24
Cuando miro el reloj por enésima vez hoy y veo que la aguja del minutero apenas se ha movido, suelto un bufido de impaciencia. Justo cuando espero que el tiempo avance más rápido es cuando parece haberse parado.
A pesar de la teoría de Ace acerca de una posible alianza entre Liam y ese tal Luca Monacelli, he decidido quedar con el primero para poner las cartas sobre la mesa y empezar a trazar una estrategia para acabar con todo esto de una vez por todas. Tal vez no me crea que Liam es un hombre malvado enviado para matarme ni nada por el estilo, pero es Ace el que conoce ese mundo y creo que será mejor tener en cuenta lo que opina.
Lo primero que he hecho esta mañana ha sido llamar a las chicas para que me ayuden a encontrar posibles enlaces entre Luca y Liam, especialmente Brooke dado su don para las tecnologías. Tal vez no seamos el FBI o la CIA, pero somos hijas de empresarios y personalidades importantes de Estados Unidos, por lo que el poder es similar, especialmente teniendo en cuenta que el tal Monacelli también es un empresario. En el primer vistazo solo hemos comprobado que Luca y su familia, los dueños de la multinacional, tienen fama de no jugar limpio e incluso esquivar la ley en algún que otro suceso. Más allá de eso, no hemos podido verificar ninguna conexión entre Liam y Luca. Las chicas y yo vamos a seguir investigando tanto juntas como por nuestra cuenta y tras prometer una llamada si nos enterábamos de algo nuevo, he quedado con Liam para aclarar las cosas y pedirle ayuda.
Dado que tiene que volver de Los Ángeles, no sé exactamente cuándo va a venir, pero me ha dicho que en apenas quince minutos estaba en mi casa. Estoy tan nerviosa que siento que el tiempo no pasa y las teorías más locas han empezado a circular por mi cabeza como si fuese una guionista de Mentes Criminales.
Estoy tan inmersa en la posibilidad de que Liam sea un agente secreto de la mafia internacional que pego un salto y salgo disparada hacia mi puerta en cuanto oigo el timbre, abriéndola y arrastrándole del brazo como si le succionase hacia dentro de la casa.
—Joder, joder, ¿qué pasa? ¿Te has metido en alguna movida chunga? Tu mensaje de ayer dio rienda suelta a mis planes de venganza más locos y como te negabas a darme más detalles sobre lo que querías tratar conmigo...
—Siéntate porque lo que te voy a contar te va a sonar a película de Al Pacino —explico, mirando cómo se sienta en el sofá mientras yo me quedo de pie frente a él, andando nerviosa.
—Alexa, ¿dónde te has metido?
Liam me mira con verdadera preocupación pintada en el rostro y le observo durante varios segundos eternos para descubrir si es solo una fachada o genuino. Tal vez no tenga el don de descubrir los verdaderos sentimientos en el rostro de alguien, pero personalmente no creo que esté fingiendo su incertidumbre ni la preocupación por mí.
—A ver, te voy a hacer algunas preguntas y tienes que responderme la pura verdad mirándome a los ojos. Si no me miras o titubeas o algo, pensaré que mientes y no sé cómo acabará esto. Si dices la verdad, te contaré todo y te pediré de rodillas que me ayudes porque realmente no tengo ni idea de cómo solucionar esto.
—¿Esto es una especie de interrogatorio o algo? ¿Te he hecho algo sin querer o te has enfadado conmigo por algo que no sé?
—Solo dime que vas a hacer lo que te digo, por favor. Necesito que esto vaya tal cual te estoy diciendo o probablemente pierda la cabeza, así que seamos metódicos por un momento.
La preocupación crece tras los ojos de Liam mientras hablo y sé que probablemente se está imaginando un millón de películas de ciencia ficción, pero tengo que atacar este problema poco a poco o me volveré loca.
—Vale, pregúntame lo que quieras, te juro que responderé con toda sinceridad y no dejaré de mirarte a los ojos.
—Bien —suspiro y hago una pausa, poniendo todo en orden antes de hacer mi primera pregunta—. ¿Qué sabes de tu hermano? Especialmente de lo que ha hecho recientemente.
—Bueno, sé cómo fue y lo que hizo hasta que cumplió los dieciocho más o menos. El Ace que yo conocí era un chico bastante rebelde, inteligente pero impulsivo. No quería tener nada que ver con nuestra familia y estaba continuamente enfadado con mi padre y conmigo. En la adolescencia empezó a meterse mucho en problemas y llegamos a saber que se había codeado con gente bastante chunga en esas peleas ilegales en las que se metía. Después de la enésima vez que mi padre le sacó de comisaria, debió de venirle un ángel a visitar o algo porque se fue de casa y compró su primer club. Parece que se alejó de ese mundo y se empezó a centrar en sus negocios. A partir de ahí, todo lo que sé de él es por oídas y por la prensa. Bueno, y lo que me has contado tú, claro.
Liam responde sin dejar de mirarme a los ojos en ningún momento, con el cuerpo completamente relajado. Nada en su actitud denota ningún tipo de nerviosismo o diferencia con respecto a como suele actuar cuando hablo con él, lo cual es buena señal, al menos por el momento.
—¿Qué sabes acerca de la razón por la que Ace me dejó hace un año?
—Nada, realmente. Solo que es un idiota —responde y esta vez veo cómo su ceño se frunce por el enfado, aunque continúa hablando del tirón—. Solo puedo hacer conjeturas, pero me da igual. Ace es pasado y el pasado no es mi problema.
—¿Sabías que era el Demonio cuando me llevaste a Los Ángeles a ver esa pelea?
Mi pregunta hace que su ceño se frunza aún más, aunque esta vez la confusión de une al enfado que previamente había en su rostro. Parece que le he pillado completamente por sorpresa, aunque dudo que sea por una razón oculta. Más bien parece que es él el que siente que yo le estoy acusando de algo y no al revés.
—¿Yo? ¡Pero si fuiste tú la que le reconoció primero, ¿no te acuerdas?! —Sus palabras me hacen recordar exactamente eso y la genuina sorpresa que mostró al saber que estábamos viendo a su hermano pelear sin saberlo—. Si lo hubiera sabido, nunca te habría llevado, la verdad. Ya llevo un mes arrepintiéndome, porque ahora encima ese imbécil ha decidido volver como si no hubiera pasado nada y mira cómo estas ahora, loca perdida.
Ahora soy yo a la que ha pillado fuera de juego con su discurso.
—¿Cómo que loca perdida, a qué te refieres?
—¡¿Es que no te das cuenta, Alexa?! —estalla Liam, levantándose del sofá y mirándome con esos ojos azules normalmente alegres llenos de dolor—. ¡Llevas un año pensando en alguien que te dejó tirada como un perro, arrastrando a todos los que te rodean contigo! ¡Yo nunca he tenido problema con ayudarte, con estar a tu lado viviendo tu vida y empezando de nuevo, pero no te estás dando cuenta de que me estás haciendo daño mientras yo solo trato de ayudarte!
—¿Pero cómo que te estoy haciendo daño, Liam? Yo nunca he tenido intención de hacerte sentir mal, yo solo quiero...
—¡Porque estoy enamorado de ti, Alexa! —me interrumpe con los ojos reluciendo por las lágrimas que se acumulan en sus ojos—. ¡Estos últimos meses creía que habíamos estado empezando una relación, que habías conseguido pasar página, pero ahora que ha vuelto Ace, yo solo soy un cero a la izquierda en tu vida, y no es justo! ¡No es justo que me hayas estado tratando como si quisieras que fuera tu novio, incluso como si estuviéramos en una relación! ¡No es justo que básicamente estemos saliendo juntos y no me dijeras en ningún momento que nunca podrías enamorarte de mí porque todavía estabas enamorada de él! ¡No esperaba en ningún momento que te enamorases de mí solo porque te estaba ayudando, sino que pensé que lo estabas por cómo te has comportado conmigo estos últimos meses!
Su confesión y las palabras que la siguen me hacen enmudecer por completo, sintiendo cómo la sangre huye de mi rostro a medida que Liam continúa confesando sus sentimientos prácticamente gritando. Todo lo que dice me duele y no porque sea ofensivo, sino porque siento su propio dolor en cada una de las palabras que dice, pero especialmente lo veo en esos ojos azules que siempre han estado sonriendo. Ni siquiera sé lo que decir ya que mi cabeza está en piloto automático, pero las palabras escapan entre mis labios antes de que pueda pensarlas.
—¡Yo no estoy enamorada de Ace, deberías saberlo ya! ¡Me hizo mucho daño y ahora he seguido con mi vida, así que no entiendo por qué crees que sigo sintiendo algo por él!
—¡Párate un momento a pensar en cómo ha transcurrido este último año! ¡Párate a pensar en lo primero en lo que pensaste cuando me viste y en por qué accediste a tomarte esa copa conmigo la primera vez que salimos! ¡Párate a pensar en todo lo que has hecho para apartarle de tu mente, al menos desde que nos conocemos! ¡Y ahora piensa en cómo has reaccionado desde que le vimos sobre ese estúpido cuadrilátero y volvió a mudarse aquí! ¡Solo piénsalo y dime otra vez que no sigues sintiendo algo por Ace!
Cada vez que menciona una de esas cosas, no puedo evitar pensar exactamente en lo que menciona, y una respuesta tan inevitable como esperada me viene a la cabeza sin tener yo ningún control sobre ello. Empecé el año refugiándome en el alcohol y las fiestas para evadirme de mis sentimientos, hasta que empecé mi nuevo trabajo y centré toda esa energía en las prácticas y la universidad. Sin esperarlo, conocí a Liam, y lo primero que pensé al mirarle a los ojos fue en que eran una copia dolorosamente exacta a los de su hermano. Al principio le odié por ello, pero no podía resistirme a ese parecido y le pedí que me distrajera precisamente de su propio hermano. Cada cosa que hacíamos juntos, cada vez que compartíamos un momento íntimo, podía jurar que escuchaba la voz de Ace recordándome lo que una vez fuimos.
Y entonces volví a verle en ese ring y he intentado evitarle por todos los medios, consiguiendo exactamente lo contrario: que estuviera en mi cabeza en todo momento por una cosa o por la otra. Ahora bien, ¿qué siento cuando pienso en Ace?
Dolor. Mucho dolor, enfado, rabia, impotencia..., pero también nostalgia y tristeza, como si mi corazón sangrase un poco a través de una herida abierta hace ya mucho tiempo. No sé qué puede significar eso, pero me niego a admitir que estoy enamorada de él porque el dolor que él mismo me infligió me impide hacerlo.
Cuando vuelvo a mirar a Liam, abro la boca para hablar, pero nada sale de ella. Trato de decir algo, cualquier cosa, pero mi cuerpo parece no querer reaccionar. Él me aguanta la mirada varios segundos eternos mientras las facciones de su rostro se endurecen hasta que suelta una risa seca.
—Eso pensaba —comenta con frialdad antes de caminar hacia mi puerta. Trato de pararle, pero solo puedo seguirle e intentar agarrar su brazo, lo cual él esquiva sin gran dificultad—. Pon en orden tus propios pensamientos y saca algo en claro porque ni tú misma te conoces. Hasta entonces, te deseo lo mejor, Alexa.
Antes de que pueda responder o sujetarle para que no se marche, Liam abre la puerta y la cierra en mi cara, dejándome sola en medio del vestíbulo con un huracán de pensamientos y sentimientos atormentando mi cabeza.
•
—¡Alerta roja recibida, aquí llega la comitiva entera con tarta, helados y todas las comedias románticas de los últimos veinte años!
Cher entra en mi casa hablando como un general del ejército, seguida por Gigi y Brooke que me enseñan las bolsas llenas de cosas que han traído.
Después de ver a Liam salir de mi casa, y tal vez incluso de mi vida, sin ser capaz de hacer nada para evitarlo, no he tardado en mandar un mensaje al grupo de chicas avisando que me encontraba en una situación de alerta roja, lo cual puede tener varios significados: ruptura con un novio, traición de alguien cercano, problemas con la familia... En este caso, no tengo ni idea de qué etiqueta ponerle a este problema, pero sé que es una alerta roja y necesito a mis amigas para intentar calmar el torbellino de sentimientos confusos que se ha desatado en mi interior.
—Tenemos todo lo que puedes necesitar, pero sobre todo, aquí estamos nosotras —declara Gigi mientras nos distribuimos por mis sofás y sillones—. ¿Prefieres empezar por la comida y las películas o entramos en materia y luego paliamos los dolores?
—Creo que va a ser mejor tener la conversación y luego recuperarnos con el ocio porque tenemos mucha tela que cortar.
—¿Pero qué ha pasado? ¿Ha sido Ace, Liam, tu madre, tu padre...? —pregunta Brooke con la preocupación en el rostro.
—La segunda —suspiro y me miro las menos sobre el regazo.
—¿Has tenido problemas con Liam?
En vista de que mis amigas están deseando saber qué ha pasado, procedo a relatarles con todo detalles la conversación que he tenido con Liam palabra por palabra, sintiendo cada vez más vergüenza por mi comportamiento a medida que avanzo. Sé que la he cagado con Liam de forma prácticamente irreversible y saber que le he hecho daño sin tener en cuenta sus sentimientos en ningún momento me revuelve el estómago. Cuando termino de contarlo todo, soy incapaz de mirar a ninguna de mis amigas a los ojos por pura vergüenza y arrepentimiento.
—Sin querer ofenderte en ningún momento..., ¿eres consciente de que eras la única persona que no sabía que Liam y tú estabais prácticamente en una relación... sin el "prácticamente"? —pregunta Brooke con cuidado.
—Sí, soy consciente de que soy una idiota egoísta que no sabe lo que quiere y no hace más que dañar a la gente a su alrededor por mi puta ignorancia. Debería de haberme dado cuenta antes, pero mejor tarde que nunca, supongo..., ¿no? Porque yo no voy a dejar de pedirle perdón a Liam y demostrarle que me importa de verdad hasta que él lo sepa, y rezaré porque no me odie el resto de sus días.
—¿Y qué es lo que quieres hacer a partir de ahora? —pregunta Cher, sabiendo que tengo muchas cosas en mi plato ahora mismo que tengo que resolver.
—Honestamente, no lo sé. Estamos casi seguras de que lo que me dijo Ace es cierto, al menos todo lo referente a Luca Monacelli, por lo que eso es un tema bastante urgente. Por otro lado, no quiero dejar la situación con Liam así, aunque no sea una cuestión de vida o muerte como lo de ese estúpido italiano. Quiero que sepa que lo siento de verdad y que le quiero, aunque no sea como él quiere que le quiera. ¿Qué me aconsejáis?
—Mi consejo es que le des a Liam un poco de espacio, al menos por el momento —responde Gigi, alargando su mano para tomar la mía en señal de silencioso apoyo—. No creo que consigas nada bueno yendo tras él si está tan dolido. Seguramente con un poco de tiempo podréis tener una conversación madura y solucionarlo todo como adultos.
—Además, no es por ser la insensible del grupo, pero así tendremos tiempo para atacar el problema de Luca porque solo hemos rascado la superficie y está claro que hay mucho más que aún no sabemos. Está prácticamente claro que Liam no tiene nada que ver en este asunto, a no ser que todo lo que ha pasado hoy sea una especie de bomba de humo para distraernos. Sea como sea y a riesgo de ser tildada de zorra sin corazón, creo que es más urgente atacar el problema de Luca cuanto antes.
Las chicas asienten al escuchar a Brooke y aunque mi corazón me inste a gritos que vaya directa a casa de Liam a pedirle perdón de rodillas, sé que tanto Gigi como Brooke tienen razón en lo que han dicho. Tengo que reprimir mis sentimientos durante al menos unos días y centrarme en resolver la paranoia que me ha contado Ace.
—Vale, entonces dejaré que pase un tiempo antes de hablar con Liam y pondré todas mis fuerzas en resolver el asunto de ese Monacelli —suspiro con tristeza y sacudo la cabeza como si apartase los sentimientos por un momento con ese sencillo gesto—. Así que supongo que ese es el siguiente tema a tratar ahora, ¿habéis descubierto algo nuevo de su empresa o de él?
—No mucho, pero se me ha ocurrido un hilo del que podemos tirar no solo para conseguir información, sino también para elaborar nuestro plan de ataque —comenta Brooke con expresión seria—. Creo que deberías consultarlo con alguien de tu empresa porque es una de las firmas dedicadas al derecho corporativo más grandes del país. Ellos tienen información de todas las empresas y no solo podrían proporcionártela, sino también ayudarte a atacarle por la vía legal.
—Vale, muy bien, ¿y a quién le pido ayuda? Porque solo soy una becaria y esto es un tema serio, no puedo confiar en cualquiera—. Mis amigas me miran con una ceja alzada, como si hubiera dicho la estupidez más grande del planeta. Yo les devuelvo la mirada confusa hasta que me doy cuenta de en qué están pensando. O mejor dicho, en quién—. No. Ni de coña.
—Sabes que es la única alternativa, Alexa.
Cher me mira con empatía tras sus ojos castaños y yo suelto un quejido y niego con la cabeza, aunque en el fondo, sé que tienen razón.
—Bueno, entonces supongo que mañana tengo una cita urgente con mi amado padre para desayunar...
¡Hola!
Me ha dolido en la patata escribir este capítulo la verdad, aunque no sé si a vosotros os habrá dolido leerlo 🥺.
También me ha costado mucho escoger la canción porque el sentimiento que quería manifestar es un poco complicado, pero la M.O.D.A siempre le pone las palabras adecuadas a todo 🥹❤️
¿Creéis que Liam ha dicho la verdad o es una bomba de humo? En caso de que le creáis, ¿estáis de acuerdo con las razones de su enfado?
Os leo! ❤️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro