3
Mierda.
Mierda, mierda, mierda.
El estadio entero me abuchea. Me cubro la cabeza con las manos. Mis compañeros me miran, como esperando a que suelte alguna excusa que no tengo.
—La cagaste, compadre —dice uno—. Era más fácil meterla que tirarla afuera.
—Yo...
Atino a sonreír con nerviosismo. Todos fallamos de vez en cuando, no importa qué tan bueno seas. La diferencia es que mi error le acaba de costar la clasificación a mi equipo, a todo el país. Me desconecto del partido hasta escuchar el pitido del árbitro. Los noventa y tantos minutos se han completado, hora de volver.
¿Volver a dónde? Ya no queda nada.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro