Capítulo 31.
Fous n'importe où- Charlotte Cardin.
Pov Hannae:
No me gustaba conducir, no lo odiaba, pero no era la mayor fan si era sincera. De hecho, fue Asher el que me insto a sacarme el carnet, porque si hubiera sido por mi no sabría conducir. Pero me convenció de hacerlo para que no dependiera de él. Y por poco que me gustaran los coches tenía razón en darme la mayor independecia posible, no me gustaba pensar que lo necesitaría, pero no estaba bien que dependiera de él en nada, y menos en algo que te daba tanta libertad como era el coche. Y por eso y porque ahora Asher por su pierna no podía conducir fui yo la encargada de comenzar a poner tierra de por medio.
Ya habían pasado unas cuantas horas, eran las tantas de la madrugada y casi ningún coche había elegido acompañarnos en nuestro largo viaje. Asher hacía ya horas que se había quedado dormido de una forma muy tierna. Ahora que lo tenía a mi lado cualquier preocupación que hubiera tenido se disipó sin ningún problema, aunque ahora tenía nuevas preocupaciones no eran tan graves y agobiantes.
En estos momentos debía comenzar a cuidar de Asher, el doctor me había dado muchas indicaciones y una gran cantidad de pastillas para diferentes cosas. Además me había comentado que le había dado su email a Asher por si necesitaba algo, ninguno teníamos conexión a internet, pero siempre podríamos ir a un sitio que contará con ordenadores si necesitábamos algo. Había sido muy amable al tomarse tantas molestias con nosotros, dado que seguramente le diera pena toda nuestra historia teniendo en cuenta lo jóvenes que éramos, pero aunque había sido muy agradable no había querido decirme todo asegurándome que no era él quien debía hacerlo. Y yo lo respetaba, por lo que cuando él estuviera bien y tuviera fuerzas yo le escucharía y ya vería que hacer.
Después de tantos meses había agradecido hablar con Kane, aunque no hubieran sido las mejores circunstancias, pero lo había echado de menos. Siempre había estado segura de que la conexión con Kane era algo que venía de antes, pero había sido ahora cuando lo había comprobado como tal. Simplemente había tenido que empezarle a contar todo para que cuando me contestara me diera cuenta de que nuestra cabeza funcionaba igual. Era agradable tener alguien que te entendiera y comprendiera de esa forma tan profunda. Además Kane daba paz, era una persona que tenía tanta bondad y buenas energías que un rato con él te servía para recuperar fuerzas, era como si te purificara y te ayudará a canalizar tus malas energías sin ninguna complicación. Lo había necesitado, y me imaginaba que Asher también. Cuando había entrado a su habitación y Kane estaba dentro se le notaba más relajado, menos preocupado y más feliz. Habíamos acabado los tres hablando y haciendo coñas de todo lo que nos había pasado, como en los viejos tiempos.
Estuve tentada a preguntarle a Kane que había pasado en la ciudad durante el tiempo que nos habíamos ido, pero ya había cerrado esa herida. Nada que pudiera salir de ahí me interesaba, solo quería olvidarla, aunque sabía que eso era imposible. Oero era un gran paso no preocuparme por saberlo todo y que lo que ya sabía no me dañara.
Con el ruido del coche como única distracción me fijé en el paisaje agrario, donde la gente ya se estaba levantando para trabajar y yo ni me había ido a dormir. Antes de que el mismo Asher lo hiciera quedamos en que iríamos hasta la ciudad más lejana que nos permitiera el depósito de gasolina y que cuando yo me cansara parara sin ningún problema.
Aún no me quería parar por lo que continúe vagando por mis pensamientos, haciendo escenarios falsos, escuchando canciones que solo vivían en mi cabeza y recordando momentos en los que había sido feliz y no me había dado cuenta o no había sabido apreciarlo lo suficiente.
Definitivamente el camino había sido bastante duro, y aunque estaba segura de que muchas de mis elecciones las cambiaría, dejaría muchas preocupaciones de lado o aprovecharía a sentir más y no dejarme llevar por el miedo, pero no me arrepentía de haber hecho este largo viaje, que aún no había terminado, a su lado.
Porque nunca me arrepentiría de algo que tuviera que ver con él.
La noche estaba oscura, con un cielo azul marino sin luz que por tramos parecía negro, pero estaba lleno de estrellas. Mientras conducía intenté localizar alguna constelación, Yun siempre había sido una obsesionada de las estrellas, y de la astrología, por lo que me había enseñado bastante, y así me pasé las siguientes horas, con mi vista dividida entre la carretera y el cielo.
[...]
Encontré un desvío y me metí por él para descansar un poco y moverme. En cuanto me metí y me alejé lo justo de la carretera salí del coche y comencé a dar vueltas delante de este, tenía las piernas agarrotadas por lo que necesitaba un poco de movimiento.
Disfruté del aire frío de la noche antes de que poco a poco el sol comenzará a querer hacer acto de presencia, así que como una niña pequeña ilusionada me acerqué a Asher y empecé a moverlo suavemente para que se despertara y así poder ver el amanecer juntos.
Se intentó hacer un poco el remolón, pero no tardó mucho en abrir los ojos sintiéndose perdido y bostezamdo después de haber estado una gran cantidad de horas durmiendo.
— ¿Qué pasa? — preguntó fijando su vista completamente en mí por primera vez, ya que había intentado averiguar dónde estaba.
— Vamos a ver el amanecer. — dije con la ilusión clara en la voz.
— ¿Me ayudas a levantarme? — asentí y cogí su muleta de la parte de detrás, debía utilizarla los primeros días para que le fuera más fácil moverse gracias a que tenía algo para apoyarse y no hiciera tanto esfuerzo tan rápido. Le tendí la mano para que saliera y le resultará más fácil gracias a esta, Asher se incorporó fingiendo que no le molestaba casi y ando a mi ritmo — aunque yo lo reducía por él—, antes de sentarnos en el capó del mustang.
Una vez apoyados puse mi mano encima de la suya y recibí una mirada dulce por su parte.
— Una semana separados, no creí que eso pasaría nunca. — me dijo con tono divertido.
— Yo tampoco.
— ¿Cómo valoras la experiencia? ¿Planeas repetirla? — me preguntó con gesto de interés.
— Ha sido pésima, nunca quiero volver a repetirla. — dije mostrando mi decepción mientras seguía poniendo el mismo tono de presentadora que tenía Asher.
— Eso pensaba yo, buena respuesta.
— ¿Y qué quieres hacer tú? ¿Tienes alguna idea en mente? — le pregunté. Volviendo a mirarlo y hablando con un tono más bajo e íntimo comparado al de antes.
— Besarte. — reconoció sin ningún problema usando un tono que sabía que me podía.
— Hazlo. — deje que él siguiera apoyado sin moverse y fui yo la que se acercó, recortando la distancia que nosotros habíamos puesto encima del capó.
Cuando llegué a estar lo suficientemente cerca sonreí a Asher y este me devolvió el gesto, antes de pasar su mano por mi cara y acércame a él para besarme.
El beso comenzó lento, de forma tranquila y coordinada, nuestras bocas iban a la misma velocidad mientras el pulgar de Asher se movía de arriba hacia abajo en mi mejilla y las manos que habíamos tenido apoyadas una encima de la otra ahora estaban en las piernas del contrario.
Poco a poco el beso y el ambiente se fue haciendo más íntimo y posiblemente caliente, aunque no estábamos dentro del coche para notar tanto la diferencia. La mano que había estado en mi mejilla fue bajando despacio hacia mi cuello, hasta que Asher la colocó alrededor de este, haciendo una suave presión, simplemente para que la notara encima, pero sin hacer nada brusco.
Yo moví mi mano, haciendo caricias en su muslo izquierdo, hasta que llegue a un lugar suficientemente cercano como para que Asher se pusiera un poco tenso. Ante su reacción y deseosa de algo más subí mis manos hasta empezar a subirle la camiseta. Asher se apartó y dejó de besarme, aunque la mano que había separado de mi muslo no tardó mucho tiempo en volver a dicho lugar, y fue cuando le quite la camiseta cuando me di cuenta de que además de que el sol estuviera a punto de salir había algo diferente en Asher.
— ¿Te... te has hecho otro tatuaje? — pregunté, cohibida y sorprendida.
— Sí. — murmuró despacio dándose cuenta de donde estaba posando mi vista.
— Nunca te habías hecho un tatuaje sin mí. — comenté pasando la mirada del tatuaje a sus ojos.
— Nunca antes había pensado que no te volvería a ver. — dijo de forma lenta y con la voz ronca después del beso, aunque sabía que esta también estaba cargada de sentimiento.
— Una triqueta. — murmuré, pasando el dedo índice por el lugar donde estaba el símbolo en su hombro. Me gustaba el significado que tenía y era bonito, sencillo, pero es que no hacía falta más.
— Hay otro. — dijo girándose, dejando su cuello al descubierto. Mi primer instinto fue pensar que era precioso, porque realmente estaba muy bien hecho, y el siguiente fue contar el número de espadas que tenía. Eran diez. Asher se había tatuado un diez de espadas y el colgado. Y sabía que él era plenamente consciente de lo que significaban ambas cartas, pero aun así se lo había hecho y aun así yo no podía apartar la vista de él mientras seguía los trazos de las espadas y el esqueleto. El colgado simbolizaba que con el cambio algo muere, pero para crear algo nuevo debes dejarlo morir, a veces también era interpretado como sacrificio o como un cambio en tu futuro que va más allá de tu control y que no podrás cambiar. Era un significado más o menos bueno, el problema era el diez de espadas. Esa carta provocaba el miedo en cualquiera que creyera en el tarot, representaba el desastre, pero un desastre que ni aún avisado podrías evitar. Solo podías soportar tu destino y si tenías suerte quizás pudieras ponerte nuevas metas después del fracaso. No quise pensar que nos iba a pasar eso, no había salido en una tirada, lo había elegido Asher para un tatuaje, no tenía porqué afectar.
— ¿Por qué? — pregunté mientras Asher se volvía a poner la camiseta.
— La triqueta era para darme esperanzas, el otro era un recordatorio. — reconoció mirándome de nuevo.
— ¿De qué?
— De lo que tuve que hacer para estar aquí, ahora.
— ¿Y valió la pena?
— Sin ninguna duda. — asentí, no había más que decir, y me acerqué a él, apoyé mi cabeza en su hombro y esperé a que comenzara a salir el sol, llenando el cielo de tonalidades naranjas, antes de volver a hablar.
— No te vuelvas a hacer un tatuaje sin mí, ¿vale? Y menos si es uno con un significado tan negativo.
— De acuerdo, ¿si nos hacemos uno juntos me perdonas? — me preguntó dándome la mano.
— ¿Tienes alguna idea?
— Creo que sí. — movió un poco la cabeza para darme una sonrisa de boca cerrada y yo se la devolví, antes de que ambos nos quedáramos en silencio y prestáramos completa atención al amanecer.
[...]
Era por la mañana temprano cuando llegamos a un hotel pequeño y que no parecía muy caro, aunque teníamos dinero, ya que Asher había conseguido que T le pagará antes del "incidente", pero queríamos usar bien el dinero.
El sitio era un edificio blanco, de tres plantas, que estaba bastante bien conservado. No creía que las habitaciones fueran espectaculares, pero al menos parecía que estaba limpio.
Deje a Asher en el coche esperando y saliendo con cuidado mientras yo me acercaba primero para hacer la reserva, además que iba a sacar las cosas, bueno las dos mochilas mías y alguna bolsa que dejaríamos en el coche, ya que él no había logrado llevarse nada de lo que cogió para irse con T. Menos mal que fue ropa sin importancia, sin significado y que todo lo importante pudo dejarlo en el apartamento que nos dio y yo pude guardarlo.
Fui andando dando saltos ante la risa divertida de fondo de Asher, me gire y le saque la lengua, antes de volver a andar como una persona normal. Estaba feliz y no quería esconderlo, por fin parecía que todo volvía a tener sentido.
Entré en el hotel y me sorprendió la combinación del blanco del exterior y del marrón chocolate del interior, era bastante bonito y tenía un toque "europeo" por así decirlo.
Me acerque a la recepción y espere a que llegara alguien mientras seguía mirando el lugar y fijaba mi vista en las escaleras, como era temprano no bajaba ni subía nadie.
A los cinco minutos apareció una señora de unos 43 años, con el pelo marrón y ondulado, los ojos azulados y la piel clara.
— Hola, ¿en qué puedo ayudarte? — dijo con una voz calmada y sin acento casi.
— Hola, quería reservar una habitación con cama de matrimonio para dos días en principio. — conteste con una sonrisa. Asher y yo decidimos que mejor era empezar por pocos días y que cuando descansáramos pensaríamos que íbamos a hacer.
— Genial, ¿a qué nombre?
— Al de Hannae Hoshi.
— ¿El de tu acompañante?
— Asher Baker. — la mujer puso una mueca que no supe identificar antes de volver a sonreírme ampliamente, y yo no pude no sonreír la de vuelta. Me fijé en sus ojos azules que me resultaban conocidos, pero como no caí en la cuenta decidí prestar atención a la nueva voz que escuche.
— ¿Qué ocurre? — preguntó una voz masculina con un acento extranjero algo marcado.
— Nada, una pareja de jóvenes que está haciendo una reserva. — contestó la mujer antes de que apareciera el que creí que era su marido, un hombre alto, no muy grande, pero que tenía los músculos marcados, de pelo rubio y ojos verdosos. — Aquí tienes, Hannae, espero que tú y ... — me tendió la llave.
— Asher.
— Eso, ¿con tarjeta o efectivo? —me preguntó recordando que aún no la había pagado, seguramente despistada por la presencia del hombre.
— Efectivo. — después de que me dijera la cifra le di el dinero y cogí el recibo antes de que ella me sonriera de boca cerrada.
— Espero que disfrutéis de la estancia.
— Gracias.— cogí la llave y me fui sin girarme a comprobar si seguían ambos con esa aparente mirada de extrañeza, aunque la de la mujer estaba teñida de tristeza.
Cuando apareció Asher por la puerta ambos estaban donde no se les veía aunque escuchaba algunos murmullos de ellos de fondo. Ayudé a Asher a subir las escaleras, haciendo que se apoyara en mí.
— ¿Qué número de habitación es? — preguntó con curiosidad.
— La número 28.
— Al menos esta vez es un número bonito. — asentí y una vez que llegamos a la habitación lo dejé pasar primero, para que cuando cerrara la puerta lo único que me quedara por hacer fuera tirarme en la cama pudiendo por fin descansar.
***
¿Quién es la mujer del hotel? Sospechoso.
Perdón por tardar en subirlo, estaba con exámenes y no tenía tiempo para corregirlo
Nos vemos en el próximo capítulo, os quiere Oldspirit9.
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