Capítulo 8
Narrado por Liam
4 de junio 2011
Recuerdo cada detalle del cumpleaños número diecisiete de Bella como si hubiera pasado ayer. Sabía que tenía que hacer algo especial, algo que se sintiera tan grande como lo que ella significaba para mí. Para nosotros. Había estado planeando la sorpresa durante días, y los chicos de la banda estaban tan emocionados como yo. Desde que Bella apareció en nuestras vidas, se había vuelto parte de nuestra pequeña familia. Ella no era solo mi persona, mi chica; era amiga de todos, y todos la adoraban.
Niall fue el primero en apuntarse para ayudarme a organizar todo. "Tiene que ser épico", me había dicho, con su acento irlandés inconfundible y esa energía contagiosa que siempre lo rodeaba. Louis, por supuesto, tenía mil ideas para hacer el día aún más divertido, mientras que Harry y Zayn se ofrecieron a encargarse de los detalles más importantes, como el lugar y la música. Todo estaba en marcha, y yo no podía esperar para ver la cara de Bella cuando descubriera la sorpresa que le teníamos preparada.
Era un sábado soleado de junio, perfecto para lo que teníamos planeado. Llevábamos semanas diciéndole a Bella que íbamos a tener una pequeña reunión, nada fuera de lo común. Ella había aceptado, sin sospechar nada, creyendo que sería solo una tarde tranquila con los chicos y algunos amigos cercanos. Lo que no sabía era que detrás de esa fachada de normalidad se escondía algo mucho más grande.
—¿Crees que sospecha algo? —me preguntó Harry esa mañana mientras terminábamos de preparar el jardín para la fiesta sorpresa.
Lo miré, sacudiendo la cabeza con una sonrisa.
—Ni la más mínima idea. Está convencida de que será una tarde aburrida. Le encanta la idea de pasar tiempo con nosotros, pero no se espera nada de esto.
Harry soltó una risa suave mientras colocaba algunas luces alrededor del jardín.
—La vas a dejar sin palabras, Liam. Le encanta.
Lo esperaba. La verdad es que Bella siempre había sido muy sencilla, nunca pedía nada, y por eso quería que este cumpleaños fuera especial, que supiera cuánto significaba para mí... para todos.
A medida que se acercaba la hora de la fiesta, el lugar empezó a llenarse con los amigos más cercanos de Bella. La música sonaba de fondo, y todos estaban ansiosos por el gran momento. Bella no llegaría hasta dentro de una hora, así que teníamos tiempo para asegurarnos de que todo fuera perfecto.
—¿Listo para la sorpresa final? —preguntó Louis, lanzándome una mirada cómplice.
Asentí, sintiendo un cosquilleo nervioso en el estómago. La sorpresa final era algo que habíamos mantenido en secreto incluso de los amigos más cercanos de Bella. Le íbamos a decir que venía con nosotros en la gira mundial de One Direction . Habíamos estado hablando con su familia durante semanas, organizando todo para que pudiera acompañarnos. Era una locura, pero sabía que era lo que quería. Y no podía imaginarme pasar meses sin ella.
Cuando llegó el momento, todo estaba listo. Bella llegó acompañada de Emma, sin sospechar nada, y cuando abrió la puerta del jardín, las luces se encendieron de golpe, y todos gritaron:
—¡Sorpresa!
Su expresión fue de total desconcierto al principio, y luego una risa suave se escapó de sus labios. Sus ojos brillaban de emoción, y pude ver cómo su sorpresa inicial se transformaba en alegría pura.
—¡No puedo creerlo! —dijo, mientras se acercaba para abrazarnos a todos—. Pensé que iba a ser algo mucho más sencillo.
—Lo es —bromeó Niall—. Pero también queríamos verte saltar de la emoción, y parece que lo hemos conseguido.
Le dediqué una sonrisa mientras me acercaba a ella, sintiendo ese calor familiar que siempre me envolvía cuando estaba cerca.
—Feliz cumpleaños, Bella —le dije, besándola en la frente—. Hoy es todo sobre ti.
—Gracias, Liam. Esto es increíble. Todos ustedes son increíbles.
Pasamos las siguientes horas disfrutando de la fiesta, riendo y hablando. Bella estaba radiante, como siempre. No podía apartar los ojos de ella; verla tan feliz me llenaba de una profunda satisfacción. Pero a medida que la tarde avanzaba, el momento más importante estaba por llegar.
Cuando el sol comenzó a ponerse, Louis, Harry, Niall y Zayn se reunieron conmigo en el centro del jardín. Los invitados seguían charlando, pero al notar que todos nosotros nos reunimos en el mismo lugar, comenzaron a prestar atención.
—Bella —comencé, mirándola con una sonrisa nerviosa—, hemos estado pensando mucho en ti últimamente, y bueno, todos aquí sabemos lo increíble que eres.
Bella nos miraba, algo desconcertada, pero con una sonrisa curiosa en los labios.
—Y no podíamos dejar que este cumpleaños número diecisiete pasara sin darte algo verdaderamente especial —continuó Zayn, con su estilo siempre tan calmado.
—Así que decidimos darte algo que creemos que te hará muy feliz —añadió Louis, con esa chispa traviesa en los ojos.
—Pero antes de decirte qué es... —Niall hizo una pausa dramática y sacó una pequeña caja de su bolsillo.
Bella lo miró con sorpresa, y en ese momento Harry y yo tomamos las guitarras que habíamos estado escondiendo. Sabíamos lo mucho que amaba una de nuestras canciones, así que, antes de desvelar la sorpresa final, le íbamos a dedicar algo muy especial.
—Esto es para ti, Bella —dije, antes de que comenzáramos a tocar los acordes de "One Thing", una de las favoritas de Bella.
Cantamos la canción para ella, y sus ojos se llenaron de lágrimas mientras nos miraban. Cuando terminamos, hubo un aplauso suave de todos los presentes, pero Bella seguía mirándonos con una mezcla de emoción y expectativa.
—Y ahora viene la verdadera sorpresa —dijo Harry, tomando la caja de Niall.
Bella abrió la boca, claramente sin saber qué esperar.
—Bella —dije, dando un paso adelante—, este verano nos vamos de gira mundial... y queremos que vengas con nosotros.
Su reacción fue instantánea. Sus ojos se abrieron como platos, y cubrió su boca con ambas manos. Las lágrimas que había contenido hasta ese momento cayeron en silencio, y pude ver la emoción pura en su expresión.
—¿Qué...? —susurró, incrédula—. ¿Estás hablando en serio?
—Totalmente —respondió Louis con una sonrisa enorme—. Ya hemos hablado con tu familia, lo hemos planeado todo. Vas a viajar con nosotros.
Bella se lanzó a mis brazos, y la sintió temblar de emoción.
—No puedo creerlo... ¿Cómo hicisteis todo esto? —preguntó, mirando a los chicos y luego a mí.
—Cuando quieres a alguien, haces lo que sea para que esté cerca —le dije suavemente, mirándola a los ojos—. No podía imaginarme estar meses lejos de ti. Así que ahora, estarás con nosotros, en cada ciudad, en cada concierto.
Nos quedamos allí, abrazados bajo las luces del jardín, mientras sus amigos y los chicos aplaudían a nuestro alrededor. Bella no paraba de reír y llorar al mismo tiempo, y en ese momento supe que habíamos hecho lo correcto. Era su sueño, y ahora íbamos a vivirlo juntos.
Aquel cumpleaños no fue solo un regalo para ella. Fue para todos nosotros.
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