Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 1 «Noche de tormenta»

Londres, 18...

Edward

Tener treinta y dos años, ser Duque y poseer muchas tierras, atrae la atención de cualquier mujer, pero mi mayor dificultad es mi hija. No es que sea un estorbo, pero si me quieren de verdad, van a tener que amarla a ella también.

Mi amada Alexia, mi calor en invierno y brillo de mis ojos, murió cuando nació mi pequeña. Buscamos a nuestra niña durante más de 5 años y cuando finalmente supimos la buena noticia, el destino se encargó de llevarse a mi esposa dejándome una nueva alegría: Alexandra Kellington.

Siempre está leyendo en la biblioteca. No le gusta la música, a pesar que tiene muchas habilidades, o eso es lo que me dicen las institutrices cuando logran sacarla de su habitación. He querido llevarla a un internado, pero me preocupa grandemente como se desarrollará ella sola. Por esa razón, decidí educarla desde casa, pero no he podido hacer ningún avance.

Ya tiene siete años, pero es tan pequeña y sensible que, si levanto la voz, sus ojos se cristalizan por las lágrimas. Su piel es tan blanca que, con el reflejo de los rayos del sol, sus mejillas se sonrojan al instante. Sus ojos azules y cabello rubio me recuerdan tanto a Alexia que duele. «¿Por qué te fuiste, Alexia? ¿Por qué me dejaste en este momento cuando más te necesito? Ya no sé qué hacer», pienso apesadumbrado.

He intentado encontrar una mujer que me ayude a llevar mi carga, pero solo tienen un objetivo: las riquezas que puedo darle. Ya estoy cansado de tanta hipocresía. Mi corazón se ha endurecido en cuanto a mujeres se refiere. La prueba de fuego de todas ellas es mi mayor regalo: mi pequeña Alexandra. El máximo de tiempo de su «amor por mí» ha durado solo un par de meses.

Mi cuerpo está pidiendo descanso, pero no puedo. La carga que llevo sobre mis hombros es demasiado grande: Tierras que cuidar, un lugar a vigilar con sigilo y una niña de siete años que solo veo en el momento de cenar. Me voy a volver loco. Golpeo con la palma de mi mano la ventana de cristal de mi habitación. El fuego crepita a mi espalda y apoyo mi frente en el cristal observando como cae la lluvia.

Nubes grises cubren el cielo y lo único que puedo ver es oscuridad y soledad. Así está mi alma: oscura y sola. Me he vuelto un poco huraño desde que Alexia falleció. Las únicas personas que aguantan mi mal humor son mis criados, y la gran mayoría llevan tantos años trabajando conmigo que ya no desean irse.

Chloe es la cocinera de este enorme lugar junto a su hija Alana de 10 años. Tom, su esposo, es el mayordomo y juro que, si ese hombre no estuviera en mi vida, hubiera perdido todo lo que tengo. Arthur se encarga de los caballos y establos. Su hermana mayor, Amelia, se encarga de la limpieza de la casa, y Thiago, su hermano menor es mi mensajero. Más rápido que ese muchacho de 25 años, no he conocido a nadie en la vida, debo sumarle que es mi mejor amigo. ¿Cómo los he mantenido tanto tiempo conmigo? Ni siquiera yo puedo responder a eso, solo puedo decir que tengo completa confianza en esas seis personas.

-Tienes que venir urgente, Edward -irrumpe Thiago en mi habitación.

En esta casa, todos saben que deben tocar la puerta de mi alcoba antes de entrar, eso si autorizo que entren. Para que irrumpa de esta manera debe ser algo muy importante. Suspiro y me giro para darle una reprimenda, pero él está completamente empapado y sus ojos solo transmiten terror. Pensé lo peor.

-¿Qué le ha pasado a Lexie? -Me acerco en tres zancadas y lo zarandeo.

-Ha desaparecido -responde asustado y mi corazón se detiene con esas dos palabras.

-¿Cómo? -chillo y salgo corriendo hacia la habitación de mi pequeña.

Voy hacia la tercera planta subiendo los escalones de dos en dos con mi corazón latiendo desbocado. Ella es lo único que me queda de Alexia, no puedo perderla también. Al entrar en su habitación me encuentro con Alana y Chloe.

-¿Dónde está? ¿Cómo ha pasado esto? -pregunto tirando de mi pelo fuertemente y comienzo a caminar de un lado a otro.

-No sabemos aún, subí a buscarla porque no había bajado a almorzar. Ella estaba en cama y no quería comer nada -comienza a explicar Chloe con voz trémula y yo solo puedo dar vueltas en la habitación como un loco-. Le traje unos bocadillos. Todo eso fue alrededor del mediodía. Acabo de subir para traerle la cena y no la encontré.

-He recorrido toda la casa -habla Arthur con voz agitada-. No hay señales de ella.

-¡Maldición! - digo entre protestas mientras me dirijo a la puerta- Está lloviendo sin parar y mi hija puede estar en cualquier lado.

-¿A dónde vas? -pregunta Amelia.

-Tengo que salir a buscarla. Mi hija está ahí fuera sola, con frío y posiblemente empapada de agua.

-Voy a preparar los caballos -añade Thiago y todos nos dirigimos a la planta baja.

-Amelia, necesito que prepares la habitación de Lexie, debe de estar muerta de frío. Chloe, prepara algo caliente para ella -comienzo a dar órdenes a diestra y siniestra.

Tengo miedo por mi niña. Miedo no es la palabra, estoy aterrado.

-Aquí tienes la capa. Está lloviendo mucho -dice Chloe y me tiende un sombrero de copa alta.

-Regreso en cinco minutos -añade Arthur.

-Ensilla tres caballos -habla Tom y le miro fijamente. Arthur salió disparado por la puerta principal cerrándola-. Ni pienses que voy a dejarte salir por esa puerta solo, Edward -aclaró cruzándose de brazos sin importarle mi mirada penetrante.

-Acabas de recuperarte de un resfriado -añado.

-Si no es porque tengo que preparar condiciones para la pequeña, yo también iría con ustedes -intercede Chloe, rebatiendo de inmediato-, y no se te ocurra llevarme la contraria, Edward.

-Están tocando a la puerta, mami -interviene Alana halando el vestido de su madre.

-Ese debe de ser Arthur -añado intentando no derrumbarme.

-¡Alexandra! -grita Chloe. Dejo lo que estoy haciendo y corro a la puerta principal.

Al llegar, freno en seco. Lexie está agarrada al cuello de una joven. Intenté apartarla, pero la pequeña no se separa. La joven niega con la cabeza y me alejo.

-Ya estás en casa pequeña. Puedes soltarme -dijo con voz dulce la muchacha. Lexie levantó la cabeza, soltó a la chica y fue a los brazos de Chloe.

-Muchas gracias -dije mirándola fijamente.

Ella sonrió tímidamente y su cuerpo cedió al cansancio. La tomo entre mis brazos por inercia antes que cayera el suelo.

«¿Quién eres?», me pregunto mientras aparto el cabello mojado de su rostro.

Hola, mis amores. Aquí comienza la aventura de un duque estirado y una chica misteriosa. Dejen sus comentarios y no olviden votar. No se aparten de esta historia. El suspenso, el misterio, las ocurrencias y las respuestas cortantes, solo son palabras para la trama de esta historia. Les quiere mucho,

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro