15|Las Mariposas en el Estómago
Janesse
El destino era mi suerte. El destino comenzaba a ser un amigo fiel en el que podía sostenerme. Me estaba regalando momentos increíbles, oportunidades grandes y sueños que no pretendería olvidar nunca.
Cuando pensé que las cosas saldrían mal, con más razón me enseñó la esperanza.
Y ahora, cuando creía que no volvería a ver aquel hombre joven de aspecto impresionante y mirada deprimente, una vez más volvió a cruzarse en mi camino. Por medio de una gran casualidad que terminaría siendo el destino. Por lo menos eso espero. Quiero creer ciegamente que se trata del destino dándome un claro mensaje de que Connor Moore debe ser mi persona especial.
El que me sostendrá en las peores circunstancias. El que me dará ese apoyo incondicional que tanto deseo en alguien, más allá de ser un hermano o un apoyo materno.
Sentada frente a él, en una mesa en el exterior del pequeño restaurante de comida rápida, la noche parecía la más perfecta hasta ahora. No era muy sonriente que diga, pero su presencia era agradable, cómoda y melancólica. Una extraña emoción de nostalgia golpeaba mi cuerpo y cerebro, advertía que extrañaba a este hombre frente a mí. Este hombre joven que no se perdía para nada mis expresiones, y que era atento a cualquier cosa que podría molestarme.
Sonrío porque me siento confrontada a su lado. Es como si necesitábamos encontrarnos precisamente hoy. Mi día había estado tan mal que quería engullir un centenar de golosinas y luego meterme el dedo por la garganta para poder respirar, creí que las cosas saldrían peor cuando me encontré en la tienda escogiendo pastas y repetirme a mi misma que no sé preparar nada. Pensé en lo nefasto que sería para mi y para Kenner. Moriríamos de hambre, y no estábamos adaptados a las calles de la colonia, era diferente a la que estamos acostumbrados.
Pero no deseo molestarlo con mi incertidumbre. Él ya ha estado trabajando mucho para conseguirnos pasajes e ir a Manhattan cuanto antes. Ha preparado un lugar donde quedarnos y ha conseguido nuestro lugar en la universidad TA. Al final de todo, decidió que estudiaríamos juntos en la misma universidad, y que podríamos lograrlo todo si nos lo proponíamos.
—¿Está todo bien? No pensé que solo sirvieran hamburguesas y burritos —aclaró leyendo nuevamente el menú—. En realidad es la primera vez que vengo aquí...
Ensancho la sonrisa con más diversión. Él puede tener esa expresión de aléjense todos o les suelto barbaridades y parecer amargado, pero en realidad es un encantador chico que espanta a los demás con una falsa expresión de molestia.
—Está bien. Siempre he querido probar una hamburguesa —respondo.
Ordenamos nuestra cena con tranquilidad, y tras esperar comenzamos a hablar.
—Creí que las gimnastas no consumen calorías...
No estoy segura de lo que Connor sepa sobre gimnasia, pero su expresión sorprendida fue suficiente para que me sintiera cómoda a su lado. Era la clase de persona que se informaba de un tema antes de hablar. Tiene razón en ese aspecto. Se supone que las gimnastas no debemos consumir calorías. Tenemos un cuidado especial con la dieta.
—Sí, bueno. Creo que dejaré de ser una gimnasta —comento sin preocupaciones.
Me siento muy cómoda hablando sobre ese tema con él, se siente tan normal que no le doy la importancia que creí que le daría. Es como hablar sobre mascotas o lo que haremos el día siguiente. Es sencillo, casual y ordinario.
Platicar con él es sencillo.
—Oh, vaya —señala chiflando—. Si Cati se entera, creo que habrá que darle un sedante —bromeó.
—¿Qué?
—Es enserio, Cati es una fanática de la gimnasia. Lo ha sido desde pequeña —me contó con una naturalidad muy envidiable—. En nuestra infancia conocimos a una niña que solía practicar gimnasia. Bueno, mayormente era el ballet si mal no recuerdo.
—¿Conoces a Cati Young desde la infancia? —Pregunto asombrada.
—Sí, desde hace años —acotó con su característica expresión.
—Eso es genial —señalo con una sonrisa—. Siempre he querido tener una amistad larga. Ya sabes, las que tienes desde la infancia y siguen allí incluso a los treinta años.
Connor aplana los labios y arruga la frente, como si estuviera pensando demasiado por un largo rato. Truena la lengua y me señala casualmente con su dedo indice, como si fuéramos amigos de tiempo, eso me agradó mucho.
—Es imposible creer que eso sea cierto. Creí que tendrías a un mejor amigo o amiga desde la infancia —juró entre risas—. Sin ánimos de ofender, pero luces como una chica que lo tiene todo. Amistad, amor, talento y sueños.
Sé que no planea ofenderme, y sus palabras no han sonado tan mal, pero aún así mi sonrisa se borra lentamente. Bebo el vaso con agua e intento ignorar ese malestar. Connor nota mi expresión y no tarda en disculparse casi al instante.
—Lo siento, dije algo que te molestó ¿cierto? Lo siento —repitió—. Suelo ser muy brusco con mis comentarios, olvido casi todo el tiempo como tratar a todos. Yo no quise...
—Connor —lo llamo para tranquilizarlo—. Está bien. No tienes que disculparte. Me gusta que seas directo y sincero. No hace falta que te disculpes.
—Mis comentarios a veces...
—Sí alguna vez dices algo que me molesta, te lo haré saber —puntualizo.
El silencio que se aproximó en nuestra noche, en nuestra primera cena juntos, en lo que parecía nuestra primera cita, fue una delicia que saboreé cada segundo. Me sentí rebelde y ansiosa por que sucediera justo como dije. Quería seguir conociendo a Connor Moore, tener salidas y conversar durante un largo tiempo.
Sonreí emocionada. Y Connor me miró con esos peculiares ojos grises. Sentí que él estaba contento también.
Nuestras hamburguesas estaban listas, y la mesera nos lo trajo a la mesa. Así que entre risas comenzamos a disfrutar de la comida. Era la primera vez que veía una hamburguesa, y también la primera vez que me comería una. Así que supuse que podía utilizar los utensilios y cortar pequeños trozos para llevármelos a la boca de manera sencilla.
Eso es natural para cualquiera.
Debería ser natural para cualquiera.
Aunque Connor permaneció mirándome con una sonrisa reprimida. Una sonrisa que jamás podría olvidar. Era una combinación entre la diversión y la lindura. Él es lindo. Pestañeé confundida y moví las cejas en señal de ¿Qué es tan gracioso?
Una persona normal que no conectara conmigo jamás hubiera entendido. Pero Connor entendió perfectamente lo que intenté decir.
—Tu eres graciosa —me respondió—. Me recuerdas al pasado de mi infancia y la adolescencia —corta a la mitad su hamburguesa, y con una de sus manos sujeta una pieza para darle una mordida—. Normalmente así se comen. Aunque he descubierto un manera muy formal y sofisticada para comer una hamburguesa.
Sé que cualquier chica en mi lugar, que tuviera una vida como la que llevo, reaccionaría ofendida o apenada; no es mi caso, me siento genial y muy relajada al oír eso. Es como si recuperara la vida, el oxigeno y el tiempo perdido en una sola noche.
Uso el tenedor para pinzar un trozo pequeño de mi comida y me lo llevo a la boca. Me siento contenta porque no tengo que fingir algo que no soy frente a él. Y lo mismo con él, no intenta impresionarme.
—¿Desde cuándo estás en la banda? —Pregunto.
Connor le dio un sorbo a su refresco antes de decir algo.
—Hemos estado tocando como banda solo cinco años y seguimos contando.
—¿Cinco años? ¿Eso es mucho o poco tiempo?
—Bueno, a la vista de los profesionales o los artistas más veteranos, sería muy poco tiempo y nos llamarían novatos inexpertos. Claro, hasta cumplir alrededor de diez años tocando juntos como una banda, seriamos reconocidos en su mundo. En pocas palabras, es poco tiempo.
Asiento poco convencida.
—Pero tienen muchos fanáticos —comento—. Leí artículos de TwoC.A, y por lo que vi, son bastante conocidos.
—Eso podría cambiar si el escándalo continua —articula lentamente, el tema parecía molestarlo, lo noté en el cambio de su expresión: frío y distante—. Aunque los abogados ya se pusieron a trabajar profundamente en ello. Así que esperemos que todo se solucione.
—Sí. Y que sea pronto —acoto con una sonrisa—. Connor...
Me callo enseguida, no estoy convencida sobre comentarle algo sobre la lunática madre que tengo. Temo a que termine escapando de mí si escucha lo que tengo que decir. A nadie le gustaría oír sobre una madre elegante que pretende usar su poder y dinero para arruinarle la vida al interés desconocido de su hija.
A nadie.
Mis labios tiemblan un momento, y si no fuera por la canción que ha puesto el pequeño restaurante, creo que hubiera escapado de allí sin decir nada más. Pero Connor me está mirando, a la espera de cualquier cosa, y no planeo dejarlo plantado. No necesita saber todo sobre mi familia y la desgracia que me ha estado ocultando entre las sombras todo este tiempo. Puedo ignorar ese detalle y no contarle nada.
—¿Quién era el chico de ojos avellanas? —Cambio de tema con cautela para que no se de cuenta—. Es qué me retó a la demostración en el club. Y realmente me enfadó su arrogancia.
Connor le da otra mordida a su comida y se toma un largo momento para responder.
—Kellen Cleveland —comenta—. Si deseas saber algo sobre él, créeme, hay mucha información en internet.
Noto el tono de voz cortante que usó, puedo deducir que no se llevan tan bien como creía. Probablemente ni siquiera se toleran, y solo fingen ante las cámaras. No lo sé, más que curiosidad, quería descubrir lo que pasa por la mente del chico de ojos grises y expresión seria.
Es como un ajedrez. No sabré nada hasta llegar al Jaque Mate.
Fue en ese breve instante cuando lo supe. Nuestras miradas volvieron a encontrarse, sentí el clic de una conexión. Algo me atraía a él con fuerza, como si fuera magnético, como si hubiéramos nacido para estar juntos.
Seré una creyente del destino por siempre.
Especialmente ahora que nuestras miradas, nuestros cuerpos y nuestras emociones se atraían a través de una fuerza magnética invisible. Lo sabía, algo en mí me decía que Connor se siente igual que yo. Que los dos compartimos este interesante descubrimiento juntos como un acto precioso. Dos desconocidos conociéndose en una noche, un beso de por medio y ahora henos aquí, sentados uno frente al otro cenando en lo que pudiera ser una primera cita imprevista.
Si no es el destino, entonces no sé que es.
Pero es magnético. Y me gusta.
https://youtu.be/oM_t7Y8gBwU
¡Ya hubo una cita no oficial de Janoor!
¿Quién más está emocionado?
No olviden dejar sus comentarios, y su PERFECTO voto.
Buenas tardes a todos, y gracias por seguir leyendo :)
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