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chapter one

▬▬▬▬ PARTE UNO,
CAPÍTULO UNO




LA ADOLESCENTE SE PARÓ EN SU HABITACIÓN, paseando de un lado a otro, sin poder quedarse quieta debido a su preocupación por su amiga cercana Elena.

Desde que Stefan le había dicho que Elena había sido secuestrada, no había podido evitar pensar en todas las posibilidades negativas. No era ningún secreto para el grupo de amigos lo que eran Stefan y su hermano Damon. Así que, saber que quienquiera que se hubiera llevado a Elena también podría ser un vampiro, solo se sumaba al miedo que se había estado acumulando.

Y después de unas horas, Violet recibió un mensaje de texto de Stefan informándole que recuperaron a Elena. Violet, con mucho, era la más preocupada por Elena, habiendo sido amigas desde que eran pequeñas, por lo que era lógico que ella fuera la primera en saber cuándo salvaron a Elena.

Tan pronto como le dijeron que Elena estaba bien, inmediatamente llamó a la morena y le pidió ir a verla. Elena estuvo de acuerdo y pronto Violet estaba sentada en la habitación de Elena mientras explicaba lo que había sucedido.

—Así que empieza desde el principio. ¿Por qué te secuestraron en primer lugar? —Violet preguntó con curiosidad.

—Dijeron que durante los últimos 500 años habían estado huyendo de este grupo de vampiros llamado Los Originales. La primera familia de vampiros de la historia. El hombre que era de ellos, Trevor, aparentemente los hizo enojar al confiar y ayudar a Katherine...

—Siempre es Katherine, ¿no? —Murmuró la chica rubia, molesta porque la maliciosa vampiro ex novia de Stefan parecía ser la raíz de sus problemas.

Elena esbozó una sonrisa y continuó con la historia. —Está la maldición del sol y luego de la luna, y la piedra lunar no quiebra la maldición, solo la une. Un sacrificio es lo que quiebra la maldición.

Las cejas de Violet se fruncieron. —¿Qué se va a sacrificar?

—La doppelgänger. Yo soy la doppelgänger. Así que para quebrar la maldición, tengo que morir —Los ojos de la rubia se agrandaron y sintió que algo del miedo de ese día regresaba.

—¿Entonces qué hacemos? —Violet preguntó después de un momento de silencio.

Elena se encogió de hombros. —En este momento solo esperamos. Todo lo que sabemos ahora es que los Originales me quieren para poder quebrar la maldición del sol y la luna. Pero quiero saber más, quién me quiere exactamente.

Violet dejó escapar un profundo suspiro y ninguna de las chicas habló por un momento. Después de un tiempo decidieron cambiar de tema, no queriendo insistir más en quién quiere a Elena muerta y por qué. Cuando Elena se quejó de que se sentía un poco agotada después de todo, ambas decidieron simplemente relajarse y la morena permitió que su amiga se quedara allí por la noche.

Cuando llegó la mañana, Elena recibió una llamada de Stefan solicitando que ella y Violet - una vez que se enteró de que ella estaba allí - fueran a la casa de huéspedes, sin decir nada más que el asunto era importante.

Las dos chicas se prepararon, Violet se quitó el pijama que su amiga le había dejado usar y se puso los jeans negros ajustados y la camiseta gris sin mangas del día anterior. Se puso una chaqueta de mezclilla mientras Elena agarraba su bolso y salían por la puerta y se dirigían a la pensión Salvatore.

Minutos después llegaron a la casa grande. Elena fue la primera en salir del auto, caminando hacia la puerta principal con Violet unos pasos detrás de ella.

Unos segundos después de que Elena tocó la puerta, se abrió para revelar al hermano mayor Salvatore.

—Hola Elena, Violet —Saludó, dándoles lo que parecía ser una sonrisa forzada.

—¿Stefan está aquí? Llamó, dijo que era importante —Ella dijo.

El hombre de ojos azules las miró por un mero segundo antes de hacerse a un lado. —Justo por aquí.

Ambas entraron, solo llegaron a la entrada del pasillo antes de que Stefan emergiera por la izquierda, llamando su atención.

—¿De qué se trata esto? —Elena preguntó en voz baja. Parecía incómoda y le tomó un minuto a Violet recordar que Stefan y Elena no estaban en buenos términos en este momento.

El vampiro no respondió, en cambio, se alejó de ellas, y una mujer entró desde el final del pasillo. Violet no tenía idea de quién era esta mujer, pero por la expresión del rostro de Elena, asumió que no había tenido la mejor experiencia con ella.

—Tú —Elena murmuró, incredulidad en su voz. La mujer les dedicó una pequeña sonrisa tímida y levantó la mano ligeramente para saludar. Unos segundos de incómodo silencio más tarde, los cinco estaban en la sala de estar, la mujer, Rose, explicándoles cómo podía ayudar.

—Bien, debes entender que solo sé lo que he escuchado a lo largo de los años, y no sé que es verdad y  qué no lo es. Ese es el problema con toda la basura de vampiros. Pero Klaus, sé que es real —Rose habló.

—¿Quién es él? —Preguntó Elena. Su curiosidad la hizo estar ansiosa por cualquier nueva información sobre las personas que la quieren.

—Uno de los originales —respondió Damon—. Es una leyenda.

—De la primera generación de vampiros —Añadió Stefan—. Como Elijah.

—No. Elijah es el conejito de Pascua comparado con Klaus. Es sólo un enviado. Klaus es el gran jefe —Violet vio a Damon poner los ojos en blanco y resistió el impulso de sonreír.

—Klaus es conocido como el más antiguo.

—Está bien, ¿estás diciendo que el vampiro más antiguo de la historia viene trás de mí? —Elena respiró.

—No —Stefan dijo al unísono con Rose, quien dijo: "Sí".

—Lo que ellos están diciendo es —interrumpió Damon—. Quiero decir, si lo que ella está diciendo es verdad.

—Qué es así.

—Y tú no estás diciéndolo por decir entonces no te matamos.

—Lo cual no estoy.

—Entonces estamos ante un importante, tal vez —Terminó—. Mira, Elijah está muerto, ¿verdad? Así que nadie más sabe que tú existes.

—No que tú sepas —Rose intervino. 

—Eso no es de ayuda —Damon le murmuró y en respuesta recibió una mirada de la mujer.

—Mira, nunca he conocido a alguien que lo haya visto —Stefan se sobresaltó—. Estamos hablando de siglos de verdad, mezclados con ficción. Quiero decir, no sabemos qué es real. Por lo que sabemos, él sólo podría ser un cuento estúpido para dormir.

Rose se levantó del asiento que había tomado. —Él es real. Y no se da por vencido. Si quiere algo, lo consigue —Ella insistió.

—Si no le temen a Klaus, entonces son unos idiotas.

—Está bien, estamos temblando, has dejado claro tu punto —Damon la fulminó con la mirada. Elena suspiró y se puso de pie agarrando con fuerza la correa de su bolso, seguida de Violet.

—¿A dónde vas? —Preguntó Stefan.

Ella se volvió lentamente para mirarlo. —A la escuela. Se nos hace tarde.

—Déjame tomar mis cosas, iré con ustedes —Sugirió aunque ya estaba de pie y caminando hacia ellas.

—Está bien —dijo Elena, los ojos parpadeando de él a lugares al azar en la habitación—. sé donde está —Elena luego se alejó y Violet observó por un segundo cómo Stefan asintió levemente y se alejó también.

Lo último que escuchó antes de cerrar la puerta fue murmurar a Damon: —Ella está en negación.

Y Stefan toma represalias. —Cállate Damon.

—Dile a todos que no me sentía bien y que me fui a casa desde la escuela —Elena dijo, luchando por llevar un bolso de cuero marrón mientras Violet y Caroline la seguían.

—No puedo creer que esté de acuerdo con esto —Caroline dijo de mal humor—. Soy una mala mentirosa.

Violet resopló. —Sí, no se puede negar eso —Caroline le lanzó una mirada juguetona.

—Entonces mantén ocupado a Stefan, no quiero que sepa que estoy tramando —Elena respondió.

—Soy aún peor con una doble tarea, y tú lo sabes.

—Te las arreglaste para mantener a Elena ocupada cuando Katherine le hizo una visita a Stefan —Dijo Violet.

—Sí, porque ella me amenazó —Caroline se defendió. Violet no respondió nada y se limitó a levantar los brazos en señal de rendición.

—¡Stefan lo va a notar!

—Caroline, como mi amiga, ¿lo prometes? —Elena preguntó con total seriedad en su tono. 

