Narrado por Bella

24 de octubre 2024

La sala estaba en silencio, un silencio que lo ocupaba todo, tan espeso que casi podíamos tocarlo. Nos habíamos reunido en una pequeña cafetería de Buenos Aires, un lugar apartado y discreto, lejos de las miradas de las fans y de la prensa. Louis, Niall, Harry y Zayn me miraban con expresiones de preocupación y una especie de compasión contenida, sabiendo lo frágil que me sentía. Sin embargo, esa noche, lo que necesitaba de ellos era algo mucho más grande: necesitaba su apoyo, pero sobre todo, su verdad.

Tomé aire y rompí el silencio.

—No sé cómo decirles esto —empecé, bajando la mirada hacia mi taza de té—. No supe cómo decirlo antes, y aunque he estado sola en todo esto, no quería involucrarlos porque sé que suena... —me detuve, sintiendo cómo el peso de todo lo que quería confesar me apretaba el pecho—. Suena como si estuviera loca.

Harry se inclinó hacia mí, con sus ojos amables y serios.

—Bella, puedes decirnos lo que sea. Estamos aquí para eso, ¿no? —dijo, y los otros asintieron.

--él me ha hablado.

Niall frunció el ceño, pero no había incredulidad en su mirada. Parecía más bien desconcertado.

—¿Te habló? ¿Cómo... cómo pasó? —preguntó, eligiendo cuidadosamente cada palabra.

—La primera vez fue cuando visité el hotel. Había algo en el ambiente, como una energía que me decía que él no se había ido del todo. Y, he visto señales. No solo en el hotel, sino en otros lugares, incluso en la casa... —me detuve, temiendo sonar irracional, pero la comprensión en sus miradas me impulsó a continuar—. Me dijo que tenía miedo, que no quería morir, que nunca quiso hacerlo, que había algo más, algo que lo detuvo, que lo hizo quedarse atrapado en ese lugar... atrapado aquí.

Louis bajó la mirada hacia la mesa, sus labios apretados en una línea dura.

—Sabíamos que algo no cuadraba desde el principio —dijo en voz baja—. Liam no era perfecto, todos lo sabemos, pero no es el tipo de persona que se rendiría así. Siempre luchaba, incluso contra él mismo.

Zayn asintió, su expresión seria y concentrada.

—Lo que dices tiene sentido, Bella. Si esto es lo que Liam te dijo, entonces necesitamos averiguarlo. No puedes cargar con eso sola.

Me miré las manos, sintiendo cómo el peso de mis palabras caía en el espacio entre nosotros. Pero algo me retenía aún. Algo que no les había dicho.

—Sé que eso es lo que debería hacer —dije lentamente, eligiendo cada palabra con cuidado—. Pero la verdad es que tengo miedo. Miedo a descubrir qué le pasó realmente. Porque si lo hago... —me detuve, sintiendo el nudo en la garganta que había llevado durante meses—, si descubro la verdad, tengo miedo de perderlo. Sé que suena egoísta, pero cada vez que él se aparece, siento que sigue aquí, que no me ha dejado del todo. Y si resolvemos esto... entonces tal vez él desaparezca.

La confesión flotó en el aire, llena de culpa y de fragilidad. Me avergonzaba admitirlo, pero había sido el motivo oculto que me detenía desde el principio, esa parte de mí que se aferraba a sus visitas, a sus palabras, como a un ancla en un mar de dolor.

Harry extendió una mano y la puso sobre la mía, dándome un apretón firme.

—Bella, eso no es egoísta. Creo que todos nosotros haríamos lo mismo si estuviéramos en tu lugar —dijo, su voz suave, su mirada llena de comprensión—. Pero piensa en él también. Si está tratando de decirte algo, si quiere que descubras la verdad, es porque lo necesita. Quiere paz, y tú también la necesitas.

Louis asintió, su expresión seria pero llena de una determinación que me dio un poco de fuerza.

—Liam no querría que vivieras atrapada en esta duda, Bella. Si él te está enviando señales, es porque necesita que des ese paso. Y nosotros estamos contigo, sin importar lo que pase.

El peso de mis palabras y de sus respuestas me daba una mezcla de alivio y de responsabilidad. Sabía que todos tenían razón. Tal vez, después de tanto tiempo, era hora de enfrentar la verdad. De descubrir qué le había pasado a Liam y darle paz, aunque eso significa soltar lo único que aún me lo hacía sentir cerca.

—Está bien —dije, finalmente, mirando a cada uno de ellos, dejando que mi determinación se afianzara junto a su apoyo—. Entonces vamos a averiguarlo juntos.