Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

0.2

Cinco minutos más decía...

Dios, es que las sábanas eran tan cómodas y suaves... Por favor, cerebro, apágate otro ratito más.

——Beomgyu... ——Un sutil y profundo susurro seguía reduciendo las posibilidades de caer en los brazos de Morfeo de nuevo.

——No, shhh... ——El pelinegro se aferró a la almohada que abrazaba.

——Ya estás despierto, tómate esto ——Quien fuera que estuviera arruinando su sueño, estaba dándole también pequeños empujes en el hombro.

——Mmm... No...

Bueno, ya qué.

Beomgyu abrió los ojos, siendo la primera imagen que enfocó: un bonito pelirrojo apoyado en la cama, con una taza de porcelana en mano.

Los recuerdos de todo lo que sucedió lo golpearon como si alguien le hubiera bateado la cara.

Asustado, se incorporó y retrocedió como pudo aún en la cama hasta que su espalda golpeara el espaldar de la misma.

——¡Aléjate de mí! ——señaló inculpando al pelirrojo con su dedo ——¡Loco! ¿Dónde estoy? ¿A dónde me has llevado? ¿Me drogaste no es así?

Taehyun suspiró viéndose exhausto de la situación, de nuevo. Se sentó en la esquina de la gran cama de sábana blancas.

——Primero, deja de imprecar; segundo, lo único que quiero de ti, Beomgyu, es que dejes de ser tan proceloso.

——¿Pro-? Espera, ¿qué?

——¿Sigues dudando de la autenticidad de mis relatos?

Podría ser hasta cómico si no se tratara de un maquiavélico secuestro.

——¿Pretendes que crea que eres el verdadero príncipe maldito de la leyenda? ¡Huh! ¡Por favor, como si estas tontas historias no fueran más que cuentos! ——adujo, pero su voz ya se había quebrado.

——¿Quieres volver al zaguán para intentarlo de nuevo? ¿Sigues pensando que es un dolo?

——¿Puedes dejar de hablar en código? ——bufó molesto.

——No lo hago, Beomgyu ——contestó tranquilo ——. De verdad necesitas calmarte.

¿Cómo le pedía que se calme si estaba secuestrado?

La taza en las manos del pelirrojo desprendía vapor, por lo que sospechaba estaba muy caliente. Bien hubiera podido aventarle encima el contenido para distraerlo y huir, pero ahora... ¿Cómo demonios podía explicar el campo de fuerza que lo mantuvo recluso incluso cuando embistió con todas sus fuerzas?

No había forma lógica de explicarlo. Y sabía que no era un sueño, ya había superado esa teoría; todo se sentía demasiado real.

Todo se mantuvo en silencio; el rostro de Beomgyu no reflejaba nada más que miedo, y pronto fueron sus sollozos los que llenaron la habitación.

¿La magia existía? Al parecer sí.

Beomgyu empezó a llorar, primero lágrimas silenciosas, pero con el paso de los segundos, estos terminaron por hacerse sollozos desesperados.

Taehyun sintió una punzada de culpa y su empatía le instó a abrazar al chico, que por sentirse tan débil, no opuso resistencia.

Beomgyu necesitaba un abrazo.

Fueron largos minutos en los que el pelinegro lloró en el hombro de su involuntario captor, este acariciándole los cabellos y la espalda intentando poder propiciar aunque sea un poco de paz.

Taehyun podía no ser la mejor persona del mundo, pero tampoco era un hijo de puta antipático. En su momento, si él hubiera estado en los zapatos de Beomgyu, probablemente se hubiera sentido igual.

——Ya no podré volver a casa jamás, ¿verdad? ——logró preguntar apenas, encontrando su voz ronca y debilitada. Sus ojos rojos, continuaban secretando lágrimas.

Taehyun postró una mueca de desaliento que Beomgyu no pudo ver.

Realmente era una pena.

——Lo siento ——musitó el pelirrojo.

¿Qué más podía decirle?

En verdad no era culpa de ninguno que el destino fuera tan cruel.

Beomgyu, en su interior, realmente esperaba que la respuesta del pelirrojo fuera positiva, que le dijera que tal vez había una forma o que sí era posible. Él en verdad esperaba que así fuera, pues era de lo único que se estaba aferrando para no volverse loco. Sin embargo, cuando todo lo que oyó de esos bonitos labios fue una disculpa, Beomgyu entendió que ese era el fin de todo.

¿Fin? Maldita sea, el recién estaba comenzando a vivir; a ir a la universidad, apenas había cumplido la mayoría de edad, tenía un sueño que cumplir, una familia a la que amaba, tenía tantas aspiraciones y promesas pendientes...

Su madre...

La abuela...

DongJu...

Beomgyu volvió a estallar en llanto hasta que su cuerpo no pudo más.

Cada recuerdo dolía, volvía a pensar que sería preso hasta el fin de sus días y entonces sus sollozos retornaban con una nueva fuerza desgarradora.

Su familia... Sus sueños...

Ahora para él ya no quedaba ni quedaría nada.

Fueron cuatro horas en las que su cuerpo se deshidrató, cercano al desmayo, absolutamente todo doliéndole; los párpados, las mejillas, la garganta, pero nada tan malo como el dolor latente en su corazón.

Beomgyu estaba por quedarse dormido de nuevo, pero el mismo toque en endulzante en sus cabellos, aquel que no lo dejó en ningún momento, se hizo notar de nuevo con más presencia está vez, haciéndolo despertar.

——Beomgyu... ——musitó cerca de su oído.

El nombrado parpadeó pesado un par de veces. El llanto desmedido le había privado por un segundo del sentido de orientación.

De nuevo cayendo en cuenta de su realidad, estaba por volver a soltar un sollozo que se construía en lo más profundo de su garganta, hasta que la imagen de una taza a menos de cinco centímetros de su rostro, lo hizo detenerse.

——Deberías tomar esto ——repitió lo dicho horas antes.

La infusión se había enfriado ya, pero sus propiedades aún podían hacer algo por el pelinegro.

——Es tranquilizante.

La pérdida de agua al parecer había ralentizado al cerebro de Beomgyu; todas sus reacciones eras perezosas, lentas y tardías, era como si todo estuviera ocurriendo en cámara lenta para él.

Taehyun esperaba que sus acciones distrajeran aunque sea un poco al chico del trauma y del dolor. Con cualquier cosa bastaría para poder desviar el pensamiento de que no volvería a ver a su familia de nuevo.

Beomgyu miró la taza sintiéndose vacío, segundos después, miró a Taehyun con la mima mirada rojiza y decaída, con una chispa de desconfianza.

Taehyun no era alguien demasiado paciente, pero su empatía, lo hacía esforzarse de más. Exhaló antes de hablar.

——Beomgyu, te prometo que no quiero hacerte ningún tipo de daño. Esto ——su mirada se desvió hacia la taza un momento ——, de verdad es una infusión con propiedades calmantes. No es más que eso, si hubiera querido hacerte daño, lo hubiera hecho cuando estabas dormido.

Eso tenía sentido para Beomgyu, igual no era como que su cerebro tuviera la energía suficiente como para hacer un análisis crítico digno. Él solo quería dejar de pensar y sentir por un momento, y si ese líquido frente a sus ojos, haría eso por él, entonces lo tomaría.

Tomó la taza entre sus manos y bebió del líquido lentamente, bajo la atenta mirada del príncipe hasta que no quedó ni una sola gota. Beomgyu se la devolvió y Taehyun la depositó en una mesa pequeña de madera.

——Deberías comer algo. Recuperar energía antes de descansar.

Comer.

El estómago de Beomgyu dolía, se sentía abatido y lo que le sigue, le dolían los ojos y la cabeza.

Con la poca energía que le quedaba a su cerebro, en mecanismo de defensa, se encargó de bloquear esa asimilación que lo hacía sentir como si fuera la víctima de un asesinato atroz, solo entonces asintió.

Siguió a Taehyun por los pasillos, escaleras y puertas como si fuera un zombie.

Cuando llegaron a lo que sería el comedor, algo brilló en los ojos de Beomgyu, y esta vez no eran lágrimas.

Una mesa ovalada gigantesca, la más grande que había visto en su vida, cubierta por fina seda aterciopelada aperlada, repleta dejando sin espacios vacíos entre plato y plato, esta ofrecía una cantidad y variedad descomunal de comida. Mucha comida, de todo tipo. Lo que sea que puedas imaginarte, se encontraba en esa mesa.

Era un festín real.

Platillos y cubiertos dorados, candelabros velas...

Todo tipo de frutas: banana, manzana, uva... Verduras, también... Un pavo colosal en el centro de la mesa, otros tipos de carne... Confites.

Era todo un banquete.

Un suspiro ahogado salió de la garganta del visitante.

Era... Tan solo impensable. La verdad parecía ser todo un sueño. Y parte de la estabilidad del pelinegro se refugiaba en eso, en que tan solo fuese un sueño muy realista del cual despertaría pronto.

Beomgyu miraba embobado la mesa.

Jamás había visto tanta comida en su vida.

——Puedes comer lo que quieras. Es realmente opíparo.

Beomgyu moría de hambre, pues ese día había dejado casi todo el plato que su abuela le había cocinado. Intentando no pensar en eso, se lanzó a devorar, literalmente.

Primero uvas, luego chocolate, Luego pan mantecoso, luego un poco de carne...

Terminó con una indigestión terrible.

Casi sin poder caminar, pero sin quejarse, Taehyun lo llevó de vuelta al mismo dormitorio.

No había mucho que decir.

——Debes descansar, la infusión que te di también tiene propiedades somníferas.

Beomgyu se quedó mirándolo y parpadeando con extrañeza. Todavía no podía creer nada de lo que estaba pasando.

——Dulces sueños, Beomgyu. ——le deseó el supuesto príncipe antes de retirarse cerrando la puerta.

Ya estoy en uno y no puedo esperar a despertar.


Beomgyu aseguraba estar sufriendo de una psicosis. En lo que terminaba de procesar lo que en su cabeza sonaba como una locura, le había pedido por favor al dueño del castillo que lo dejara solo.

Fueron cuatro días los que Kang Taehyun se mantuvo alejado del muchacho, apenas dejándole la comida del día en una bandeja fuera de la puerta. A veces escuchaba sollozos ahogados por la almohada, pero lo entendía. Si Beomgyu no quería salir de esa habitación, estaba bien.

Fue al quinto día que, Taehyun, preocupado por sus necesidades básicas, irrumpió en la mañana.

Beomgyu estaba despierto ya, pero se veía... Fatal.

Sus párpados caídos, ojos rojos e hinchados, su notable cansancio...

Taehyun intentó no fijarse demasiado en su deplorable imagen para no incrementar la culpa, pero no funcionó.

——Buenos días ——saludó entrando el pelirrojo con la bandeja del desayuno.

Para su sorpresa, Beomgyu no lo echó de la habitación. En cambio le dedicó una sonrisa ladina débil.

——Hola.

——¿Cómo te sientes? ——preguntó dejando la bandeja en la mesita de madera.

——Mal, pero mejor ——respondió sin quitar esa sonrisa.

Bueno, por lo menos estaban manteniendo una conversación.

——¿Desearías asearte?

Beomgyu lo miró confundido y esperó por sus palabras.

——Creo que te ayudaría a sentirte mejor si tomas un baño.

Escuchar la palabra 'baño' fue casi como una pizca de felicidad entre tanto desastre. Sus mejillas dolían, también sus ojos, sus músculos estaban atrofiados pues no había podido descansar bien. Pensó que un baño caliente era todo lo que necesitaba.

Beomgyu asintió.

——Sígueme ——dijo Taehyun saliendo de la habitación. Beomgyu se puso rápidamente los zapatos y lo siguió por los pasillos hasta llegar a otra habitación.

Era un baño.

Pero no como el pequeño que había en su habitación. Este era gigante, demasiado para ser un simple baño.

Una bañera circular de madera se ubicaba en el medio de todo. Agua en ella, pétalos de rosas rojas flotando en esta.

Beomgyu quedó boquiabierto.

——Puedes hacer uso de todo. Hay una toalla que aliste para ti en la silla detrás de la bañera. El agua está siempre tibia, así que no te preocupes. Para tu higiene bucal puedes usar eso ——Taehyun señaló un vaso con agua y un plato que tenía hojas de menta en él.

Beomgyu miraba todo y entendía poco. Quiso preguntar, pero antes de eso, Taehyun ya se había retirado.

Beomgyu se desnudó sintiéndose extraño, se metió en la bañera, y suspirando al sentir el contacto del agua, disfrutó de la tibieza sobre su piel y de su olor a flores.

Después de limpiarse a sí mismo solamente con agua, abrazó sus piernas apoyando su rostro en sus rodillas antes de que el silencio volviera a atacarlo de la peor manera.

Dolía.

Miró la ropa nueva y limpia doblada encima del lavabo del baño. Se preguntó que sería de su vida si en verdad no se trataba de solo un sueño, pues ya empezaba a perder la esperanza.

No, solo es un sueño.

Es un sueño, Beomgyu.

Cuando Taehyun estaba por levantarse de la cama para llevarle la cena a Beomgyu, escuchó la puerta abrirse y lo vio en el marco de esta, tímidamente parado con ropa suya, totalmente sonrojado.

El chico era muy bonito. Sintió una ternura que lo hizo sonreír embobado.

Bajó el libro en sus manos y sonriente le dijo:

——Encontraste mi habitación.

Beomgyu asintió apenado.

——Yo... Creo que debería salir de mi habitación, bueno, de esa habitación para variar.

Taehyun sonrió.

——Entiendo, ¿tienes hambre?

Beomgyu volvió a asentir.

——Bajemos a cenar.

Ya habiendo bajado a la primera planta, cada uno tenía un plato en mano, paseándose por los alrededores de la mesa, seleccionando cuidadosamente su cena del día.

Beomgyu todavía no se sentía cómodo como para elegir como si fuera un buffet gratis (que era lo que era). Él a las justas llevaba un par de frutas a su plato, siempre dudoso y observando el perfil tan apolíneo de Taehyun, del príncipe.

——¿Has terminado de escudriñarme?

Beomgyu ahora un poco más sonrojado, desvió la mirada y se cohibió en su sitio, concentrándose en servirse lo que comerían juntos en la esquina de la mesa, pues esta estaba más vacía, y sospechaba que ahí se sentarían a comer.

Beomgyu estaba por tomar un durazno, pero detuvo su mano de tomarlo y recordó que los días pasados: Taehyun también le había llevado duraznos.

Recién caía en cuenta de lo extraño que era.

¿De dónde salía tanta comida? ¿Quién sazonaba las carnes? ¿Quién horneaba los confites? ¿De dónde obtenía tanta fruta? La mesa se seguía viendo como el primer día; repleta, todo en su mismo lugar. ¿Sería Taehyun quien cambiaba la mesa diariamente? ¿Él sería quien preparaba todo? ¿De dónde conseguía las cosas si se supone que estaban encerrados? ¿O tal vez le mentía?

——¿Tú eres quien prepara esta mesa?

Taehyun volteó a verlo por la pregunta realizada, ya con sus platos llenos, con un gesto, Taehyun lo invitó a sentarse en el lugar que Beomgyu sospechaba.

——No ——respondió ——, es parte del encantamiento.

Beomgyu frunció el ceño dejando clara su confusión. ¿Cómo que parte del encantamiento?

——Déjame explicarte ——continuó Taehyun limpiándose con una servilleta——. Hay personas que han distorsionado mi historia. Como primer punto, no soy un fantasma, soy un ser réprobo inmortal que jamás murió. Bueno, en realidad, puedo morir, pero siempre regreso a la vida, por lo tanto, soy inmortal.

«Jinsoul por lo menos me dejó vivir mi sufrimiento eterno en cómodas condiciones. Tengo comida ilimitada, y por lo menos la posibilidad un baño.»

——¿Ilimitada?

——Cada 24 horas, tanto como el agua en mi bañera y la comida que ves servida en esta mesa, son renovadas.

La cara de confusión de Beomgyu fue una petición de que fuera más claro.

——Por ejemplo, si entre los dos comemos todo lo que hay en esta mesa. Exactamente a las 12:00 en punto, sin la necesidad de mover un dedo, la misma cantidad y variedad de comida reaparecerá en el mismo lugar. Lo mismo sucede con el agua sucia.

La mandíbula de Beomgyu cayó en una perfecta "o".

Iba a decir algo más, pero algo había cambiado en la expresión del pelirrojo, algo sombrío. Por ello, Beomgyu calló y Taehyun no dijo nada hasta el final de la cena.

Habiendo pasado dos días en los que felizmente para Beomgyu, las cosas no se habían tornado extrañas ni incómodas con Taehyun, había decidido observarlo solo un poco mientras ambos comían.

Taehyun estaba por meterse un pedazo de carne a la boca, pero se detuvo y suspiró mirando a Beomgyu como si estuviera molesto. Se recostó más en la silla.

——Desde hace días no has parado de mirarme. ¿Sucede algo?

¿Lo había hecho? Inmediatamente Beomgyu se sonrojó. Quizás lo habría hecho sin darse cuenta, pero de nuevo, es que Taehyun era tan guapo y perfecto que cualquiera podría pensar que el muchacho no era real, sus facciones eran realmente de otro mundo.

Intentando no verse atontado por sus vergonzosos pensamientos, el pelinegro negó con la cabeza. Esta vez lo había estado observando por una razón diferente, una que había estado causándole dudas desde el momento que lo vio por primera vez.

——Solo me preguntaba cuántos años tienes. Luces... bastante joven.

Beomgyu siempre había pensado que este era menor.

Taehyun formó una mueca de labios mientras pensaba como responder esa complicada pregunta, que si bien para otros podía ser decir simple, para él era un tanto más pensado.

——Bueno... Podríamos decir que en realidad mi cuerpo tiene 20 años... ——Beomgyu se sintió satisfecho con su respuesta. Aunque en realidad había pensado que era menor que él por más que un año, por lo menos su sentido común no estaba tan oxidado ——Pero en realidad he estado viviendo en esta tierra alrededor de unos dos mil años, quizás más, hace mucho que perdí el recuento del tiempo.

Si Beomgyu hubiera estado bebiendo o comiendo algo, se hubiera atragantado.

——¡¿D-dos mil?!

Taehyun sonrió ladino con una chispa de amargura.

——Parece ilusorio, ¿verdad?

Beomgyu tragó saliva con los ojos muy abiertos.

¿Había vivido tanto tiempo? No sabía si apiadarse de él o temerle. Quizás ambos, considerando que era su cautivo y que el otro tampoco parecía disfruta de esto último.

Taehyun, por su lado, lo último que quería era pensar en ello, DE NUEVO. Ya había tenido y tendría toda una vida para pensarlo y reflexionarlo.

El pelirrojo carraspeó ligeramente incómodo.

——¿Qué hay de ti, Beomgyu? ——preguntó queriendo desviar el tema principal de él.

Claramente por su reacción, el pelinegro no se había esperado que le preguntara de vuelta.

——V-veintiuno.

La sonrisa de Taehyun volvió a formarse, una irónica.

——Eres mayor que yo, vaya. ¿Debería tratarte como tal?

Taehyun había dicho eso de forma sardónica, pero Beomgyu falló en captarlo. Negó con la cabeza.

——No, por favor. A veces siento que estoy con un abuelo por las palabras raras que usas. Ni mi abuela habla de esa forma.

Bueno, Taehyun tenía mucha más experiencia que él. Aunque... Tal vez no.

La verdad, todas sus vivencias se basaban en la misma rutina desde hace miles de años, sin poder salir del castillo. Así que tampoco podría decirse que era todo un experimentado, claro que no. Pero eso sí, Taehyun era muy sabio.

——¿Abuelo? ——se burló ——¿Qué te hace creer que actuo como una persona de avanzada edad? ——Lo que decía Beomgyu simplemente no tenía sentido.

Había algo intimidante en Taehyun, algo en aquella educada rudeza que lo hacía sentir aún más vulnerable. Algo que lo hacía reaccionar a la defensiva.

——¡No sé! ¡Usas palabras raras!

¿Raras? Taehyun frunció el ceño.

——No entiendo a qué te refieres.

——¡Sí sabes! ¡Todo el tiempo dices palabras extrañas!

Molesto y bullicioso.

Estando tan acostumbrado al silencio absoluto, que alguien le gritara en la cara, era obsoleto.

Con una mueca de disgusto, Taehyun lo interrumpió.

——Detente. Deja de ser tan proceloso. Es fatigoso.

——¡¿Viste?! ——señaló.

Taehyun se masajeó la sien invocando a la diosa Eirene. Bufó.

——No grites ——masculló. Y esta vez lo dijo tan serio, que Beomgyu se hizo chiquito en su sitio ——¿Qué palabra dices?

——Algo de prolácteo ——casi susurró, bajo la intensa mirada del pelirrojo.

——¿Proceloso? ——cuestionó frunciendo el ceño ——Esa no es una palabra especial, Beomgyu.

¿Existían las palabras especiales de todas formas? Solamente eran parte de su idioma.

——Sí, esa. Nunca entiendo lo que dices ——se quejó.

Oh Dios, esto era grave.

Hace más de cien años, el viejo Kim le había comentado a Taehyun que el uso del lenguaje iba en decadencia, ya que incluso, Kim siendo mayor que Taehyun por más de cuarenta años, todavía no entendía muchas de las palabras empleadas por el pelirrojo.

El vocabulario limitado de Beomgyu era una clara muestra de ello, un reflejo del nivel intelectual de su generación. Realmente era una lástima que el enriquecimiento del lenguaje estuviera perdiéndose de ese modo.

Bueno, en sus años (los reales), él tampoco habría tenido tanto conocimiento como lo hacía ahora, claro, si no hubiera sido por el encantamiento que lo orillaba a hacer cosas a las que él no estaba muy acostumbrado.

Siempre fue un príncipe caprichoso.

Taehyun se levantó dejando su plato casi intacto, desconcertando al contrario. Se limpió elegantemente la barbilla con una servilleta de seda, y suspiró.

——Quiero mostrarte un lugar.

——¿Ah?

——Sígueme ——dijo imponente.

——Pero no he terminado est-

——Luego volveremos. La comida no se irá a ninguna parte.

Mordaz y sarcástico, ese siempre fue Kang Taehyun.

Desentendido, Beomgyu solo lo siguió, preguntándose si supuestamente después de tanto tiempo solo, estaría bien de la cabeza.

Varios pasillos, puertas y pasos después, llegaron a una puerta que se parecía mucho a la de la entrada, tanto como en porte y decoración, solo que esta era de madera.

El castillo era realmente colosal. Beomgyu solamente podía quedar más impresionado cada que seguía al dueño de este por los tantos pasillos y lujos.

Detrás de esa puerta, el joven pelinegro se había esperado de todo, menos una biblioteca. Que no era una biblioteca común y corriente; esta era, probablemente, la más grande que había visto en su vida.

A lo único que podía asemejarse, según sus recuerdos, era a la biblioteca nacional en el centro de la ciudad donde vivía, la preciosísima capital Seúl. O quizás esta era más grande.

Había cientos y cientos de repisas bajo una cúpula. Ni siquiera la biblioteca de su universidad contaba con tantos ejemplares o escaleras que te llevaban a un segundo y tercer piso, todo muy bien cuidado y decorado con cuadros de pintura.

Con una perfecta "o" formada en la boca del mayor, Taehyun dijo:

——Pasa.

Y una vez adentro, sin ocultar su impresión, Beomgyu observó todo como un niño pequeño, como si fuera otro planeta.

Jamás estuvo demasiado interesado en la lectura más allá de los libros que debía leer por su carrera, no obstante, no podía negar que el lugar era asombroso. Todas las tapas eran de un cuero negro, azul oscuro o rojo.

——¿Sabes que hice para distraerme tantos años solo? ——preguntó el pelirrojo tomando un libro de la repisa más cercana ——. Esto ——se respondió a sí mismo y Beomgyu lo miró con curiosidad ——. Leía, leo y seguiré leyendo toda la eternidad. Aunque no lo creas, Beomgyu, he leído cada uno de los libros que puedes ver en esta habitación por lo menos dos veces.

Esta vez podemos decir que la mandíbula del pelinegro realmente cayó.

——Es... Tú... No... ——respiró y trató de ordenar sus ideas ——¿Estás diciéndome que has lindo cada libro que hay en este lugar?

——Precisamente. Oye no me veas así ——rió ——. Bastantes miles de años sin nada más que hacer, creo que justifican mi afición por la lectura. Los que están en esta repisa ——De la cual sacó el libro antes, palmeó la superficie de madera dos veces ——, son mis favoritos. A estos probablemente los habré leído diez veces o más.

Beomgyu seguía sin salir de su asombro.

——¿C-cómo no te has vuelo loco todavía?

——Parte del hechizo ——respondió encogiéndose de hombros ——. No habría dolor si habría perdido la cabeza. Cualquier hombre ya hubiera enloquecido viviendo en las condiciones en las que yo viví más de dos mil años.

La bruja fue realmente inteligente y... malvada.

——Te traje aquí porque siento que es necesario infundirte el hábito de la lectura. ——Como el pelinegro se le quedó mirando, se permitió seguir hablando ——. Me he dado cuenta de que probablemente no seas solo tú, sino que los de tu generación han dejado de lado esto ——Le extendió un libro grueso y pesado.

Beomgyu batalló por sostenerlo bien.

——Esto es una biblia.

——No lo es, pero entiendo porque lo dices, es un mamotreto.

——¿Marmot-

——A esto me refiero ——suspiró.

——¡Ay ya bueno! Es que con esto ——Sacó su celular y lo mostró ——, ya no llama la atención tanto, pero tienes razón.

Taehyun miró con atención aquel objeto desconocido.

¿Qué era ese rectángulo negro? No podía tener más de dos centímetros de grosor, descartó que fuera una caja.

Beomgyu lo atrapó analizando el objeto con suspicacia. Entonces comprendió, y festejó que por primera vez, sabía más que Taehyun en aunque sea un aspecto de la vida.

Con ligera altivez y un cambio en su expresión y voz, dijo:

——Por supuesto que no sabes qué es esto. Esto... ——Sacudió el objeto en su cara ——Mi querido Kang Taehyun, se llama celular.

——¿Celular?

——Sí, déjame mostrarte cómo funciona. Se te caerá la cara anticuada, vas a ver.

Pero... Sin batería.

——Mierda, se le acabó la batería. Pero es-

——¿Tiene la misma función que un teléfono?

Ahora fue Beomgyu quien frunció el ceño.

——¿Cómo sabes qué es eso?

Los tiempos no concordaban.

Taehyun hizo una mueca con la boca y devolvió el libro a la repisa.

——Sé que han sido varias paradas nuevas hoy, pero te prometo que esta es la ultima.

¿Más? Solo había sido un día, dios santo. En serio sentía que su cerebro explotaría por tanta información.

Pero Beomgyu siendo el alma curiosa que era, asintió.

——Volveremos aquí de nuevo ——le advirtió Taehyun, el contrario asintió a regañadientes.

Esta vez no caminaron mucho, pues el lugar que Taehyun quería mostrarle estaba literalmente al costado, incluso se dejaba ver desde la ventana de la biblioteca.

Las puertas de este lugar ya estaban abiertas.

Era la segunda vez que Beomgyu se quedaba sin palabras durante el día.

Un jardín.

Un precioso, rico, y paradisiaco jardín.

Cientos de tipos de diferentes flores, todas las que te puedas imaginar. Tal vez no era tan grande como la biblioteca. Pero sin duda era un lugar hermoso también.

——Ven aquí.

Beomgyu no sabía donde poner los ojos. Todo era tan colorido y bonito...

Lo siguió sin dejar de admirar sus alrededores.

Taehyun se dirigió a una esquina del lugar y se sentó en el podado césped, cerca de un árbol plantado justo en la esquina donde terminaba el castillo.

Beomgyu lo primero que notó, no fue el árbol, tampoco la pared detrás de este. Después de haber admirado los tantos tipos de flores, sus ojos se fijaron en un detalle que era incluso más especial para el pelirrojo que todo lo demás. Dos cruces clavadas en en césped, una al costado de la otra.

Dos pedazos de larga superficie de piedra pulida, estaban también incrustados en el césped de forma desaliñada. En cada uno de estos decía algo, como si lo hubieran grabado torpemente a mano. Pero podía leerse.

Kim Hyun Joong, decía en el del lado izquierdo.

Chae Eunseo, estaba escrito en el otro.

Beomgyu se sentó lentamente en el suelo, identificando que esas, eran lápidas. Taehyun se dio cuenta de que Beomgyu miraba los nombres.

——Grabar en piedra no es sencillo. Debes calentar el cuchillo en brasas por lo menos media hora para lograr ese acabado tan desprolijo.

——¿A-acaso son-

Taehyun asintió, entendiendo su pregunta.

——Chae Eunseo. Pequeña perdida del pueblo de Jierum en sus inicios, justo como tú. Entró a mi castillo por curiosidad, hace un siglo. Me llamó papá hasta los quince años y falleció a causa de una enfermedad infecciosa.

Taehyun narraba casi como un robot, pero Beomgyu casi podía adivinar la razón.

——Kim HyunJoong. Hombre de sesenta. Cuentista, viajero y aventurero. Viajó desde la capital hasta este pequeño pueblo tan solo para comprobar mi existencia. Fue mi amigo hasta que su cuerpo no pudo más con los años del cruel tiempo.

Aún recordaba la última sonrisa del señor Kim, en sus últimos alientos de vida pidiéndole que se cuidara y que tuviera esperanza de que pronto, alguien vendría a terminar con su martirio, a romper el hechizo.

Beomgyu miraba al pelirrojo con incredulidad y lástima.

——¿Fueron v-veinte años? ¿E-ellos vivieron aquí hasta el día de su muerte?

——Incluso un poco más ——resopló y se puso de pie ——. Supongo que incluso para un inmortal como yo, los años pueden llegar a ser así de invaluables ——Sonrió ladino con lo que para Beomgyu era melancolía.

Luego le dio la espalda y se dirigió a la puerta del bello lugar para salir, sin embargo, no salió, se quedó parado; Beomgyu observándolo con curiosidad.

——Este es un lugar sagrado para mí, Beomgyu. Te agradecería si me ayudaras a cuidarlo como es debido. Cualquier vida dentro de mi castillo es efímera. Cualquiera menos la mía ——Cuando estaba por salir, Beomgyu lo detuvo al exclamar:

——¡Sí! ——vociferó haciendo que Taehyun volteara y lo viera. Beomgyu recién caía en cuenta, recién podía ver o imaginarse el dolor al que el pelirrojo estuvo sometido tantos años. Incluso si no sabía lo que estaba pasando, nuestro Beomgyu no era una mala persona, pues este haría lo que fuera para no tener que ver a alguien triste ——Te prometo que cuidaré de él hasta despertar.

Despertar.

Eso explicaba mucho.

Taehyun le sonrió ladino con calidez.

——¿Te parece si volvemos a la mesa? Tengo hambre.

Pasaron los días, y el tiempo volvía a cada actividad en rutina.

Por ejemplo: limpiar el castillo juntos.

Beomgyu limpiaba con un pequeño pedazo de franela vieja mojada, una mancha de dudosa procedencia de la pared paleolítica en la habitación de Taehyun.

A veces miraba al pelirrojo de reojo hacer lo mismo con la base de madera de su cama; refregando y frotando.

——Si todo se resetea, ¿la bruja no pudo hacer que la suciedad también se vaya? ——se quejó Beomgyu.

——¡Ja! ——Su sonrisa se ensanchó. Joder, por qué tenía que ser tan atractivo ——¿Crees que esa desgraciada habría querido ayudarme en algo?

——Bueno... Te dejó una bañera con agua tibia y pétalos de rosas, ¿no?

Bien, habría podido hacerlo peor. Pero de ninguna manera Taehyun le agradecería por tenerle ligera "piedad".

Ojalá esa bruja estuviera quemándose en las llamas del infierno.

——Oye, ¿qué diantres es esta mancha? ——preguntó frotando con más fuerza, pues frotaba y frotaba, pero esta no desaparecía. Luego Taehyun la vio.

——Oh, eso no va a salir, no pierdas tu tiempo.

——¿Por?

——Es sangre fosilizada mía de aproximadamente hace dos mil años. No-

——¡EWWW! ——Su rostro se deformó en una mueca de asco ——¿E-Estás de joda?

Taehyun lo miró con disgusto.

——Tienes un lenguaje un poco vulgar, pequeño ——recriminó ——. Pero no, no estoy bromeando. Es de los inicios. Cuando ingenuamente creía que si me asesinaba de las maneras más sangrientas, eventualmente moriría.

——No me des detalles, por favor. Acabamos de cenar ——Beomgyu cubrió su boca con asco.

Taehyun rió.

——Claro, Gyu, terminemos esto y vamos a dormir, ¿sí?

Aún un poco disgustado, Beomgyu asintió para ahora limpiar lejos de esa mancha o manchas parecidas regadas por el lugar.

Los meses pasan volando. Sucede así cuando no cuentas con un calendario.

——Corta estas, por favor ——le pidió el favor a Beomgyu para que con sus tijeras cortara la mala hierba que amenazaba con matar a sus preciosas azucenas azules.

Beomgyu lo hizo. Él estaba cortando las hojas de algunos helechos bien crecidos.

El silencio se extendía cálida y cómodamente cada vez que entraban al jardín para hacer el mantenimiento adecuado pues era algo que ambos disfrutaban y requería de su máxima concentración.

Pero no todos los días serían iguales.

——¿Alguna vez has pensado en tu familia desde que te quedaste encerrado aquí? ——preguntó súbitamente Beomgyu. Taehyun lo miró y vio como este tenía la mirada fija en la tierra bajo los helechos ——A veces yo lo hago, entonces quiero saber si no soy el único.

Lo entendía, por supuesto que Taehyun entendía que extrañaría a su familia. Podían haber pasado meses ya, pero el tiempo, en este caso, no definía nada. Y parecía ser peor, ya que el pelinegro, daba la impresión de amar mucho a su familia.

Taehyun sonrió ladino para sí mismo al escuchar su pregunta, recordando a su madre de cabellos tan rubios que casi eran blancos, el cómo ella solía llamarlo con sus dulces apodos a comer a la mesa cuando era niño, o... A su padre, que lo subía a sus hombros para después correr y hacerle sentir por primera vez, ese sentimiento de euforia y adrenalina. Recordaba cuando su madre le leía de niño. O... cuando ya de adolescente, su padre le ponía su corona, la del rey, un poco más pesada que la suya, acompañada de las palabras: "No puedo esperar a ver el rey en el que te vas a convertir, hijo. Uno mucho mejor que yo. Estoy tan orgulloso de ti".

La culpa de haber matado a quienes más amaba, aún así pasaran otros diez mil años, seguirá quemando para siempre.

¿Que si recordaba incluso dos mil años después?

——No es bueno que hablemos de esto. Pero claro que los recuerdo ——Sonrió tenue ——. Mi padre era el hombre más fuerte del reino y mi madre siempre fue la mujer más dadivosa, caritativa y hermosa que haya pisado la tierra.

Se formó un pequeño silencio.

Beomgyu no había dejado de ver ese punto en la tierra. Era como si no estuviera presente en este plano.

Taehyun ya conociendo mejor al pelinegro, supo que este quería hablarlo, tenía que sacarlo de su pecho y de su corazón. Tenía que quitarle esa pesada carga que deja marcas en el corazón.

——¿Cómo es tu familia Beomgyu?

Para evitar situaciones deprimentes, no habían querido hablar del tema antes. Pero a veces es necesario.

Taehyun pudo ver como la manzana de Adán del pelinegro subía y bajaba, como si le hubiera costado tragar saliva.

——Y-yo... Tengo a mi mamá, a mi abuela, y a mi hermano ——Su voz ya sonaba dolorosamente ceñida.

——Dime más de ellos.

Hubo un ligero cambio en la respiración de Beomgyu.

——V-vivo con mi hermano y con mi mamá en la ciudad, y m-mi abuela vive aquí en Jierum.

Sus ojos ya estaban cargados de lágrimas retenidas. Oh, pero como quería sacarlo.

——Vamos, tú puedes pequeño.

Respira, respira.

——Mi hermanito se llama DongJu pero le decimos Juju, venimos todos los veranos a Jierum a hacerle compañía a la abuela, porque después de que murió el abuelo...

Beomgyu tuvo que detenerse en el momento que su voz se quebró. Taehyun creía que lloraría, pero no, en cambio lo observó cerrar los ojos y darse un momento para calmarse antes de seguir.

——Mi mamá odia cocinar, ella... ella siempre estaba ocupada en el trabajo y siempre se la pasa en la oficina. Trabaja muy duro y justo por eso quiero dar lo mejor de mí, aún cuando no tengo las mejores notas en la universidad.... T-también suelo ayudar a veces a la abuela a hacer las comidas, o p-por ejemplo, le ayudo a Juju con sus tareas de ciencias. Después de eso miraríamos televisión y...

Beomgyu ya no podía.

——Y... ——El pelinegro sonrió con lágrimas en los ojos, a punto de caer.

No pudo seguir hablando pues sintió unos cálidos brazos abrazarlo con fuerza.

Taehyun no entendió mucho de los que dijo, pero aún así, pudo reflejarse en él, en Beomgyu y en su dolor, que por más que fuera en magnitudes diferentes, era lo mismo: el dolor de extrañar tanto a alguien a quien amas, al punto de no querer respirar.

Beomgyu se dejó relajarse en sus brazos poco a poco, se rindió por completo cuando sintió la mano de Taehyun acunar su cabeza con lo que podía ser confundido con cariño.

Entonces se escuchó el primer sollozo.

——Está bien, Gyu. Está bien.

No estaba bien, nada estaba bien y tampoco lo estaría.

Pero a veces es necesario decirnos una buena mentira.

Porque ese momento, marcó un cambio en su triste historia.

La cercanía sería recurrente, la conexión...  quizás era destino.

El tiempo pasaba cada que un pétalo de alguna de las rosas del jardín, caía.

Primero fue por el frío que Beomgyu fue a dormir la habitación del príncipe, una vez cambiada la estación a una cálida, ya no había excusa.

Ambos tirados en la cama del más bajito, riendo y mirando el techo como si eso fuese lo jocoso.

——No puedes estar hablando en serio.

——¡Te lo juro! ——se defendió Beomgyu ——Te mostraría fotos si tuviera batería. ¡Pero sí existen!

——Se llama rueca.

——No, no rueca, tonto. Rue- da, rueda de la fortuna.

——¿Esperas que crea que existe una rueda gigante que gira manteniéndose quieta en su lugar, que hace que personas floten en cabinas suspendidas y que es seguro?

——Lo es, ¡y es muy alto! Es muy romántico si vas con alguien especial.

Taehyun negó con la cabeza, nada convencido, porque en su cabeza era simplemente imposible que algo así existiera.

——Es que lo que me mencionas, a mí parecer, es imposible. Objetos voladores súper veloces que pueden transportar miles de personas, una cajita plana con millones de imágenes coloridas, luego me dijiste de una nube comestible dulce de colores...

——Aviones, televisores y algodón de azúcar.

——Claro ——bufó.

——Tan solo espera a que te cuente de los avances científicos. Te vas a morir ——rió  ——. Ahhh, me encanta saber más que tú en algo.

——Muy bien ——suspiró ——. Te dejaré alardear de diletante tan solo por hoy. Cuéntame todo acerca de lo que jamás podré vivir. Lo voy a imaginar. Quiero saber todo acerca de las locuras que me estás diciendo.

Taehyun se giró y quedó de costado mirando a Beomgyu.

——A veces pienso lo mismo de ti cuando te escucho.

——Entonces somos dos locos, supongo.

——Me gusta la idea.

Beomgyu se giró igual.

Después de horas charlando de las prótesis, la creación de las vacunas, pelucas, hot dogs, entre muchísimas cosas más; Taehyun  quedó horrorizado, incrédulo y maravillado por aquel mundo exterior que parecía ser una realidad completamente distinta a la que fue la suya.

——Creo que mi cabeza va a explotar por tanta información.

Beomgyu bostezó después; el haber hablado sin parar casi cuatro horas, le había quitado toda su energía

——¿Tienes sueño? ——pregunto Taehyun.

——Un poco... ——dijo ya quedándose dormido, cerrando los ojos. Taehyun lo miraba enternecido a pocos centímetros de distancia.

-——Gracias por lo de hoy, Gyu, de verdad.

Sin abrir los ojos, el pelinegro le ofreció una sonrisa de labios cerrados y con la voz más somnolienta, dijo:

——De verdad me hubiera gustado comer, hacer, y ver todas esas cosas contigo...

Taehyun sintió un pinchazo directo en el corazón, pero felizmente el pelinegro no pudo ver la expresión dolorosa.

——A mí también me hubiera fascinado...

——Pero...  ¿sabes qué es lo bonito del ser humano? ——balbuceó Beomgyu ya cayendo profundamente en los brazos de Morfeo ——Que incluso cuando las cosas no puedan darse, ya sea para bien o para mal, siempre podremos refugiarnos en la imaginación...

Beomgyu se había rendido.

El pelirrojo también, pero a diferencia del muchacho que dormía plácidamente a su costado, Taehyun supo que había caído de a pocos, estando más despierto que nunca.

La noche anterior fue probablemente el mejor sueño que Beomgyu había tenido en meses.

Todo se sentía tan cómodo y olía tan bien...

Ya estando despierto, se rehusaba a escapar de ese sentimiento que lo arrullaba.

Fueron minutos así, despierto pero negándose a estarlo, hasta que no pudo más y tuvo que abrir los ojos.

Recién era pobremente consiente de los dedos que masajearon su cabellera toda la noche, lo mismo pasaba con su almohada, que en realidad no era una almohada, pues cuando reconoció el aroma y la apariencia de la tela de la supuesta almohada, supo que esta no lo era, sino el pecho de Taehyun.

Inmediatamente se sobresaltó, cualquier tipo de relajación abandonando su cuerpo.

——¡L-lo siento tanto!

Taehyun atinó a reír y se acomodó mejor en la cama, echándose de costado para verlo.

——No te preocupes, no me molesta.

Beomgyu estaba avergonzado, muy avergonzado.

——E-es que yo duermo con Juju en una sola cama y... A veces suelo hacer esto. L-lo siento... ——Le rehuyó la mirada.

Taehyun tan solo pensó que el color rojizo en sus mejillas lo hacía ver más hermoso en las mañanas.

El pelirrojo sonrió y le despeinó los cabellos con una sonrisa.

——No tienes que disculparte, yo también dormí como no lo había hecho en siglos, literalmente.

Beomgyu se sonrojó un poco más.

——Vuelve a mi habitación esta noche.

Él no supo porqué, pero asintió.

Bueno... En su defensa, había sido un sueño maravilloso.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro