En peligro
Al día siguiente Nicolás, Aitor y Darius fueron a España en un jet privado para buscar esas monedas y averiguar cuál era la segunda prueba. Cuando llegaron fueron a la playa palo, alquilaron un barco velero y bombonas de oxígeno con traje de buceo, estuvieron navegando hasta que encontraron la claraboya verde y se pusieron los trajes colocándose las bombonas.
- Tenemos que encontrarlas, nos esperan con buenas noticias - dijo Nicolás.
- Sin presión, eh? - dijo Aitor haciendo una mueca.
Se tiraron al mar y bucearon cerca de la claraboya mientras que Darius se quedaba en el barco. Llegaron al fondo pero solo encontraban conchas, corales pero no veían monedas por más que revolvían la arena. Aitor vio una caja pequeña casi enterrada y decidió cogerla para enseñársela a Nicolás. Era pequeña, cuadrada y fácil de abrir; cuando iba hacerlo Nicolás se lo impidió e hizo señas para que subieran a flote. Lo hicieron y se metieron en el barco; Aitor abrió la caja y ahí estaban las monedas. Los chicos se miraron sonriendo, cuando las cogieron se les cayó un pequeño papel.
- Que os apostaís que ahí está la segunda prueba? - dijo Darius.
Nicolás lo cogió y leyó.
- Para dar esas monedas al Museo hay que descifrar el mensaje secreto. El único que puede hacerlo es un experto que vive en Segovia en una casa- museo de Machado.
Nicolás miró a los chicos enseñándole el papel.
- Esto en que idioma está? - dijo Darius frunciendo el ceño.
- Ni idea, es extraño - dijo Aitor.
- Lo bueno es que está aquí en España, así que no tardarermos en llegar - dijo Nicolás guardando la caja con las monedas.
Volvieron por donde habían venido y dejaron todos los trajes en la tienda. Ya era hora de comer así que se fueron a un restaurante poniéndose las botas ya que estaba todo muy bueno.
Mientras en el hogar Aria había quedado con Jane para ir de compras ya que la directora había planeado ir con todos a la piscina al día siguiente. Jane también iría con ellos, cuando llegó, Aria salía y Daniel la paró.
- Esperad, yo también tengo que comprar así que me apunto!
Aria y Jane se miraron, en ese momento le sonó un mensaje.
~~~~~ mensaje de Meredith ~~~~~~~~
- Voy a contarle a Aria el tipo de persona que eres, no voy a dejar que la hagas daño!
~~~~~fin de mensaje ~~~~
- Lo siento chicas, me a surgido algo pero iros, iros vosotras y pasarlo bien - y se fue adentro.
Las chicas suspiraron aliviadas ya que querían estar solas.
Daniel miraba por la ventana maldiciendo por esa oportunidad perdida, bueno no importaba ya lo haría mañana pero ahora se encargaría de Meredith. Al rato la vio aparecer y llamar a la puerta.
- Buenas Meredith - dijo Daniel viendo su cara de sorpresa.
- Que haces tú aquí? Y Aria?
- Vivo aquí y Aria está en casa de Jane, espera te acompaño y hablamos con ella juntos. - dijo ideando un plan.
- Tú? - dijo extrañada.
- Sí, no soy tan malo solo quiero ser su amigo, vamos te llevo en el coche.
Se montaron y emprendieron el viaje, Meredith vio que por ahí no se iba a la casa de Jane.
- Que estás haciendo? Por aquí no es - dijo ella poniéndose nerviosa.
Daniel solo conducía.
- Para el coche Daniel! - dijo viendo como cerraba el seguro de la puerta - e dicho que pares! - cogió el móvil pero él se lo quitó lanzándolo por la ventanilla.
- No me vas a joder Meredith, no vas a decir nada a Aria.
- Porque estás interesado en ella? Que vas hacer?
- Matarla - dijo él mirándola serio.
- Que?? Estás loco! - dijo aterrada.
- Cállate!! No estoy loco!- gritó Daniel.
Él paró y Meredith se fijó en donde estaban, habían parado al lado de la carretera y a la derecha veía el bosque.
- Sal! - dijo él.
Meredith negó con la cabeza.
- E dicho que salgas!!! - volvió a gritar sacando una navaja - entra en el bosque y echa a correr! - dijo sonriendo malvadamente.
Meredith muerta de miedo abrió la puerta del coche y corrió al bosque. Daniel salió despacio, iba a darla ventaja, que creyera que escaparía de él; tenía ganas de jugar con ella. Sabía perfectamente donde estaba pero no quería acabar tan pronto y se adentró en el bosque.
- Meredith! - la llamaba de vez en cuando para que supiera que se estaba acercando. Mientras más olía su miedo más se divertía - Meredith, vamos era una broma, sal!
Pero no contestó, Daniel vio que se estaba haciendo de noche así que debería ir terminando la diversión. La vio jadear del cansancio pero cuando lo vio echó a correr otra vez, Daniel cogió una piedra pequeña del suelo poniéndola en un tirachinas que quitó a uno de los niños y apuntó. Esperó el momento adecuado y lanzó dándola en la pierna haciéndola caer al suelo. Mientras se acercaba vio a Meredith arrastrándose hacia atrás con lágrimas en los ojos.
- No me hagas nada! - dijo agarrándose con dolor la pierna.
- Eres bastante torpe, no? Porque has tropezado? - dijo Daniel agachándose a su lado.
- Déjame en paz, estás loco!
- No estoy loco! No puedo dejarte me has oído decir que voy a matar a Aria.
- Porque? Porque quieres matarla? - dijo mirando atenta a la navaja.
- No te importa! - dijo Daniel haciéndola un corte.
Ella gritó y cogió un palo que había cerca dándole en la cabeza; Daniel cayó para atrás ya que estaba en cuclillas. Meredith aprovechó para levantarse, no sin dolor por la herida y corrió lo que pudo pero no llegó muy lejos ya que Daniel alcanzándola la cogió del pelo estampando su cara contra el árbol dejándola inconsciente en el suelo.
- Ahora vas a saber quién soy yo , maldita zorra! - dijo entredientes agachándose a su lado.
Mañana ya se encargaría de las otras dos.
Los chicos habían pasado toda la tarde esperando al experto hasta que se hizo de noche pero cuando les dijeron que no vendría hasta el día siguiente tuvieron que llamar a sus padres para decirles que se quedarían un día más. Se hizo de noche y Nicolás y Aitor llamaron a sus chicas, por lo visto se lo habían pasado genial yendo de compras ya que al día siguiente se iban a la piscina con todos. Las chicas colgaron dejando a los chicos con la boca abierta pero al instante sonó el móvil de Nicolás, era una videollamada de Aria. Cuando se las vio a las dos riéndose y saludándolos, inmediatamente sonrieron ellos; les contaron lo que se compraron, luego se comieron un helado mientras paseaban por un parque precioso y dieron de comer a los patos. Las preguntaron que sí se lo pasaban mejor sin ellos, las chicas voltearon los ojos y les mandaron besos, los chicos las miraron con amor viendo que no paraban de reír y como Jane les contaba que había tropezado cayendo a una fuente arrastrando a Aria acabando completamente mojadas. Eso les recordó a Darius tirándolos al agua. Al final se despidieron de ellas con unos te amo y colgaron.
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