Capítulo 26: Explicación - Parte 2
Ashia estaba sentada sola es esa habitación que aísla el sonido de afuera y tenía un par de bocinas, bamboleaba sus pies en espera a lo que la mujer dijo sería su explicación. Trataba de distinguir algo más allá de ese espacio donde parecía haber una cama casi al ras del suelo. Ella no veía a las personas en los demás cubículos, y esas personas no la veían a ella y a nadie más. Pronto no tardó en empezar lo que había por explicar, una mujer con antifaz y cabellos morados, pulseras en tobillos y muñecas, gargantilla y con apenas ropa suficiente para ocultar su cuerpo entró con un hombre fornido también con antifaz y sin nada de ropa. Ashia sintió vergüenza, sin embargo eso apenas fue el comienzo cuando entre besos y caricias las cosas fueron subiendo de intensidad hasta que la sala se había llenado de gemidos salientes de los altavoces, las únicas prendas en los protagonistas eran esos antifaces.
El rojo se apoderó del rostro de la joven que lo cubrió con ambas manos, pero hacer eso no la dejaba de sentirse incómoda cuando seguía escuchando, así que cambió la posición de sus manos a los oídos y mantener sus párpados apretados. Eso no le permitió darse cuenta de la puerta de atrás que fue abierta dejando el paso a un hombre que se acercó hasta tocar su hombro provocándole un sobresalto del susto.
–Hola pequeña –el hombre peliverde le miraba en sorna al ver la vergüenza de la menor–. Vamos, ya has visto suficiente. Cuando Belentinne acabe subirá. –la joven asintió acompañando al mayor hasta un ascensor que los llevó al último piso de aquel edificio. Ellos pasaron a sentarse en la sala, ella en el sofá largo, él en el individual.
–¿Belentinne es… prostituta?
–¿Algún problema con eso? –ella dudaba en responder, sus ojos se movían por la habitación tratando de buscar una contestación– Ella disfruta de esto, su existencia es así, es lujuria. –mencionó con naturalidad junto a la curvatura de sus labios.
Ashia mantenía su mirada al suelo pensando en lo que acababa de conocer sobre esa mujer. ¿Está mal disfrutar de esa actividad aunque con ello acarree las críticas negativas? Si bien ella dejara de estar con quien sea para entregarse a solo uno, tendría muchos prejuicios que enfrentar.
–Hola –la de ojos púrpuras entró con una gabardina a sentarse en las piernas de su hermano dándole un beso en los labios–. ¿Y bien? ¿Aún piensas que soy la indicada para tu padre?
–¿Por qué lo hace?
–Me divierto, además el dinero que gano es un consecuencia colateral.
–¿Realmente lo disfruta? ¿O busca… –se detuvo pensando en qué forma decirlo sin que lo tomaran de manera ofensiva– llenar algún vacío?
Seriedad en las caras de los mayores siendo casi inexpresivos, Belentinne se levantó a acercarse a ella y ponerse a la altura de su cara tomándola con una mano y mirándola como si la analizara a través de sus ojos buscando alguna reminiscencia de un fantasma del pasado. Sonrió besándole la frente y la tomó de la mano para llevarla de nuevo a su casa en total silencio, sólo dejó a la joven en la esquina y se quedó viendo que entrara de nuevo a su hogar por la ventana de su habitación y así regresar junto a su hermano.
–¿Qué sucede con esa chica, Belentinne?
–Se parece mucho a Muerte ¿no crees?
–Es rara, sí, pero ella no es…
–Muerte tiene muchas curiosidades, entre ellas es que tiene una conexión con Vida a pesar de que no son hermanos. No olvides que también tiene esa otra capacidad por la que nuestro abuelo quiere mantenerla confinada en el vacío y por la que nosotros la necesitamos.
–Consciencia ya no es el único que puede dar paso a ese lugar.
–Así es, Muerte tiene mucha más fuerza de lo que en realidad sabe, o debería decir, de lo que se niega a aceptar. Los Cazadores no han encontrado algún rastro de ella, y esa chica podría ser una pista.
–¿Qué piensas hacer?
–Creo que tengo una cena con ellos.
×~×~×~×~×
Somnolencia era lo que poseía Ashia mientras lavaba sus dientes para ir a la escuela, pensaba en la pequeña conversación con su padre durante el desayuno, preguntando sobre qué impresión tendría sobre una mujer que disfrute de actividades que muchos, por no decir que casi todos, catalogarían como indecente o si sería capaz de aceptarla. El hombre estaba confuso por su cuestionamiento, no entendía de dónde había sacado esas preguntas, sin embargo, trató de responder lo mejor que podía.
–Si la mujer es feliz de esa forma sin dañar a otros, entonces no tenemos por qué criticar.
–¿Y si un hombre se enamora de ella?
–No tiene derecho alguno aún si le duele, pues la decisión sigue siendo de ella.
–¿Y si ella se enamora?
–Ella debe mirar dentro de sí misma qué clase de relación desea tener dependiendo de la persona a la que ame. Si él la acepta, deberá aprender a no hacer caso a lo que los demás digan, pues lamentablemente la gente va a estar hablando siempre.
–Si ese hombre fueras tú y no sabes si esa mujer fuera a cambiar, ¿qué harías?
–¿A qué viene esto, hija?
–Solo mera curiosidad.
–Bueno, creo que lo intentaría, sin embargo, no puedo obligar a que ella cambie sólo porque a mí no me guste lo que hace.
«Quizás lo disfrute, pero no creo que le guste» Se decía pensando al recordar los ojos púrpuras de esa mujer en un sentido de familiaridad. Una vez lista, bajó para irse a la escuela llevándose la sorpresa de ver a Arthur esperando en la acera por ella, comenzando una amistad que para Dylan y Sam se les hacía surrealista y en cierta forma preocupante.
–Ashia, no creo que tú y Arthur deban ser amigos. En verdad me preocupa mucho porque él se la pasa agrediendo a Sam por ser gay.
–¿En verdad? Pero no me parece que él lo odie, pensé algo diferente.
–Es que eres de muy bonitos sentimientos, y hasta demasiado inocente me atrevo a decir. –acariciaba la mejilla de la contraria a la vez que tomaba una mano. Ella se sonrojó sin dejar de verle a los ojos azules. Dylan ahora aprovechaba para siempre mantenerse cerca de la joven.
Mientras tanto, la puerta de Jason era tocada con pequeños golpecitos, él abrió sorprendiéndose de encontrar a aquella mujer de vestidos reveladores con los que se notaba muy cómoda, la mujer se acercó provocando que él retrocediera dejándole entrar mientras recibía una sonrisa y mirada pícara junto a un análisis de pies a cabeza que acrecentaba la curvatura de los labios pintados de rosa fuerte de Belentinne.
×~×~×~×~×
Las piezas se están moviendo, los lazos que parecen tenues están resurgiendo y otros se han creado, muchas existencias recorren su camino. Los Guías y los Cazadores se enfrentan en una batalla desconocida para los humanos, el rencor cada vez erige la senda hacia la venganza atrayendo la oscuridad a los corazones de todos, pues una mujer que durante siglos ha movido los hilos para destruir a su némesis, hoy está más dispuesta que nunca a cumplir sus deseos a través de haber acogido a la mitad de los nietos de su enemigo y haber engendrado el final de su propia reencarnación, ella ahora sonríe sentada en su trono anhelando más que nunca la próxima guerra que no está dispuesta a perder esta vez.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro