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V

Sus ojos se abrieron a causa de la pesadilla que recién había invadido su mente mientras dormía. Pasó una de sus manos por su rostro a la vez que abría sus ojos, dándose cuenta de que estaba en su habitación.

—¿Qué pasa? —volteó su cabeza para mirar a BangChan sentado al lado suyo en su cama, ya empezaba a ser costumbre despertar con él a su lado.

Se quedó en silencio unos momentos, procesando su pesadilla. En ella, Gina manipulaba a un vampiro, el cual no pudo detallar, indicándole que le matara a él.

—Chan... ¿Qué tal si Gina está detrás del ejército de neófitos?

—No creo. —miró al techo, nunca habían tomado en cuenta esa posibilidad, pues Gina dejó de evidenciar rastros de su paradero hace mucho. —Jeongin la habría visto.

—Lo sé, pero perfectamente Gina pudo dejar a alguien en su lugar, y así mantenerse oculta. Reconociste a la persona que entró en mi habitación, pueden estar relacionadas.

BangChan nunca se caracterizó por analizar demasiado las situaciones que los aquejan, pero en esta ocasión, reconocía que la opción que Felix le estaba planteando no sonaba nada mal, hasta tenía bases para poder ser real. el intruso y Gina tienen el mismo objetivo, el cual es asesinar a Felix, ¿por qué la intrusa tendría ese objetivo si nunca han tenido un encuentro desagradable? Tan solo pudo reconocer a esa hombre, Hanbin, pero jamás ha tratado con ella.

—Si es así, deberías de esconderte.

—¿Qué dices? No, no haré eso mientras ustedes se arriesgan el pellejo por mí. —se sentó en su cama, mirándolo molesto.

—Si Gina está detrás de todo, como supones, lo mejor es tenerte lejos de la batalla. Será sencillo poder ganar con los lobos, dudo que nosotros podamos hacer mucho con ellos ahí.

—Así como también supongo que es peligroso que nos separemos. ¿Cuántas veces planeas poner a prueba esa opción? Las dos veces que nos hemos separado, ha salido todo mal, ¡al menos para mí!

Sabiendo que de todas maneras Felix contaba con la razón de su lado, otra vez, acabó aceptando la idea de no dejarlo solo. A pesar de que no podría estar con él en todo momento para protegerlo de cualquier ataque sorpresa de Gina, o bien, de su nuevo problema, Hanbin, optó por pedir ayuda de Changbin, muy a regañadientes.

Reunidos Felix, BangChan, Changbin y Minho en un campo abierto, distinto a los que han usado para entrenar, empezaron a dejar en claro el plan que ya tenían los SKZ. Changbin tan solo tendría que llevar el comunicado a los demás lobos. Ese campo sería el punto en el cual atraerán a los neófitos, pues les brindaba ventaja, usando el aroma de Felix. Sin embargo, así como la batalla empieza ahí, allí mismo debe finalizarse, sin dejar a uno solo en vida.

—Chan y Felix se irán a un campamento antes de que empiece la batalla, pero aún así podrán ubicarlo por su aroma.

—En cambio. —continuó Minho. —Tu olor es nauseabundo.

—No quieras empezar a comparar hedores. —se defendió el castaño.

—Quiere decir que tu olor puede camuflar el mío. —intervino Felix, evitando que empiecen discutir sin sentido. —Si voy con Chan, fácilmente llegarán a mí, pero contigo no.

—Sigue sin agradarme la idea. —se cruzó de brazos el pelinegro, apartando levemente su mirada.

—Hagamos una prueba. —volvió a hablar Minho. —Aléjense de aquí, los dos. —dijo mirando al rubio y a Seo.

Siguiendo la petición del pelirrojo, ambos muchachos se adentraron entre los árboles que rodean el campo. Más alejados de los vampiros, Felix terminó por subir en la espalda de Changbin, para así poder avanzar más rápido. Le era gracioso la situación, pues nunca antes alguien lo había cargado de esa manera.

Una vez sabiéndose lejos de los vampiros, Changbin dejó de correr.

—¿Me pedirás que no enfrente a los neófitos? ¿No te preocupa mi seguridad?

—En realidad sí, pero ya sé que me dirás que no, así que prefiero ahorrarme las palabras.

—De todos modos no tengo opción. Dejé que Soobin fuera el alfa, así que tengo que aceptar lo que el decida. —aquello fue nuevo para Felix, nunca pensó que algo así hubiese pasado entre esos clanes. Bajó de la espalda de Changbin para caminar a su lado.

—¿Dejaste de Soobin fuera alfa?

—Algo así. —miró las copas de los árboles. —Honestamente, no quería estar en una manada, ni ser su líder. Pero cada elección tiene consecuencias, algunas más que otras.

—Ya sé por qué dices eso, y no creas que funcionará. —rodó los ojos. —Tienes que respetar mi elección.

—Puedes amar a más de una persona a la vez, lo he visto.

—Sí, pero no soy un lobo, no puedo imprimar.

—No se trata de imprimar, Felix, se trata de sentir. Yo sé que sientes algo por mí. —ambos muchachos se detuvieron, Changbin dio unos pasos más para quedar de frente al rubio. —Puedo sentirlo.

Empezó a acercarse, pero el simple hecho de que Felix le mirara a los ojos, supo interpretar como un recordatorio al incidente que tuvieron hace un tiempo. Se sonrieron para después seguir caminando, llevando su tema de conversación a otro rumbo.

En donde se habían quedado BangChan y Minho, el pelinegro esperaba pacientemente, aunque en realidad deseaba poder ir detrás de ellos, a que su compañero regresara. Seguía sin sentirse alegre por pedir ayuda a Seo, pero en su mente abundaba la idea de querer la mayor protección para su novio.

—No pude sentir el aroma de Felix. —dijo Minho al reaparecer de entre los árboles. —Solo percibí el olor del lobo. Funcionará.

—Genial...

Después de un par de horas, Felix regresó a su casa, solo. Los vampiros aún seguían mejorando todos sus planes para cuando llegara el momento de la pelea con los neófitos. Sin embargo, se vio sorprendido cuando vio salir a Jeongin de su casa, se había despedido de su padre antes de cruzar la puerta, y ahora se encaminaba hacia él con una sonrisa triunfadora.

Simplemente le había dicho a su padre que toda la familia SKZ iría de campamento, mientras que él se quedaría en casa de NamJoon , aparentemente con BangChan. Jeongin se despidió, yendo a informar a los demás del avance que había logrado en beneficio de Felix , mientras que él entró a su casa. Le encontró en la cocina, sentado frente al comedor con un periódico entre las manos.

—¿Y? —apoyó sus brazos sobre el respaldar de la silla. —¿Qué te pareció Jeongin?

—Me agrada, es lo más que puedo decir.

—Es... diferente al tipo de personas que estamos acostumbrados a tratar. —por su alegría y brillo que siempre desprende. —Padre, una pregunta, ¿por qué no te volviste a casar después de mamá?

—No lo sé. —bajó el periódico para mirar a su hijo. —Quizá es porque no he conocido a la indicada. ¿Por qué?

—Es solo que pensé que ya no creías en... el matrimonio y todas esas cosas. —presionó el respaldar de la silla, pensando en la proposición de BangChan. —¿Crees que tiene algún valor?

—Claro que tiene valor, cuando eres mayor. —dejó el periódico a un lado. —Aunque no es lo mismo a que tengas que casarte por un descuido.

—... —parpadeó un par de veces. —¿Qué?

—Sabes de qué hablo, hay cosas en las que debes pensar antes de tener relaciones íntimas.

—¡Wow! Espera, no quiero escuchar la plática. —alzó ambas manos, queriendo frenar a su padre. —No es necesario, hablé con mamá hace como cinco años.

—No tenías novio hace cinco años. —contraatacó.

—De igual manera te aseguro que todo sigue igual.

—Bien, eso quiere decir que ustedes... están siendo precavidos.

—Papá, en serio no tienes que preocuparte por eso. Chris es... anticuado.

—Sí, claro, ¿acaso eso es un código o qué?

—¡Por favor, papá! Soy virgen. —empezó a retroceder.

—¡De acuerdo! Fue bueno haber hablado.

—Igualmente. —subió por las escaleras directo a su habitación, lo mejor sería empezar a empacar sus cosas para irse a casa de los SKZ, pues era un hecho que BangChan ya le estaría esperando.

Su idea de saber qué pensaba su padre respeto al matrimonio estuvo por acabar en una conversación sobre las relaciones sexuales, todo opuesto a lo que tenía en mente.

—Virgen, ¿eh? —el mayor volvió a tomar el periódico para abrirlo donde había quedado. —Ahora Christopher me agrada un poco más.

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En base al plan que había montado Jeongin, Felix había alistado apenas lo necesario para irse a quedar en casa de los vampiros junto con BangChan. Al menos podía sentir el alivio de que estarían juntos, ya que siempre pasaba algo malo cada vez que se separaban. Siempre le fascinó los ventanales de la casa, pues permitían la entrada de la luz del día, aunque en esta ocasión, la infiltrada era la luz de la luna.

Antes de que siquiera pudiera tocar, BangChan ya se estaba acercando para abrirle. En efecto, no había ni un solo vampiro alrededor. Y como ya era conocedor de los aposentos de la casa, Felix subió por las escaleras, siendo seguido por su novio, hacia el segundo piso. Supuso que se quedaría en la habitación del pelinegro, pues no era como que la familia tuvieran un cuarto para visitas, así que se encaminó hacia el cuarto. Sin esperarse la pequeña sorpresa.

—¿Una cama? —dio media vuelta para mirar a BangChan, quien le sonrió.

—Supuse que ibas a querer una, así podrás dormir más cómodo.

—No era necesario, pude haber usado algún sillón.

A pesar de ya haber pensado en ello, de igual manera agradecía el gesto de su novio. Tomó lugar en la cama, y reconocía que era bastante cómoda, por lo que ahora optó por dejarse descansar sobre el almohada. Ya podía presentir una noche tranquila. BangChan le imitó, acostándose a su lado.

—¿Te cuento una cosa? Solo no vayas a decirle a Jeongin.

—¿Qué es? —sus ojos negros siguieron enfocados en el techo, a pesar de que podía sentir a BangChan mirándole.

—Cuando dijo que la casa quedaría para nosotros, hizo esa mirada que ya sabes lo que quiere decir. En este momento debe de creer que estamos haciendo... eso. —contó con una sonrisa en su rostro.

—¿Y acaso es malo?

—¡No! En lo absoluto, pero quiero guardar ese momento para cuando estemos casados. Esa es una regla que... tú sabes. Sé que no es algo muy moderno. —también miraba el techo, suspirando. —Vengo de otra época, donde todo era menos complicado. Creo que si te hubiera conocido en ese tiempo, te hubiera cortejado, pudimos pasear con chaperonas, o tomar té, como se acostumbraba. Ahora he visto que no suele hacerse así, no en todos los casos.

Ambos se quedaron en silencio, sin saberlo, los dos pensaban en cómo hubieran sido sus vidas de haberse conocido más de cien años atrás. ¿Serían pareja? ¿O estarían con otra persona? BangChan, tomando aire, se sentó en la cama, captando la atención de Felix.

—También estoy seguro de que te habría robado uno que otro beso. Y después de haberle pedido permiso a tu padre, te hubiera ofrecido un anillo. —sorprendido por el repentino cambio en BangChan, Felix también se sentó en la cama. Bajando su mirada a sus manos, que eran tomadas por las de su novio, el cual ponía una pequeña caja de color negro en ellas. Al abrirla, se mostró un pequeño anillo plateado. —No es muy elaborado como muchos otros que vi, pero para mí, es perfecto para ti. —se sentía satisfecho por ver la mirada de Felix, por lo que prosiguió en sus palabras. Quería imaginar que estaban en su época. —Lee Felix, prometo amarte cada momento de nuestras vidas... eternamente. ¿Me harías el honor de casarte conmigo?

Avergonzado. Eso era lo  que Felix podía sentir en esos momentos. No había necesidad de tanta formalidad, pero podía comprender cómo eran las pedidas de matrimonio en los tiempos de BangChan.

—Sí-sonrió en grande saltando sobre BangChan para abrazar fuertemente.-Sí, sí, sí-comenzó a dejar cortos besos en el rostro del vampiro, haciéndolo reír.

(...)

En medio de toda la situación tensa que los envuelve en esos momentos, no podían dejar de lado el motivo por el cual ellos dos debían de permanecer tan unidos. Al salir el sol, ambos muchachos se adentraron en los bosque, donde se había acordado que llevarían a cabo la batalla con los neófitos, donde Felix se encargaba de dejar pequeñas manchas de su sangre ya fuera en árboles, piedras u hojas.

—¿No crees que es mucho?

—Si esto es lo único que puedo hacer, al menos quiero hacerlo bien. —el pelinegro le tomó la mano, mirando la pequeña herida en el dedo. Felix cerró su mano. —No, no quiero incomodarte.

—No lo hace, hace tiempo que dejó de hacerlo.

—¿Ah, sí? ¿Desde cuándo?

—Desde que estuve todo un día creyendo que estabas muerto. —levantó una ceja. —No te llevas tu anillo.

—No quiero perderlo.

—O no quieres que Changbin lo vea.

—No es eso. —suspiró. —Quiero que se entere cuando haya pasado todo esto, que tenga la mente clara.

—¿Quién tiene que tener la mente despejada? —se tensó al escuchar la voz del castaño, a pesar de no haberlo expresado. Por un momento había olvidado que Changbin estaba en ese mismo bosque.

—No es nada. —interrumpió BangChan. —Nos veremos en unas horas. —se acercó para depositar un corto beso sobre los cabellos rubios. Luego, se fue por unos de los tantos caminos que brinda el bosque. Tenía que llegar por su cuenta al lugar donde acamparán.

—¿Ocurre algo?

—No. —centró su mirada en el castaño, acercándose para subirse en su espalda igual que la vez pasada. —Solo que quieren matarme.

—Eso empieza a ser un clásico contigo.

Adaptación de: Eternidad Contigo [NS]

Créditos. @CelaenaUchiha18

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