Capítulo 10
Narrado por Bella
7 de julio de 2011
Había algo en el aire de Madrid que me ponía nerviosa. Quizás era el bullicio incesante de los fans esperando fuera del estadio o el eco de las pruebas de sonido rebotando en cada rincón del lugar. O tal vez, simplemente, era porque desde que llegamos a España, Liam y yo estábamos... raros. Esa tensión entre los dos se había vuelto insoportable. No sabíamos qué éramos, y cada día que pasaba sin aclararlo solo hacía que la frustración crecía. Ambos estábamos enamorados, era obvio, pero ninguno de los dos parecía dispuesto a dar el primer paso.
Horas antes del concierto, me encontré a mí misma vagando por el backstage, tratando de evitar a Liam a toda costa. Llevábamos horas sin hablarnos , y el silencio entre nosotros se sentía como un muro impenetrable. El equipo corría de un lado a otro ajustando los últimos detalles del show, y yo solo caminaba sin rumbo fijo, buscando un respiro. No podía concentrarme en nada que no fuera esa sensación de incertidumbre, de no saber qué quería él de mí... y de no saber qué hacer con lo que yo sentía.
Me refugié en un rincón del backstage, donde sabía que Zayn estaría fumando un cigarro, como siempre hacía antes de los conciertos. Él era quien mejor me conocía entre los chicos, quien me entendía cuando ni siquiera yo podía entenderme.
—Ey, Zayn —lo saludé, tratando de no sonar tan malhumorada como me sentía por dentro.
Él levantó la vista con una sonrisa ladeada y dio una última calada antes de apagar el cigarro.
—¿Qué te pasa, Bells? —preguntó, directo al grano como siempre—. Tienes esa cara de querer matar a alguien .
Suspiré, cruzándome de brazos.
—Es Liam. Estoy harta de esta tontería, Zayn. No sé qué somos, no sé qué quiere de mí. Un día parece que está completamente enamorado y al siguiente actúa como si fuéramos solo amigos. ¡Y yo no puedo más con esto!
Zayn soltó una risa, esa risa profunda que siempre hacía que mis problemas parecieran un poco más pequeños.
—Vamos, Bella. Los dos están igual de jodidos el uno por el otro. Pero ninguno de los dos se atreve a decir nada, y mientras sigáis así, van a seguir dándose golpes contra la misma pared.
Fruncí el ceño, incapaz de calmarme.
—Eso es fácil para ti decirlo, Zayn. Tú lo ves todo desde fuera. Yo soy la que tiene que lidiar con él mirándome de esa manera y luego haciéndose el distante.
Zayn se rió otra vez, más fuerte ahora.
—Estás tan enamorada de él que no puedes ni pensar con claridad. Y déjame decirte algo, Liam está igual que tú. Está ahí dentro, caminando de un lado a otro, más nervioso que nunca porque te ha visto enfadada y no sabe qué hacer.
Rodé los ojos.
—Pues que haga algo. Si tanto le importo, que lo demuestre.
Zayn asintió, con una sonrisa pícara en los labios.
—Créeme, Bella, no falta mucho para que lo haga.
Justo cuando estaba por responder, escuché un murmullo detrás de nosotros. Era Niall, asomándose por la puerta.
—Bella, los chicos te están buscando. Y, eh... Liam está actuando como un desastre, por si quieres saber.
Bufé, mi paciencia está al límite. Sin pensarlo dos veces, caminé hacia el camerino, donde sabía que lo encontraría. Y lo encontré, efectivamente, pasando nervioso de un lado a otro, con una mano pasando por su cabello una y otra vez, un gesto que conocía bien.
—Liam —dije con firmeza, mi voz sonando más dura de lo que pretendía.
Él se detuvo en seco y me miró, sus ojos reflejando una mezcla de culpa y nerviosismo.
—Bella, tú...
-No. Estoy harta de esto, Liam —lo interrumpí, sin poder contenerme más—. No puedes seguir mirándome como si fuera lo más importante del mundo para ti y luego comportarte como si no importara lo que pase entre nosotros. ¿Qué somos? ¿Qué quieres de mí?
Liam abrió la boca, pero no salieron palabras. Me acerqué a él, empujada por la frustración.
—Llevamos meses en este juego, y sinceramente, estoy agotada. Si no sabes lo que quieres, dímelo ahora y nos ahorramos todo este drama. Pero si lo sabes, si de verdad sientes algo por mí, entonces... haz algo al respecto.
El silencio entre nosotros era ensordecedor, hasta que Zayn apareció detrás de mí con una sonrisa divertida.
—No te preocupes, Bella. Lo hará. Solo dale un minuto.
Antes de que pudiera preguntar qué quería decir, Zayn me tomó del brazo con una sonrisa cómplice y me llevó al costado del escenario. Estaban a punto de comenzar el concierto, y no entendía por qué me estaba metiendo en medio de todo eso. Pero había algo en su actitud que me inquietaba.
—Zayn, ¿qué demonios estás haciendo? —pregunté, confundida.
—Confía en mí. Esto es lo que estabas esperando.
Las luces del escenario se apagaron, y el rugido de los fans llenó el estadio. El sonido de la música comenzó a resonar en el aire, y los chicos salieron al escenario con una energía que siempre me dejaba impresionada. El show había comenzado.
Pero entonces, algo inesperado sucedió. Después de la primera canción, Niall se acercó al micrófono, su voz resonando por todo el estadio.
—Queremos hacer algo especial esta noche —dijo con una sonrisa pícara—. Hay una persona muy importante aquí, alguien que es parte de esta familia.
Mis ojos se abrieron de par en par cuando todos los chicos me miraron. No, no podía ser...
—Bella, ¿puedes venir aquí un momento? —pidió Harry desde el centro del escenario, su tono suave pero insistente.
Los fans comenzaron a gritar, y yo me quedé paralizada. ¿Qué estaban haciendo?
Zayn me empujó suavemente hacia el escenario, y de repente me encontré frente a miles de personas, con las luces iluminándome y los chicos sonriéndome como si supieran algo que yo no.
Y entonces, sonaron los primeros acordes de "What Makes You Beautiful".
Los chicos comenzaron a cantar, dirigiéndose a mí mientras lo hacían, y yo no podía dejar de reír, nerviosa y emocionada a la vez. Pero cuando llegó el momento del coro, Liam se adelantó, dejando de cantar por un momento y caminando hacia mí.
—Bella, he sido una idiota —dijo con el micrófono en la mano, su voz resonando por todo el estadio—. Y no quiero seguir siéndolo.
El público estalló en gritos, pero yo solo podía concentrarme en él.
—He estado tan asustado de lo que siento por ti que no me atrevía a dar el paso. Pero no quiero seguir perdiendo el tiempo. Te quiero, Bella. Y quiero que seas mi novia .
El estadio entero enloqueció, pero yo me quedé mirándolo, atónita, mientras él se acercaba un poco más.
—¿Qué dices? —preguntó con una sonrisa torcida—. ¿Están de acuerdo, Madrid?
Las fans gritaron aún más fuerte, pero yo solo podía mirarlo con los ojos llenos de lágrimas.
—Tendré que pensarlo... —dije, manteniendo la tensión por un segundo, antes de romper a reír y abrazarlo—. Sí, Liam. Por supuesto que sí.
Y en ese momento, bajo las luces del escenario y ante miles de personas, Liam me besó , sellando el comienzo de nuestra historia de amor de la manera más inesperada posible.
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