Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 15.

Champagne Supernova- Oasis.

Después de una hora conduciendo, después de que nos habíamos conseguido levantar, llegamos a la entrada de la ciudad, bueno más bien a la salida por la que debíamos entrar. El tráfico era un horror por la hora, por lo que la paciencia era algo imprescindible, ya que los camiones cargados de mercancías hacían su entrada para llenar de suministros todos los locales de la ciudad, la cual era bastante conocida por su vida nocturna. <<Ojalá poder ir de fiesta, una de verdad, entre muchas de las cosas que quiero hacer ahora que podemos.>> Asher estaba conduciendo tranquilo, aunque no le gustaba el tráfico podía notar su gesto relajado, ya que según él aunque pareciera imposible hoy había dormido genial.

La verdad que dormir en un coche con tu novia apretujada a ti no parecía el plan más cómodo, aunque cosas peores había, pero entendía su punto, era su primera noche durmiendo fuera y eso daba cierta paz que no se podía explicar bien con palabras. Dejar todo atrás te liberaba y cumplir un sueño como este, que Asher no había dejado de perseguir en ningún momento, podía hacerte dormir más tranquilo al tener unas cuantas preocupaciones menos. Yo por mi parte estaba tranquila, sí que había descansado porque siempre era mejor estar tumbada que sentada dejando que el cuello se fuera moviendo para los lados sin importar el dolor del día siguiente, pero no había notado una gran diferencia en el sueño, pero no podía negar que me había despertado feliz, y con bastante energía. Además había echado de menos dormir con Asher, hacía semanas que no lo hacíamos, pero dormir abrazada a él siempre me hacía dormir mejor. Me daba paz.

— No queda mucho para llegar al motel, según las indicaciones está a un par de kilómetros, no más de cinco. — comentó Asher sin apartar la vista de la carretera.

— ¿Y eso cuánto tiempo es? Aproximadamente.

— No lo sé, eso depende de si este tío se quiere mover. ¡Venga, que no tenemos todo el día! —<<sí, estaba muy tranquilo.>> No pude evitar reírme y él se dio cuenta de ello que se giró para mirarme y comenzó a reír, el sonido de nuestras suaves risas se fundió mientras que algunos coches pitaban estresados por la falta de dinamismo en el tráfico. Pero no sabía que esperaban, era verano y esta era la ciudad más grande de la zona, la gente llegaba de todos lados a ella en busca de una nueva oportunidad o algo de diversión. En nuestro caso ambas.

[...]

La habitación era simple, tampoco esperábamos mucho, o esa fue mi impresión nada más verla, pero por lo menos estaba limpia. No era muy grande y contaba con un baño pequeño que era suficiente para ambos, por lo demás era de un blanco crudo, al cual no le vendría mal una nueva capa de pintura para recuperar el color original. La cama estaba en el centro y la pequeña televisión de los 90 enfrente. Dejamos las mochilas en el suelo y yo me acerqué a la ventana mientras Asher se quitaba la camisa y la tiraba al suelo, o eso me pareció ver en el reflejo de la ventana. Se tiró de espaldas a la cama y suelto un leve suspiro de placer mientras yo sonreía calmada viendo las vistas, no eran bonitas ni nada del otro mundo, pero me gustaba ver a la gente haciendo su vida normal ajena a todo.

— ¿Qué te parece?

— Suficiente. ¿Y a ti?

— No me puedo quejar. Tiene ducha en el cuarto, que es un puntazo y llevo soñando con una desde que nos fuimos. — me giré y lo miré con una sonrisa relajada mientras él me devolvía una algo pícara. Esa sonrisa ya podría clasificarse como su sonrisa, era la que más solía dedicarme, y no me quejaba. Nunca me quejaría de las sonrisas de Asher.

— Yo también he estado soñando con poder darme una ducha.

— Si es que tenemos los mismos sueños en todo. — yo solté aire y puse los ojos en blanco ante su desfachatez porque sabía que estaba metiéndose conmigo. — Oye no te enfades. — dijo levantándose casi de un salto, sí que tenía energía hoy, y acercándose por detrás para pasar sus brazos por mi cintura mientras apoyaba su cabeza en mi cuello, después de hacerme cosquillas con la nariz. — Que si lo que quieres decir es que nos duchemos juntos yo no soy nadie para decir que no.

— ¿Ah no?

— No, y si lo fuera tampoco lo diría. — apartó la cabeza de mi cuello y me giro con soltura, esa que lo caracterizaba, quedando nuestros cuerpos pegados y nuestras caras a escasos centímetros. — Te quiero Hannae.

— Quieres quitarme la ropa, lo cual es distinto. — le contesté mordiéndome el labio mientras pasaba un dedo por su marcado abdomen. << Yo también quería terminar de quitarle la ropa que le quedaba, no iba a mentir.>>

— Bueno eso también, pero no quita el hecho de que te quiero. — asentí y mire sus labios, con la boca entreabierta a causa de la mueca que tenía no pude evitar pasar mis manos por su pelo y pegar sus labios a los míos, <<adiós contención>>

Asher no tardó en responder a mi beso pegando mi cuerpo al suyo mientras sus brazos apretaban mis caderas y mi espalda, algo inclinada hacia atrás, hacia que su cuerpo se curvara y dejará un mejor acceso a su culo para mi mano. Le di un pequeño apretón haciendo que ambos riéramos contra los labios, lo cual solía ser mi parte favorita de los besos, del otro antes de que él se tomara la venganza y metiera su mano por debajo de mi vestido. Haciendo trazos al azar con su dedo por mi fría piel hasta llegar a jugar con mi ropa interior, enganchado un dedo y tirando de ella antes de soltar y volver a rozar sus anillos con delicadeza. Yo me pegué más a él mientras intentaba entremeter una mano entre nuestros cuerpos para quitarle el cinturón, pero lo cierto es que era una tarea bastante complicada, por lo que él aprovechó mi falta de atención para empezar a quitarme el vestido hasta separarme de él. El hecho de que no tuviera puesto sujetador le sorprendió y no dudó en sonreír ampliamente, como si le acabaran de hacer un regalo, y yo aproveche para quitarle el cinturón, de un tirón, antes de reír por su cara de sorpresa después de tirarlo al suelo y terminar de quitarme lo que quedaba de mi ropa interior, ante su atenta mirada, e irme corriendo a la ducha.

— Venga Asher, no te quedes embobado mirándome el culo. — reí mientras lo decía y me metía en la ducha buscando cómo encender el agua caliente.

— Perdón, me has dejado fuera de combate con semejantes vistas, eso no es justo Hannae.

— Pues termina de quitarte la ropa y haz justicia Asher. — directa y concisa, abrí el grifo y me dejé empapar por el agua mientras veía como Asher terminaba de quitarse los calzoncillos y yo disfrutaba de las vistas, porque obviamente lo hacía y mucho. Cuando levanto la cara y me vio mirándolo sonrió triunfante y vino directo a la ducha, cerrándola una vez dentro.

La verdad era que la ducha no era muy grande, pero tampoco es que necesitáramos mucho espacio.

Una vez ambos dentro Asher no tardó mucho en arrinconarme contra la pared y comenzar a besarme guiado por la pasión, la mampara tampoco tardó mucho en llenarse de vaho mientras Asher echaba la cabeza hacia atrás al mismo tiempo que yo movía la mano de arriba a abajo por ciertas partes. Me gustaba verle en estos momentos, como de verdad dejaba de preocuparse de tener el control, de mantener las formas, y me dejaba a mí tenerlo y disfrutar de él. Y a mí me gustaba tenerlo, en todos los sentidos. Pero como no le gustaba perderlo mucho rato no le faltó tiempo después de terminar para empezar a agacharse con cara de satisfacción, yo deje de mirarlo para mirar el techo mientras poco a poco empezaba a buscar algo de lo que agarrarme a causa del temblor de mis piernas. Asher me las sujeto y yo pegué la mano a la mampara mientras descargas de placer iban invadiendo mi cuerpo y poco a poco fueron saliendo, mientras el agua caliente y el sudor se iban mezclando.

Con la respiración entrecortada logré volver a abrir los ojos para encontrarme a Asher con el pelo pegado a la frente mientras las gotas de agua le caían por la cara, yo tragué fuerte y empecé a pasar el dedo por el uroboro de su pecho, aquella famosa serpiente que se muerde la cola en un ciclo infinito, que en el centro llevaba escrito "destruction is a form of creation" en su idioma natal, con un estilo como si de una escritura antigua se tratase.

Después de terminar de repasarlo, levanté la vista hacia él, Asher no tardó en acercarse y darme un suave beso antes de abrazarme. Con el ambiente cargado de la felicidad que te embriagaba después del sexo ambos nos mantuvimos un tiempo, algo largo, relajados debajo de la ducha sin separar nuestros cuerpos.

— ¿Deberíamos lavarnos, no? — me susurró al oído, no pude evitar reírme antes de separarme y asentir, en busca algo de jabón.

[...]

Gracias al tiempo que habíamos aprovechado para otras cosas no habíamos podido disfrutar de las horas en las que menos calor hacía, por lo que ahora andar al sol se había convertido en nuestro plan del día. Por lo que tener la garganta seca y ganas de beber algo continuamente se había convertido en una necesidad superior a cualquier otra.

Después de parar a beber algo en una fuente, en la que cerca estaban jugando unos niños pequeños, Asher y yo habíamos comenzado a caminar de la mano sin rumbo alguno. No teníamos nada que hacer, ninguna responsabilidad, por lo que andar durante todo el día sin pensar a donde ir era un buen plan. Además, personalmente, siempre quise llegar a un lugar nuevo y caminar sin pensar en donde terminaría, solo queriendo disfrutar el camino y descubriendo que era lo que podía encontrar.

Los almendros continuaban en flor, aguantando más de lo que era normal dada la época del año, decoraban las calles, haciendo que estas fueran mucho más bonitas y permitieran continuar idealizando aquella imagen de Japón. Pero no me quejaba, adoraba poder pasear y alzar la cabeza y que todo fuera de un rosa claro. Además algunos locales tenían los letreros de colores rosados lo que hacía que combinara.

Aunque no estuvieran encendidos los farolillos estaban por todos lados, moviéndose a los lados cuando alguna moto pasaba a gran velocidad por las pequeñas calles. En las que podrías perderte si decidías ir por alguna callejuela que se abriera por algún lado de la calle, entre los comercios, por lo que Asher y yo decidimos ir de frente, al igual que la mayoría de la gente, para no acabar perdidos antes de tiempo.

Hacía rato que nos alejamos del centro, donde todo eran tiendas, más grandes que los locales que estábamos viendo por aquí, y gente agobiada yendo a trabajar, por lo que cambiar de dirección para dar vueltas por las calles más tradicionales que solo la gente que vivía todo el año allí visitaba, había sido nuestra primera y más sensata opción.

— Es bonito. — comentó Asher apretándome la mano mientras andábamos y dándole de la nada un beso en esta.

— Y diferente. — conteste yo respirando profundamente mientras notaba con extrañeza cómo me invadía una agradable sensación de calma.

— Sobre todo es tranquilo, la gente no se ve preocupada más de lo normal o con miedo. Hacen su vida normal sin mayor problema, es agradable y raro de ver.

—Me gusta, no encuentro las palabras para describir la extraña sensación que tengo. — comentó Asher antes de mirarme y subir los hombres indicando que no lo sabía, pero yo si, no era nada más raro que sentir paz y seguridad por primera vez en tu vida. Y eso hasta ahora Asher no lo había conseguido sentir. —— Solo espero no morirme de alergia esta noche. — contestó de repente haciéndome reír por lo inesperado de tal declaración.

— ¿Desde cuándo tienes alergia? — le pregunté, mirándolo de repente bastante sorprendida.

— Pues desde nunca. — iba a protestar, pero me interrumpió antes de que consiguiera decir alguna palabra. — Hannae me pica mucho la nariz, eso si no es alergia, ¿qué se supone que es?

— Pues no lo sé, como verás no soy médico, solo tengo el instituto.

— ¿Qué va a ser de nosotros? Unos pobres inútiles que solo se han sacado el instituto. — bromeó de manera dramática.

— Habla por ti, que yo no soy ninguna inútil.

— Muy bonito, muy bonito. — me soltó la mano y se cruzó los brazos encima del pecho en señal de dramatismo, apartando la mirada cuando lo mire.

— ¡Oye! — protesté al notar como se paraba en medio de la calle, recuperando su atención me miró con los ojos entrecerrados como si quisiera aniquilarme, pero sabía de sobra que solo era él demostrando su facilidad natural para el drama.

— Me siento desplazado, ya no me quieres. — dijo él poniéndose el revés de la mano en la frente antes de girar la cabeza hacia el otro lado con gran teatralidad. — Si me vas a tratar así, sin amor, dímelo y no hay problema. Es que si no me quieres... Solo dímelo, que me ire a un lugar a donde se me aprecie más.

— Pero Asher, no digas tonterías. Ven aquí. — tire de él para que me mirara y le baje la mano para que no la usara de ninguna forma extraña para seguir montándose un teatro en medio de la calle y acabar llamando más aún la atención de la gente.

— ¿Me sigues queriendo o piensas que soy un inútil al que nadie querrá nunca? — preguntó fingiendo dolor. ¡Es que incluso estaba fingiendo que le costaba hablar y que iba a llorar!

— Yo no he dicho eso. — proteste poniendo gesto de pena para sacarlo de su personaje, el cual merecía un oscar, aunque en verdad me hiciera gracia, pero no debía saberlo.

— Eso da igual, no me estropees mi impecable interpretación. — cogió aire como si se estuviera volviendo a meter en el papel y volvió a hablar. — ¿Me quieres o ya me has olvidado?

— Te amo. — no le di tiempo a contestar porque lo cogí de la camiseta y me puse de puntillas para plantarle un beso en los labios para que se le fueran todas las dudas, aunque todas hubieran sido fingidas. Con las manos en sus hombres y las suyas en mi espalda Asher intensifico el beso dejando que su lengua hiciera contacto con la mía antes de que yo soltara un pequeño suspiro al notar una leve mordida antes de que me soltara para que ambos pudiéramos recuperar el aire perdido. — Aunque seas un dramático y me saques algunas veces de quicio. Acabarás volviéndome loca.

— Creo que ya estoy feliz, continuemos. Ah y te volveré loca de amor, como lo estoy yo por ti. — lo miré flipando, mientras él ya había empezado a andar, por la poca vergüenza que tenía. — Ey, no te quedes atrás.

Lo alcancé pegando una pequeña carrera, porque como él tenía las piernas largas avanzaba cuando quería mucho más rápido que yo, y pronto dejamos atrás aquellas estrechas y poco transitadas calles para seguir algunos de los carteles que daban a una calle más empinada que prometía llegar a una especie de colina. Nos miramos y comenzamos a subir a ver que era aquello que encontrábamos.

Acabamos por llegar al final de la subida, donde se encontraba un enorme y precioso templo blanco, con los techos en negro, rodeado en su totalidad por almendros en flor. Antes había que pasar un puente rojo, donde caminaban personas en ambas direcciones.

Cuando terminamos de pasar el puente Asher y yo nos paramos. El puente tenía debajo un pequeño riachuelo con bastante vegetación que me hizo suponer que el templo, a diferencia del nuestro, tenía un lago natural. Ambos nos miramos, yo con una sonrisa en la boca y los ojos con chispas de emoción, y yo hice el amago de volver a andar cuando Asher me sonrió y decidió que era buena idea cogerme a caballito y comenzar a andar conmigo encima.

— Así disfrutas más de las vistas y no te cansas. — yo le di un beso en la mejilla, aproveche y fui viendo cada detalle de la espectacular fachada desde abajo mientras Asher subía los escalones que conducían a la entrada conmigo encima, querían protestar porque debía de estar cansado, pero sabía que nunca me lo reconocería por lo que decidí ahorrar esfuerzos.

[...]

El cielo estaba totalmente negro, pero con las luces fluorescentes de los carteles parecía que este fuera de un morado intenso. Las temperaturas habían descendido y la cantidad de gente en vez de reducir parecía haberse multiplicado. En el tiempo en el que estuvimos dentro del templo, observando todos los detalles de los diferentes budas que había, además de todas las paredes y techos llenos de diversos motivos decorativos (que me habían encantado y asombrado a partes iguales), la gente parecía que hubiera salido de sus casas en avalancha.

En nuestra ciudad las mediodías solían ser tranquilas, era en las primeras horas de la tarde cuando las calles volvían a llenarse, pero aquí una vez que salían la cantidad de gente no volvía a disminuir, solo aumentaba. En otro momento me hubiera agobiado muchísimo pasear y que no hubiera casi sitio para poder moverse con tranquilidad, pero ahora me daba todo eso igual, se había quedado como un problema secundario. Incluso la cantidad de ruido había dejado de incomodarme, simplemente lo ignoraba y hacía caso a las tonterías que Asher me contaba, desde sus ideas locas hasta sus pensamientos filosóficos que según él "daban respuesta a todo".

Ahora estábamos en un pequeño restaurante, que contaba con una barra para comer que daba directamente a la calle, y en el que te hacían street food en menos de cinco minutos y muy barato. Por lo que el ramen que nos estábamos comiendo sabía a gloria por lo barato que era, posiblemente el precio lo hacía más sabroso para mi mente.

— Te lo digo en serio Hannae, piénsalo. Si todo el mundo se preguntará el porqué de todo absolutamente todo sería más interesante y justo. Incluso si se preguntaran todo lo que las religiones les dicen y reflexionaran sobre ello seríamos capaces de crear una única con el pensamiento popular y evitaríamos millones de conflictos.

— Asher que tú seas un ateo escéptico y bastante filosófico no significa que todo el mundo lo sea.

— Cariño lo sé, pero es que hay cosas que son de coña, ¿o no?

— ¿Cosas como cuáles?

— Que un señor por arte de magia multiplicará los peces, en mi visión lógica del mundo simplemente los partió en trozos más pequeños y así todo el mundo comía. ¿Y que resucite? Lo siento, pero ese señor no estaba muerto, solo tuvo un fallo cardiaco si de alguna manera es cierto lo que dicen.

— Me preocupas. — le dije antes de seguir comiendo. — Estoy llegando a pensar que crees que si se te rezara a ti todo iría mejor.

— Imagínatelo, "San Asher de todos los corazones" tu santo y escéptico de confianza, porque el escepticismo es el comienzo de la fe. Aunque siempre he creído que el método más razonable sería el método griego, un dios para cada cosa, todo mucho más cómodo. ¿No crees? — él me sonrió convencido, intentando convencerme a mí, le puse la mano en la frente por si tenía fiebre porque este tipo de locura no era común ni en él.

—Te lo digo en serio, me das miedo y me preocupas a partes iguales.

— Gracias, por lo menos tus creencias están algo más respaldadas por la ciencia.

— ¿Gracias? — pregunté dudosa porque no sabía qué contestar a eso.

— De nada, no puedo no reconocer que lo tuyo no parece la primera novela de fantasía o una versión algo distorsionada de juego de tronos.

— Madre mía Asher, ¿qué narices lleva tu ramen? ¿Droga? ¿Setas alucinógenas? Estás peor de lo normal. — comenté divertida mientras el ruido de una moto hacia que no pudiera escuchar la respuesta de Asher.

— Son los efectos secundarios de la libertad.

— Claro. — alargue las "o" mientras asentía con la cabeza dándole la razón falsamente para que no se le fuera más la cabeza. — Comete los mochis porque está claro que esto no te ha sentado bien, a lo mejor está demasiado picante para tu cerebro.

— Aguafiestas.

— Querrás decir que soy la única cuerda de los dos.

— Deja de atacarme como si fueras una especie de evangelista cabreada.

— ¿Qué me has llamado?

— Nada, deberías escuchar más rap y no tanta Lana del Rey y Taylor Swift.

— ¡Oye! No te metas con ellas.

— No me meto con ellas, solo te recomiendo que cambies más a menudo de estilo.

— Cambia tú.

— No me hace falta.

— Egocéntrico.

— Tengo un gran gusto musical, no es ser egocéntrico, es ser realista. — bufé antes de beber un poco de agua y comerme los dos mochis que me había dejado. Uno rosa claro y otro verde menta, eran tan bonitos que me daba hasta pena comérmelos.

Al rato de terminar de comer Asher me dijo que me tenía una sorpresa y que lo único que tenía que hacer era no preguntarle si nos estábamos perdiendo, por lo que por primera vez confié a ciegas en el sentido de la orientación de Asher.

Bueno, en verdad estaba prestando atención, memorizando por cuáles eran las calles por las que pasábamos por si teníamos que dar la vuelta. <<Confío en él, solo es por si acaso pasa algo>>.

A diferencia de esta mañana habíamos dejado las "tranquilas" calles de los alrededores para ir por todo el centro de la ciudad, el cual era impresionante. Nuestra ciudad, aunque fuera raro dada la época, había mantenido un toque tradicional respecto a su construcción y no se parecía nada a las grandes ciudades, pero esta estaba claro que era una de ellas. Aquí, por el contrario, había grandes edificios de oficinas que ahora estaban iluminados y muchos de ellos contaban con anuncios en sus fachadas, aunque no fuera Tokio era lo más moderno que había visto.

Como ya he dicho todo estaba iluminado y definitivamente lleno de vida, se oían risas y gente, algo borracha ya, cantando por la calle sin que les importara nada. Además muchísimos coches pasaban por ambos lados de las calles. Como era fin de semana supuse que habría fiestas en la mayoría de locales y que una gran cantidad de gente de sitios cercanos vendría aquí a disfrutar del ambiente.

Me pegue a Asher y abracé su brazo con una sonrisa mientras andábamos entre la gente, pasando desapercibidos y disfrutando de un ambiente bastante nuevo para nosotros.

Asher me miró y me dedicó una sonrisa a la vez que parábamos si no queríamos que un taxista nos atropellara. Después de salvar nuestra vida Asher giró una calle y vi una cola no muy larga para entrar a una sala ¿de conciertos? ¿O era una simple discoteca? No lo sabía, pero seguí a Asher y me puse a la cola con él sin preguntarle, él tampoco me aclaró nada así que supuse que prefería que fuera una sorpresa.

Una vez dentro no me espere que hubiera tanta gente en un sitio tan pequeño a primera vista, la luz era tenue aunque iba cambiando de color acompañando a una música que en un principio pensé que estaba terriblemente alta, pero supuse que me acostumbraría al volumen. La gente estaba bailando, o más bien dando saltos, al ritmo de una canción que no reconocí, pero que se filtraba por todos los altavoces de la sala. A lo lejos había un escenario, pero no había nadie allí, aunque los instrumentos listos para ser usados si estaban perfectamente colocados. Mientras tanto a mi derecha había una barra algo grande en la que la gente se amontonaba para pedir más bebida a los tres camareros que estaban detrás de ella y no daban abasto.

Asher y yo nos fuimos mezclando entre la gente, yo veía atónita algunos de los conjuntos o peinados que llevaban tanto chicas como chicos y no pude evitar pensar en lo agusto que Yun se sentiría aquí. Noté que alguien me empujaba, pero ni siquiera le di importancia, hasta que fui yo quien se chocó con la espalda de Asher, quien se paró de repente.

— ¿Estás bien? Perdón. — se disculpó nada más verme, iba a contestarle, pero de repente alguien habló e hizo que toda la sala se callara.

— Bueno ha llegado el momento que tanto estabais esperando, os presento a C.R.V. — había un chico joven en el centro del escenario, con un micrófono que estaba colocando en su sitio, y que mientras la gente se volvía loca por la presentación él se alejaba del escenario con una sonrisa dejando subir a tres chicos. Yo mire a Asher en busca de respuestas, pero solo encontré un "espero que te guste" por su parte.

Cada uno de los chicos fue a colocarse en su lugar, uno al lado del micrófono sonriendo al público, otro a la batería empezando a jugar con las baquetas y otro se colocó una guitarra antes de echarse su pelo rubio, algo rizado, hacia atrás.

La gente no había dejado de silbarlos y aplaudirlos por lo que la única forma que tuvieron de conseguir que se los pudiera escuchar fue que el vocalista, con una voz algo profunda y de un acento marcado, empezara a hablar.

— Somos C.R.V y esto es Champagne Supernova, no nos abucheis mucho cuando comencemos con nuestras propias canciones. — todo el mundo en la sala rió antes de que se subiera las mangas de su fino jersey y el guitarrista comenzara a tocar.

Asher me miró y a la vez que todo el mundo comenzaba a cantar de manera sincronizada Asher pasaba una mano por mi espalda y bajaba la cabeza para cantarme al oído y hablarme entre medias.

— Vi el cartel esta mañana, no podía no traerte a este lugar, nuestro primer concierto, con un grupo cantando versiones de nuestro grupo. Espero que este sea un buen primer concierto, espero que esto sea lo primero de muchas cosas. — me giré y le cogí la cara para besarlo sin dejarle respirar ni prepararse, <<lo amo tanto>>, solo fue un leve contacto por la felicidad que me acababa de producir su declaración y la guitarra sonando de verdad de nuevo.

La gente a nuestro alrededor cantaba y saltaba por lo que Asher y yo no tardamos en comenzar a hacer lo mismo, ambos algo inexpertos porque era nuestro primer concierto, pero no tardamos mucho en dejar de pensar y centrarnos en disfrutar. Mire a Asher, sin que se diera cuenta, deje de saltar y todo, y lo vi tan feliz que tuve ganas de llorar de felicidad. Era nuestro primer concierto, era nuestra primera fiesta, todo esto estaba repleto de primeras veces que estábamos compartiendo y que hubo momentos que creímos que nunca viviríamos, que solo serían más sueños. Pero estaba claro que conseguimos hacer realidad nuestros sueños y que éramos apasionados de compartir primeras veces.

Ambos parecíamos diferentes, y era raro, pero estábamos siendo completamente felices por primera vez en nuestras vidas, y no pude estar más orgullosa de nosotros por haberlo conseguido. Era la primera vez que veía así a la persona de la que hacía años me había enamorado. Algo nuevo había en él, era la primera vez que Asher parecía que tenía ganas de comerse el mundo. Y yo estaba con él, dispuesta a seguirle hasta donde quisiera llegar. El hecho de que estuviéramos pudiendo disfrutar de esto significaba que ya habíamos ganado.

Sonreí con emoción, seguramente tuviera los ojos brillantes de felicidad o llenos de lágrimas, Asher se dio cuenta y antes de que yo volviera a mirar al cantante me estaba cogiendo por la cintura y subiéndome mientras cantaba como loco.

A dreamer dreams she never dies

Wipe that tear away now from your eye

Canté junto al resto a todo pulmón con miedo de vomitar por la vuelta que me había dado Asher, o más bien que me estaba dando. Subí los brazos como si fuera libre, porque así me sentía. Libre y plena. Mi pelo se soltó de la trenza que me había hecho y ahora mis mechones ondulados se me pegaban a la frente y caían sobre los hombros de Asher.

How many special people change?

How many lives are living strange?

Where were you while we were getting high?

Pase los brazos por sus hombros mirándole a los ojos y cantando, pasando mis piernas por su cintura para agarrarme, y dejando su mirada azulada para centrarme en el resto de sus facciones. Desee que ninguno cambiara, que aunque la canción diera esperanza esperaba que nosotros no tuviéramos que cambiar para reencontrarnos, sino que recorriéramos todo el camino juntos. ¿No era mucho pedir, no?

Cos people believe that they're

Gonna get away for the summer

But you and I, we live and die

The world's still spinning round

We don't know why?

Cantamos eso último con la mirada clavada en los ojos del otro, y sentí que volvíamos a estar los dos solos en su habitación bailando con el tocadiscos de su padre como sonido de fondo. Todo el mundo a mi alrededor se paró y en parte se silenció y yo solo podía mirar a Asher y él a mí antes de que comenzara a bajarme y empezara a besarme. Cuando puse los pies en el suelo, aunque en verdad sentía que flotaba, Asher me pego a él y yo enrede mis manos en su pelo dejando que el beso quedará bajo su control pasando de rápido a lento en cuestión de segundos al ritmo de la guitarra, con los ojos cerrados me perdí en los labios de Asher y toda la adrenalina que estaba sintiendo en aquel momento tomaba el control de mi cuerpo. Pidiendo más. Más conciertos, más días perdiéndonos juntos, más besos, más te quieros y te amos. Más tiempo juntos. Todo el tiempo del mundo, todas las vidas que hicieran falta.

We were getting high...

Cuando terminó la canción repitiendo dicha afirmación sólo pude sentir que a lo mejor en ese momento solo estaba sintiendo los efectos de mi droga favorita. Lo que no sabía era que aquello que ahora solo podía relacionar con Asher en un tiempo cambiaría, que aquello que había deseado minutos antes que no fuera diferente estaba más cerca de suceder de lo que nunca podría imaginar. Y que al final, quizás si acabaría identificándome con esa canción, pero de una manera totalmente distinta. Porque al final todos tenemos la misma duda, la misma incógnita: ¿Cuántas personas especiales cambian? Y sobre todo, ¿ese cambio cuando sucede? ¿Nos damos cuenta de que cambiamos o cuando lo hacemos ya es demasiado tarde? A lo mejor lo hacemos cuando ya no hay vuelta atrás, cuando las cosas no pueden cambiar si las personas lo han hecho ya.

***

Capítulo largo, pero es que no sabía como dividirlo y preferí dejarlo así. Disfrutemos de Oasis y de la banda que encontraron que les cantara este temazo. 

Nos vemos en el próximo capítulo, os quiere oldspirit9.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro