7|Familia Horrorosa
Janesse
05 de Marzo del año 2015
Nueva York
Meterse en problemas no entra en mi diccionario, tampoco en mi vocabulario. Jamás he tenido que disculparme por un error cometido, no de mi parte. Siempre he sido una de las hijas perfectas para mis padres perfectos. Con hermanas perfectas y un hermano imperfecto.
Mis padres han tachado a Kenner como la oveja negra de la familia porqué es muy diferente a nosotros. Pero en está ocasión la que estaba recibiendo todas la criticas era yo, quien había desaparecido durante dos días completos. Los esplendorosos gritos de mi padre adornaban la sala con un eco que podría asustar a cualquiera, y los empleados se mantenían al margen con sus expresiones pero permanecían de pie a mi lado a la espera por que sus intentos con las sabanas me cubrieran.
Pero yo también estaba asustada. Y debido a eso no podía mover ni un músculo.
Sí, mi ropa estaba completamente mojada. Había hecho algo malo e impropio de mi misma. He manchado mi cuerpo y el apellido de la familia. Sólo espero que no exista ningún articulo sobre el incidente, o estaré muy perdida. Tal vez en Suiza, encerrada en un internado estricto en donde me trataran como un títere a quien deben educar para odiar a la clase baja.
Padre nunca nos ha pegado, mucho menos levantado la mano en la infancia, y eso lo hace más aterrador cuando se enfada. Pues su crítica voz gruesa y el eco que transmite está, son lo suficiente para crear miedo. Padre casi nunca se enfada.
—¡¿Crees qué puedes tener libertad para hacer todas las absurdas tonterías que haces?! ¡NO! La familia Garnier tiene que sufrir por cualquier cometido nefasto que llegué a oídos de algún periodista, y en un suspiro podríamos perder la grandeza. ¡¿Es qué no te queda claro?! ¡No eres una niña! ¡Crece ya, maldición!
Y cuando creíamos que jamás levantaría la mano, mi corazón se detuvo en ese pequeño micro segundo, el asombro y el miedo se mezclaron en mi consternado rostro. Padre ni siquiera estaba al tanto de sus propios cometidos, ha decir verdad, si no fuera por mi impulsivo hermano, la mano de padre se hubiera estampado en mi rostro.
—¡No te atrevas a golpearla! —Refunfuñó con los ojos completamente abiertos por el asombro—. ¡Todo menos eso!
Kenner siempre ha sido tachado por la familia. Siempre lo han juzgado por alzarle la voz a nuestros padres, por responderles cuando no debía hacerlo, por ignorar sus reglas, por todo. Por ser quién era. Kenner era mi ejemplo a seguir, sin importar todo lo malo que decían sobre él, siempre sería mi persona favorita.
Kenner era mi único hogar, mi única familia.
Padre controló su enfado, bajó su brazo y miró con reclamo a mi hermano. En las familias siempre han existido las ovejas negras, no es un delito. En las familias siempre habría un problema que las perseguiría por mucho tiempo. No hay ninguna familia que viva tranquila y feliz. Ninguna.
—Tú, malcriado insolente —bramó con ira—. Sólo eres un mal ejemplo para tus hermanas. Ni siquiera sé porque sigues en mi casa si no respetas las reglas.
—Entonces me largo si así lo deseas, padre —emitió con un explosivo odio que podía notar en su tono de voz—. No es que tu casa sea mi hogar. Esto ni siquiera es un hogar.
Padre reaccionó mal. Justo como esperaba, pues su temperamento no era ninguna broma.
—¡Lárgate entonces! No te quiero ver aquí. No creas que te dejaré tocar un centavo de está familia. Si aquí no perteneces entonces piérdete en la calle y vive como un vagabundo muerto de hambre. Sé como tu estúpida novia que tanto lloras. ¡Pero lárgate ahora mismo!
Padre sujetó del brazo a Kenner, pero mi hermano era joven y fuerte, así que se resistió a su agarre. Forcejearon un momento hasta que Kenner pudo empujarlo.
—No necesito nada de ti. Ni siquiera me molestaré en recordar que tuve un padre nefasto como tú. Eres un asco señor Garnier. Espero que algún te pudras con toda tu fortuna y tu mierda clase social —sujetó mi mano y me empujó a la salida—. Vamos, Janesse. No necesitas todo esto.
Yo también quería dejar esa casa. Era muy grande, silenciosa, vacía y fría para mí. Yo no pertenecía a esa perfecta familia como decía llamarse en público. Yo no puedo sonreír ante todos fingiendo que no me importa compartir el titulo con mis hermanas, no estoy decidida a ser solo una sombra, a seguir ciegamente las palabras de madre y hacer todo lo que se me ordena. Yo quiero vivir libre y felizmente. Quiero ser una adolescente que disfruta de su vida en un instante.
Quiero sentir el aire en mi rostro y dejar las preocupaciones a un lado. No quiero ser perfecta. Quiero comer tanto como pueda y dejar de danzar las rutinas que escogen para mí. Quiero ser solamente yo, Janesse. Una ordinaria chica cuya edad está en la época correcta.
Me preparo para seguir a Kenner con todas las ganas del mundo, pero los tacones de madre chocan contra el suelo tapizado de las escaleras, desde su posición nos mira a todos y habla con una seguridad que te arrebataría la valentía.
—Janesse no va a ninguna parte. Ella todavía no tiene 21 años, sigue siendo menor de edad para mí. Y no pienso dejar que su futuro se arruine por un inepto irresponsable como tu, Kenner. Vete si así lo deseas, rompe contacto con nosotros, pero ten presente que no te volveremos a abrir las puertas a está casa. Cuando salgas por esa puerta dejaremos de ser tu familia —aclaró con una impecable confianza que me erizó la piel.
Noté la tensión en mi hermano, las venas del cuello sobresalían y su manzana subía y bajaba. Le costaba respirar sin parecer un toro enfurecido. Madre siempre ha sido insoportable con su elegancia exagerada. Parecía poseída cuando nos hablaba.
—Janesse, ve a tu habitación. Quiero que reflexiones tus errores, y cuando mande a buscarte quiero que me expliques las cosas —ordenó madre.
Mi corazón palpitaba, mi estomago dolía y el frío congelaba mi cuerpo. La tensión en cada músculo me imposibilitaba el valor para obedecer. Una parte de mí quería que a Kenner le importara nada las palabras de nuestros padres y me sacara de allá, pero mi hermano también estaba sorprendido por la presencia de madre.
Madre es un monstruo.
Siempre lo ha sido y siempre lo será.
Antes de obedecer todo lo que me indicó, miré por todas partes nerviosa porqué ya nada podría salvarme, pero mis ojos se detuvieron en mis dos hermanas paradas mirando desde el barandal de la planta alta. Darlene me miraba con burla y Suellen tenía esa inexplicable mirada llena de superioridad que siempre me hizo sentir una basura comparada con ellas.
Cuando creí que soltaría a llorar, sentí el agarre de Kenner más fuerte. Me acercó a él en un abrazo de despedida.
—Prepara tus cosas, vendré por ti está noche —me prometió en un susurro.
Nos separamos, y Kenner solo fue capaz de observarme a mí antes de largarse de está jodida casa. Yo, nuevamente sola, con padre de pie frente a mí negando una y otra vez que yo era su hija y mi madre escrutando con una indescifrable mirada la partida de mi hermano, decidí que era momento de subir a mi habitación.
Los empleados me siguieron, tratando de cubrirme con la sabana, pero ya ni siquiera podía hacerle caso al frío que me congelaba. Sólo me preocupaba a donde escaparíamos si Kenner regresara por mí. ¿A dónde iríamos? ¿Sería prudente escapar con él? ¿Podríamos sobrevivir?
Kenner y yo solo tenemos un año de diferencia. Y lo cierto es que seguimos siendo unos críos que estamos acostumbrados a usar el dinero de nuestros padres. ¿Cómo le haríamos?
—Su baño está listo, señorita —acotó la empleada regordeta—. Por favor, dese prisa, su señora madre quiere hablar con usted en menos de una hora.
—Charity —la detengo—. ¿Ella mandó a investigar mi paradero?
La empleada me observó con pena, sujetó mis manos con las suyas en un intento fallido de consolarme.
—Está mañana llegó su secretario con toda la información. Dijo que te habías reunido con un tal Justin Cranston y un grupo de chicos. No alcance a escuchar nada más.
Oh por dios, mi secreto pronto estaría expuesto. Había sido muy estúpida al ausentarme por dos días seguidos. Por supuesto que en algún momento alguien se iba a dar cuenta. Pero lo que no comprendo es como sucedió. Charity hubiera echo todo lo posible por ser mi tapadera como las veces anteriores.
Antes de que dijera algo, la puerta de mi habitación fue violentada por la engreída hermana que me odiaba desde siempre. Darlene observó a Charity y le pidió que se retirara con un carácter arisco. Indagó por mi habitación, burlándose de todo lo que tenía.
—Eres muy estúpida, querida hermanita —canturreó toqueteando los álbumes de música clásica que Kenner me regalaba en cada oportunidad—. Siempre fingiendo ser una inocente con esa cara. Pero al final eres igual de zorra como Kara Nichols.
—No deberías hablar así de tu amiga —puntualizo—. Te hace parecer igual a como la llamas.
Cuando se trata de Darlene, siempre escondo mis enormes ganas de responderle cuando me insulta, pero lo evito a toda costa, porqué ella es una de las favoritas en casa, y no deseo meterme en problemas grandes. Darlene actúa como si siempre tuviera la razón, pareciera que es fuerte y que no le hace falta nada, pero es una mentira. En su rostro bello y su sonrisa radiante oculta algo más abrumador que madre siendo estricta.
Kenner puede ser la oveja negra en la familia. Pero ella es la manzana podrida.
Sostengo su mirada por un segundo.
—Tu noviecito perderá la beca cuando madre se entere de que te has escabullido para ir a verlo —canturreó con su tono burlesco—. Pobre de Justin. Tan atractivo y con mucho potencial para la danza. Y ahora todo su talento se quedará en un baúl oculto por tu culpa —fingió dolor.
Querían hacerme exactamente lo mismo que hicieron con Kenner. Querían arrebatarme la felicidad para hacerme miserable. Si Kenner no volvía a casa, yo terminaría ocupando su lugar. Sería la nueva oveja negra. Me estaba quedando claro.
Podía soportar todo eso, pero no me atrevería a arrastrar a Justin a mi dolor. No a él, quien tiene tanta fe en sus sueños.
—Sal de mi habitación. Necesito bañarme e ir a ver a madre —solté procurando que mi tono no se alzara.
—Claro. Cualquiera pensaría que fuiste a hacer algo inocente con ese chico. Pero por tu aspecto, ¿acaso ya no eres virgen? ¿O lo has dejado de ser desde hace años ya?
—Vete ya, Darlene —repliqué.
—Como sea, me voy, no me vayas a pegar lo del aroma a zorra —resopló.
Tras cerrar la puerta detrás de ella, sentí que podía respirar al fin. Me había contenido demasiado tiempo, tanto que pude haber muerto por falta de oxigeno. Con el cuerpo tembloroso al miedo de meter en problemas a Justin me metí al baño.
Mi cuerpo además de mojado y frío, estaba sucio. Me había caído varias veces cuando intenté practicar el salto, y el sitio donde ensayábamos era en el patio de la casa de uno de ellos. Justin y yo nos conocimos en la escuela de danza, él era becado y estudiaba en un colegio barato cerca de su vecindario.
Él tiene mucho talento para la danza, y me ayudó mucho a controlar algunos movimientos cuando nos conocimos. Pero él es solo un amigo. Se supone que en está casa nadie sabía sobre él, pero Darlene me sorprendió demasiado cuando mencionó lo de la beca. A este punto, seguramente algo malo sucederá.
Me tallé el cuerpo con la esponja para deshacerme de la mugre en mis brazos. Tendría que prepararme mentalmente para lo que sucedería a partir de ese momento. Kenner volvería por mí, y yo estoy segura de huir con él. Prefiero mil veces vivir debajo de un puente a estar encerrada en una casa gigante que me hace miserable.
Unos minutos más tarde terminé de bañarme y me alisté con prisa para ir a ver a madre. El silencio podía notarse en los pasillos como todos los días. Caminé con el corazón en las manos hacia el estudio de madre. El secretario me miró aproximándome y al acercarme me abrió la puerta.
—La señora Garnier espera —acotó—. Date prisa, Jane.
Detestaba que me llamará así. Los únicos que tenían esa prioridad eran Kenner y Charity.
Quería que alguien matara a ese sujeto por mí. Había días en los que odiaba incluso su presencia. Se sentía importante cuando daba ordenes, y cuando me miraba así. Su mirada más allá de ser neutral era inapropiada. Lo había pillado un centenar de veces mirándome el cuerpo. No estaba loca ni era estúpida para no darme cuenta de esos detalles. Aquel hombre que no tenía más de treinta años creaba escenas en su perturbada mente cochambrosa en las que yo accedía a sus insinuaciones.
Ingresé al estudio con prisa, evadiendo la cercanía del secretario, no deseaba estar en el mismo lugar que él por mucho tiempo. No cuando me miraba sin reparos.
En el estudio, madre leía atentamente una carpeta con documentos. Permanecí quieta cerca de la puerta a la espera de que ella me dijera algo. Incluso sentada en su escritorio, con el pelo recogido y los lentes lucía aterradora. Tiene una energía oscura que podría desmoronar a cualquiera con solo una mirada.
Padre y madre podían ser reconocidos como la pareja perfecta. Creo que en eso estaba de acuerdo con todos. Ellos eran perfectos el uno para el otro. Se complementaban a la perfección. Eran imperfectos, claro que sí, pero ellos no lo veían así. Para ellos eso estaba bien. Padre podía ser muy rudo, crítico y aterrador cuando se enfadaba, y madre podía irradiar temor con su mirada e incluso cuando hablaba. Juntos seguían la misma sinfonía que podía escucharse en las películas de terror.
De algo estoy segura. Ellos no nacieron para ser padres.
—Janesse, acércate —solicitó madre cuando terminó de leer.
Con pasos tembloroso comencé a caminar hacía la silla vacía frente a su escritorio. De pronto sentí que estaba muy lejos, y al otro segundo visualicé un cambio que me asustó más. Todo había crecido de tamaño excepto yo, todo se tiñó de oscuridad excepto yo con mi vestido celeste y mi brillante pelo rubio.
La sensación de estar en un pozo sin salida se opaco cuando madre volvió a hablar.
—¿A quién debo destruirle la vida? ¿A ese rubio cuyo talento es impresionante o al músico muerto de hambre?
No entendí su pregunta.
Me tomó un poco más de tiempo procesar sus palabras. No estaba segura de a quien se refería cuando mencionó a un músico. Yo estuve ausente dos días pero...
Fue en ese pequeño segundo cuando comprendí lo complicado que sería el asunto si permanecía más tiempo en esa casa. Madre buscaría cualquier excusa para arruinarle la vida a los dos chicos que ha mencionado. Ella nunca se queda con las ganas ni deja piezas a la ligera. Siempre ha sido severa y se encarga de todo en el momento. No deja nada para después.
¿Cómo fue qué se enteró de aquel cantante? Me aseguré de huir tan pronto como sucedió nuestro beso, no permanecí más tiempo en el club y me fui. No entiendo como es que alguien pudo filtrar una fotografía como esa en plena oscuridad y traérsela a madre.
Pero recordé que ella tenía a un secretario hábil con esas cosas. Ese hombre podía meterse en mi habitación sin que alguien se diera cuenta y obtener la información que necesitara. Estaba convencida de que madre envió a su secretario a espiarnos a Kenner y a mí esa noche cuando nos fuimos con Timothy, a menos que hubiera sido otra cosa.
—Prepárate, iremos al ginecólogo ahora mismo —acotó madre con una atemorizante tono de voz—. Mientras sigas siendo virgen, me aseguraré de no demandar al más grande.
Esto era el gran colmo. Mi vida parecía una basura controlada por las decisiones de los demás. Incluso tenía que ser revisada en su plenitud para saber si seguía siendo una señorita. Era una humillación que comenzaba a hacerme sufrir más de la cuenta.
https://youtu.be/EJ91yqDDkGw
¡Nuevo capítulo!
¡Y nuevo dato sobre Janesse Garnier!
Ahora conocemos un poco sobre las personalidades de la familia Garnier ¿a alguien le gustó está familia?
La perfección nunca existirá. Y eso hay que entenderlo. Nadie en el planeta puede ser PERFECTO. Ni siquiera se debió inventar la palabra. Pero como sea, al parecer ese detalle lo ignoran los Garnier y se creen la gran cosa.
¡¿Alguien notó la sorpresa al final?!
Janesse no fue la rubia con la que Connor durmió JAJAJAJA
Pero si la besó MUAJAJAJAJAJA
Esperemos saber algo en el próximo capítulo ¿alguno no está interesado en lo que tuvo que suceder para que esos dos se dieran un beso? ¿Además quién conchas le mandó el chisme a la madre "perfecta" de Janesse? ¿Cómo es que alguien fue tan audaz para tomar una foto como esa y enviarla? ¿Quién habrá sido?
Dato curioso: El noviecito rubio Justin Cranston es importante en está novela. Esperenlo llegar en alguno de los próximos capítulos.
¡GRACIAS POR ESTAR AQUÍ!
Deja tus comentarios, los leeré. Y tus votos si te gustó esté capítulo.
Besos "PERFECTOS" para todos
XD
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