Narrado por Liam

14 de febrero de 2012

Era nuestro primer San Valentín juntos, y aunque había pasado semanas tratando de encontrar el regalo perfecto, me di cuenta de que quería darle algo más que flores o joyas. Quería que supiera cuánto significaba para mí, algo que de verdad reflejara lo que sentía cuando estaba con ella. Me costaba poner en palabras todo lo que Bella despertaba en mí, y decidí que lo mejor era hacer lo único que sabía hacer bien: cantarle.

Esa noche, la llevé a un pequeño parque escondido en Londres, lejos de las luces de la ciudad y del ruido de todo lo que nos rodeaba. Había dispuesto una manta en el césped, con luces suaves colgando de los árboles alrededor. Cuando llegamos, Bella se quedó en silencio, llevándose una mano a la boca mientras me miraba con esos ojos llenos de asombro y ternura que siempre me hacían perder el equilibrio.

—Liam... ¿hiciste todo esto tú? —preguntó con una sonrisa tímida, mientras se sentaba junto a mí en la manta.

Asentí, sintiéndome un poco nervioso y emocionado al mismo tiempo.

—Quería que esta noche fuera especial para ti, para nosotros —le dije, tomando sus manos entre las mías—. No es mucho, pero quería tener un momento solo para ti, para que sepas cuánto me importas.

Me incliné y saqué una guitarra que había escondido en el bolso. Su rostro se iluminó, y supe que había tomado la decisión correcta.

—Quiero cantarte una canción —dije, tragando un poco para ahuyentar los nervios—. No sé si es la mejor elección, pero cada vez que la canto pienso en ti, en lo que significas para mí y... bueno, solo escucha.

Bella me miraba intensamente, su sonrisa calmada, sus ojos brillantes. Rasgué suavemente las cuerdas y comencé a tocar moments. Mis dedos recorrieron las cuerdas con una familiaridad que me tranquilizaba, pero en cuanto empecé a cantar, mi voz tembló un poco al ver la emoción en su rostro. Canté cada verso como si fuera solo para ella, como si todo lo que esa canción encerraba fuera lo que yo quería decirle.

"Shut the door, turn the light off, I wanna be with you, I wanna feel your love..."

Mi voz se volvió más segura mientras cantaba, y Bella no apartaba los ojos de mí ni un solo segundo, atrapada en cada palabra, en cada nota. Verla tan atenta, tan presente, me daba la fuerza que necesitaba para seguir.

Cuando llegué al último verso, sentí que algo se rompía dentro de mí, una pared que había intentado mantener firme para protegerme de mis propios sentimientos. Pero ella... ella lo era todo. Quería que lo supiera, que lo sintiera.

Al terminar, me quedé en silencio, observándola mientras ella secaba las lágrimas de sus mejillas con una sonrisa temblorosa.

—Liam... no sé qué decir —murmuró, la voz quebrada y los ojos llenos de emoción.

—No tienes que decir nada —le respondí, apartando un mechón de cabello de su rostro y dejando mi mano en su mejilla—. Solo quiero que sepas que no hay nada en el mundo que quiera más que estar contigo, Bella. Te amo, y no quiero dejar de hacerlo nunca.

Ella se acercó lentamente, sus labios encontrando los míos en un beso suave, lleno de todo lo que no necesitábamos decir en palabras. Sentí su piel contra la mía, el calor de sus manos aferrándose a mi cuello, y supe que este momento quedaría grabado en mi memoria para siempre.

Esa noche, bajo las estrellas y con mi guitarra en la mano, supe que había encontrado a alguien con quien podía compartir cada parte de mí.