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17

Sabía que esta semana iba a ser dura, pero nunca pensé que fuera a serlo tanto.

Yo estaba preparada para enfrentarme a comentarios estúpidos del idiota de Travis y la traidora de mi ex mejor amiga, una sarta de mentiras en forma de declaraciones en el juicio y tal vez, aunque muy poco probablemente, un veredicto en mi contra, pero no contaba con un pequeño impedimento adicional. Bueno, más que pequeño, es un bache tan grande que cualquier coche saldría volando al tratar de superarlo.

He tenido que estar cuatro días sentada junto a Ace, compartiendo un silencio que más bien parecía una discusión por telepatía. No hacía falta intercambiar palabras ni miradas; ambos sabíamos lo que el otro quería decir sin necesidad de escucharlo. Todas las mañanas tratando de reprimir los sentimientos que me producía estar junto a este ser que me ha hecho tanto daño y se niega a desaparecer para evitar seguir haciéndolo. He estado largas horas luchando conmigo misma por prestar atención correctamente a lo que se desarrollaba ante mí para hacer un buen papel en el juicio y no fastidiarlo todo solo porque ese imbécil ha decidido aparecer sin avisar.

Así que eso hice y el juicio pasó sin ningún incidente. Me las he arreglado para evitar coincidir con Ace en cualquier circunstancia estando a solas, incluso en nuestras respectivas casas. He decidido no volver a salir al balcón en lo que me queda de vida y me he convertido en una especie de maruja espía pegada a la mirilla para evitar cruzarme con mi vecino. Apenas han pasado cuatro días y de momento no he tenido ningún incidente. Tampoco voy a apropiarme de todo el mérito, todos sea dicho. Sé perfectamente que si Ace hubiera querido encontrarse conmigo para presionarme a hablar, lo hubiera conseguido de una manera u otra, especialmente teniendo en cuenta lo cerca que hemos estado continuamente. Por alguna razón, ha decidido darme el espacio que le he pedido y se ha limitado a jugar su papel en el juicio.

Ayer fue el último día en los juzgados y el caso quedó visto para sentencia. Kim me ha corroborado lo que yo ya imaginaba: que probablemente ganemos este caso, y por las caras de Travis y su abogado durante la última jornada, parece que ellos también piensan lo mismo. La única incógnita es si Travis acabará en prisión o no, cosa que dudo. No sé cuál será su castigo por el delito cometido, pero la sociedad se hará eco de la sentencia y esa pena será mayor que cualquier posible multa a pagar. La destrucción de su reputación es el objetivo mínimo que pretendo alcanzar y estoy segura casi al cien por cien de que al menos lograré eso.

Como si el universo nos hubiera leído la mente, justo hoy es la gala de Navidad de Hayden. Después de la semana tan intensa que he tenido, lo que más deseo es ponerme uno de mis vestidos más bonitos y pasar una noche divertida con mis amigas. Obviamente, mi cita va a ser Liam y estoy bastante emocionada. Es la oportunidad perfecta para descargar un poco la tensión que tengo acumulada en mi interior y pasármelo bien con él.

El timbre de mi casa suena en el mismo instante en el que termino de repasar mi pintalabios. He optado por un vestido a medida que he encargado específicamente para esta noche: un J'Aton Couture dorado que asemeja a metal fluyendo sobre mi cuerpo. Es sugerente a la par que elegante, especialmente al haberlo complementado con un maquillaje sencillo y poca joyería. A principios de septiembre corté mi larga melena hasta dejarla sobre mis hombros y me he dejado crecer el pelo desde entonces, por lo que ahora tengo posibilidad de recogérmelo en un pequeño moño en lo alto de la cabeza.

Los tacones resuenan contra el suelo de mármol de mi casa cuando corro a abrir la puerta, tomando mi bolso de fiesta y abrigo. Estoy deseando ver a Liam y salir a divertirme con él como ya estoy acostumbrada a hacer desde que le conozco.

—¡Vaya, ¿es que quieres que nos maten?! —exclama Liam en cuanto abro la puerta, recorriendo mi cuerpo con los ojos sin ningún tipo de pudor—. Vas a provocar que todos los hombres del lugar quieran matarme por estar con la chica más guapa. Y algunas mujeres, eso por descontado.

—¿Es que no has parado a mirarte a un espejo al venir aquí? Tú eres la razón por la que acabaré muerta, más aún teniendo en cuenta que las chicas de Hayden no te conocen en persona. Eres una presa nueva entrando a una jaula de lobas hambrientas.

—Entonces supongo que seremos los dos cadáveres mejor vestidos de la fiesta —dice entre risas antes de ofrecerme su brazo, el cual cojo con gusto para marcharnos.

Un coche nos espera en la acera junto a mi edificio y el transcurso hasta el hotel en el que se celebrará la gala se nos pasa volando entre bromas y chascarrillos. Como ya parece costumbre entre nosotros, Liam consigue en apenas unos minutos que olvide cómo pasé esta misma noche hace un año, con otro hombre, pero con los mismos ojos azules que me devuelven la mirada hoy.

—Tengo ganas de volver a ver a tus amigas —comenta Liam con una sonrisa mientras el coche se para frente al hotel, dejando que la horda de paparazis nos dé la bienvenida con sus potentes flashes—. El juicio fue un mal trago para todos, pero hemos hecho muy buenas migas esta semana gracias a ello.

—Sí, ellas también opinan lo mismo de ti, pero primero tendremos que cruzar el Valle de los Fotógrafos Endemoniados y evitar que nos derroten por el camino.

—No te preocupes, yo te protegeré de tan aterrador peligro, milady.

Su pequeña broma me hace soltar una risita y aliviar la tensión instalada en la boca de mi estómago. El chófer abre la puerta y Liam sale antes que yo para ofrecerme su mano y ayudarme a salir. Apenas pongo un pie sobre la acera, empiezo a escuchar las preguntas en forma de gritos que disparan los paparazis, como balazos directos a mi corazón.

—¡Señorita Arden! ¡¿Cómo es que ha decidido venir hoy con Liam Hale, el hermano de su exnovio, tras haber asistido con este último el año pasado?!

Un balazo.

—¡Alexa! ¡¿Se siente bien saliendo con el hermano de su ex a pesar de saber la rivalidad que existe entre ambos!

Otro balazo.

—¡Señorita Arden! ¡¿Cómo ha podido empezar a salir con Liam Hale a pesar del apoyo por parte de Ace Hale en su juicio esta semana?!

No puedo seguir escuchando tantos ataques hacia mí cuando todo lo que dicen no están más que basados en puras mentiras. No pienso seguir siendo la villana un solo minuto más.

Tengo que dejar las cosas claras.

—Vamos a ver, dejemos algo claro antes de seguir soltando mentiras y seguir colocando a personas inocentes en el papel de villanos sin tener ni idea de la historia completa. No pienso desvelar detalles concretos de mi vida a cucarachas como vosotros, pero tampoco voy a dejar que compartáis información falsa —explico con toda la calma que realmente no siento, intentando mantener la cabeza fría mientras trato de defenderme como creo que es correcto—. En primer lugar, Ace Hale y yo rompimos nuestra relación hace un año y ahí finalizó todo entre nosotros. No le debo nada, ni él a mí, así que somos libres de salir con quién queramos. En segundo lugar, cualquier relación que tenga con Liam, sea de la índole que sea, no tiene nada que ver con mi exnovio. No quiero hacerle daño ni a mi expareja ni a cualquiera de mis posibles futuras relaciones, así que todo lo que hago y con quién lo hago no guarda ninguna mala intención. Lo último que quiero añadir es que no tengo interés en que Ace Hale sufra, al contrario, espero que sea feliz aunque hayamos decidido tomar caminos distintos.

—¡¿Y no cree que salir con su hermano, con el que no tiene buena relación, es una traición hacia él que sin duda le dañará?!

Giro la cabeza con furia para mirar al estúpido paparazi que ha mencionado ese dardo envenenado, abriendo la boca para responder a pesar de que Liam acaricia mi mano y trata de guiarme de vuelta al interior, pero una grave voz se impone a cualquier otra cosa.

—Si tan preocupados estáis por Ace Hale, tal vez deberíais probar a parar de acosar a alguien al cual sigue teniendo mucho cariño. Habéis venido aquí a sacar fotos, soltar preguntas estúpidas y largaros a recibir el mínimo sueldo por cubrir un evento de chavales pijos a los que tenéis tanto asco como ellos a vosotros. ¿Qué tal si hacéis eso en lugar de tratar de destrozar a una mujer cuya vida no os incumbe?

No me hace falta darme la vuelta para ver quién ha reclamado la atención de todos los fotógrafos con ese tono imponente, pero lo hago de todas maneras. Probablemente sea culpa de esa parte masoquista e idiota de mi cabeza que desea seguir encontrándome con él a pesar de que el resto de mi mente me exige alejarme para siempre.

Ace Hale se encuentra de pie al final de la improvisada alfombra roja, vestido con un traje negro de la nueva colección de Givenchy, elegante y favorecedor. No me acostumbro a verle sin sus característicos rizos castaños enmarcándole el rostro y en su lugar siga rapado por los lados, confiriéndole un aspecto más duro. Para sorpresa de todo el mundo, viene solo, aunque su postura y forma de caminar hacia la entrada denota seguridad e indiferencia.

Sus palabras han sido el combustible necesario para que esos estúpidos paparazis dirijan un nuevo bombardeo de preguntas hacia él sin lograr una respuesta por su parte, lo cual no es para menos. Ace llevaba un año desaparecido de todo circo mediático hasta tal punto que la mayoría de personas ni siquiera sabían si era él quien llevaba sus clubes directamente como siempre había hecho, o lo había delegado en otra persona. Esta ha sido su reaparición en la escena mediática y no solo eso, sino que encima coincide con su exnovia y el hermano que odia defendiéndoles públicamente.

Ay, Dios, ¿es que no vas a darme un respiro de todo este drama, aunque sea un solo día?

—No tenías por qué meterte, lo teníamos controlado —murmura Liam en cuanto Ace pasa lo suficientemente cerca como para poder escuchar el bajo tono de voz. Escucharle hablar directamente con su hermano por primera vez casi me hace abalanzarme sobre él para taparle la boca y evitar cualquier conflicto, pero no me queda otra opción que quedarme ahí parada rezando porque no empiecen a discutir.

—Sí, he visto cómo defendías a tu pareja cuando todos esos paparazis han empezado a acosarla, muy valiente por tu parte —comenta Ace en un tono de voz frío a la par que rebosante de sarcasmo—. Pero no he hecho esto por ti, así que limítate a sonreír y seguir dando la imagen de niño bueno de papi y déjame en paz. No cambiemos las buenas costumbres familiares —añade antes de empezar a alejarse de nuevo hacia la puerta, la cual está prácticamente junto a nosotros.

—No hacía falta que te metieras, lo teníamos controlado. Ahora solo has hecho que el circo empeore y tendrán titulares para semanas.

Las palabras salen de mi boca antes de que pueda morderme la lengua y me maldigo en quince idiomas cuando le veo frenar al abrir la puerta, sin girarse.

—No uses el plural para defenderle, Alexa. Ese no ha movido un dedo por ti frente a esos buitres y esa es la verdad. Punto.

Antes de que cualquiera de los dos pueda responder, Ace termina de empujar la puerta para entrar al hotel, dejándonos fuera sintiendo una amalgama de emociones tan extraña e intensa que ni siquiera sabemos cómo reaccionar. Mi cabeza tarda apenas un segundo en gritarme que despierte y deje de mirar al vacío como una idiota, y es entonces cuando siento toda mi furia ardiendo en la boca de mi estómago.

—¿Quién se cree que es para presentarse aquí después de un año desaparecido y creer que alguien le debe algo? ¿Es que por decir cuatro cosas en voz alta y largarse con la cabeza alta como si fuese un puto pavo real le da derecho a juzgarnos?

Al escuchar esa voz junto a mí diciendo exactamente lo que tengo en la cabeza al principio me hace pensar que es mi propio subconsciente saliendo de mí y hablando, pero no. Es la primera vez que escucho a Liam hablar con tanta furia y de su hermano, ni más ni menos. Al alzar la mirada, veo el candente enfado reflejado en sus ojos, normalmente brillantes y sonrientes.

—Así es Ace, por si no le conocías —gruño con fastidio antes de cogerle la mano con fuerza y arrastrarle al interior—. Pero no quiero que nos fastidie la noche, no cuando me había hecho a la idea de que me había librado de él durante hoy, al menos.

—No me extraña que mi padre no quiera saber nada de él. Es tal cual me lo ha descrito todos estos años.

Por alguna razón, ese comentario me escama y siento un nudo formándose en la boca de mi estómago al recordar mis conversaciones con Ace acerca de su familia y el dolor que albergaban sus ojos al hablar de el trato hacia él. Ahora mismo estoy demasiado enfadada como para encima rebatir a Liam e iniciar una pelea paralela, por lo que me limito a mantener la boca cerrada y entregarle mi abrigo a los encargados del ropero.

—¡Lex! —chilla Cher en cuanto entramos en el enorme salón, con su clásica expresión de cotilla empedernida mientras corre arrastrando a Jordan tras ella—. ¡¿Sabes que Ace ha venido solo?! ¡Qué fuerte! ¡¿En qué demonios está pensando?!

—¡Este se cree que por venir sin pareja y sentarse solo va a darte pena y arruinar la noche! —bufa Brooke siguiendo de cerca a nuestra amiga.

—Lo sé, sé que está aquí, pero lo último que quiero esta noche es pensar en él. Quiero bailar, disfrutar con mis amigos y volver a casa con la cabeza despejada de dramas totalmente innecesarios. ¿Podemos ser capaces de hacer eso por una vez?

—Está bien, no le prestaremos atención, pero como se le ocurra decir o hacer algo para molestarte, vamos a ir a por él. Suficiente daño te ha hecho ya.

—Tranquila, Gigi, ya sé que no podría pararos ni aunque trajese a un ejército profesional —respondo entre risas antes de coger una copa de champán y empezar a bailar—. ¡Venga, que estáis muy paradas!

Las chicas pronto olvidan la aparición de Ace en la gala y empiezan a seguir el ritmo, ayudándome a evadirme de todo el incidente ocurrido antes de entrar. Ni siquiera pienso en buscarle con la mirada y me limito a disfrutar de la noche con mis amigas como me merezco después de la semana que llevo.

Pronto, una canción lenta comienza a resonar por los altavoces y la voz de la cantante en vivo nos invita a bailar con nuestra pareja de una manera más íntima. Gigi y Brooke no tardan en juntarse, así como Jordan y Cher, y los brazos de Liam rodean mi cuerpo en ese mismo instante.

—¿Me concede este baile, milady?

—Este y todos los que quiera, mi señor —bromeo antes de colocar mis brazos alrededor de su cuello, mirándole con una sonrisa dibujada en mis labios.

—Siento no haber intervenido cuando esos estúpidos paparazis han empezado a acosarte con sus preguntas. Mi padre me enseñó que la mejor manera de lidiar con los escándalos de la prensa es no darles bola en ningún momento, ya que sus especulaciones sin más no tienen validez alguna. Debería haber sido un buen amigo y acompañante y haber evitado que tuvieras que gritarles. Prefiero manchar mi imagen a que esos buitres continúen manchando la tuya.

Los ojos de Liam reflejan el arrepentimiento más sincero y puro. Sé que lo que dice es cierto porque él es así: siempre queriendo agradar y proteger a los suyos, tratando de evitar el conflicto a toda costa pase lo que pase.

—No hay nada por lo que disculparse, Liam. No es culpa tuya que esos idiotas digan mentiras y metan mierda para seguir rascando titulares de donde puedan. Es más, yo debería haber cerrado la boca para evitar remover la mierda de la situación, pero sabes cómo soy. Tú siempre eres capaz de mantener la cabeza fría para evitar los conflictos, pero yo soy demasiado impulsiva y ahora mi mierda volverá a salpicarte de nuevo, como siempre.

—Vamos, no digas eso —murmura con el ceño fruncido en una silenciosa reprimenda hacia mis palabras—. No te convenzas de ser lo que ellos te dicen que eres, Alexa. No eres ninguna villana ni traidora, y por supuesto que no has hecho nada malo. Te lo he dicho una y mil veces pero jamás pararé de decírtelo: mereces ser feliz y no dejes que nada ni nadie te lo impida.

Las dulces palabras de Liam me pintan una sonrisa en la cara, haciéndome sentir arropada y querida una vez más. Siempre sabe lo que decir para aplacar los demonios que me gritan todo tipo de maldades sobre mi propia persona. A veces siento que él es el pequeño ángel sobre mi hombro izquierdo peleando con el demonio de mi hombro derecho que tiene mi propia forma.

—Tú eres el que más feliz me hace ahora mismo y nunca podré agradecértelo lo suficiente —susurro con una sonrisa antes de acercarme a él y acariciar sus labios con los míos.

Liam me devuelve el beso con mimo, acercándome más a su cuerpo con un brazo mientras su otra mano acaricia mi mejilla. Ninguno de los dos tenemos prisa, solo queremos disfrutarnos el uno al otro en este momento tan íntimo. Es él el que eventualmente se separa, aunque mantiene nuestras frentes juntas mientras me mira con adoración.

—Y tú eres la que me hace feliz a mí.

Sus palabras hacen que la sonrisa en mi rostro se ensanche, y estoy a punto de perderme en sus ojos cuando algo capta mi atención a mi derecha, un movimiento que capto por el rabillo del ojo. Estoy a punto de descartarlo, pensando que serán los camareros, pero el inconfundible traje de Givenchy y esa forma de andar tan elegante captarían mi atención en cualquier situación.

Mientras Liam guía mi cuerpo al ritmo de la dulce música, veo a Ace en la puerta haciéndole un gesto a una chica rubia que no reconozco, la cual prácticamente corre a sus brazos como si de un salvavidas se tratase. Este sostiene un cigarro apagado entre los labios mientras un hombre les da sus abrigos y no tarda en abrir la puerta para salir al exterior.

Antes de que le pierda de vista, veo como sostiene el cigarro con la mano y se inclina para besar a la despampanante mujer rubia que sale del hotel agarrada a su brazo.

¡Hola, cielitos!

Este ha sido un capítulo tranquilito comparado con el trote que llevábamos hasta ahora, ¿eh? 😅. También hay que pararse a respirar, porque ahora también se vienen cositas (como siempre xd).

¿Qué pensáis de las acciones de Alexa, Ace y Liam? Quiero leeros, QUIERO SABER OPINIONES 💜.

Os leo! ❤️

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