La rubia más alta suspiró derrotada. —Tenías que sacar a relucir el código de amigas —Elena arqueó las cejas y Violet se rio en voz baja.

—De acuerdo, lo prometo.

Caroline y Violet siguieron a Elena mientras se acercaba a los escalones que conducían a la tumba. —¿Por qué no quieres que Stefan lo sepa? —Caroline se preguntó en voz alta.

—Porque él nunca estaría de acuerdo con que ella hiciera esto —Violet respondió por ella. Elena no dijo nada, solo confirmando lo que había dicho la pequeña rubia. Las dos se miraron la una a la otra mientras seguían a su amiga por las escaleras.

—¿Estás segura de que quieres hacer esto? —Violet preguntó, repentinamente incómoda con la situación.

—Sí, estoy segura. Ella es la única que conoce la verdad sobre Klaus. La única que puede decirme cómo detenerlo —Ella respondió.

—¡Pero estás pidiendo verdad a alguien que probablemente nunca la dicho! ¿Estás segura de eso? —Preguntó Caroline, la preocupación por su amiga clara en sus ojos. 

—Sí, no puedo sólo sentarme y esperar. Tengo que saberlo.

Caroline vaciló antes de caminar hacia la piedra gigante que tenía un pentagrama tallado en ella, recogiéndola y usando su fuerza de vampiro para apartarla del camino.

—¿Katherine? —Elena gritó. Cuando no obtuvo respuesta, volvió a mirar a Violet y Caroline—. Estaré bien desde aquí.

Las tres chicas volvieron a mirar rápidamente a la tumba cuando escucharon un ruido, y emergiendo de la oscuridad no era otra que la propia Katherine Pierce. Su piel estaba pálida y gris y sus miembros estaban más delgados de lo habitual.

—Hola, Elena —Ella gruñó—. ¿Viniste a verme marchitar?

La vampiro miró a las otras dos chicas. —Adiós Caroline. Adiós Violet —La forma en que dijo su nombre la hizo temblar.

—Mientras me quede de este lado de la puerta, ella no puede lastimarme —Las chicas rubias se miraron entre sí y luego a Elena—. Por favor.

Y luego abandonaron la tumba a regañadientes.

—¡Stefan! —Caroline gritó, Violet detrás de ella, luchando por mantenerse al día. Sus piernas eran mucho más pequeñas que las de Caroline.

—Oye, tenemos que hablar contigo —Violet dijo una vez que ambas lo alcanzaron—. ¿A dónde vas? —Preguntó Caroline.

—Uh, bueno, Elena se fue enferma a su casa, solo quiero ir a ver cómo está —Respondió.

—Te plantó —Violet le dijo en broma.

—Estoy un poco preocupado por ella —Stefan les dijo. Algo destella en los ojos de Caroline que hizo sonreír a la chica más pequeña.

—¿Sabes qué? Claro que lo estás, tú ve. Podemos hablar después —Se dio la vuelta y comenzó a tirar de Violet con ella antes de que Stefan hablara.

—¿Hablar de qué?

Caroline miró a Violet antes de mirar a Stefan. —Tal vez he hecho algo... —Se calló.

Stefan las miró con el ceño fruncido. —¿Qué hiciste?

—Ella le dijo a Tyler que es una vampiro —Violet respondió. Caroline le dio una mirada avergonzada mientras suspiraba molesto.

Caroline les pidió que fueran al grill. Stefan guió a las dos chicas, Caroline inmediatamente ordenó algo de comida. Los tres se sentaron en una mesa en el medio del restaurante, la chica más alta hurgó en su comida mientras Stefan esperaba una explicación.

—Lo siento por arrastrarte aquí —dijo después de meterse un poco de ensalada en la boca—. Pero si no como, tengo esos impulsos de 'voy a matar gente'. Tyler también los tiene por cierto.

Violet se rio entre dientes ante la mirada molesta de Stefan. —Sí, ¿Qué más le dijiste?

—No mucho. Estaba tratando de mantener las preguntas al mínimo —La urgencia de decir algo sarcástico a su amiga estaba carcomiendo a Violet, pero ella lo reprimió, también queriendo escuchar lo que había sucedido con Tyler como lo había estado con Elena todo el tiempo.

Cuando Stefan suspiró, los hombros de Caroline se hundieron en la culpa. —¿Estás enojado?

—Sí Caroline, de hecho estoy un poco enojado. Quiero decir te pusiste en peligro. Si Damon se entera...

—No se lo vas a decir, ¿verdad? —Preguntó con un poco de miedo.

—No, por supuesto que no. Él te mataría. 

Caroline le dedicó una sonrisa de suficiencia. —Siempre cuidando de mí.

Las comisuras de su boca se levantaron. —Sí, bueno, no me lo haces exactamente fácil.

—¿Entonces por qué lo haces? —Preguntó Violet.

—Sí, ¿por qué eres tan buen amigo conmigo? —Agregó Caroline.

—No lo sé. Creo que tú me recuerdas a alguien. Mi mejor amiga, Lexi.

—¿Tienes una amiga? —Caroline preguntó con genuina incredulidad haciendo reír a Stefan y Violet. 

—Mira, dices eso con tanta cantidad desalentadora de sorpresa.

—No, lo siento, solo... cuéntame sobre ella —Stefan la miró con diversión en sus ojos.

—Lo haré, en otro momento. Tengo que irme.

—¡Espera, no! —Stefan la miró—. ¿Qué hacemos con Tyler? No quiero que Damon lo mate porque la luna llena está viniendo y Tyler se está volviendo loco con esto —Los ojos de Stefan se suavizaron al mirarla y procedió a decirle qué hacer.

—Está bien, me voy ahora —Dijo, agarrando sus cosas. 

—Espera um...

—No, no, no, Caroline tienes 2 segundos para decir la verdad—Violet vio a su amiga entrar en pánico. 

—¿Qué quieres decir? —Preguntó ella, evitando el contacto visual.

—Hubiera creído un poco más todo ese acto inocente si no supiera lo buena que eres en proporcionar una distracción a pedido —Dijo mirando de un lado a otro entre las chicas.

—¿Dónde está Elena? —Preguntó con severidad. Caroline suspiró derrotada.

—No podemos decirte —Violet habló cuando vio a Caroline luchando por una respuesta.

—¿No pueden decirme? ¿Están bromeando?

—Lo siento, pero no podemos decírtelo —Caroline dijo con una mirada culpable en sus ojos.

—Chicas, Elena fue secuestrada. Podría ser asesinada. Quiero decir, Violet, estabas enloqueciendo por ella y, ¿en serio no vas a decirme dónde está?

—Mira, ella no se encuentra en peligro, no la hubiéramos dejado que se pusiera en peligro —Violet se defendió.

—Ponerse en peligro, ¿Dónde? —Su voz se fue apagando cuando la comprensión brilló en sus ojos verdes—. Está con Damon, ¿no es así?

—¡Ew no!

—Entonces, ¿Dónde está? ¿Dónde está ella? Escucha, si ambas son mis amigas, como han pretendido ser durante todo el día, me dirán dónde está.

Violet y Caroline se miraron. —Mira Stefan, somos tus amigas. Pero también somos amigas de Elena y lo siento, no te diremos dónde está.

Stefan se burló y luego, con una última mirada hacia las dos chicas, se levantó y dejó el grill.

Violet respiró hondo mientras se preparaba para lo que vendría cuando abriera la puerta de su casa.

—¿Dónde has estado? —Su padre casi gritó tan pronto como ella puso un pie en la cocina. Su mano se aferró con brusquedad a su antebrazo haciéndola hacer una mueca.

—Estaba con Caroline, papá —Violet respondió suavemente.

Su padre arqueó las cejas. —Ah, Caroline es una buena niña. Sabes, deberías actuar más como ella, apuesto a que tendrías más amigos —Él escupió burlonamente, apretándole el brazo con más fuerza si era posible y luego lo soltó.

Sus palabras duelen, ella lo admitirá, pero no es nada a lo que no estuviera acostumbrada. 17 años de que le digan que sería mejor si hiciera esto, o se vistiera así, o actuara así, se ha acostumbrado a los insultos que le lanzaría su familia. Violet sintió un cosquilleo en el brazo y se subió la manga para mirar las finas líneas blancas descoloridas, las frescas rosadas y el moretón que se formaba en forma de mano.

Con un suspiro, subió las escaleras, encerrándose en su habitación como lo hace todos los días.







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¡Hola! Pequeña aclaración, la historia comienza en el noveno episodio de la temporada dos de tvd.

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