Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 16

POV Gabriel.

Los días pasaban y con ellos mis esperanzas se desvanecían.
Ella había desaparecido, Fu también; lo que me daba un muy mal presentimiento.

«Tal vez nunca la vuelva a ver.»

Por lo que no había día en el que no fuera a su casa a ver si ellos ya habían llegado, o si algún vecino tenía noticias.
Nada.

Una noche antes de ir a patrullar fui a su casa para observar la habitación de Marinette y me di cuenta de que no se llevó nada.
Si alguien planeaba mudarse de seguro se llevaría todas sus cosas importantes, pero en este caso no era así.
Por lo que, preso por la curiosidad, entré a su casa por la ventana del traga luz.
Al tocar el piso me destransformé y Buddhi apareció.

–¿Qué hacemos aquí, Gabriel?

–Buscar alguna pista sobre su paradero–dije comenzando a observar la habitación.–ayúdame a buscar...

Buddhi asintió con la cabeza y comenzamos a buscar por todo lado.

Abrí un cajón: ropa, abrí otro: varías chuchería, abrí el último: ropa interior. Lo cerré de golpe.

–Perdón–susurré con la cara roja y continúe con mi búsqueda.

–¡Gabriel!–exclamó Buddhi saliendo de debajo de la almohada–¡Encontré algo!

Levanté la almohada y encontré un pequeño cilindro. Lo tomé y me di cuenta de que era un aerosol, como aquellos que se usan para defensa.

Leí la etiqueta.
"Memoria Damnum"

Fruncí el ceño.

¿Qué era esto?

Le di la vuelta y leí sus instrucciones y advertencias.

Abrí los ojos sorprendido.

¿Porqué ella tenía eso?
Hice una nota mental sobre lo que venía de ver y la puse de nuevo a su lugar.

Seguí buscando, fotos, pasajes, notas o algo que pueda ser relevante pero no había nada.

Me acerqué al pequeño escritorio y vi que un montón de lápices estaban esparcidos sobre un cuaderno en espiral. Como si no hubiese tenido tiempo de guardarlo u ordenarlos, cómo si se hubiesen ido rápido.

¿Podrían estar en peligro?

Tomé el cuaderno y lo abrí.
Me sorprendí al descubrir que era un cuaderno de dibujos.
Me senté en la silla y comencé a ojearlo.
Eran varios diseños de ropa, todos muy bien hechos por cierto. Me emocioné al recordar que ella también deseaba diseñar.
Seguí pasando las páginas y poco a poco las inundaban más retratos.
En uno se veía al señor Fu cocinando con una gran sonrisa.
Tenía la mano levantada como si estuviese contando alguna anécdota.

En otra se veía a Tikki durmiendo sobre una almohada.

Seguí y me encontré con varias personas. Para mí suerte al pie de la página estaban los nombres.

Maestro Fu, Wayzz, Alya, Tikki, Mamá, Nino, Adrien...

Me detuve en este último. Era el dibujo de un muchacho rubio con ojos verdes que miraba hacia arriba.
No pude comprender la razón, pero me sentí extrañado al verlo, cómo si ya lo conociera. Negué con la cabeza. No sabía nada de él, solo que era amigo de Marinette.
Fruncí el ceño y seguí.

Páginas y páginas de dibujos de personas, lugares y muchos diseños.

Comenzaba a dejar de sentirme curioso por las siguientes así que opté por cerrarlo, pero antes divisé unos colores azules.
Me detuve y lo volví a abrir donde creí haberlos vistos.

Abrí la boca.

Era yo, Lord Paon. Primero sentado en la torre, en otra de perfil, la siguiente transformando mis abanicos en flechas...
No pude evitar sonreír como un estupido.

Pero un gran estruendo hizo que me sobresaltara. Me vi obligado a dejar mis ensueños.

–Gabriel–dijo Buddhi– Ya debemos irnos.

–Esta bien, amigo–respondí –Vámonos.

Cerré el cuaderno y me puse en posición.

–Buddhi, ¡Transfórmame!

Salí rápidamente al tejado de donde pude observar un humo a lo lejos.
Las sirenas y gritos comenzaron a hacer eco en la ciudad.

Luego un segundo estruendo movió el piso y se vio un estallido.

Estaban lanzando granadas.
Arrugué la nariz, ya sabía quién era el culpable de todo aquel pánico.

Saqué mis abanicos y volé rápidamente hasta aquel lugar.

La gente huía despavorida. La noche se vio iluminada por aquellos incendios.

Al llegar pude observar a un pequeño hombre con un saco negro largo y un cinturón lleno de granadas, con una docena de hombres gigantes a su alrededor. Eran sus guardias.

–¡Veo que te siguen gustando las explosiones!–exclamé ganándome su atención.

Aquel hombre loco me miró y sonrió dejando entrever sus podridos dientes.
Hice una mueca.

–¡Vaya, pero si es mi viejo amigo LordPaon!–exclamó señalándome.

Sus guardias levantaron sus armas para apuntarme.

–¿Qué te trae por aquí, viejo amigo?–habló como si estuviésemos tomando el té.

–Solo quería saber a qué se debe todo este alboroto.–respondí encogiéndome de hombros.

–Verás, esta ciudad me parece que está completamente sucia, pero sucia de corrupción y extranjeros. ¡Ya casi no somos franceses en estas tierras!

Suspiré.

–Y supongo que tu forma de "limpiar" este lugar–dije haciendo conejitos con las manos– es matando a diestra y siniestra.

El hombre levantó su pulgar.

–¡Tú si me conoces, muchacho!

Negué con la cabeza y me incorporé.

–Sabes...–hablé mientras extendía mis abanicos y los convertía en mis flechas y arco– No puedo permitirlo.

Él pequeño hombre asintió con la cabeza. Y después de unos cortos segundos tomó una granada en su mano.

–Lo lamento, amigo. No volveré al manicomio.–dicho esto jaló del gancho de seguridad y la lanzó a mi dirección.

Estaba preparado para evadirlo pero al instante una figura saltó al frente mío.
Con su bastón golpeó la granada y la envió al cielo donde explotó sin causar daños a nadie.

La persona frente a mí volteó su cabeza y me miró con unos grandes ojos verdes.
Era una chica, pero apenas se podía ver su rostro con la máscara que le cubría casi completamente.

–¡Argh!–se quejó el hombrecillo–¿Tienes alguna idea de cuánto cuesta hacer una de ellas?

Aquella chica se volvió para mirarlo.

–Entonces deberías dejar de lanzarlas, porque las enviaré todas al cielo.–respondió levantando su bastón y acomodándose al igual que los jugadores de béisbol.

Esto enfureció al hombre.

–¡Mátenlos!–gritó y comenzaron a llover balas. Pero todas eran desviadas con el bastón.

Me quedé impresionado.

–¡Ahora!–gritó ella y entró a la escena un hombre con traje azul saltando.

Este último tenía en sus manos una clase de guantes de metal, con los que golpeaba a los guardias con una gran fuerza.

«¿Cómo era posible?»
Lo miré extrañado.
Pero no era el momento de distraerse. Así que comencé a lanzar flechas a la dirección de aquel loco evitando que sus granadas nos lleguen.

En pocos minutos todos los guardias estaban en el piso y el hombre pequeño nos lanzaba sus últimas granadas.

La chica a mi lado las mandaba todas al cielo, y con ese tiempo el hombre azul logró inmovilizarlo.

Saltamos al piso y nos acercamos a él.

–Parece que volverás al manicomio–dije sonriente quitándole su cinturón.–Ya no podrás lastimar a nadie más.

–No me detendrán, y menos tú–me miró y luego a mi nueva acompañante– y una mujer inferior que debería estar en la cocina...

Ella hizo una mueca y con su puño lo golpeó en la cara dejándolo inconsciente.

La miré sorprendido.

–Odio al machismo–se defendió y levantó su bastón.

El hombre azul se transformó en un simple oficial y una mariposa blanca salió volando hasta entrar dentro del bastón.

Ella le agradeció al policía y este se llevó al loco desmayado en brazos mientras llamaba por refuerzos.

No comprendía lo que acababa de pasar.

–¿Quién eres?–pregunté curioso.

–¡Oh disculpa! Soy Papillon–respondió con una reverencia–Recibí un Miraculous y Nooroo me dijo que debía ser tu compañera...

Estas últimas palabras crearon un sabor amargo en mi boca.

Disgustado ignoré lo que dijo Papillon y me fui a mi casa dolido.

Ahora tenía una nueva compañera, lo que era una palabra diferente para decir que en realidad era un remplazo. Un remplazo de Ladybug.
Y eso sólo significaba una cosa: que Marinette no volvería.


Volví hermosos lectores!
Disculpen por el retraso, pero tenía mucha tarea acumulada.
Espero que haya gustado este capítulo y que respondiera a sus preguntas...
No olviden dejar sus hermosas estrellitas y comentarios. 👁‍🗨✨ Que me alientan y les estoy muy agradecida por ello!

Los quiero!❤️
Gracias por leer!📚

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro