I
https://youtu.be/qQkJe0zzf9w
Time stands still
Beauty in all she is
Every breath
Every hour has come to this
One step closer
I have died everyday waiting for you
Darling, don't be afraid
I have loved you
For a thousand years
I'll love you for a thousand more
Al ver el techo, pensó que quizá se encontraba en la habitación de BangChan. Recordó la vez que se quedó a dormir allí, la noche anterior que se fueran de campamento. Una de sus manos viajó a su cabeza, sentía sus extremidades dormidas, seguramente por haber estado acostado en la misma posición durante... en realidad no sabía cuánto tiempo había estado ahí. Al sentirse tan bien, le parecía irreal todo lo vivido durante el embarazo.
¿De verdad ahora tenía un hijo? ¿Es papá?
Se sentó en la cama, percatándose de la grandiosa mejora en su visión. Podía ver con detalle cada objeto, el polvo viajando con la corriente de aire, las pequeñas letras de los lomos de unos pocos libros que habían sobre un estante. Primero puso un pie en el suelo, sintiendo un escalofrío, después bajó el otro hasta levantarse. Escuchó un ruido proveniente de la entrada a la habitación, por lo cual se volteó inmediatamente, topando con su esposo, quien le miraba entre feliz y asombrado.
BangChan se adentró en la habitación, en lo que el rubio levantaba una de sus manos en su dirección, solo ahí se percato de que su tono natural había regresado. Su mano ya no se veía esquelética, según como la recordaba. Al volver a concentrarse en el pelinegro, esbozó una sonrisa. Había extrañado poder sentirlo cerca suyo, tocarle con sus propias manos.
—Te extrañé. —dijo su esposo casi en un susurro. Estaban tan cerca que no necesitaban hablar en un tono fuerte. —Ahora tenemos la misma temperatura. —había puesto una de sus manos sobre la mejilla de Felix, a la vez que este le miraba directo a los ojos. Por un segundo, BangChan se perdió en el rojo intenso de esos ojos, admitía internamente que los ojos de ese color le sentaban bastante bien a su esposo. —Y parece ser que también somos de la misma estatura.
Y era verdad. Cuando Felix aún era un humano, había una diferencia de pocos centímetros respecto a Chan, ahora estaban en la misma estatura. Para el vampiro, era sorprendente ver el claro aspecto varonil que había tomado su esposo con la transformación; y no quería decir que antes no se viera así, pero sí tuvo características que lo evidenciaban como doncel. Ahora, nadie sospecharía que lo es. Se había convertido en un hombre bastante apuesto, y agradecía que ya estuvieran casados.
Sin medir la fuerza con la que ahora contaba, Felix tomó a su esposo y lo envolvió con sus brazos, ignorando el quejido que este emitió cuando el aire salió de sus pulmones sin cuidado alguno. Al soltarlo, no pudo evitar sonreírle, simplemente estaba encantado de poder ver a BangChan, pero...
—¿Y Seungmin? ¿Dónde está? —quiso ir en busca de su hijo, estaba totalmente seguro de que todos los recuerdos en su mente en verdad habían ocurrido, y ahora solo quería conocerlo. Sin embargo, BangChan le tomó de la mano para detenerle, a lo Felix le miró.
—Definitivamente tienes que verlo, se parece tanto a... —esbozó una sonrisa. —Pero aún no puedes.
—¿Por qué no?
—Pronto empezarás a sentir demasiada sed, y será peligroso. Tendremos que ir a tu primera caza.
Siguió a BangChan con la mirada cuando este se acercó al balcón y bajó de un salto. Estaban en el segundo piso, por lo que Felix dudó por un momento si hacer lo mismo. De ser humano, claramente esa caída significaría terminar lastimado, pero ahora que era un vampiro, la historia cambiaría.
Al poner una mano sobre la baranda, se impulsó para pasar ambas piernas por encima de esta y caer al suelo. Su pies cayeron firmes, sin representar algún síntoma de dolor. Le recordó a todas la veces que, cuando niño, saltaba los últimos tres escalones de su casa cada vez que escuchaba a su padre llegar todas las tardes del trabajo, siempre le recibía. Los dos se adentraron en el bosque, acelerando el paso hasta que se hallaron corriendo por entre los árboles. Su cuerpo se sentía absolutamente ágil, sentía que podía ser capaz de realizar cualquier actividad sin demora alguna. Era fascinante ver el mundo con la clara mejora en su visión, todos los detalles y colores. No había cosa que pasara por alto.
Cuando vio que BangChan se detuvo a unos metros más adelante, imitó su acción, quedando a pocos centímetros de él.
—Escucha con atención todo lo que te rodea, busca a tu presa.
Aún no entendía del todo cómo podría encontrar a "su presa" usando tan solo su oído, pero al concentrarse en su entorno, empezó a percatarse de cada sonido que emitían los animales que lo rodeaban. Sin embargo, su olfato percibió un aroma ajeno a los animales, incluso al de BangChan y el propio. Estaba a pocos metros de su posición, debía de tratarse de alguna persona caminando por el bosque, específicamente, era una mujer. Era un aroma dulce.
—Felix... —puso una mano sobre el hombro del pecoso, al percatarse de que algo andaba mal. También percibió el aroma de la mujer, estaba cerca de ellos.
El dulzor se vio opacado por un aroma mucho más dulce, pues la muchacha se había tropezado con una de las raíces de los árboles cayendo al suelo, unas cuantas piedras cortaron su piel, provocando que brotara de ella unas cuantas gotas de sangre. Su razonamiento se nubló, y dejándose llevar por su instinto, fue detrás de la muchacha. Sin embargo, su esposo le había tomado de un brazo y lo empujó contra uno de los troncos de los árboles, aprisionando su cuerpo.
—¡Contrólate! —tuvo que usar toda su fuerza para retener a Felix contra el árbol. La diferencia de fuerzas era notoria, pues se trataba de un vampiro de más de cien años, contra un neófito. En estos momentos, BangChan estaba en desventaja. —No pensé que habrían personas cerca.
—Suéltame. —le amenazó con la mirada, clavando sus dedos en el brazo de pelinegro, pues este presionaba su cuello. Sus ojos brillaban en el tono más rojo que el BangChan hubiera visto en todos sus años, no dudaba de que frente suyo se hallaba un neófito bastante poderoso.
—¡Me dijiste que querías ser como yo! No cazamos humanos. —sabía que muy en el fondo, Felix se estaba conteniendo por el simple hecho de tratarse de él, pues ya era para que se hubiera liberado de la prisión en que lo tenía. —Tienes que luchar contra ese instinto.
Tratando de despejar su mente, Felix terminó por empujar a BangChan y huir en la dirección contraria a la de la humana. Solo se alejó lo suficiente hasta que el aroma fuera lo soportable. Apoyó una mano en un tronco, ya podía sentir cómo su esposo se estaba acercando, seguro aún temeroso de que pudiera atacar a alguien, incluso él temía que algo así pudiera suceder.
Unas hojas crujieron al ser pisadas, pero estaba vez fueron las patas de una animal. Los ojos rojos se enfocaron en un ciervo caminando a varios metros desde su posición. Si tenía que restringirse de matar humanos, claramente tendría que recurrir al método de los SKZ, y ser un vampiro "vegetariano". Se puso en posición, en espera del momento perfecto para arremeter en contra del ciervo.
(. . .)
Aún le molestaba la sangre que había quedado en su camisa, no se veía, por lo mismo de que esta era negra, pero podía percibirla. Al menos ya no le afectaba, no tanto como hace media hora. BangChan le confesó lo sorprendido que estaba por la fuerza de voluntad que logró tener en mitad de una caza, incluso reconoció que a veces era difícil para él no dejarse embriagar por el aroma de la sangre humana, a pesar de que al final siempre la termina evitando.
Cuando llegaron nuevamente a la vivienda, Changbin salía de esta, ya sabiendo que ellos habían llegado.
—Me sorprende que te digas viendo tan... tú. A excepción de los ojos raros, claro. —comentó con una media sonrisa, acercándose al pecoso.
—No creí que seguirías aquí. —mencionó, sin saber que Changbin había estado cuidado de Seungmin todo los días que él estuvo inconsciente.
—Deberías de entrar.
—Aún no sé si deba... —pensó únicamente en su hijo, ¿Qué pasaba si perdía el control, como hace un rato, y lo lastimaba? No podría cargar con la culpa de ser el causante de cualquier herida en Seungmin.
—Será bueno para los dos.
—¿Ahora te preocupas por él? —enarcó una ceja.
Los ojos del lobo viajaron al pelinegro, BangChan negó suavemente con la mirada, sabiendo que aún no era el momento indicado para hablar de eso.
—Bien, deberías de dar el segundo paso. Te acostumbrarás a cazar animales, pero ahora deberías de empezar a acostumbrarte al aroma de los lobos. —dio unos pasos al frente, permitiendo que el neófito se acercara solo un poco para percibir su aroma. Bufó con burla cuando este volvió a su posición con una ligera mueca de rechazo.
—Creo que ahora entiendo todas las veces que hablaron del aroma de los lobos. En verdad apestas.
—Ya ven. —dio media vuelta para adentrarse en la casa, la pareja le siguió.
Felix fue el primero en adentrarse en la sala de la casa, BangChan iba detrás de él. Allí vio a toda la familia reunida, quienes se voltearon al saber que él estaba ahí. Jin le sonrió amoroso, y dejando ver la felicidad que le daba volver a verle con ellos.
—Jisung. —llamó Namjoon la atención del peliazul quien dio media vuelta dejando ver al bebé en sus brazos. Todos estaban atentos al encuentro de Seungmin y Felix.
El chico se acercó lo suficiente para que Seungmin pasará a brazos de su padre. Todo era tan irreal, su transformación duró solo dos días, según lo que BangChan le había dicho, pero simplemente su bebé no parecía tener dos días de haber nacido.
—¿De verdad solo pasaron dos días?
—Crece igual de rápido que en el proceso de gestación. —le explicó Namjoon.
Detalló en cada rasgo del bebé. El mismo color de ojos, el poco cabello que tenía ya daba indicios de ser tan desordenado como el de BangChan. Lo único que podía decir que había heredado de él, era el cabello castaño, rasgo típico de los Lee.
—Bueno... —el lobo se acercó al bebé, ya no soportando más la situación. —Ya mucho por hoy.
Quiso tomar a Seungmin en sus brazos, pero la reacción de Felix fue retroceder, mirando sin entender bien del todo a Changbin.
—¿Qué ocurre contigo? —frunció el ceño. —Hace varios días no querías saber nada de Seungmin, ¿y ahora te preocupas por él?
Antes de preferir ver a su bebé en brazos del lobo, lo cedió a Hyunjin, para enfrentar al castaño.
—Felix, sabes que es difícil de explicar, aunque ya lo había hecho una vez. —tenía que saber usar sus palabras en contra del pecoso, no quería que la situación se pusiera delicada. —No pude controlarlo, ni siquiera sabía que iba a pasar. Yo no lo elegí, solo sucedió. Pero te aseguro que no es lo que piensas, ¿de acuerdo?
No necesitaba de más explicaciones, todo estaba claro. Sin poder manejar su ira en contra de Changbin, le tomó del cuello y se dirigió a la puerta principal de la casa, solo allí le soltó al arrojarlo contra el suelo.
—¡¿Te imprimaste de Seungmin?!
—¡Ya te dije que no lo lo elegí!
—¡Es solo un bebé!
—¡Y también ya te dije que no se trata de eso! BangChan ya lo sabe, ¿piensas que me hubiera dejado vivir de ser lo que piensas?
—Aún lo estoy dudando. —reconoció apoyándose sobre las barandas de la casa, admirando la fuerza de su esposo.
—Solo lo cargue una vez, ¡solo una maldita vez! Y tú, ¿te sientes con derechos sobre mi hijo? —se acercó al castaño, sin quitarle el par de ojos rojizos de encima. —Es mío.
—¿Ya no quieres estar cerca de mi?, cierto.
—No, nunca- le miro con enojo.
—Desde el principio era minnie el que me quería...
—¿Minnie?, ¿¡Le pusiste de apodo el nombre de un ratón!?-lo empujo- No te quiero cerca de mi hijo.
—Sabes bien que no podré evitarlo.
Quiso bloquear el golpe que iba hacia su abdomen, pero la fuerza de Felix ahora supuraba la suya, por lo que acabó en el suelo. Respiró pausado, tratando de recuperar el aire perdido. Una de sus manos usó un tronco de soporte para poder levantarse de nuevo.
—Me conoces, Felix, lo único que voy a querer es que Seungmin sea feliz, nada más. —explicó, logrando erguirse cada vez más. —Nunca tuvo sentido el que tú y yo estuviéramos juntos, y esta era la razón. Me correspondía cuidar de tu hijo, no de ti.
Se negaba a aceptar la situación, pero tampoco podía luchar contra los instintos de un lobo. Él y BangChan eran lo suficientemente capaces de cuidar de Seungmin, pero creía que al menos podía hacer una excepción con Changbin. Su hijo estaba en medio de todos, y prefería que al menos pudiera haber una sana convivencia, por su bien.
Adaptación de:Eternidad Contigo [NS]
Créditos. @CelaenaUchiha18
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