Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

35

Tantos chicos en un mismo camino, ¿qué podría salir mal?

Pude ser feliz por más tiempo y haberme sentido como si aquel fuera el mejor día de esa semana, pero la vibración de mi celular rompió con mi momento de ilusión. A regañadientes saqué el celular del bolsillo de mi pantalón y vi que tenía un mensaje de mi madre y una docena más que marcaban el nombre de Noah en letras negritas. Rodeé los ojos y eliminé todas las notificaciones que remarcaban su nombre, incluidas sus llamadas, ya que al parecer llevaba llamándome y mensajeándome toda la mañana.

Me di a la tarea de abrir el único mensaje que me interesaba leer. Creí que su mensaje se debía a que tenía buenas noticias acerca del viaje que haríamos para las fiestas navideñas, pero mi ilusión se convirtió en desilusión al enterarme del motivo de su mensaje.

Mamá: Hola cariño, espero que todo vaya bien en el colegio. Te envío este mensaje porque ha surgido un asunto importante en el trabajo, por el cual tu padre y yo hemos decidido posponer el viaje en navidad, pero puedes estar tranquila, estaremos de vuelta para el año nuevo y podremos pasar un poco de tiempo en familia. Esperamos que nos entiendas y que no te sientas mal por esto, cariño, sabes que si pudiéramos volveríamos antes de lo planeado para disfrutar de estas fechas junto a ti, pero esto no es algo que podamos posponer. Tu padre quiere compensarte por el cambio repentino de planes y me ha dicho que si gustas puedes hacer una fiesta navideña en la casa de la costa en compañía de tus amigos y conocidos, sabemos que no será igual que si nosotros estuviéramos allí, pero al menos lo pasarás bien con tus amigos y te divertirás. Espero te tomes el tiempo de pensar en esto y nos respondas en cuanto tengas una respuesta segura. Besos, cariño. Te quieren con todo su corazón tus padres ♡

La amargura llegó a mí en el momento justo que terminé de leer aquel mensaje de texto. Era oficial que me pasaría las fiestas de fin de año sin compañía alguna y que además vería a mis padres hasta el último día del año, lo que disminuía mi entusiasmo y hacía decaer mis ánimos.

Esto era jodidamente ridículo. Yo era Ashley Smith, siempre conseguía todo lo que quería, pero este año nada parecía estar en su lugar, y no hallaba un modo fácil de acomodar las piezas en su lugar, simplemente era imposible.

No quería pasar la navidad sola, y tampoco quería que llegara el último día de clases porque ya no tenía motivos para alegrarme de salir, ya que mi única ilusión era compartir esos pocos días en compañía de mis padres, viajando a distintas partes de Europa, todos juntos, no cada uno por su cuenta.

Sabía perfectamente que no estaría completamente sola, puesto que Logan pensaba pasar la navidad conmigo y mis padres, pero en perspectiva con el cambio de planes ahora solamente seríamos él y yo, eso me animaba un poco, pero con solo recordar la mala cara que se cargaba estos últimos días no sabía qué debía esperar o pensar al respecto. Mi intuición me decía que el chico se encontraba en ese estado distraído y decaído porque Hayley aún seguía rondando por su cabeza. Me ponía enferma que a él le afectara tanto esa situación y no ayudaba mucho el que Logan fuera consciente de que la castaña lo había dejado para acabar en los brazos de otro, otro que era su peor enemigo, la misma persona que le arrebató a Emma el año anterior. Zach.

Esta mañana Zach no asistió a la clase en el laboratorio, se suponía que haríamos un experimento juntos, en equipo, pero él me había dejado sola por segunda vez en esa semana, y yo sabía cuál era la razón de sus faltas, tenía dos nombres y dos apellidos. Hayley Melodie Stone Harper.

Odiaba a esa chica, siempre estaba interfiriendo en mis planes, complicando y arruinándolo todo. Por su culpa Zach no venía a clases y por su culpa él no se fijaba en mí. ¿Cómo demonios cumpliría mis planes si ella estaba pegada a él todo el maldito tiempo?

«Te detesto, Hayley.»

Todos los días intentaba comprender qué era lo que Zach veía en ella. No era rubia, no era porrista, no tenía el mejor promedio, no era alta, ni siquiera era tan delgada como yo, entonces, ¿por qué la había elegido a ella?

¿Por qué no pudo darme una oportunidad el primer día que me atreví a hablarle? ¿Era Hayley tan especial? ¿Ella significaba tanto para él?

Estaba perdida en mis pensamientos, no me di cuenta de que iba a chocar de frente con la puerta de un casillero, pero por suerte alguien cerró un segundo antes la taquilla, evitando así el golpe de mi vida, de manera que solamente me estrellé contra su pecho.

Retrocedí un paso y lo empujé con brusquedad por entrometerse en mi camino.

—¡Apártate de mi camino, idiota! —espeté con mal genio.

¿Cómo se suponía que iba a hablar con amabilidad? Literalmente acababa de fracasar y había perdido la oportunidad de quedar con el profesor más encantador del universo, después me habían informado que mis planes para navidad estaban a punto de caer por la borda y de paso todavía no podía ayudarle a Logan a sobrellevar la crisis existencial por la que estaba pasando, pero ni siquiera se me pasó por la cabeza que lo peor estaba por venir.

—¡Hey, qué agresividad! Alguien se despertó de mal humor está mañana.

Reconocí su voz gruesa y ronca al instante.

«¡Maldición! ¿Por qué tenía que cruzarme con él?»

Miré hacia el frente y efectivamente, allí estaba Noah. El tiempo que dejamos de vernos se disolvió en el mismísimo instante en que nuestras miradas se cruzaron y nuestros cuerpos se rozaron. Ya me parecía lejana la distancia que se mantenía interpuesta separándonos, ahora sus ojos eran lo único que podía ver con claridad porque más allá de él todo se distorsionaba en colores borrosos.

Parpadeé para salir del trance en el que me había fundido, mis neuronas volvieron a conectarse y entonces recordé que nosotros no estábamos en nuestro mejor momento. Yo seguía enfadada por su actitud compulsiva y controladora, y él todavía no me daba una respuesta concreta de si aceptaría seguir bajo mis condiciones o si prefería cortar lo nuestro de raíces.

Rápidamente, aparté mi vista y rodeé los ojos con soberbia.

Sabía que no se avecinaba nada bueno, más bien todo lo contrario, la tormenta había venido a alcanzarme y estaban a punto de caer los primeros rayos, el cielo ya estaba tronando sobre nuestras cabezas, la lluvia se aproximaba, ya no tenía tiempo para correr, era tarde.

Quise pasar por su lado, pero Noah me detuvo del brazo, reteniéndome.
Todavía no comenzaba a molestarme y ya empezaba a dolerme la cabeza. Esto de dar vueltas y vueltas y no llegar a ningún lado ya me tenía mareada, quería escapar de esa ruleta lo más pronto posible.

—Ahora no, Noah, tengo cosas que hacer... —musité secamente e intenté soltarme de su agarre, pero él presionó mi brazo con más fuerza, clavándome sus dedos en la piel.

—¿Por qué no respondes mis llamadas ni mis mensajes? —me preguntó seriamente, quemándome con la mirada.

Aquí venía de nuevo, él iba a reprocharme mi distanciamiento e indiferencia y yo volvería a repetirle que no tenía que estar siempre pendiente de mí porque no éramos nada y no teníamos nada serio.

—He perdido mi celular —mentí y lamí mis labios haciéndome la inocente.

Quería librarme de él sin armar una escena dramática, pues honestamente ya estaba perdiendo la poca paciencia que me quedaba. Todos los sucesos recientes me tenían abrumada, estaba agotada y no quería lidiar con un problema más.

Para mi mala suerte el estúpido celular comenzó a sonar en mi bolsillo, dejándome en evidencia.

«Maldición, ¿a quién demonios se le ocurría llamarme en el momento menos oportuno?»

—Si lo has perdido, ¿qué es lo que está sonando en tu mochila? No creo que sea un JPS o una maldita alarma —gritó el rubio bastante molesto y dejándose llevar por el enfado me empujó contra los casilleros—.  Joder, Ashley, deja de mentirme en la cara. Sé que me estás evitando.

—No te evito, simplemente no quiero hablar contigo. Mira Noah, fue maravilloso lo que ocurrió entre nosotros, nos divertimos y lo disfrutamos, pero solo era algo pasajero, ya sabes que a mí no me van las relaciones serias —me expliqué y le dirigí una sonrisa inocente.

Él colocó sus manos en mis hombros y presionó con fuerza sus dedos en mi cuello, su contacto frío provocó un escalofrío inquietante en todo mi cuerpo. Un calor abrazador surgió en mi interior bajo el efecto de su mirada penetrante que me gritaba mil cosas.

—Primero vienes, me llamas, me seduces y te entregas por completo, después me evitas y te veo con otros haciendo lo mismo que hiciste conmigo, así que dime Ashley, ¿Cuánto tiempo más jugarás este juego? Porque yo ya me estoy cansando.

Lo vi en su mirada, a través de sus ojos verdes, y lo percibí en su voz, que estaba desesperado por recibir una respuesta que yo no podría darle.

No sabía cómo manejar esa situación, así que al final opté por alargar mi mano hacia él, le acaricié la mejilla con el dorso de la mano y le hablé con dulzura.

—Cariño, entiende que no puedo corresponderte, pero si deseas divertirte... —mordí mi labio inferior y aproximé mi rostro al suyo mientras mis manos acariciaban su pecho—, Sabes que siempre estaré disponible para ti.

Sentí el roce de mis labios con los suyos, un ligero toque suave y fugaz. Él cerró sus ojos y se dejó llevar por mí. Volvía a caer en mis redes y lo mantendría atrapado hasta cansarme de él, aunque eso sería difícil, porque realmente disfrutaba de sus ataques de ira y de sus ridículas escenas de celos, y también disfrutaba los momentos de pasión que compartíamos en mi habitación por las noches.

Él olía jodidamente bien y su cuerpo encajaba a la perfección con el mío, tal como lo dijo la primera vez que hablamos, éramos dos almas gemelas que forman un complemento perfecto.

Se sentía bien tener el control, me hacía sentir poderosa y dominante. Noah era mi marioneta favorita, con él me divertía y me entretenía siempre que necesitaba olvidarme de todo y de todos, y él no se podía quejar porque también salía beneficiado de ello.

Le gustaba besarme, le gustaba tenerme solo para él, le gustaba que lo tocara y le gustaba sentirme contra él. Mis besos eran su debilidad, nunca se negaba a corresponderme ni se apartaba para rechazar mi contacto, lo tenía hechizado, perdidamente enamorado, aunque yo aún no creía totalmente en esa palabra sabía que solamente un chico enamorado haría lo que Noah hacía por estar cerca de mí.

Sus manos bajaron de mis hombros a mis brazos y no se detuvieron hasta que rozaron mis caderas. Inmediatamente, Noah me presionó contra él sujetándome por la cintura y me murmuró al oído:

—¿Cuándo vas a tomarme en serio? Me duele que me trates así, Ashley. Me ignoras durante días, luego finges que no pasó nada y vuelves a besarme. Sinceramente no te entiendo.

—No necesito que me entiendas, cariño —le susurré al oído después de darle un beso fugaz en los labios—, Necesito que estés conmigo cuando me sienta sola, y si lo deseas yo también puedo estar contigo cuando te sientas solo —deslicé mis brazos alrededor de su nuca y acaricié su cabello rizado con mis dedos antes de enlazar mis manos entre algunos mechones.

—Me siento solo todo el tiempo, pero eso a ti te da igual, no te importa, yo no te importo —susurró con su respiración sobre mis labios, mirándome fijamente con esos ojos verdes que reflejaban la peor de las tristezas—. Estoy enfermo de amor por ti, por favor, deja de jugar conmigo.

Vaya, este chico se estaba poniendo muy intenso, con su drama sentimental le quitaba lo divertido a la situación.

—Si no quieres que juegue contigo, olvídate de mí y búscate a otra que necesite de tu compañía, sabes perfectamente que yo no la necesito —sentencié fastidiada y lo empujé para apartarlo lejos de mí.

Estaba cansada de escuchar constantemente su absurda confesión de amor, harta de que esa situación se estuviera repitiendo cada vez que nos encontrábamos.

Me di la vuelta dispuesta a irme, pero él volvió a hablar inmediatamente.

—Ashley, está bien, quiero seguir contigo, pero antes de que te vayas prométeme que me devolverás las llamadas —dijo él a mis espaldas con la voz rota.

Una sonrisa apareció en las comisuras de mis labios. Me volví hacia él y le toqué la nariz con las yemas de mis dedos antes de pronunciar las palabras que sabía que le calmarían.

—Te lo prometo, cariño —dicho esto me alejé de él y seguí caminando, esta vez un poco más aliviada.

Había conseguido llamar su atención, sabía que al menos por unos días me dejaría tranquila si hacía lo que él me pedía, solamente debía responderle las llamadas y los mensajes cursis que solía escribirme y él seguiría estando a mis pies.

Ahora solo quedaba por resolver el asunto con Logan, pondría en marcha mis planes para separar a Zach de Hayley, más tarde decidiría que haría para navidad y esperaría pacientemente el curso del próximo año para tomar clases con el profesor más candente de todo Londres.

๑❥๑๑❥๑๑❥๑

Después de haber dado por terminada mi conversación con Noah, subí las escaleras del segundo piso y a medio pasillo vi a un chico parado delante del aula de Física. Él era alto, yo diría que medía 1,90 de altura, su piel blanca hacía contraste con su cabello castaño y bajo esos mechones dorados logré ver un par de ojos verdes hipnotizantes, rodeados de unas largas pestañas cafés. Era un chico muy atractivo, y para qué negarlo, también era muy ardiente.

Obviamente, no me iba a perder la oportunidad de saber quién era y qué estaba haciendo dentro de las instalaciones.

Sin pensarlo demasiado, me acerqué a él y le tendí mi mano amablemente, pero él no la tomó.

—Hola, no te había visto nunca. ¿Eres nuevo? ¿Estudiarás aquí? —pregunté intrigada, esperando una respuesta de su parte.

—No, yo ya voy a la universidad —respondió distraídamente, mirando hacia el otro extremo del pasillo.

«Así que es un universitario, que dato tan interesante.»

—Vaya, pareces más joven —dije con intención de hacerle un cumplido. Con ese comentario conseguí lo que quería, atraje su atención y él volteó a verme.

—Gracias por el cumplido —me sonrió fugazmente y volvió a hablar—. Oye, a lo mejor puedes ayudarme a encontrar a quien estoy buscando, deben tener maso menos la misma edad.

—Te ayudo sin problema. ¿A quién buscabas? —exclamé, emocionada.

Si lo ayudaba seguramente pasaría más tiempo con él y no pensaba desaprovechar la oportunidad que se me estaba presentando.

—Busco a mi novia, Hayley Stone, ¿La conoces? —dijo tranquilamente y al instante sentí como la ira crecía dentro de mí e iba incrementando al paso de los segundos.

«¿Qué hacía un chico como él buscando a una chica como ella?». «¿En verdad era su novio?».

Antes de responderle le dirigí una falsa sonrisa y negué con la cabeza. Desde luego yo no pensaba decirle la verdad y confesarle abiertamente que Hayley era "amiga" mía, eso no habría sido correcto y estaba lejos de ser cierto, porque realmente no consideraba a Hayley mi amiga, y mucho menos después de lo que le hizo a Logan. Pronto le haría entender a esa chica que con mis amigos nadie se metía sin pagar las consecuencias.

—No, no la conozco, pero he escuchado su nombre en algún sitio... Sí, creo que la he visto en el campus, ¿querías decirle algo? —para mostrarme convincente alcé los hombros y le mostré una expresión de duda que no pareció en absoluto fingida.

—Mira, si la conoces o sabes algo de ella, lo que sea, puedes contármelo. Últimamente, ella ignora mis mensajes y llamadas, al parecer no quiere verme, yo pienso que... me está engañando —se explicó con la expresión herida, esa era la misma expresión que había visto en los ojos de Noah minutos antes, y no entendí por qué, pero repentinamente sentí pena por él a pesar de que no lo conocía.

«Lamento decirte que te está engañando», quise decirle, pero me quedé callada.

Tenía el presentimiento de que este chico y yo nos llevaríamos bien porque ambos buscábamos algo y teníamos un objetivo que alcanzar, yo quería separar a Zach de Hayley para que ellos dos se sintieran tan miserables y derrotados como Logan y yo nos sentimos cuando ellos nos rechazaron sin mostrarse afectados, les haría experimentar en carne propia que el amor no lo es todo en la vida y que no siempre está escrito un final feliz en las últimas páginas de un libro.

Le sostuve la mirada al chico que se encontraba a mi lado y le sonreí amistosamente al mismo tiempo que entrelazaba los dedos en mi cabello.

—Yo voy a ayudarte, sé dónde puedes encontrarla —le ofrecí mi ayuda con disposición y gentileza—, Pero antes tienes que decirme tu nombre.

—Soy Bryce Harris Henderson, pero puedes llamarme solo Bryce. Vengo de la gran manzana, New York, la ciudad que nunca duerme —comentó y yo asentí ligeramente—. Aguarda un segundo, acababas de decirme que no conocías a Hayley y ahora me dices que me ayudarás a buscarla, ¿estás segura de que hablamos de la misma chica?

Lamí mis labios e incliné ligeras mi cabeza, clavando los ojos en los suyos.

—Créeme, no cabe duda de que es ella, es imposible que pueda estar confundida y estaré encantada de poder ayudarte a encontrarla, Bryce. Me pondré en contacto contigo apenas tenga noticias suyas, ¿vale?

—Eso sería estupendo, realmente te lo agradecería mucho, eres muy amable... —dudó por un momento, como si se hubiera percatado de algo que pasó por alto hasta ese momento—, ¿Podrías decirme tu nombre? Me olvidé de preguntarte cómo te llamas, discúlpame por eso, es solo que el asunto con mi novia me tiene muy distraído.

—No pasa nada. Mi nombre es Ashley y estoy impaciente de contarte todo lo que sé acerca de tu chica, te lo diré todo y te ayudaré a llegar a ella —le aseguré y el alivio fue claro en sus ojos cuando los enfocó sobre mí.

—¿Intercambiamos números y después hablamos? —propuso el rubio y yo accedí encantada.

—Vale, me parece una buena idea —dije yo, sonriendo para mis adentros.

Si tenía que aliarme con este chico para arruinarle su jueguecito a Hayley, lo haría. Ella fingía ser la chica perfecta e intachable delante de todos, le estaba mintiendo a Zach y también le había metido a Logan desde un principio, pero sus estúpidos juegos estaban a punto de voltearse en su contra.

Esto me serviría para separar a Zach de Hayley. Tenía un plan, un plan que esta vez no fallaría, solamente necesitaba la ayuda de alguien más, mi fiel confidente y amigo. Logan.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro