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Capítulo 30.

Getaway car- Taylor Swift.

Pov Asher:

Nada más ver a Kane sonreí y creo que me reí con lágrimas en los ojos, no había sabido cuándo lo volvería a ver y hasta que no lo tuve delante tampoco supe cuánto lo había echado de menos.

— Siento presentarme con semejantes pintas. — murmuré irónico con dolor, me estaba empezando a costar hablar por el cansancio.

— Hannae, mételo en el coche, vamos a un hospital si no quieres que se desangre. — me obligó a meterme dentro y me apoyó contra ella, para que mi pierna estuviera algo estirada haciendo caso a la poco habitual versión mandona de Kane. — Yo también me alegro de verte tío, pero primero tenemos que salvarte y luego me cuentas, ¿vale? — dijo Kane mirando por el retrovisor para salir marcha atrás e ir lo más rápido posible al hospital más cercano.

— Asher, cariño, no te duermas por favor. — me suplicó Hannae con voz dulce mientras apretaba mi mano y con la otra jugaba con mi pelo, giré un poco la cabeza para sonreírle, y observarla, aunque yo ya estaba empezando a estar muy cansado. Tenía ahora el maquillaje algo corrido por las lágrimas de preocupación, pero se mantenía firme y me sonreía intentando no mostrar el miedo que estaba sintiendo. Por primera vez me di cuenta de que se había cortado y oscurecido el pelo, además de tener reflejos morados por detrás que le quedaban muy bien.

Estaba guapísima, siempre lo estaba, pero había algo nuevo en ella. Bueno, no era nuevo, ella siempre había sido muy fuerte, solo que antes no lo mostraba. Era algo que yo sabía, porque la había visto levantarse muchas veces, pero no era algo que mostrara con seguridad al mundo. Cuando debería hacerlo, como ahora. Estaba tan orgulloso de ella, de la mujer en la que se había convertido, pero yo estaba tan cansado, tan fatigado y necesitado de un poco de calma que no pude seguir observándola. Deje de luchar, deje de intentar mantener los ojos abiertos, y los cerré, siendo ella lo último que vi.

¿Me iba a morir? ¿Ya estaba? ¿No hay más? ¿No había nada más?

Sentí miedo, porque no quería marcharme de esta forma, en un coche de camino al hospital junto a mi mejor amigo y mi novia incapaces de hacer nada más para salvarme. No se merecían cargar con el peso de que podían haber hecho más. Porque era imposible hacerlo y no se merecían sentir aquella culpa que no les pertenecía.

Pero no solo sentí miedo por eso, sino por todo lo que me quedaba por vivir. Sabía que de niño nunca pensé que llegaría a ser mayor, pero ahora que había logrado superar mis propias expectativas no quería que se acabara aquí. Yo había soñado con que Hannae y yo viviéramos para siempre, que fuéramos eternos, ¿pero cómo lo íbamos a ser si yo me iba y ella se quedaba? ¿Cuánto tiempo tendría que esperarla? ¿Conseguiría hacerlo? ¿O me iría antes de conseguirlo?

Finalmente no aguante más y me desmaye, o quizás acababa de morir sin los miles de recuerdos danzando a mi alrededor, simplemente sintiéndome en paz conmigo mismo y con el mundo. Quizás no había nada que ver, o quizás me fui antes de hacerlo.

Pov Hannae:

Entre en pánico, Asher acababa de cerrar los ojos y llevaba dos minutos que no respondía a nada, no se movía, no emitía ninguna clase de sonido y a mí me estaba a punto de dar un paro cardiaco.

— ¡Kane, acelera! — grité presa del terror, dejando de zarandear a Asher por unos segundos para mirar a Kane a los ojos a través de retrovisor.

— No puedo. — alego mientras pitaba a un coche que se acababa de cruzar. — ¿Respira?

— ¡No lo sé, creo! — comprobé su pulso, casi no se notaba y su respiración era suave pero insuficiente. — Creo que ha perdido mucha sangre, no respira casi. No puedo parar la hemorragia, sale mucha sangre, su camisa está empapada. — sollocé apretando la camisa de Asher contra la herida, parecía que la había curado antes, pero debía de haberse movido demasiado y había comenzado a salir sangre de nuevo.

— ¡Mierda! — Kane dio un volantazo que me pilló desprevenida e hizo que me diera contra la puerta.

Pasamos calles que comenzaban a iluminarse sin tiempo para poder fijarnos en los detalles debido a la velocidad que íbamos, suplicaba que nadie se cruzara si no queríamos Kane y yo acabar también muertos, pero también suplicaba porque Asher siguiera respirando.

— Por favor cariño vuelve conmigo. No me dejes, no de esta forma, por favor. — ahí me permití llorar, con las manos ensangrentadas y con Asher ya sin verme, no tenía que darle esperanzas y podía permitirme liberar algo de tensión antes de explotar. — No puedes irte, idiota. No debiste venir a buscarme, debiste ir a un hospital, ¿qué pasará si por ese tiempo no te salvas? — le pregunté con rabia, lo amaba, pero si por ir a buscarme estaba en estas condiciones no podría vivir con la culpa y el remordimiento.

Kane ignoraba lo que estaba diciendo centrándose en la carretera, me alegraba que fuera buen conductor y supiera donde estaba el hospital porque yo no estaba como para guiarlo.

Antes de que me quisiera dar cuenta Kane paró el coche de repente en la puerta del hospital, saliendo lo más rápido que pudo, sin ser atropellado, para abrir la puerta de Asher.

— Yo lo llevo, tú entra y pide un médico. — asentí y salí del coche corriendo a la entrada del hospital. Estaba la puerta a unos 20 metros por donde pasaban coches y ambulancias casi sin cesar, pero me dio igual y eché a correr.

Una vez que llegué a la puerta cogí aire y fui al mostrador.

— Necesito un médico. — dije apoyándome en el mostrador.

— Tranquilícese, ¿qué ha ocurrido? — dijo la recepcionista.

— No, — yo mire para atrás buscando si ya había entrado Kane e intentando ordenar mis pensamientos. — han disparado a mi novio. Ha perdido mucha sangre y no sé si respira. — dije conteniendo las lágrimas a la vez que temblaba.

Justo cuando terminé de hablar apareció Kane sujetando a Asher, la chica al verlo palideció y salió de su sitio para buscar un médico y una camilla. Se fue corriendo y no tardó mucho en aparecer con un doctor y unos ayudantes que cogieron a Asher y lo subieron a la camilla. Empezando uno a cortarle los pantalones inmediatamente para ver la herida y el otro comprobando su ritmo cardíaco, pero sin decir si continuaba respirando o no.

Quise ir detrás de él para acompañarle y asegurarme de que estaba bien, de que seguía con vida.

— Lo siento cariño, pero no puedes pasar. — me dijo el doctor mientras la camilla ya iba recortando metros del pasillo hacia una sala de operaciones a gran velocidad. — En cuanto sepa algo saldremos a hablar con vosotros, debéis esperar aquí. Por cierto, ¿qué tipo de sangre es? — me preguntó antes de irse corriendo.

— 0 positivo. — contesté yo de manera inmediata, dicho esto Kane asintió y me puso una mano en el hombro, y vi como Asher desaparecía de mi vista y yo me quedaba ahí plantada sin saber qué hacer. Sin saber si acaso seguía respirando o si ya no había nada más que hacer.

[...]

Estuvimos interminables horas dando vueltas, sin dormir, sin nada que pudiera hacernos la estancia algo más sencilla. Kane y yo nos tomamos varios cafés para aguantar mientras nerviosos jugábamos con nuestras manos y no intentábamos ponernos en lo peor. Pero el no tener noticias no era una buena señal.

Ya era por la mañana, por delante de nosotros habían pasado una gran cantidad de personas, unas habían llegado y otras se habían marchado, y Kane y yo seguíamos en una esquina manchados ambos de sangre, con lágrimas en los ojos y grandes ojeras debajo de los párpados.

Incluso nos había preguntado la policía que era lo que había pasado y para nuestra desgracia solo fuimos capaces de decir que se había desmayado antes de que nos contara algo.

Me senté y me llevé las manos a la cabeza, me dolía y no podía aguantar más tiempo de pie muriéndome de hambre, le pedí a Kane que me comprara algo mientras yo cerraba los ojos e intentaba no marearme. No tardo mucho y no espere ni un segundo para comérmelo, no podía soportar ningún segundo más dicho dolor tan insoportable.

Una vez que terminé de comer fui a pedir un ibuprofeno, que casi tuve que suplicar, pero que al final me acabaron dando junto a un vaso de agua. No pude casi tragarme la pastilla cuando apareció el doctor, con un gesto que me tranquilizo. Kane se acercó inmediatamente y fuimos ambos a hablar con él.

— ¿Cómo está, doctor?

— Está estable, y ahora despierto. — dijo con una sonrisa, yo respiré aliviada y Kane y yo nos abrazamos felices y emocionados por tener una noticia positiva. — Verás, consiguió sacarse la bala y se taponó bastante bien el sangrado, además se lo desinfecto un poco. Si no fuera por eso no hubiera tenido tanta suerte. Él mismo se salvó, y desconozco si tenía conocimientos médicos, pero lo hizo bastante bien. Le hemos estado haciendo varios exámenes y yo he estado hablando con él. Ha reconocido el consumo de drogas, ¿usted también consumió, no es así?

— Si, un par de veces. Hace una semana larga que no tomo nada, y no pienso tomar nada nunca más, además creo que ya he pasado lo peor. — le dije de forma sincera.

— Me alegra oír eso, de todas formas te daré unas pastillas para que no sufras los efectos secundarios. A él le hemos hecho un lavado de estómago, aunque necesitará un tipo de medicación especial. Podéis entrar de uno en uno, luego le tendremos unas horas más en observación para ver que responde bien a todo, y así podéis descansar un poco, y después te diré lo que debe tomar y hacer. Pero dejaré que él hable contigo primero. — asentí y Kane me hizo un gesto para que pasara yo delante.

Seguí al doctor hasta la habitación y una vez que me indico que podía pasar entre y este cerró la puerta detrás de mí.

Asher estaba tumbado en la cama, con aspecto cansado y más blanco de lo habitual por la luz y la decoración de la habitación que le hacía ver más blanco.

— Hola. — dije con timidez entrando poco a poco, hasta sentarme en un lado de la cama que no le rozara la pierna.

— Hola. — me contestó este con la voz calmada y algo adormilado aún por la anestesia.

— ¿Qué tal estás?

— Vivo. — murmuró con tono irónico.

— Bueno, eso es un gran paso. Asher, siento tanto que hayas tenido que pasar por esto. — dije con la voz tomada mientras apoyaba una mano en la cama.

— Hannae, tú no tienes la culpa. Ya ha pasado todo, ¿de acuerdo?

— ¿Tuviste miedo? — pregunté jugando con las sábanas y con miedo de mirarlo a la cara.

— Mucho, y no pasa nada. No quería dejarte aquí y no quería terminar así. Pero ya todo ha acabado.

— ¿Somos libres?

— Lo somos, además disparé a T. — eso se robó mi atención y provocó que lo mirara sorprendida. — Tuve un percance y bueno le disparé y él a mí, eso fue todo. No quiero hablar de ello ahora.

— No tienes porqué hacerlo, lo importante es que estés bien. Yo también sentí miedo, ¿sabes? Había asumido que si te pasaba algo querrías que siguiera adelante y me convencí de que seguías bien, pero al verte así... Nunca había pasado tanto miedo.

— Bueno, sigo aquí para molestarte. Y me alegro de que aún pensado lo peor no te rindieras.

— Me alegra mucho. — contesté con una sonrisa sincera.—¿Puedo? — quería besarlo, tocarlo, tumbarme a su lado.

— Por supuesto.

Le di un suave beso en los labios y me tumbé junto a él, y sin darme cuenta las lágrimas comenzaron a brotar, pero no fueron las mías las que me sorprendieron, fueron las suyas las que lo hicieron.

— ¿Qué ocurre?

— Ya ha terminado todo, aún no me lo creo. Podemos empezar de cero, podemos alejarnos de esto y vivir felices.

— Lo hemos conseguido. — le dije.

— Te amo Hannae.

— Te amo Asher.

[...]

Pov Asher:

Después de pasar Hannae vino Kane y estuvimos hablando de todo, y como era de esperar deje mi posible muerte de lado y me centré en lo importante: Kane había besado a Yun.

Me tocó regañarlo, porque era mi deber hacerlo. Porque el muy idiota la había besado justo en el tren, es que le gustaba sufrir. Encima me tocó decirle que tenía novia y todo lo de T, casi se me echa a llorar, pero conseguí hacerle entrar en razón. En diciembre nos veríamos todos y dudaba que Yun continuara con esa chica, lograría escapar de T al igual que nosotros.

Al rato de explicarle lo que había hecho mal y meterme un poco con él para no perder la costumbre, entró el doctor con un policía, se lo conté todo y me dijo que lo mejor que podía hacer era irme, que no intentara buscar justicia. Y le hice caso, no quería pagarlo caro por una simple venganza. Después el médico terminó de verme y me dio el alta, tenía el muslo vendado y debía estar un par de días con muletas, ya que me habían cosido la herida y había que evitar que se separaran.

Ahora estábamos en una gasolinera, después de haber dado esquinazo a unos policías que no sabíamos porque nos habían seguido, despidiéndonos de Kane.

Nosotros íbamos a buscar un lugar donde pasar unos días, descansar, recuperarnos y luego ya veríamos que hacíamos, mientras él se quedaba aquí trabajando.

Lo abracé y le dije que lo quería mucho y que estaba muy orgulloso de él, quería que esas fueran las últimas palabras en las que pensara al recordarme. Por lo que cuando Hannae se despidió de él y lo dejamos ahí, despidiéndonos de él, sin saber si sería la última vez que lo volveríamos a ver.

Hannae y yo subimos a nuestro coche, que ya era nuestro, y que nos había permitido huir innumerables veces permitiéndonoslo una vez más. Hannae pisó el acelerador y lo dejamos todo atrás, con las sirenas de los policías que iban en dirección contraria como banda sonora mientras el aire entraba por las ventanillas y nos movía el pelo.

Sintiéndonos seguros y confiados con el futuro, escapando de nuevo en el mismo coche como la primera vez, sin preocuparnos por si nos estábamos condenando de nuevo o si por fin tendríamos nuestro final feliz. Sin sorprendernos en ninguno de los casos, simplemente volviendo a experimentar la libertad de nuevo, ya habíamos pasado mucho como para cuestionarnos nuestras decisiones ahora. Al final, ambos sabíamos como habíamos empezado todo, como éramos antes y como se había desarrollado nuestra historia, y solo queríamos alejarnos aún más de nuestro inicio llegando lo más lejos posible mientras el tiempo no dejaba nunca de correr.

***

Se vienen cosas buenas, lo digo de verdad.
Casi 10k y 800 votos, lloro de emoción.

Nos vemos en el próximo capítulo, os quiere oldspirit9.

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