Capítulo 3
17 de octubre 2024
El presente volvió a golpearse contra mí como una ola violenta, arrancándome de mis recuerdos. Era imposible escapar de la realidad, por mucho que quisiera refugiarme en los momentos que compartí con Liam. Estaba muerto. La noticia se repetía en mi cabeza, como si la vida no me permitiera procesarlo de otra manera. Cada intento de respirar se sentía pesado, como si me hundiera un poco más en el dolor.
El sol ya había comenzado a caer cuando sonó el timbre. Al principio, pensé en no abrir. No quería ver a nadie, hablar con nadie. Pero el timbre insistió, una, dos veces más. Con las manos temblorosas, me acerqué a la puerta, preguntándome quién podría estar ahí.
Al abrir, me encontré con Zayn.
No lo había visto en meses, tal vez más de un año. Desde que dejó la banda, se había alejado de todos, incluso de mí. Habíamos sido cercanos en el pasado, sobre todo porque él siempre entendió la profundidad de mi relación con Liam. Había sido su confidente cuando las cosas se pusieron difíciles, cuando el mundo parecía demasiado abrumador para nosotros. Pero como todo, la distancia nos separó. Sin embargo, ahí estaba, parado frente a mí, con una mirada de tristeza que no necesitaba explicación.
—Bella —murmuró, su voz baja, casi ronca. Parecía tan roto como yo. Sus ojos oscuros brillaban con el mismo dolor que sentía en lo más profundo de mí.
Las palabras no parecían necesarias entre nosotros, y en ese momento supe que Zayn también estaba buscando algo de consuelo, una razón para no desmoronarse. Nos quedamos en silencio por lo que parecieron minutos eternos, hasta que él dio un paso hacia adelante y me abrazó.
El calor de su abrazo no me trajo alivio, pero sí una pequeña sensación de compañía en ese vacío abrumador. Nos quedamos así un rato, sin necesidad de hablar, dejando que la tristeza flotara en el aire, envolviéndonos.
—No puedo creerlo —susurró finalmente Zayn, apartándose lo suficiente para mirarme a los ojos—. Él... Liam no debería haber sido... —Su voz se quebró y vi el dolor destrozando sus palabras.
Negué con la cabeza, sintiendo mis propios ojos arder con lágrimas que aún no había sido capaz de derramar.
—Tampoco puedo creerlo —respondí con la voz temblorosa—. Es como si estuviera atrapada en una pesadilla de la que no puedo despertar.
Zayn asintió, sus ojos oscuros se apagaron con el peso de la tristeza compartida.
—Te amaba —dijo de repente, sorprendiéndome. Su voz sonaba firme, como si esas palabras estuvieran guardadas en su pecho, esperando el momento adecuado para salir—. Lo sabes, ¿verdad? Nunca dejó de amarte, Bella.
Mi garganta se cerró al escuchar sus palabras. Sabía que Liam me había amado, incluso cuando nuestras vidas tomaron direcciones diferentes. Lo sabía en cada sonrisa que compartimos, en cada mirada que nunca necesitó palabras. Pero escucharlo de Zayn, después de todo, fue como un golpe directo al corazón. Un recordatorio doloroso de que había perdido no solo a la persona que más amaba, sino a la única que me había amado de esa manera.
—¿Por qué me dices esto ahora? —pregunté con la voz quebrada, incapaz de evitar que las lágrimas finalmente escaparan de mis ojos.
Zayn bajó la mirada por un momento, como si estuviera luchando con sus propias emociones.
—Porque lo vi con mis propios ojos. Incluso cuando ustedes ya no estaban juntos... él seguía hablando de ti. Seguía llevándote en el corazón. Nunca te sacó de ahí, Bella. Nunca.
Mis piernas se sentían débiles, como si el peso de sus palabras me estuviera aplastando. Me dejé caer en el sofá, incapaz de mantenerme en pie, y Zayn se sentó a mi lado, en silencio.
El vacío en el pecho se sentía cada vez más grande. Pensé en todas las veces que había querido llamarlo, las veces que casi lo busqué, pero me contuve. Por miedo. Por orgullo. Por pensar que el tiempo había pasado y que quizá lo mejor era dejar todo en el pasado.
—Yo también lo amaba —murmuré, sin saber si Zayn necesitaba oírlo, o si era yo misma quien necesitaba decirlo en voz alta—. Siempre lo hice. Y nunca dejé de hacerlo.
Zayn se quedó en silencio por unos segundos, observando mis manos temblorosas, y luego habló, su voz cargada de tristeza, pero también de algo que parecía un intento de consuelo.
—Liam sabía que lo amabas. Incluso cuando las cosas no salieron bien entre ustedes, nunca lo dudó. Te llevaba en el alma, Bella. Y sé que tú lo llevabas a él.
Una lágrima rodó por mi mejilla, caliente y silenciosa. No podía articular lo que sentía, era un dolor tan profundo que las palabras no alcanzaban a expresarlo.
—¿Cómo pasó? —pregunté finalmente, rompiendo el silencio incómodo que se había instalado. No quería saber, pero al mismo tiempo necesitaba entender. Zayn suspiró, pasándose una mano por el cabello mientras intentaba ordenar sus pensamientos.
—No hay una buena explicación —dijo con voz queda—. Un accidente...Aún no sabemos si fue un accidente o Liam quiso hacerlo. Fue rápido, al menos. No sufrió. Pero... maldita sea, Bella. No debería haber pasado.
Me cubrí la cara con las manos, intentando contener el llanto, pero fue inútil. El dolor me superaba, y en ese instante dejé que todo el sufrimiento saliera. Zayn, sin decir nada más, me rodeó con su brazo, dejando que me apoyara en él mientras mis lágrimas caían incontrolablemente.
Liam ya no estaba, pero en ese instante comprendí algo que hasta ahora me había rehusado a aceptar: el amor no desaparece con la muerte. El amor seguía viviendo, dentro de mí, dentro de Zayn, y en cada persona que alguna vez fue tocada por la luz de Liam.
Y aunque mi corazón se sentía roto en mil pedazos, en ese momento, rodeada del silencio compartido de mi amigo, entendí que el amor de Liam siempre sería parte de mí. No importaba el tiempo, la distancia, ni siquiera la muerte.
Liam seguiría conmigo. Siempre.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro