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Capítulo 5:

Por fin quedaban menos de dos semanas para que terminara mi último año y pudiera empezar a pensar en una vida mejor, ya de hecho no parecía todo tan malo, debía ser la emoción de terminar lo que me hacía ser positiva.

Había quedado temprano con Yun para entrar juntas a las pocas clases que teníamos esta mañana, ya que muchos profesores iban a faltar e íbamos a aprovechar esas horas libres para dar una sorpresa a Asher, ya que hoy era su cumpleaños.

Había decidido no escribirle, hacer cómo si su cumpleaños se me hubiera olvidado, para así conseguir que se sorprendiera más.

La cosa parecía que se había relajado, por lo menos de puertas para fuera, las calles estaban tranquilas y la gente hacia su vida normal sin grandes altercados como había estado habiendo hasta la fecha, y cuando digo vida normal me refiero a lo que es normal dentro de este sitio. Que la situación no sea tan grave no significa que este sitio de repente se haya convertido en un buen lugar.

Pase por las puertas del instituto y vi a Yun apoyada contra la pared, esta vez con su cabello ondulado y su flequillo liso, cuando me acerque a su altura me sorprendió ver que se había cambiado las lentillas y ahora sus ojos eran de azul claro, que con su piel bastante más clara que la mía y su pelo gris, parecían incluso naturales. Me acerque y la abrace, aunque sabía lo mucho que odiaba el contacto físico, pero al notar que no protestaba decidí aprovecharme de la situación y no soltarla tan rápido.

— ¿Todo bien? — pregunté al separarme, que todavía no se hubiera quejado de mi abrazo era raro y prefería asegurarme de que todo estaba en orden.

— Sí, viva, por desgracia.

— Tu humor negro tan agradable como siempre, seguro que cuando vayas a morir estarás cagada de miedo. — comenzamos a andar hacia la clase mientras dejábamos el barullo del patio atrás.

— No, seguramente yo cuando muera esté dormida y no pueda ver mi vida pasar, así de desgracia y práctica soy. Seguro que tú estarás en peores condiciones que yo.

— A diferencia de ti yo no bromeo con eso porque lo veo como algo normal y de ahí que no vea la necesidad de hacer bromas. Pero aun así es obvio que no quiero que me llegue pronto.

— Lo que tú digas, no te visualizo calmada en ese momento así que no me vas a hacer cambiar de opinión.- la vi de soslayo sonreír con suficiencia, así era Yun, imposible de hacerla cambiar de opinión y con una determinación nata, admiraba eso de ella. En general admiraba a Yun, por mantenerse como era aún pudiendo haber dejado de luchar y haberse amoldado a todo. — ¿Has felicitado a Asher?

— No, pretendo darle una sorpresa. ¿Y tú?

— Yo nunca le felicito, bueno a ver si, pero cuando le veo, luego le daré un abrazo que espero que sepa valorar y habré cumplido mi buena acción del mes.

— ¿Tu buena acción del mes?

— Sí, es darle un abrazo a alguien sin que me lo pida o me lo dé en contra de mi voluntad, ejem.

— Seguro que Asher lo aprecia. — Yun me miró entrecerrando los ojos porque había ignorado su pullita sin descaro alguno.

[...]

— A ver espérate, ¿has cogido el chocolate? — me pregunto Yun, mirando en su móvil la lista que habíamos hecho.

— Si, el blanco.

— ¿Y el negro?

— No, a Asher no le gusta.

— Ya bueno, pero es que a mí me da igual por muy cumpleañero que sea sus malos gustos, yo también quiero comer del pastel y necesito chocolate negro. — declaro Yun sin vergüenza alguna, como siempre hacía, me gire como si de la niña de la curva se tratase y debí darle una mirada bastante severa porque levantó la vista del móvil para darme una sonrisa de disculpas. — Está bien, no hay chocolate de calidad para mí.

— Así mucho mejor.

[...]

— ¿Podrías ayudarme con esto? — le pedí a Yun mientras batía los huevos.

— ¿Con qué?

— Pues no sé, con el pastel que estoy haciendo.

— Ah claro, eso. ¿Qué hago?

— ¿Cuál es el siguiente paso?

— A ver, San Google dice que partas el chocolate y lo calientes para luego juntarlo con el resto de la mezcla.

— Pues ya sabes que debes hacer.

Al final, y suponiendo un gran orgullo, conseguí que Yun colaborará, aunque sabía que no era muy buena en lo que tenía que ver con cocinar confiaba suficientemente en su inteligencia como para creer que no la fastidiaría calentando el chocolate. Y bueno, no faltó mucho para que lo quemara, se quemara ella y me hiciera perder los nervios. Pero como digo todo se quedó en el intento.

Cuando terminamos lo dejamos hacer en el horno, rezando ambas para que al probarlo no fuera horrible, y nos dejamos caer en el sofá de Kane y Asher.

Kane nos había ayudado con la sorpresa dejándonos hacerlo directamente en su casa y asegurándose de que si terminaban pronto de trabajar pudiera entretenerlo lo suficiente para que todo estuviera listo.

— ¿Crees que será comestible? — me pregunto Yun, tumbandose en el sofá y poniendo su cabeza en mis piernas y empecé a juguetear con su pelo.

— Eso espero porque si no seré una mala novia y habré perdido tiempo y dinero.

— Y aparte no habremos comprado chocolate negro.

— Eso claramente es lo peor de todo. — bromeé riendo antes de que simplemente nos quedáramos en silencio, Yun medio adormilada y yo haciéndole caricias en la cara y en el pelo con el único sonido del horno de fondo.

[...]

— ¿Estoy bien?

— Estás jodidamente preciosa, ¿te vale?

— Me vale. — Yun orgullosa de su aportación tenida en cuenta arregló su camiseta ancha y se la terminó de meter por dentro de los pantalones mientras oíamos el sonido de la cerradura. Cuando se abrió la puerta y paso Kane con gesto desenfadado antes de verme y guiñarme un ojo, sonreí viendo a mi novio entrar, distraído comentándole algo a Kane, con su pelo castaño claro algo despeinado y su sonrisa típica de cuando estaba fastidiando a alguien.

Antes de que pudiera casi notar mi presencia y de que yo pudiera decir algo Yun se abalanzó hacia él, dándole un abrazo con tanto entusiasmo que si no tuviera claro que era ella nunca hubiera pensado que Yun sería capaz de dar un abrazo así, pasándole sus brazos por el cuello y poniéndose de puntillas.

— ¡Felicidades Asher! O mejor dicho mi compañero de pullas y sarcasmo.

— ¿Yun? ¿eres tú?

— Si asqueroso, soy yo. La ironía debemos usarla contra ellos no contra nosotros, ¿o es que no lo recuerdas?

— Si, cierto, perdón. — la cogió por arriba de la cintura y dio una vuelta con ella de manera teatral. — ¡Gracias querida Yun!

— De nada, y ahora bájame que esto es demasiado contacto físico y muestra de cariño para mí. — la bajo y Yun hizo ademán de asegurarse de que todas sus partes del cuerpo estuvieran en su sitio, como si ser cariñosa dañara al organismo. — Vale todo correcto. Luego nos vemos, espero que disfrutéis del rato.- Yun lo dijo con un tonito que era fácil de interpretar por lo que Asher no pudo evitar soltar una risa ronca mientras se apoyaba en el marco de la puerta. — Vamos Kane, tú y yo nos tenemos que ir.- Yun cogió a Kane de la camiseta, tirando de ella y llevándoselo fuera del apartamento. Haciendo que Kane se separará de la puerta sorprendido por la fuerza de Yun mientras la miraba medio embobado, porque seguro que muchas veces habría deseado que Yun le cogiera así de la camisa y estampara sus labios contra los suyos. Esta vez solo le había separado de la puerta para dejarnos a Asher y a mí solos, no había estampado sus labios contra los de Kane, pero interiormente pedía que eso pudiera ocurrir en un futuro.

— Hola. — dije con voz dulce cuando cerraron la puerta.

— Hola. — contestó Asher, como un leve murmullo, acercándose.

— Feliz cumpleaños. — sonreí como una tonta al ver su sonrisa al escucharme.

— Gracias .

— De nada. — Asher término de recortar la distancia entre nosotros para cogerme por la cintura y pegarme a él, haciendo que yo levantara la mirada y me perdiera en sus ojos azules que tanto me volvían loca, antes de que él bajara algo su cabeza y yo por instinto subiera la mía lo necesario para poder juntar nuestros labios. Cuando la distancia entre nosotros había perdido su significado comencé a mover mi boca de manera lenta y dulce, haciendo que Asher ajustara su ritmo y me abrazara más fuerte por la cintura haciendo que yo también tuviera la necesidad de abrazarle y pasara mis brazos por su cuello dejando caer mis manos. Poco a poco el beso fue subiendo de intensidad, sin abandonar el sentimiento que lo cargaba, hasta convertirse en un lío de lenguas que se veía interrumpido por los pequeños mordiscos de Asher a mis labios que terminaron por separarnos por la falta de aire. Pero solo se separaron nuestros labios, porque no sé cuánto tiempo me quede pegada a él, sintiéndome segura y sabiendo que siempre le tendría a mi lado, que nunca y bajo ninguna circunstancia me soltaría. Eso siempre lo había tenido claro.

— Espero que te guste.- dije contra su pecho.

— ¿El qué? — preguntó Asher alejándome un poco de él para mirarme.

— El pastel que te hemos hecho, más yo que Yun, pero ha colaborado.

— No tenías porqué, y no incluyó a Yun en estos momentos porque seguro que habrá criticado mis gustos. — asentí y Asher miró para el horno percatandose por primera vez del olor. — Cómo que tengo hambre y quiero celebrar mi cumpleaños, vamos a ver cómo os ha salido.

Me acerqué al horno y lo abrí para sacar y cortar un trozo de pastel para él y otro para mí y sentarme a su lado en el sofá para poder comer.

— Espero que te guste.

— Yo espero que Yun no haya aprovechado para envenenarme.

— Que gracioso, a mí no me envenenaría.

— Y encima no lo niegas, de verdad, sois tal para cual. Pero bueno, lo probaré igual porque en verdad tengo hambre. — esperé expectante a que le diera un mordisco al trozo que había partido y cuando hizo un sonido no supe si interpretarlo como algo bueno o como que estaba a punto de dejar de respirar, la verdad es que ese sonido no aclaraba muchas dudas.

— ¿Y qué tal? — pregunté moviendo inconscientemente la cabeza hacia delante y poder obtener algo de información por su parte.

— Esto es la jodida gloria. — comentó antes de coger otro trozo y metérselo entero en la boca. — Dios esta que te cagas.

— Asher no hables con la boca llena, que tienes 21 años por dios.

— Vale mami, pero es que es una pasada. Pruébalo. — no me dejó tiempo para decir nada ni para partirme un trozo cuando ya me estaba metiendo mi cubierto con un trozo de pastel en la boca. Y así, antes de darme cuenta estaba poniendo los ojos de blanco porque esa tarta estaba espectacular. — ¿A qué está buena?

— Joder sí. — dije sin darme cuenta.

— ¿Acabas de decir joder? Ay mi niña se hace mayor. — Asher me abrazó y yo pegué un leve grito al sentir pavor porque sé cayera el pastel y nos mancháramos, bueno y porque no quería que nada de ese pastel acabara en el suelo si podía comérmelo yo.

— Que gracioso, ahora devuélveme mi plato y déjame comer.

— No puedo decir que no me gusta esta versión agresiva y autoritaria de ti, me gusta y mucho. — me miró de forma que indicaba que estaba pensando en el tipo de cosas que los niños debían ignorar que existían, pase de él y volví a darle un bocado al pastel, yo también quería hacer esas cosas, pero no ahora, ahora solo quería comer.

<<Luego ya nos lo comeremos a él.>>

[...]

— Quiero algo. — murmuró Asher.

— ¿El qué? — pregunté dejando el plato en la mesa.

— No todos los días se cumplen 22 años.

— Lo cual es obvio, al igual que no todos los días es 20 de mayo.

— Déjame continuar.- se quejó pasando su dedo con delicadeza por mis pecas, todavía no había llegado a entender la cantidad de amor que sentía Asher por ellas. —Quiero que me des un beso por cada año que he cumplido, es decir veintiuno.

— ¿Eso es lo que quieres?

— Si, eso es lo que quiero, además de a ti. — dijo pasando su dedo por la nata del pastel para llevárselo a la boca, pero fui más rápida y me acerque para robarselo del dedo antes de sonreírle y saborear el glaseado.

— Oye. — se quejó.

— ¿Qué? — pregunté de forma inocente.

— Eso ha sido jodidamente sexy y no me has dejado procesar en condiciones.

— ¿Chuparte la nata del dedo?

— Si, ¿vale? Lo ha sido y no quiero que me juzgues por creerlo. La próxima vez que vayas a hacer algo parecido avísame.

— Está bien. — conteste intentando contener la sonrisa ante su indignación.

— Ahora quiero mi regalo.

— Es cierto. — me puse sobre mis piernas para estar más cerca de él y comencé a darle pequeños besos por toda la cara desde la frente hasta la nariz deteniéndome para jugar un poco con él, hasta que cuando solo me quedaban cinco besos estuviera a la altura de sus labios y le diera varios en las comisuras. Para que cuando llegara al último dejará que Asher tragara fuerte, imaginando cuál podía ser mi siguiente movimiento, y luego pegara mis labios contra los suyos y comenzara a besarle de manera rápida y apasionada dejando lo tortuoso de lado.

Inmediatamente Asher me cogió del pelo con fuerza y me pegó más a él despojándome de todo, dejándome indefensa, con el beso que se había vuelto una simple batalla por ver cuál de los dos estaba más desesperado por los besos del otro. Una batalla para ver quién se hacía con el control del beso durante más tiempo.

Asher entre beso y beso, de forma rápida y sin esperar a nada más me acabo echando contra el sofá quedando yo tumbada y él encima de mí, pegándose tanto al bajar que mi cuerpo reaccionara pidiendo más ardiendo de un segundo para otro. Su mano viajó por debajo de mi camiseta, como siempre hacía, y la mía cambió de trayectoria colándose entre sus pantalones y sus calzoncillos, sin ganas de entretenerse en los botones y en la cremallera, llegando directa a hacer contacto con mi mano lo que acabó provocándole tal sorpresa que un gruñido escapó de sus labios sin ni siquiera separarse de los míos.

Mientras mi mano subía y bajaba su mano aprovechaba para colarse debajo de mi sujetador y jugar con uno de mis pechos. Arquee la espalda ansiando más de sus caricias antes de soltar un suspiro y echar algo para atrás la cabeza, haciendo que Asher tuviera vía libre para acceder a mi cuello y decidiera atacarlo sin ninguna compasión, mientras su mano decidía ahora comenzar a bajar y la mía ya había dejado de moverse al haber terminado allí, buscando otro lugar donde entretenerse.

[...]

— Adoro pasar cumpleaños a tu lado.- murmuró Asher cerca de mi oído.

— Y a mí, en verdad me encanta poder pasar cualquier tipo de fecha especial contigo.

— ¿Te acuerdas de nuestro primer cumpleaños juntos? El tuyo, espero que lo recuerdes porque yo lo recuerdo perfectamente.

— Como olvidarlo, hiciste que pasara de la tranquilidad al enfado y luego a la más pura tontería por culpa del amor en menos de diez minutos.

— Fue un buen primer beso, aunque al principio no supieras verlo. El primero de muchos, ¿quién hubiera dicho que llegaríamos hasta aquí de esta forma?

— Nadie, nadie creía en esto, todavía siguen sin creer. — aquí nadie cree en nada, no es un lugar de esperanza como para que alguien crea en el amor.

*** 

Jejejeejej Asher y Hannae son unos calenturientos, pero vamos a ver 5 años de relación traen consigo estas cositas. 

Nos vemos en el próximo capítulo, os quiere Oldspirit9.

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