Capítulo 54: Propuesta
La emoción hacía a sus pies correr alegre hasta llegar a ese lugar de pequeñas frutas moradas y redondas juntas en un ramo. Cerca de la cosecha y bajo una lona, hay algunas estructuras de madera donde unos trabajadores vertían lotes de uvas en esos grandes botes, algunos otros estaban lavando sus pies. Vio a aquella mujer de alas anaranjadas que ha acompañado a Admiración durante la preparación de su propuesta.
–Buenos días señorita Ramé –dijo con sonrisa amable y servicial teniendo en sus manos prendas de ropa–. Vaya adentro de la tienda y cámbiese, no queremos que manche su vestido. Descuide, cuando haya ganado la nota podrá cambiarse de nuevo.
Ramé agrandó su entusiasmo obedeciendo a la mujer, una vez se puso shorts cortos y una camisa holgada, lavó sus pies para adentrarse a la caja de uvas. La nota se le daría cuando terminara de aplastar las frutillas, ella empezó a brincar divirtiéndose y divirtiendo a los que la miraban, al terminar volvió a lavar sus pies y vestir nuevamente su vestido y zapatillas recibiendo en manos la nota.
Cada cosa que haces me alegra el alma. Amo todo lo que eres, Sin excepción. Antes de dormir, pienso en ti. Río con verte, Te anhelo en cada pensamiento y te Espero en cada suspiro.
No había forma de que nadie pudiera no notar semejante sonrisa risueña ni sentir la calidez que su ser emite. La joven agradeció a los participantes en el juego regresando a la casa por la indicación que la nota tenía al reverso, dirigiéndole al laberinto que la casa rodea, llegando al centro encontrando a toda su familia, excepto que su amado no estaba entre ellos. Su madre Amor rió bajo acercándose con una nota y entregándosela a su hija.
–¿Qué significa esto? –preguntó sonriente la joven sin ver a la hoja.
–Solo un pequeño juego.
Miró a los demás que también dibujaban en sus labios una curvatura, por lo que prosiguió a leer.
Contigo me siento feliz, Ojos que me raptan cada que los veo. No logro ver un futuro sin ti, Mi corazón se aflige de solo Imaginarlo. Gracias doy al destino de ponerte en mi camino, mujer que lo único que me Ofreces es luz.
Su cara se pintaba en sonrojes y sonrisa pequeña reflejando la alegría de su interior. Volteó la nota sin entender esa indicación que le hizo ver confusa al cielo, y que encima había una nube diferente al resto, pues las demás eran movidas por el suave viento, pero esa permanecía en su lugar.
–Admiración… ¿Está arriba?
–Sí, así es.
Ramé volvió a leer las palabras que escribió para ella:
Nuestro principio no tiene que ser nuestro final, sino una continuación.
Te espero arriba.
¿Cómo podría llegar a esa nube? No tenía alas, él lo sabía bien. Fue entonces que sintió como algo la rodeó para ver que estaba siendo levantada del suelo. Las golondrinas de su tía Castidad se habían arremolinado formando lo que parecía un algodón blanco y que conforme se acercaba a la extraña nube, ella dilucidó que se trataba del mismo poder de la de cabellos lilas.
Encima de ese algodón encontró a su amado vestido de traje negro, peinado con los cabellos hacia atrás, pero con dos mechones caídos por enfrente, sentado con un brazo sosteniéndose por detrás y el otro recostado de una pierna. Tan pronto el hombre vio a pareja llegar, se levantó ofreciendo su mano invitándola a cruzar a su nube, así lo hizo con la suya dispersándose.
–¿Qué fue todo eso?
–Un juego.
–Mamá dijo lo mismo, ¿por qué?
–Antes que nada, mira. –rodeó para abrazarla por detrás a su cintura, observando como desde esa altura un campo de flores y rosas formaban un TE AMO en el suelo.
–Es hermoso… ¡Gracias! –expresó con emoción queriendo saltar, pero que su amado mantenía quieta mientras reía.
–Aún hay otra cosa –se separó poniéndose frente a Ramé–. Toma –entregó una hoja con todos los versos que había en las anteriores notas–. ¿Sabes lo que es un acrónimo? –ella asintió confusa– ¿Puedes leer el mensaje en cada párrafo?
–Eh… –Ramé puso sus ojos en las palabras, empezando a formar la frase oculta– P-O-R F-A-V-O-R C-A-S-A… –con impresión se detuvo para terminar de leerlo en silencio, releyéndolo al no creer lo que había.
Con el asombro en su ser miró al hombre frente a ella, pero ahora arrodillado en una pierna extendiendo su brazo donde en su mano, sus dedos índice y pulgar ofrecían un pequeño objeto circular de plata. Veía intercalando sus ojos incrédulos entre ese anillo y al hombre que le sonreía con terneza.
–Ramé, ¿darías el honor y privilegio a este hombre de ser tu esposo? –la joven abría su boca teniendo un temblar en sus manos, sus piernas flaquearon llevándola a caer de rodillas a la vez que sus ojos derramaban las lágrimas junto a una sonrisa ilusionada.
–¡Sí quiero! –soltó la hoja que caía siendo arrastrada por el viento mientras ella se aferró al cuerpo de su amado.
Admiración retiró el guante de su mano, con cuidado insertó el anillo en el dedo anular de su prometida para así sellar con un beso esa felicidad inconmensurable entré ambos.
La armonía abrazaba más allá de ese par que se conectan en pro de la felicidad, pues hermanos, tíos, sobrinos, amigos, ellos que forman la familia bendecían la unión de la pareja y además, afinaban la decoración de la celebración que se llevaría a cabo ese mismo día.
Todos ayudaban, la mayoría a preparar el escenario de la celebración, Marlon y Brittany eran quienes orquestaban con sumo detalle el evento, pobres de las almas que estaban bajo su supervisión cuando la de cabello naranja se irritaba por no tener las sillas perfectamente separadas a una distancia exacta.
–¡Arthur! ¡Mueve el culo y amarra ese moño como es debido!
–Tía, eso hago, está bien hecho… –fue empujado.
–Hazte a un lado puto –deshizo y rehízo lo que según ella era perfecto–, así se hace –se levantó satisfecha para continuar con las decoraciones–. ¡¿Dónde mierdas están esas luces?!
Mientras tanto, Ramé observaba a través de la ventana de su habitación como todo estaba quedando decorado, la larga alfombra roja que empezaba desde la entrada, las sillas cubiertas por telas blancas con un moño rojo en el respaldar, el arco decorado con enredaderas de flores, floreros sobre pilares y líneas de luces que estarían sobre sus cabezas.
Ramé estaba feliz, agradecida y emocionada porque su amado recordó lo mucho que las bodas le gustan, siendo una de sus celebraciones favoritas, la sola fantasía de materializar su promesa de unión le era especial, pero ahora lo estaba viviendo, ahora estaba por hacerse realidad.
×~×~×~×~×
El ocaso terminaba su turno para dar paso a la llegada de la luna y las estrellas, Admiración esperaba en el altar ansioso por querer tener a su amor al lado, los presentes también estaban expectantes la llegada de la novia. El de cabellos y ojos azules, Jack, empezó a tocar con su talento majestuoso su violín en un compás lento, anunciando de esa manera la presencia de la protagonista que se avistaba con otro diseño magnífico de Marlon. Ahora vistiendo un traje blanco de falda acampanada llegando al suelo, con detalles de flores en relieve, la parte superior era descubierta de los hombros, con mangas largas estilo mallas con decoración de flores, su velo con destellos dejaba transparentar su rostro maquillado y su intenso color rojo en sus labios.
Ella fue llevada sostenida de cada mano por los padres que la criaron, siendo dejada y entregada al hombre que la recibió con sonrisa emocionada descubriendo ese rostro que lo enamora cada vez más cuando la mira.
×~×~×~×~×
Oh sí, Oh sí (≧▽≦)
1. Pondría imágenes de los vestidos, pero sólo existen en mis memorias. :"v
2. El anillo sí me lo imaginé maso así.
Hasta luego~ (。•̀ᴗ-)✧
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