Capitulo 31
POV Marinette.
Toc, toc, toc. Sonó la puerta despertándome.
No le tomé importancia y volví a mi interminable sueño.
Pero pronto volvieron a tocar.
Toc, toc, toc.
Quise gritarles que se fueran, pero mi voz no funcionaba. No lo había hecho desde que las lágrimas dejaron de brotar.
Toc, toc, toc.
Gruñí y esperé a que se cansaran y se fueran. Pero no lo hacían.
Toc,toc,toc.
Si era un cliente de Fu debía entender que él estaba de viaje. Siempre viajaba repentinamente, así que ellos creerían ello.
No creía que pudiese ser alguien más.
En definitiva no era LordPaon, porque él sólo venía por las noches, haciendo de mis sueños un tormento de culpa.
A través de las cortinas los rayos del sol traspasaban la sala, cegándome. Así que tomé las sabanas de mi cama improvisada y me tapé el rostro con ellas.
El silencio volvía a hacerse presente y con él el sueño.
Bostecé e intenté encontrar un punto de comodidad en el piso de madera pero los golpes volvieron.
Toc,toc,toc.
Bufé y me levanté de golpe. Tomé mi almohada y salí de la sala para subir a mi habitación. Después de todo no había peligro en volver si era de día.
Subí las escaleras con pesar y en cuanto abrí la puerta de mi cuarto me lancé sobre mi cama fría.
No quería despertar. No quería pensar. No quería ser consciente de todos los errores que me acechaban.
Errores que pude haber evitado. Errores que cometí por egoísmo, por inmadurez, por irresponsable, por idiota.
«No matarás a nadie si te enamoras» mintió alguna vez Nihla.
Nihla.
Ahora su nombre no me causaba admiración, ahora sentía odio.
«–¡¿Porqué no me dijo que todo lo que pasaba con ChatNoir era por culpa de mi relación con LordPaon?!–grité a Fu con lágrimas en el rostro.
Hizo una mueca.
–Debías averiguarlo por ti misma, Mari.–se excusó.– Cómo dije antes: solo tu intuición es la que confirma las respuestas.
La rabia en mi aumentaba.
–¿Tiene idea de lo que pasó?–pregunté con enojo– ¡Es su culpa! Usted no me advirtió, al contrario me alentó. Usted dijo que debía vivir sin arrepentirme cuando volvimos de Egipto. ¡Usted hablaba de LordPaon!–golpeé la mesa.–Usted ya sabía todo y no me lo dijo. ¡Dejó que me enamorara!
–Oh, Marinette. Mi niña, lo lamento tanto, pero debíamos conocer la causa exacta de la muerte de ChatNoir.–intentó acercarse a mí pero me alejé rápidamente.
Puse mi mano sobre mi frente e intenté calmar mi respiración. Estaba empezando a entrar en pánico.
–Usted no necesitaba más pruebas, usted ya lo sabía. ¿Porqué tenía que hacerme esto?–mi respiración se cortaba y mi corazón ardía.–Yo confiaba en usted, hice todo lo que me pedía ciegamente. Nunca le pedí explicaciones y siempre acepté sus decisiones. Pero ahora...–intenté secar mi rostro mojado.– Solo siento desprecio por usted.
El rostro de Fu mostraba dolor.
–Mari, escucha: Nihla supo que te enamoraste de LordPaon desde el momento que se vieron, y tenía razón al decirme que la única forma de saber si era eso lo que realmente creaba peligro en el futuro. Era necesario...
–Espere.–interrumpí.
Levanté la cabeza y lo miré a los ojos.
–¿Todo esto fue idea de Nihla...?–era más una afirmación que una pregunta.»
Mentirosa.
Me enamoré, me di la libertad de hacerlo por culpa de ambos. Pero ahora sólo quería evitar el dolor que conllevaba alejar a LordPaon y la culpa de haber asesinado a ChatNoir.
El aire comenzó a hacer falta de nuevo así que moví la cabeza para alejarme de esos pensamientos. No podía volver a los llantos, no hacían más que debilitarme y hundirme en la oscuridad.
Toc,toc,toc. Siguió sonando la puerta.
«¿No tienen algo mejor que hacer?» pensé molesta y cerré los ojos con fuerza abrazándome.
Toc, toc, toc.
Inspiré aire y me levanté hecha una furia.
No importaba quién estaba afuera, lo odiaba. Lo odiaba con todo mi ser por obligarme a estar consciente.
Caminé hasta la ventana que llegaba a la calle, a zancadas. Lo que hizo que tropezara contra el escritorio y este temblara haciendo caer una pequeña caja de madera.
La caja al chocar contra el piso se abrió y los aretes se esparcieron.
«¡Rayos!»
Me acuclillé y los tomé con sumo cuidado. Los volví a poner en su caja y la guardé en un cajón.
Toc, toc, toc.
Volví a gruñir y recorrí la cortina, lo suficiente para asomar la mirada y descubrir que no era LordPaon. Era un muchacho.
Levantó su brazo y volvió a tocar la puerta.
Toc,toc,toc.
Suspiré, y me permití abrir la ventana y sacar la cabeza.
–¡¿Qué?!–grité irritada.
Aquel chico subió la mirada y al encontrarme con sus ojos empalidecí.
–E-estoy buscando a...–se arregló los lentes mientras carraspeaba.– al señor Fu.
Tragué saliva, avergonzada por gritarle.
–N-no se en-encuentra.–tartamudeé.
–¡Ah!–exclamó rascándose la cabeza.
Quise irme dando por terminada la conversación, pero su voz me detuvo.
–¿A qué hora crees que vuelva?
Fruncí el ceño.
–No lo sé.–respondí seca. «Ni quiero saberlo»
Prefería estar sola. Sola, sin Fu, ni Wayzz, ni Tikki.
–¡Ah!–volvió a exclamar nervioso.–En-entonces volveré mañana.
Dejó de mirarme y se dio media vuelta.
Comencé a preguntarme si Gabriel Agreste, el padre de Adrien, me recordaba.
Nos vimos algunas veces hace tiempo, e inclusive tomamos un café juntos. Pero por su actitud parecía haberme olvidado.
Pensé durante unos segundos y luego me decidí por llamarlo.
–¡Espera!
Gabriel volvió a darse la vuelta y me miró con sus ojos azules. Pude jurar que tenía el rostro esperanzado. Algo en su mirada me hizo pensar que quería que lo deje entrar.
–No vuelvas.–sentencié y cerré la ventana de golpe.
Volví a adentrarme a mi habitación y me metí entre las sábanas de mi cama.
No quería compañía, no queria ver a nadie. Quería estar sola y soñar con una respuesta.
Hola de nuevo! Este es el segundo capítulo del pequeño maratón 😁
Espero les guste.
Quería agradecerles a todos por sus hermosos comentarios. Los quiero mucho!❤️✨
No olviden dejar sus teorías y estrellitas.
Gracias por leer!📚
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro