Sorpresas en el cementerio
- Enfermera!! Venga por favor!!
Las enfermeras y el médico entraron corriendo haciendo que Nicolás saliera. Al notar el movimiento continuo de las enfermeras, Aria y los demás fueron hacia allí, al ver a todos en la habitación de su abuela, Aria quiso entrar pero no la dejaron; se quedó mirándolo todo por el cristal.
- Que está pasando! Abuela!! - gritaba Aria.
Nicolás la abrazó por detrás, a través del cristal veían al médico intentando reanimarla.
- Por favor,por favor, abuela no me dejes! - susurraba Aria con las manos puestas en el cristal llorando.
El médico intentó reanimarla otra vez pero no respondía. Cuando dijeron la hora de la muerte, Aria se dejó caer con Nicolás desconsolada.
- Abuela, abuela! - dijo Aria escapándose de los brazos de Nicolás entrando en la habitación. Se colocó al lado de su cama. - vamos abuela despierta! - dijo moviéndola el brazo.- no puedes hacer esto, no puedes morirte, tú no! por favor - dijo llorando - no me dejes!
Eleonor quería llevársela pero Nicolás la convenció de estar unos días en su casa para que no pasara por esto sola, con amigos estaría mejor. Nicolás llamó a sus padres para que fueran al hospital, después cuando llegaron encontraron a los chicos intentando consolar a Aria que lloraba. Eduardo y Grace hablaron con Eleonor y quedaron en que Aria se iría con ellos unos días; fueron hacia ellos y Grace abrazó fuerte a Aria.
- Lo siento mucho Aria! - dijo Grace.
- Aria vas a ir unos días a su casa, de acuerdo? - dijo Eleonor.
Aria seguía sin decir nada, Eleonor les dió su número de teléfono y los acompañó fuera del hospital. Nicolás se llevó a Aria para ir a su casa a coger todas sus cosas y les acompañaron Aitor y Jane, pues ella tenía que estar en la suya. Cuando llegaron, Nicolás cogió el bolso y sacó las llaves abriendo la puerta; Aria fue a su habitación y sacó la maleta del armario. La dejó en la cama abriéndola, se dirigió a los cajones empezando a sacar toda la ropa para ponerla en la maleta y todo eso moviéndose como un zombie.
- Ya lo hago yo Aria! - dijo Nicolás sintiéndose inútil por no poder quitarle ese dolor.
Aria asintió y se fue a la habitación de su abuela. Miraba todo, la cama, el armario, la mesilla de noche; se fijó en un marco que había en la mesilla. Se acercó y lo cogió; fue a sentarse en la cama mirando la foto.
- Ya e terminado mi amor! - dijo Nicolás tendiéndola la mano.
Aria miró la mano que le ofrecía y después a sus ojos, le agarró la mano haciendo que se levantara. La llevó al coche y la ayudó a meterse dentro, después dejó la maleta en el maletero; subió al coche y los tres se dirigieron hacia la casa de Nicolás. Llegaron y Aitor se fue a su casa mientras Nicolás con Aria entraron en la suya; Eduardo y Grace salieron de la cocina con Sara.
- Ven Aria - dijo Grace con cariño - querrás ducharte - cogió la maleta dirigiendo a Aria hacia la habitación de huéspedes. Abrió la maleta, sacó un pijama y ropa interior. - toma Aria.
Ella lo cogió dirigiéndose al baño; mientras se duchaba llorando, Grace fue a la cocina donde estaban Eduardo y Nicolás.
- Papá, mamá tengo algo que contaros, algo que Verónica me dijo antes de que muriera.
- Sí? dinos hijo que fue - dijo Grace.
Nicolás les contó todo, exactamente todo lo que Verónica le dijo sobre la vida de Aria; cuando terminó sus padres no podían dar crédito a lo que oían. Aria tenía madre y hermana pero renegaban de ella? Presentó a otra chica como su hija solo para hacerla daño? Por Dios, que tenían en !as venas, maldad pura? Como una madre puede rechazar a su hija? De repente vieron a Aria ir al sofá a sentarse y a Sara ir hacia ella para sentarse encima y darla un abrazo.
Pasaron tres días y Aria fue al entierro acompañada de Nicolás, Jane, la madre de Jane, Aitor, Darius y los padres de Nicolás. La dieron sepultura, se quedaron un rato más y cuando se estaban yendo, Aria se paró mirando hacia unas lápidas.
- Que pasa amor? - dijo Nicolás parándose a su lado.
- Emm.... nada, me pareció ver a alguien - dijo ella mientras miraba entrecerrando los ojos.
Nicolás observó también por sí había alguien ya que estaban en alerta por los rogues. La instó a seguir caminando, quedándose los últimos mientras que los demás iban más adelante. Antes de salir del cementerio había una caseta donde estaba el hombre que se encargaba de cuidarlo.
- Voy un momento al baño. - dijo ella yéndose.
Nicolás asintió esperando fuera. Aria abrió la puerta del baño y se sorprendió.
- Meredith! - dijo ella mientras Meredith la miraba sorprendida también - se puede saber que haces aquí?
- También era mi abuela - dijo Meredith altiva.
- Ahora te acuerdas de que era tu abuela? - dijo Aria enfadándose - nunca has ido a verla, nunca!
- Si tú no hubieras estado, habría ido - dijo cruzándose de brazos.
- Pero que tienes en la cabeza, estupidez? Dejad de culparme! Por cierto, dí a Clarissa que no se esconda para que nadie la vea.
- Ella no se esconde - dijo Meredith.
- La e visto con mis propios ojos - dijo Aria furiosa - y ahora soy yo la que digo que por su culpa, MI abuela ya no está conmigo! - decía entredientes llorosa.
Meredith la abofeteó y Aria jadeó sorprendida.
- No vuelvas a decir eso, la culpable eres tú por haberla contado lo que dijo mi madre.
- Yo no la dije nada! - dijo Aria dándola un empujón - tu madre ya se encargó de que se enterara todo el mundo de vuestra maldita mentira. Vuestra maldad acabó con ella, ojalá no tuviera nada que ver con vosotras, me siento orgullosa de parecerme a mi padre y a mi abuela y no a tí o a Clarissa.
- Da igual lo que digas, estás sola ya no tienes a nadie - dijo Meredith sonriendo.
- Quita esa sonrisa de la cara - dijo Aria - yo no estoy sola - y se acercó a ella - tengo a Nicolás, a sus padres, a Jane y a su madre, también a mis amigos; que puedo asegurarte que son de los que de verdad se preocupan de que esté bien, que te cuidan y protegen. De los que nunca te dejarían en la estacada, ellos ahora son mi familia, y pase lo que pase siempre van a cuidar de mí.
- Te crees tan importante? - dijo Meredith.
- Ni mucho menos, tú tendrás mucha gente a tu alrededor pero a ninguno le importas de verdad, solo van contigo por ser hija de la Senadora y podrían abrirles puertas siendo" tu amiga " - dijo Aria cansada - yo tengo gente verdadera a mi alrededor Meredith, te has parado a pensar que si de verdad necesitas a alguien para contarle algo, van a estar ahí?
- No necesito a nadie!
- Todos necesitamos a un amigo en el que apoyarse en algún momento Meredith! Si no fueras tan cruel descubrirías que hay gente que merece la pena tener a tu lado. Que estén por tí y no por ser su hija. Ojalá cambies Meredith porque sino, nunca le vas a importar a nadie de verdad y eso es muy triste - dijo Aria y cuando llegó a la puerta se giró diciendo - ojalá volvieras a ser esa niña que recuerdo que me dijo que era mi hermana mayor y siempre me protegería, sigo echándola mucho de menos. - abrió la puerta y se fue dejando a Meredith totalmente pasmada.
Cuando Aria cerraba la puerta chocó con alguien y al levantar la vista vio que era Nicolás mirándola con orgullo.
- Nicolás!! - dijo Aria con susto - creía que estabas fuera.
- Tardabas mucho!
- Estás desde hace mucho? - dijo nerviosa.
De repente vieron salir a Meredith del baño, se paró durante unos segundos mirándolos y se fue corriendo.
- Quizá algún día te sorprenda y vuelva a ser esa niña que cuidaba de tí - dijo Nicolás cogiendo su mano para andar.
Dió unos pasos y se dio cuenta de lo que dijo Nicolás.
- Espera, qué? Has oído todo? - dijo Aria sorprendida.
- Escucha Aria - dijo Nicolás - te lo debí decir antes pero no sabía cómo.
- Decir qué?
- Que Verónica me contó todo antes de que muriera - dijo Nicolás.
Aria cerró los ojos, ya no podría mirarlo a la cara. A saber lo que pensaría de ella; él tenía unos padres maravillosos, una hermana encantadora y las únicas personas maravillosas para ella ya no estaban.
- Que es todo? Que te contó?
- Primero abre los ojos mi amor! - dijo Nicolás y cuando ella lo hizo - vamos a ese parque a sentarnos.
Nicolás la llevó allí sin soltarla de la mano, fueron a un banco y él la sentó en su regazo.
- Verónica me contó lo que pasó con tu padre y que Clarissa y Meredith son tu madre y hermana. También todo lo que hicieron desde ese momento, ellas no quieren que se sepa vuestro parentesco y aún así le acabas de decir eso a Meredith. Tienes razón en decir que somos tú familia y nunca te vamos a dejar sola.
Aria no podía dejar de mirarlo mientras la hablaba, empezaron a caersele las lágrimas.
- No llores pequeña! - dijo él limpiándoselas.- y yo que creía que te haría feliz diciéndote eso.- decía negando con la cabeza apenado.
Aria cogió su cara y lo besó riendo.
- Y ahora te ríes?
Aria asintió riéndose otra vez y empezó a darle besos por toda cara.
- Tú sigue, puedes....
- Te quiero!
Nicolás se quedó con la boca abierta.- repítelo otra vez.- dijo reaccionando.
Aria lo vio expectante y sonrió haciéndole una caricia con la nariz.- he dicho que te quiero!
En la cara de Nicolás fue apareciendo una sonrisa que se transformó en una de oreja a oreja.
- Yo sí que te quiero - dijo él besándola ahora por toda la cara.
Cuando paró, se quedaron mirando.
- Aunque me siento un poco mal porque me estoy riendo siendo el día del entierro de mi abuela.
- Eh! Eh! no hagas eso. No te sientas mal, Verónica estaba orgullosa de tí y lo único que quería era que fueras feliz; así que no te sientas culpable de serlo - dijo Nicolás serio - de acuerdo?
- De acuerdo pequeño - dijo Aria sonriendo.
Nicolás empezó hacerle cosquillas y ella se revolvía tanto que casi se cae, Nicolás con sus reflejos lobunos la cogió.
- No te caigas - dijo Nicolás riendo.
- Pues no me hagas cosquillas - dijo ella haciéndole cosquillas también.
- Para, para! - dijo él cogiéndola de las manos.
Aria acercó su cara a la suya para besarle y cuando notó que aflojaba las manos volvió a las cosquillas.
- Eso no vale tramposa! - dijo él parándola - ahora me debes un beso.- se lo dio y Nicolás contento dijo - que tal si nos vamos a casa?
Aria asintió y se marcharon.
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