Capítulo 9.
— ¿Estás bien? ¿Me estás escuchando Hannae? — me preguntó Yun moviéndome casi con urgencia, pero acababa de darme cuenta de que lo estaba haciendo, me había perdido y sumido tanto en aquel recuerdo que había dejado de prestar atención a aquello que pasaba a mi alrededor.
— Sí.
— No, no me mientas. ¿Es por lo que ha dicho mi padre de tu madre? — me miró, con lástima y preocupación, no lo soportaba, aparte la mirada y Yun suspiro rendida. — Mensaje captado.
— Tengo que irme.
— Lo entiendo, pero no me mientas diciéndome que estás bien.
— Lo siento, luego hablamos, ¿vale?
— De acuerdo. — le di una sonrisa triste y recogí mis cosas lo más rápido que pude, cogiendo los cuadernos en las manos sin preocuparme de meterlos en la mochila, los colocaría por el camino.
Baje las escaleras trotando hasta que me precipité a la salida y cogí aire, ya que sentía que por un rato me lo habían arrebatado.
No me gustaba dar pasos atrás en cuanto al tema de mi madre, por ello solía ignorar aquella noche y solo aceptaba que había muerto. Ambas cosas dolían pero de distinta manera. Una era más fácil de aceptar que la otra.
Comencé a andar con gesto inexpresivo mientras me quitaba la tira de la mochila de un hombro y comenzaba a meter los libros mientras esquivaba a la gente que andaba cómo revolucionada mientras yo iba lentamente hacia la casa de Asher. Como siempre acababa haciendo
Pobre Asher, ahora que me daba cuenta al final siempre me aguantaba cuando me ponía así y yo había dejado desde hacía años de sujetarle cuando estaba mal.
No porque yo no quisiera ayudarle ni porque él no estuviera mal, simplemente él prefería pasarlo solo y no cargar nuestra relación con dolores y recuerdos del pasado, porque según él ya teníamos bastante con los que teníamos en el presente.
Ya habíamos discutido alguna que otra vez por ello, porque yo me negaba a no poder ayudarle, pero al final acabé entendiendo que no debes obligar a una persona a que se abra, y más si esa persona siempre ha sido clara contigo. Hay veces que el dolor no hay que sacarlo hacia fuera ni decirlo en alto, simplemente lo dejas ahí, silenciado y calmado para que no te dañe. Y ese definitivamente era el método de Asher.
Después de un rato caminando llegue a su casa y espere en la puerta porque me había dejado las llaves en casa, puesto que no pensaba que fuera a venir.
Me apoyé contra la pared y dejé la mochila apoyada en el suelo para así poder apoyar la espalda.
— Hola, ¿qué haces aquí? ¿No estabas con Yun? — me preguntó Asher abriendo la puerta mientras se pasaba una mano por el pelo, el cual cada vez estaba más claro a causa del sol de verano que estaba comenzando a calentar, por lo que también se le notaba un tono más de color que de costumbre, lo que era bastante raro.
— Si, pero necesitaba estar contigo, necesito hablar.
— ¿He hecho algo mal? — cuestionó preocupado mientras se apartaba y me dejaba pasar.
— No, tú no.
— ¿Entonces?
— No eres el único en mi vida que puede hacer algo mal, Asher. — sonreí un poco para después mirarle mientras ponía los ojos en blanco.
— Lo he pillado, ahora lo importante, ¿puedes dejar el secretismo y contar que ha pasado?
[...]
— Espera, espera, no estoy seguro de haberlo entendido bien. — ambos estábamos sentados con las piernas cruzadas en su cama, uno enfrente del otro con las ventanas abiertas para que entrara algo de corriente mientras que las cortinas se movían casi rozándonos. — Tu padre, el mismo tío que lleva años casi sin hablarte, el cual nunca te ha hecho un regalo ni se ha preocupado por ti sino que más bien te ha despreciado y te ha hecho la vida horrible, hoy sin ninguna explicación aparente te ha regalado un vestido y te ha comenzado a hablar bien. ¿Es asi o me he equivocado en algo? Ah y no olvidemos las muchas veces que te he puesto la mano encima. — tragué con fuerza mientras ignoraba lo último, siempre era mejor ignorarlo porque ni denunciándolo habría conseguido nada.
— Tristemente no, y si, te estoy hablando de mi maravilloso padre. — baje la mirada y comencé a juguetear con la pulsera que llevaba en el tobillo desde hacía años y que estaba casi rota.
— ¿He sido muy crudo?
— Algo por el estilo, pero no era nada que no supiera. — comenté con pesar pero sin subir aún la cabeza.
— Si, pero no es lo mismo oírlo que pensarlo, ¿no?
— Da igual, porque no va a cambiar. Voy a volver a quedar como una idiota porque voy a dejar que me vuelva a hacer daño y sinceramente me gustaba pensar que ya no le permitía hacérmelo. Pero da igual, todo está bien. — comencé a hablar con rabia aunque me doliera por dentro porque necesitaba sacar todo lo que tenía guardado de alguna forma, pero no sabía cómo poner en palabras todo lo que me hacía sentir y recordar esta situación. Ya había recordado la peor parte de hoy, por lo que no quería torturarme de más.
— Hannae... — murmuró Asher con delicadeza. — No tienes que decir que estás bien si no es verdad, a mí me puedes contar que es lo que pasa. — me cogió la barbilla y me la subió con cuidado para que le mirara a los ojos, a esos ojos azules que tanto me gustaban y que desde siempre habían llamado mi atención, pero lo que no se esperaban ver sus ojos era que los míos de un marrón verdoso estuvieran llorosos.
— No está nada bien Ash... Me duele, porque algo dentro de mí quiere creer que ha cambiado, quiero creer que quiere ser un buen padre, pero sé que eso no es verdad, que no es posible que cambie. Me ha emocionado recibir un regalo suyo, no puedo negarlo, porque es la primera maldita vez que mi padre en 18 años me regala algo y eso quieras o no duele. Luego está el hecho de que por primera vez he notado algo de cariño en su voz cuando yo pensaba que eso era imposible. Y por si no fuera suficiente, por si no hubiera demasiadas expectativas que dolían llega el padre de Yun y él también me dice que me parezco a mi madre. Y lo único que me gustaría es que fuera ella la que me lo dijera, pero no está y no me puede decir nada, y la persona que está juega conmigo e intenta hacerme creer algo que no es posible, ignorando el hecho de que me puede hacer daño. Porque no le importa si me lo hace. Así que no, no está nada bien.
Asher me miró como solo permitía que me mirara él, con dolor por no poder hacer nada más que estar conmigo, era la única mirada de lástima que aceptaba, porque al fin de cuentas yo acababa aceptando todo de él.
Con su mano todavía en mi barbilla, porque no se había atrevido a alejarla y que yo volviera a bajar la vista, se atrevió a separarla para acercarme a él y poder así abrazarme, mientras yo y todas las expectativas y deseos luchábamos porque no nos hiciéramos daño los unos a los otros.
— Vamos a estar bien, ¿vale? Tu padre no volver a hacerte daño ni a jugar contigo, nadie te dirá algo que tu madre debería haber dicho y sobre todo yo voy a evitar volver a verte con los ojos llenos de lágrimas a no ser que estas sean de risa o de felicidad. ¿Vale?
— Vamos a estar bien. - repetí para convencerme de ello.
— Eso es, y sobre todo lo vamos a estar juntos. Porque no pienso dejarte nunca, yo no voy a dejarte. — se separó y me miró a los ojos de nuevo, pero esta vez sus iris azules cargados de tanto amor, de tanta devoción que a su vez se filtraba por su voz y sobre todo de tanta confianza hacia un futuro incierto que aunque quisiéramos controlar nunca lo conseguimos, pero que viviríamos juntos. Nos quedamos ambos callados, el ambiente se había cargado de tanta emoción que hablar lo arruinaría y además no podríamos describir lo que nos estábamos diciendo sin palabras con alguna.
Amaba a Asher, tenerlo era lo mejor que me había pasado en la vida y aunque ya lo sabía en momentos como este no podía evitar recordarlo. Porque viendo y sintiendo lo mucho que me quería yo era incapaz de no pensar que de la misma forma que me amaba él era que le amaba yo.
— Yo tampoco voy a dejarte Asher. — sus padres le habían dejado, la mía se había ido y mi padre había desaparecido aunque conviviera con él, por eso para nosotros recordarnos que nunca nos dejaríamos significaba tanto. Porque después de que las personas que se suponía que eran las que justo no nos dejarían se acabarán marchando recordarnos que nosotros no éramos como ellos era como poner en una frase algo de lo mucho que significábamos el uno para el otro. Ya que en un principio solo nos habiamos tenido a nosotros.
Cuando termine de decirlo Asher sonrió y me beso, de la forma más desestabilizadora posible, podía destruirme y volverme a construir solo con ese beso porque estaba sintiendo tanto que creía que no era capaz de soportarlo. Que no era capaz de sobrevivir y salir ilesa de él. Simplemente cerré los ojos y lo continué, olvidando las lágrimas que habían dejado de salir y centrando en Asher, porque sinceramente era en lo único, en el único, en el que me centraría siempre.
Porque al final Asher siempre había estado, siempre me había amado por como era y de momento aún no me había dejado.
[...]
Yun: ¿Estás bien? Estoy en nuestro sitio, si quieres venir estaré un rato esperándote. Y si no espero que estés mejor. — recibí ese mensaje de Yun mientras Asher me daba de manera tonta besos por la cara sin dejarme contestar, porque aunque yo ya le había dicho antes del mensaje que me iba a ir y que debía llamar a Yun este llevaba rato negándose a soltarme.
Hannae: algo mejor, espérame por favor, solo tengo que librarme de un Asher algo más protector de lo normal.
— Asher por favor, suéltame. — me queje riendo, intentando zafarme de su agarre pero sin resultado alguno.
— No.
— Asher.
— No quiero. — me giré para mirarlo y el muy sinvergüenza me estaba poniendo morritos.
— Deja de actuar como un bebe por favor y date cuenta de que tienes 21 años, por favor te lo pido.
— Vale mamá. — enarque una ceja en su dirección y me sonrió como si de un ángel se tratase, que con su cara podría serlo, pero distaba mucho de parecerse a uno por todas las cosas que se le pasaban por la cabeza. — Es que no quiero dejarte.
— Estoy bien, nos veremos seguramente mañana, podrás soportarlo.
— No, no yo nunca soy capaz de separarme de ti solo lo crees porque finjo muy bien.
— Oh, ¿ahora eres un gran actor?
— Exactamente.
— ¿Y cuál se supone que es tu punto fuerte?
— ¿Cómo actor o cómo persona que es tu maravilloso novio?
— Cómo ambos.
— Fácil, haberte robado el corazón.
— Eres idiota. — le contesté riendo y dándole un pequeño golpe mientras negaba con la cabeza y conseguía robarle una enorme sonrisa, mis favoritas.
— No puedo negarlo, pero amas a este idiota.
— Yo tampoco puedo negar que te amo, y por ello me tengo que ir.
— ¿Cómo es eso, me amas y me dejas? ¿Qué es esto, una tragedia? — se hizo el indignado fingiendo dolor ante mis palabras, actor no sería, pero dramático era un rato.
— Ya pasó Asher, te quiero. — le di un beso corto en los labios y pillándole desprevenido quite sus brazos de mis caderas.
— Eres cruel. — protestó alargando sus brazos hacia mí mientras yo me apartaba y me ponía los zapatos.
— Una pena, te llamo mañana.
— Te quiero, cualquier cosa dime por favor.
— Descuida.
POV Asher:
Cuando oí la puerta abrirse y luego cerrarse me eché para atrás en la cama y solté un leve suspiro, la quería demasiado y por eso me afectaba tanto que la hicieran daño sin motivo alguno.
Sé que Hannae es consciente de lo mal que lo paso cuando no puedo hacer nada, pero es que hay veces que me es imposible y como parece obvio, aunque a mí no me lo parece tanto, no puedo ir y darle un puñetazo como mínimo a su padre. Bueno podía, pero ella no me dejaba, porque Hannae seguía queriendo a esa escoria que llamaba padre. Porque daba igual lo que hiciera o el daño que la causara que ella era incapaz de dejar de quererle y de preocuparse por él. Odiaba eso.
Cerré los ojos y me pasé los dedos por ellos antes de echarme el pelo hacia atrás, pero el aparente silencio que había logrado junto a la calma que venía con él pareció no durar mucho, ya que empecé a escuchar golpes en la puerta y tuve que abrir los ojos.
— ¿Estás vivo? — me preguntó un Kane con el pelo mojado, ya que debía de haber acabado de ducharse.
— Lamentablemente. ¿Tú?
— Eso creo, aún no soy ninguna clase de espíritu hablándote del más allá.
— Mierda.- maldecí más alto de lo que pensaba.
— ¿Querías que fuera un espíritu, lo que conlleva que esté muerto?
— No, quería estar muerto yo, estaba cansado y no había ruido entonces había hecho caso a una de mis mejores fantasías.
— Que pena, pero menos mal que me lo dices a mí y no a Hannae porque te regañaría.
— Ya, aún no se ha acostumbrado a mi humor negro.
— Lo tuyo no es humor negro, lo tuyo es querer estar siempre muerto porque estás harto de la vida.
— Totalmente cierto Kane, hoy estás que te sales.
— Que gracioso, ¿quieres unas cervezas? Ya es de noche y yo por mi parte no tengo hambre, solo quiero relajarme.
— Me uno, nunca le digo que no a unas cervezas sin haber comido nada antes.
— ¿Te gusta por qué así te hace más efecto el alcohol y te duermes sin problema?
— Dios Kane hoy estás genial, vuelves a dar en el clavo.
— No, es que te conozco muy bien.
— Es que soy un libro abierto. — ironicé por fin incorporándome de la cama y estirándome mientras bostezaba.
— Nunca te habría definido mejor. — continuó con la coña. Lo alcancé y fuimos hacia la cocina mientras yo le pasaba un brazo por los hombros y continuaba hablando mientras él cogía un par de botellines y los abría con agilidad, un gran talento.
— Si es que yo soy pura transparencia, alegría y esperanza.
— ¿Hablas de Hannae, no? Porque tú eres pura realidad pero con un tinte de drama y tragedia, además de ser un tanto escéptico a todo lo bueno de la vida.
— Cuestión de percepción, cosas sin importancia. Voy a ser un buen mejor amigo y voy a interesarme por ti, ¿así que, qué tal tu día? ¿Tu vida y existencia andan bien?
— Aprecio de verdad tu interés en mí, me emocionó. — dice llevándose la mano al corazón, mientras yo hago un gesto quitándole importancia, << Asher, el humilde.>> — Pero tampoco hay mucho que contar, no hay avances de ningún tipo y en el gimnasio con mucho curro, pero hay un niño nuevo que es tan alegre que te parecería irreal, no lleva ni una semana y ya le tengo cariño.
— Ay, esas pequeñas criaturas que consiguen sacarte de quicio. Si, seguro que es adorable. — le di un trago a mi botellín mientras Kane me miraba mal, su amor por los niños pequeños no es algo que tuviéramos en común. — Dejando al crío aparte, ¿cómo es que no hay ningún avance? ¿No habíais quedado el otro día?
— Lo hicimos.
— ¿Y entonces?
— Que no pasó nada.
— Kane no te estoy preguntando si os enrollasteis en la parte de atrás de algún edificio, te pregunto si ha habido algún acercamiento o muestra de interés por alguna parte.
— No tienes que ser tan específico, pero no, ella sigue sin darse cuenta. El otro día me estuvo hablando de cómo quería irse este verano, después de que a lo mejor os fuerais vosotros, y yo simplemente asentí porque ella quiere volar y no creí que fuera oportuno hablarla de algo que la atara.
— Eres tremendamente idiota.
— ¿Por qué?
— Porque el amor no te ata, te libera, y antes de que preguntes obviamente que eso lo aprendí con Hannae. Si de verdad quieres y sientes aquello que dices por Yun no debes guardártelo y encerrarlo, debes dejar que fluya y debes decírselo. Porque aunque te rechace no tendrás la sensación de no haberlo intentado.
— Valoro más su amistad y no quiero enfrentarme a un rechazo. — murmuró dándole ahora un trago.
— Está bien, sigue sintiendo solo si es lo que quieres. Y me temo que cuando te des cuenta yo ya me habré ido y será demasiado tarde para que te ayude.
***
Quiero aclarar una cosa, cuando Hannae habla de que aunque denunciará no serviría de nada es en su caso, porque su ciudad es pura corrupcion y juego de poder, allí se ignoran esas cosas porque ni las consideran importantes ni las creerían. Aparte es una sociedad más antigua y machista, con una cultura oriental más tradicional es por todo esto que ni ella ni su madre lo denuncian(además su madre atravesaba una depresión y un maltrato psicológico que la impedía tomar este tipo de decisiones por miedo), porque no harían nada y sería peor. Pero en nuestra verdadera sociedad ante cualquier acoso, maltrato (físico y psicológico) o violencia aléjate de allí y denuncialo, que ellas no pudieran no significa que sea así para todos (obv hay muchas veces que no se hace nada pero otras muchas si). Quería dejar esto claro porque aunque haya una advertencia en la novela de que ciertos comportamientos y actitudes no están justificados ni romantizados creo que es importante especificarlo cuando sale algo así en el capítulo.
Después de este textaco solo quiero manifestar que quiero un Asher, como escritora creo que me lo merezco. Nos vemos en el próximo capítulo, os quiere Oldspirit9.
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