Emboscada
Unas horas antes....
Cerraron la puerta y Eduardo con Nicolás se dirigieron a las fronteras del territorio, los esperaban el Alpha de la manada vecina con sus hombres. Por lo visto habían estado rondando unos rogues por la zona y fueron tras ellos pero terminaron perdiéndolos. Les pidieron ayuda y Eduardo se llevó a unos cuantos de los suyos para abarcar más terreno.
- Saben como han entrado? - dijo Eduardo.
- No, por más seguridad que ponemos, se llevan a las mujeres. Los estábamos persiguiendo cuando desaparecieron, les perdimos la pista porque no había olor.
- No olisteís a la bruja? Seguro que estaba cerca, se llevaron a alguien? - dijo Eduardo.
- Se llevaron a dos chicas - dijo el Alpha furioso - los seguíamos por el olor de ellas pero algo pasó porque dejamos de olerlas.
- Tuvo que ser la maldita bruja! - dijo Eduardo entredientes.
- Papá! - dijo Nicolás observando a su alrededor.
- Esa bruja acabará con nosotros si no hacemos algo!!- siguió hablando Eduardo.
- Papá!!! - volvió a decir Nicolás.
Oyeron como se rompía una rama, miraron en esa dirección poniéndose en posición de ataque. Era una emboscada, los rogues en su forma de lobo los estaban rodeando.
- Transformaos!!! - dijeron los dos alphas, menos mal que habían venido sus hombres.
Todos lo hicieron y los rogues corrieron hacia ellos. Oliver el lobo de Nicolás empujó a uno contra un árbol aplastándole las costillas cayendo al suelo. Leo el lobo de Eduardo mordió el cuello de otro, el rogue sacaba los colmillos intentando agarrarle pero Leo le mordió más fuerte rompiéndole el cuello. Todos lucharon, acabaron con todos los rogues pero también perdieron algunos de los de la manada de Eduardo y del otro Alpha. Se volvieron a transformar y buscaron a las dos chicas pero sin éxito. Después enterraron a sus hombres y a los rogues los quemaron, demasiadas vidas perdidas por culpa de una bruja con sed de venganza. Fueron a la casa del Alpha y limpiaron sus heridas; Eduardo y Nicolás siguieron al Alpha a su despacho. Los tres se sentaron y les trajeron algo de cenar aunque ninguno tenía hambre.
- Todo a sido una emboscada, nos han arrinconado como a unos gilipollas!!! - dijo Eduardo.
- Y siguen llevándose a nuestras mujeres!!! - dijo el Alpha dando un puñetazo a la mesa.
- Y si combatimos fuego contra fuego? - dijo Nicolás.
- A que te refieres hijo? - dijo Eduardo.
- Ellos tienen una bruja no?
- Eso suponemos - dijo el Alpha.
- Bueno, porque no buscamos a otra bruja? Así podría quitar el hechizo o lo que sea que haga y llevarnos hasta ellas.
De repente llamaron a la puerta y entró uno de los hombres del Alpha.
- Siento interrumpir pero hemos capturado a un rezagado intentando coger a otra chica.
- Que??? - los tres se levantaron de golpe.
Se fueron rápido a la caseta en la que habían encadenado al rogue.
- Iros!! - dijo el Alpha.
Se quedaron el Alpha, Eduardo y Nicolás con el rogue.
- Ahora mismo me vas a decir donde tenéis a las mujeres - dijo el Alpha llegando hasta él pegándole un puñetazo en la cara.
- Seguireís muriendo!! - dijo el rogue riendo desquiciado.
- Os está ayudando un bruja verdad? - dijo Eduardo.
El rogue lo miraba sonriendo con maldad.
- Te han hecho una pregunta!! - dijo el Alpha zarandeandolo - contesta!!!
- Nunca la encontrareís - dijo el rogue escupiendo sangre.
- Porque cogéis a nuestras mujeres?
- Para hacer lo que nos dé la gana y vosotros morís, un dos por uno - decía maliciosamente.
El Alpha le dió dos puñetazos más.
- Eso no pasará nunca más, me oyes? - dijo Eduardo - no volveréis a coger a ninguna de las nuestras!
- Yo no estaría tan seguro - dijo arrogante.
- Que quieres decir? - dijo Nicolás.
- Ya han desaparecido dos y cogeremos más sin que podáis evitarlo - se rió más todavía.
El Alpha lo estampó contra la pared.
- No volveréis a coger a más mujeres y menos de mi territorio.
- Y quien a dicho que será en tu territorio? - dijo mirando a Eduardo y guiñarle el ojo.
- Acercaos al mio y no sobrevivireís! - dijo Eduardo quitándoselo al Alpha.
- Ya nos hemos acercado! - dijo el rogue.
- Sí, matasteís a una niña pero ese rogue lo pagó con su vida - dijo Nicolás - solo fue una vez pero no más.
- Han sido dos veces - dijo el rogue arrogante.
- Solo a sido una - dijo Eduardo entredientes.
- Jódete cabrón, con hoy han sido dos - dijo el rogue con ojos de loco.
- Hoy no a pasado nada - dijo Nicolás.
- Estaís seguros???
- Tranquilos, lo está haciendo para que perdáis los estribos - dijo el Alpha.
- Aquí os hemos distraído pero no era nuestro objetivo real.
- Y entonces cuál era? - dijo Eduardo.
- Cierta casa.... cierta Luna.... - y miró a Eduardo lamiéndose el labio superior.
Eduardo y Nicolás se miraron alertados.
- No hay nadie - dijo Nicolás llamando a la casa asustado.
Eduardo cogió el móvil y marcó el número de Grace.
- Porqué has cogido el teléfono de Grace? - dijo alzando la voz.
El médico le contó que un rogue intentó coger a Grace y ahora estaban las tres en el hospital.
- Matalo!! - dijo Eduardo furioso antes de irse corriendo con Nicolás.
Llegaron al hospital y vieron al médico.
- Donde están? - dijo Eduardo.
- Están descansando, Aria me contó lo que pasó. Sí venís a mi despacho os cuento.
Fueron allí y el médico les dijo lo que hizo Aria para impedir el secuestro de Grace quedándose los dos sorprendidos, aunque antes de huir las hirió a las dos y taponando la herida de Grace le había salvado de morir desangrada sin pensar que ella también se desangraba por la herida del brazo.
- Que?? - dijo Nicolás aterrado.
- Tranquilos, las hemos hecho una transfusión a las dos y se recuperarán.
- Y Sara? - dijo Eduardo alterado.
- Está perfectamente, Aria se aseguró de que no saliera de debajo de la cama hasta que fuera a buscarla. Y desde ese momento no se han separado y menos de la cama de Grace - dijo el médico - han sido muy valientes.
- Haber si lo entendido, Aria impidió el secuestro de Grace y también impidió que se desangrara, eso me estás diciendo? - dijo Eduardo impresionado.
- Sí, se han protegido mutuamente del rogue aunque Aria cree que era un secuestrador - dijo el médico - sinceramente sino hubiera estado Aria para impedirlo la situación sería diferente.
- En que habitación están! - dijo Eduardo.
El médico los guió hasta la habitación y lo que vieron les dió mucha paz a los dos. Grace estaba dormida en la cama y Aria tenía a Sara bien agarrada con un brazo, vieron que el otro lo tenía vendado por la herida y estaban profundamente dormidas.
- Han pasado demasiado, están cansadas y es mejor que se queden aquí está noche. Mañana ya estarán mejor - dijo el médico - os traeré unas camas para que podáis quedaros a su lado.
Nicolás y Eduardo asistieron dando gracias porque sus chicas estuvieran bien y a salvo.
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