POV Gabriel.

El frío penetraba mi traje haciendo que mis dientes castañetearan con más fuerza.
Abracé mis piernas con cuidado de no resbalar por el techo y el último pitido sonó. Mi transformación se deshizo y Buddhi apareció.

Se sentó sobre mi hombro.

–Gabriel.–dijo –Esto no puede seguir así.

Suspiré.

–Lo sé. Pero no puedo rendirme, Buddhi.

–Amigo, nada de lo que haces está funcionando. Ella simplemente no quiere verte.

Bajé la mirada al traga luz que siempre estuvo abierto para mí, ahora cerrado. No podía ver nada en el interior, pues ella puso una sabana para cubrir la vista.

Todo en mi dolía.Tragué saliva con dificultad.

–Debes buscar otra forma para hablar con ella.–continuó.–Porque venir y esperar, también está destrozándote.

–Lo sé, lo sé. Me lo dijiste muchas veces.

Apoyé mi mejilla sobre mis rodillas.

–Entonces hazme caso.

Cerré los ojos y a mi mente volvió su imagen. Tan suave, tan dulce, Marinette en mis brazos desnuda.

¿Qué fue lo que pasó? ¿Qué hice mal? ¿Hice algo que pudo haberla molestado? ¿O simplemente no quería conocerme?

–Quiero entender...–suspiré.

–No lo harás no viniendo todos los días a tocar esa ventana, Gabriel. Ella no va a abrirte, ya no más.

No importaba cuantas veces le suplicara en su puerta o en las ventanas, ella nunca respondía. Todo estaba cerrado y no había posibilidad de entrar.
Ni siquiera sabía si ella estaba adentro a pesar de nunca haberla visto salir.
Era como si la casa estuviese deshabitada.

Saqué una manzana de mi bolsillo y se la pasé a Buddhi.

–Ten, amigo, repone tus fuerzas. Es la última.

–¡Qué bien!–exclamó – ¿Nos iremos cuando termine de comerla?

Asentí con la cabeza.

–Papillon ya debe estar esperándome.

–Pobre chica.–susurró– Te tiene mucha paciencia, debes tomarlo en cuenta y apreciarlo.

–Claro que lo hago, es mi amiga. La quiero mucho y se lo agradezco.

Buddhi mascó su manzana.

–Hablando de ella, el otro día me dio un consejo.

–¿Cuál?

–Romper la ventana y entrar a su casa.–dije mirando el tragaluz.

Buddhi se atragantó y comenzó a toser.

–No piensas hacerlo de verdad. ¿O sí?

Me encogí de hombros.

–Te prohibo rotundamente dañar la propiedad privada de Maestro Fu.

Bufé.

–Era un chiste.–me defendí –No te lo tomes tan en serio.

Buddhi negó con la cabeza y siguió comiendo.

–Si estuviera Fu, él podría ayudarme a entender.–empecé – Él podría explicarme la situación y decirme lo que debería hacer.

–Pero no está aquí.–afirmó Buddhi con la boca llena.

El día que vi por última vez a Marinette, también fue la última vez que vi a su tío.
Después de irme de esa casa fui inmediatamente a buscar a Buddhi. En cuanto lo encontré, me transformé y volví. Subí al techo y me sorprendí al ver que la ventana ya estaba cubierta. Así que me acerqué para abrirla pero era imposible. Fue entonces que escuché los gritos.
Supe que provenían del primer piso.
Marinette y Fu discutían. Aquello me asustó mucho. Nunca los había visto (o escuchado) pelear con esa magnitud.
Las preguntas aumentaron en mi cabeza y no pararon. Y menos aún cuando de pronto Fu salió por la puerta principal con una maleta en la mano.
Quise interceptarlo y pedir explicaciones, pero tomó el primer taxi que vio dejándome con las preguntas en la boca.

Fu no volvió y ni las puertas, ni las ventanas se volvieron a abrir.
Ya pasaron días desde entonces.

–¿Y si la olvidas?–preguntó Buddhi al terminar el último mordisco.

Abrí los ojos y lo miré incrédulo.
Él se encogió de hombros.

–Bueno, tenía que intentarlo. Después de todo esa chica, la camarera, podría ser una buena opción.

–¿Charlotte?

Él asintió con la cabeza.

–¿Estás loco? Es solo mi amiga.–expliqué.– Además no pienso rendirme con Marinette. Es algo que nunca sucederá.– El dolor se instauró en mi pecho.– No después de todo lo que sucedió entre nosotros.

Buddhi bufó.

–Bueno, bueno. Solo decía. No era para que te pongas así.

–¿Y cómo quieres que me ponga? No se puede olvidar a alguien de esa forma, tan rápida y absurda. No cuando estás realmente enamorado.

Buddhi hizo una mueca y voló hasta apoyarse en mi mano.

–Esto te está matando lentamente, Gabriel. Ella nunca más le abrirá la ventana a LordPaon, y lo sabes.–dijo con un tono cuidadoso y luego miró a la luna.–Ya es tarde, debemos irnos.

Bajé la cabeza aceptando los hechos.

–Buddhi, transformación.–exclamé y en cuestión de pocos segundos volvía a ser LordPaon.

Al estar sólo de nuevo, me giré hacia la ventana y acerqué mi mano dispuesto a tocar una última vez, pero una voz en mi cabeza me detuvo.

«Si no te abrió las anteriores veces, tampoco lo hará ahora»

Tenía razón.
Alejé mi puño del vidrio y me incorporé.

–Encontraré otra forma para entrar.–sentencié –La veré otra vez, no importa lo que deba hacer.

Y dicho esto, tomé mis abanicos y los abrí para salir volando por la noche a mi encuentro con Papillon.

Buenos días, hermosos lectores! Feliz 11 de septiembre! Hoy es el día en el que Marinette viajó al pasado, y también mi cumpleaños ☺️
Así que pensaba en subir este primer capítulo en la mañana, y hacer un pequeño maratón (✌🏽️🤘🏼)
¿Qué les parece?
También quería preguntarles por sus teorías, hace mucho tiempo que no sé de ellas. Entonces adelante!

Gracias por leer📚, dejar estrellitas✨ y comentarios 👁‍🗨.

Los quiero mucho!❤️

PD: Me gustaría presumir este hermoso dibujo que hizo una de mis más grandes y fieles lectoras

Muchas gracias @SanBema ! Este trabajo te quedó hermoso 😍