Parte IV
Pusiste en mi alma a latir
el corazón que estaba triste.
Después de eso no te fuiste,
te quedaste aquí en mi mente.
Volví a verte y en un puente
te ofreciste a visitarme.
En mi pecho hubo un desarme
y mi madre se dió cuenta.
A ella no hay quien le mienta
dijo: 'El sábado siguiente''.
Y ese día finalmente
en mi casa te presentas.
Él ahora agradecido
A su amor le respondía
-Sabes, hoy le pediría
a la vida estar contigo.
Te amo tanto y no consigo
explicarte cuando te amo.
Me conmueve que sigamos
siendo aquellos jovenzuelos,
ahora con espejuelos,
con bastones y sin dientes.
También le pido al presente
Que esta historia se repita.
Que tengamos esta cita
Cada hora, diariamente
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