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³ 𝘳𝘰𝘨𝘢𝘳.

ETERNITY.
MARZO 2016, MIÉRCOLES 30.
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BUCHAREST,
SAVANNAH THOMPSON:

Mulțumesc mult [Muchas gracias]. —Le agradecí al taxista dándole el dinero antes de bajarme. Cerré la puerta y crucé la calle para llegar al centro de la ciudad.

Luego de media hora, llegué a Bucharest. Me encontraba en el centro de la ciudad, en donde había diversos mercados, incluyendo varias fruterías en donde Bucky podía comprar sus moras.

Necesitaba encontrarlo de inmediato antes de cualquiera. Ya deben de estar en camino así que debía llevármelo a un lugar seguro, en donde no puedan encontrarlo.

Corrí hasta la frutería más grande que estaba en el lugar, y cuando llegué, fui hasta la dueña—. Scuză-mă, ai niște murele? [Disculpe, ¿tiene algunas moras?] —cuestioné en rumano. Al esconder a Bucky aquí, logré aprender parte del idioma.

La chica señaló el lugar, el cual estaba a unos cinco metros de mí. Allí logré ver a Bucky, tenía una chaqueta negra cubriendo su camisa roja, con una gorra sobre la cabeza y unos guantes cubriendo sus manos para que nadie notara su mano de metal.

No puedo evitar sonreír con alivio mientras me acercaba hasta él. Cuando llegué, toqué su hombro.

Da? [¿Si?]. —Murmura, volteándome a ver con algunas moras en sus manos para meterlas en la bolsa que después pesarían para darle un precio. Sus ojos se achicaron, con confusión—. ¿Annie?

—Bucky, cielo —metí las frutas de sus manos en la bolsa mientras seguía hablando—. Debemos irnos, rápido —tomé su brazo y comencé a jalarlo. Él me siguió confundido.

—¿Por qué? ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en-? —cuando vio mi herida, las pocas frutas que quedaban en sus manos se cayeron debido a que él tomó mi rostro para ver la cortada—. ¡¿Qué te ocurrió?! —exclamó. Yo siseé para callarlo.

—Viena, lo sé. Estoy bien. Te explicaré después, pero por favor, necesitamos irnos ya —luego de pagarle a uno de los empleados las moras, tomé su mano y nos dirigí a la salida—. Mantén la cabeza baja.

El castaño obedeció, acomodándose la gorra más abajo.

—¿Me dirás qué sucede? —Me pregunta al momento en que nos detuvimos a esperar que los autos se detuvieran para poder cruzar la calle.

Suspiré, viendo a mi alrededor. Lo miré con la cabeza cerca de la suya—. En Viena ocurrió una explosión, donde yo estaba, Chris también, todos. Cuando iba a comenzar la se-

Dejé de hablar al ver a un señor en una pequeña tienda. Nos miraba con atención, como si nos conociera de algún lado.

—No... —escuché murmurar a Bucky a mi lado. Cuando los autos se detuvieron, los dos cruzamos la calle con la mirada en el hombre. La expresión de este cambió de intrigada a sorprendida, y cuando nos vio acercarse miró rápidamente algo en su mesa y abrió la puerta de su tienda para después salir corriendo.

Rogué en mi interior porque no fuera lo que yo creía, pero al ver el periódico sobre la mesa, confirmé que mis sospechas fueron ciertas mientras escuchaba a Bucky maldecir bajo.

"EL SOLDADO DEL INVIERNO PLANEA Y CAUSA UN BOMBARDEO EN VIENA"


—Esto es increíble. —Murmura Bucky subiendo las escaleras detrás de mí—. ¡Yo no lo hice!

—Sé que no lo hiciste, cielo. Quien sea que haya planeado esto, nosotros lo descubriremos —fui hasta la puerta del pequeño apartamento que tenía para Bucky y entré rápido con él detrás. Me volteé a cerrar la puerta con todos los seguros que tenía—. Tendrás que quedarte aquí mientras yo vuelvo con el equipo para que nadie sospeche. ¿Entendido? —cuando me di la vuelta para verlo al no obtener respuesta, tomé aire sorprendida.

El Capitán América y Harley Quinn se encontraban frente a nosotros, a unos pasos del refrigerador. Los dos traían sus trajes de batalla.

—Oh, esto sí que es una sorpresa. —Ríe en tono bajo la rubia al vernos.

—¿Qué hacen aquí? —Pregunté, mantieniéndome firme.

—¿Qué haces tú aquí? —cuestiona el rubio—. ¿La CIA sabe que lo escondes?

—No hagas preguntas sin sentido, Steve —suspiré—. Esto es lo correcto, lo que debo hacer.

—Yo no lo hice —murmuró Bucky.

—Tú me conoces. —El Capitán dejó la libreta de Bucky sobre el comedor y dio dos pasos hacia nosotros, con Harley poniendo su mano en su oreja, como si estuviera escuchando a alguien. Debe ser su comunicador—. Sé que estás nervioso, tienes razones para ello. Pero no te creo —se refirió al comentario que hizo Bucky en defensiva.

—No estuve en Viena, dejé eso en el pasado.

—Las personas que creen que sí, han venido aquí y no pienso que quieran que sigas con vida —su respuesta creó un nudo en mi garganta.

—Qué listos, ¿verdad? —dice el castaño entre dientes, dándose la vuelta hacia mí para quitarse los guantes.

—No tiene que terminar en pelea, Buck.

Mi novio suspiró—. Siempre termina en pelea —Steve comenzó a verse alarmado, al igual que su novia a su lado.

—¡Tú me salvaste del río, Bucky! ¿Por qué?

—No lo sé.

Cuando el rubio iba a contestar, la vista de ambos Vengadores se dirigió a la ventana que estaba a su lado. De allí salió una granada que Steve golpeó con su escudo. De la ventana a nuestro lado salió otra, la cual Bucky pateó para que el Capitán la cubriera y que la explosión ocurriera debajo de este.

La puerta comenzó a romperse debido a que estaban golpeándola. De las ventanas salieron dos hombres armados a los cuales Harley y yo golpeamos.

El castaño abrió la puerta que dirigía a la terraza y cuando iba a salir, Steve lo detuvo—. ¡No espera! —ambos se miraron—. Ó alguien va a morir.

Bucky se zafó de su agarre haciendo que este cayera al suelo, luego rompió el suelo de matera para sacar la mochila que tenía escondida allí en caso de emergencias.

—No mataré a nadie —se levantó y lanzó por la terraza la mochila, para que esta cayera en el edificio de al lado.

Otro hombre apareció por la ventana y alzó su arma en mi dirección. Bucky fue hasta mí y nos cubrió con su brazo de metal. El Capitán Rogers fue hasta Harley y se cubrieron los dos para después lanzarle el escudo al soldado mientras que la rubia disparaba a los hombres detrás de ella.

Bucky comenzó a caminar tomando mi mano detrás de él con su mano izquierda cubriéndonos de las balas. Al estar a menos de un metro del hombre que disparaba, tomé el florero que estaba en una mesa junto al sofá y lo golpeé en la cabeza, dejándolo inconsciente de inmediato.

Ambos nos miramos al escuchar disparos desde la puerta principal —la cual estaba frente a nosotros—, así que él me echó para atrás y golpeó en la pared a un lado de la puerta, haciendo que el muro se rompiera y golpeara a uno de los tantos soldados que nos esperaban fuera del lugar.

Después, Bucky derrumbó la pared con su hombro logrando derribar a dos de los hombres armados para luego rápidamente tomar al primero que se le acercara y golpearlo. Yo me le adelanté y golpeé con su misma arma a un soldado que estaba a punto de dispararle en la cabeza, para después patear al primero de los dos que quedaban en las escaleras, logrando derribar a los dos.

Del techo del edificio salió un soldado con un cable mientras disparaba. Bucky lo tomó del pie y lo estampó contra la pared para después tomar el tubo metálico con el cual estaban rompiendo la puerta y golpeó a los tres hombres que se abalanzaron hacia mí.

Los dos nos miramos cuando notamos todos los hombres que se aproximaban.

—No puedo quedarme aquí, si llega alguien de la CIA me delatarán. —Exclamo para que logre escucharme entre los disparos que causaban los hombres que venían subiendo mientras nosotros bajábamos con el brazo de Bucky como escudo.

—Yo te cubro —dicho eso, pateó el estómago del hombre que tenía enfrente y saltó al soldado que estaba guindando inconsciente en el techo para bajar un piso más y comenzar a golpear a los que estaban allí.

Vencí a los cuatro hombres que estaban en mi camino hasta él, y cuando estuve a su lado, miró al hombre colgado y luego a mí.

—Oh, no.

—Oh, sí.

Me cargó de forma nupcial con rapidez y saltó la barra hasta el hombre que estaba colgado un cable. Me montó sobre el soldado lo más rápido que pudo me dio el control para poder bajar.

—¿A dónde irás tú? —cuestiono con preocupación. Él, al ver que no quería bajar, subió conmigo y presionó el botón para comenzar bajarnos con rapidez.

—No me atraparán, estaré bien —dejó un beso en mi cabeza—. Lo prometo.

Cuando iba a reclamar, Bucky tomó una de las barras con su brazo y soltó un grito de dolor. Yo no tengo más remedio a verlo seguir luchando contra los policías, rogando en mi interior porque todo estuviera bien con él.

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