailando con Jungkook atrevidamente, en cierta forma, me molestó un poquito.

La persona que me incita a que lo conozca baila con él ¿Y qué onda con Taehyung?

Mandé mis pensamientos al carajo, al final, entre él y yo no hay nada, y creo que se gustan en secreto, sólo me queda alegrarme por ellos.

Voy a divertirme..

Mis movimientos se tornaron intensos y más sensuales que los de hace instantes, Jimin, sorprendido por mi repentino cambio susurró nuevamente.

—Tú si que te mueves— comentó pícaro.

—Apuesto a que lo hago mejor que tú— reté.

—Que sea un reto, preciosa— aceptó.

Delante de mí se encontraba un tubo, del cual me sostuve para intensificar aún más mis pasos. La verdad es que Jimin se mueve realmente bien.

¿Está bien estar caliente ahora?

Bajé hasta el piso y volví a subir, en un impulso, moví mi cabeza con sensualidad.

—¡Uh, me vengo, joder!— exclamó, lo cual me causó gracia internamente, y a la vez satisfacción, pues lo estaba haciendo bien.

Jimin agarró mi cabello, no tan fuerte, concentrado totalmente en bailar, olvidó dónde estábamos, y comenzó a tocar mi trasero y a apretarlo levemente.

Me hubiera movido, pero no lo hice, porque me sentía bien, me estaba divertiendo y, a fin de cuentas, sólo estábamos bailando.

Fue divertido bailar con él, y un poco excitante lo admito, pobre mujer que se acueste con él, pues, hay rumores en mi cabeza de que la Jiminconda es juguetona, y, acabo de confirmarlo, lo es.

—En la cama debes ser toda una diosa, Nicole— susurró nuevamente en mi oído, terminando de bailar.

—Soy virgen, Jimin— confesé y me observó incrédulo.

—Mentirosa— negó divertido.

—Te lo digo en serio— insistí.

—Estoy sorprendido, bueno, le deseo suerte a quien se acueste contigo, fiera— dijo divertido y pícaro a la vez.

—Lo mismo digo, Park— asentí sonriendo.

—¡Escucha! Me gusta esta canción ¿Seguimos bailando?— invitó.

—Nicole, ¿me concedes esta pieza?— esa voz, interrumpió nuestra conversación, me volteé a verlo, estaba algo serio.

—Claro, Jungkook— asentí.

¿Y qué onda con Ling?